Elegí la tercera clase que he realizado con este curso, en esta sesión como en las anteriores los estudiantes bajan a la sala de artes. Me corresponde abordar el O.A.3 específicamente la técnica de grabado. Al llegar a la sala les indico que quienes hayan finalizado su matriz, es decir, estuviera seca la cola fría que habían pincelado sobre ella, podrían comenzar a imprimir. Les explico que para ello, yo habilitaría una zona designada únicamente para las impresiones. Escogí una mesa que se encuentra cercana a la mesa del profesor, que siempre se encuentra vacía y que es bastante amplia, por lo que pueden trabajar varios a la vez. En este espacio tendrían a su disposición todos los materiales que llevé: un mantel para cubrir la mesa y ensuciar más libremente, tinta de impresión serigráfica al agua, una base de madera con melamina, cucharas de madera, hojas blancas y un rodillo, por lo que sólo necesitaría que ellos trajeran su propio rodillo (que había sido solicitado la clase anterior) para que pudieran avanzar más rápidamente ya que como dije, yo solo contaba con uno. Solo una estudiante llevó rodillo de grabado, y algunos se habían presentado con un rodillo de esponja, la mayoría no había traído el suyo. No lo consideré un gran inconveniente, ya que los haría trabajar en parejas en el espacio al momento de imprimir, y gracias a la solidaridad de la estudiante, terminarían ocupando un rodillo cada uno.
Llamé a un alumno que tenía sus matrices listas para comenzar el proceso. El estudiante pareció comprender rápidamente la dinámica, terminando con un resultado de su trabajo que lo hizo ver satisfecho e impresionado, así que utilizando su misma matriz, repetí el procedimiento pero esta vez llamando la atención de todo el curso advirtiéndoles la importancia de que presenciaran y observaran el paso a paso ya que luego deberían llevarlo a cabo por sí mismos (aunque siempre con mi ayuda y orientación). A los estudiantes pareció gustarles el resultado, así que comenzaron a apresurarse para lograr imprimir en esa misma clase. Gran parte de las matrices no se encontraban secas aún, pero logramos obtener impresiones con un grupo pequeño de alumnos. Finalmente guardé las impresiones y les reiteré que de todas formas continuaríamos la siguiente clase, ya que algunos tenían un rictus de decepción por no alcanzar a ver en papel sus diseños.
Podría sintetizar la clase como muy fructífera y gratificante. Debo admitir que disfruté impartir la clase, tanto como los niños disfrutaron practicar lo aprendido, y me sorprendí y entretuve a la par con ellos al ver los resultados.
Para que comprendieran con exactitud el ejercicio a realizar, les expuse en el Ppt el paso a paso de la técnica colográfica, ejemplos de posibles materiales para una matriz, considerando que estos debían hacer relieve sobre la base de cartón piedra, y fotografías de matrices realizadas, para que tengan una inspiración e idea de lo que se espera en sus trabajos.
En un comienzo, pensé en solicitar los materiales para uso individual, pero deduje que sería más complejo ya que no tendría tanto control sobre lo que podía hacer cada estudiante y no podría asegurarme de si estaban haciendo buen uso de ellos, en cambio reducir el área de grabado a una mesa, me permitiría ayudarles y supervisar de una forma más personalizada. La selección de materiales para esta ocasión, se debe a la nula relación que tenían los niños con el grabado, muchos de ellos me manifestaron en la primera clase que desconocían cómo funcionaba y nunca lo habían practicado. Es por eso que un intento de que acerquen, conozcan y vivan la experiencia de grabar, intenté que el espacio que construí para ello, fuese bastante similar al que ocupo y conozco en el espacio universitario. Sin embargo, la profesora me señaló que esto mismo pudo retrasarme, ya que podría haber sustituido el rodillo por pinceles o rodillos de esponja para entintar. Aunque es una sugerencia que podría añadir en alguna futura clase, ya que el comentario lo recibí el día anterior a mi última clase de grabado.
Considerando que cuento con cinco clases para este O.A. creí necesario practicar en detalle el proceso, es por eso que cada niño que tomó copias de su diseño, aplicó tinta sobre la base, la esparció con el rodillo en los movimientos pertinentes, sobrepuso la tinta sobre su matriz, con mucho cuidado adhirió la hoja a su matriz para luego, a falta de prensa, aplicar presión con una cuchara. De esta forma aseguré la participación de todos.
Aunque con este curso noté que adaptarme a los tiempos era una novedad para mí, ya que la noción de distribución de este los incorporo según el curso y el contenido visto, por lo que es algo que siempre puede variar, por esto mismo en mi primera clase con ellos, el tiempo se me hizo escaso. Este curso en particular siempre mantiene plena disposición a aprender, y el clima afectivo parece ser estable y amigable entre ellos, a pesar de tener grupos definidos tienen facilidad para desenvolverse en grupos aleatorios, esto lo pude comprobar al pedirles que trabajaran en parejas mientras imprimían, las que escogía al azar. Se demostraban constante colaboración y apoyo, incluso en el acto de compartir materiales. Creo que ese ambiente es fundamental para que las clases fluyan como lo hacen, si bien son bulliciosos, es también una característica normal, porque son niños, pero entienden claramente cuando deben trabajar.
El aspecto a mejorar es mi organización con los tiempos y buscar alternativas para mejorar el proceso de escritura de los niños, porque si bien existen medidas como entregarles material didáctico impreso, me niego a renunciar al objetivo de fomentar que los jóvenes utilicen sus manos en escribir, para que razonen lo que escriben y no sólo reciban guías que terminan (como he podido observar) en la basura, o presentaciones que se les facilitan en un Classroom que no revisan y nunca más vuelven a ser vistas. Y creo que la única forma de mejorar ese aspecto, es la práctica e incorporar la escritura en su cotidiano.
"La alfabetización no es un juego de palabras, sino la conciencia reflexiva de la cultura, la reconstrucción crítica del mundo humano, la apertura de nuevos caminos el proyecto histórico de un mundo común, el coraje de decir su palabra. La alfabetización, por todo esto, es toda la pedagogía: aprender a leer es aprender a decir su palabra. Y la palabra humana imita la palabra divina: es creadora".
Pedagogía del oprimido. p.16.
Paulo Freire.
Referencias.
-Freire, P. (1970) Pedagogía del oprimido.