Quinto básico.
Con el quinto básico trabajé el O.A.2: 'Aplicar y combinar elementos del lenguaje visual (incluidos los de niveles anteriores) en trabajos de arte y diseños con diferentes propósitos expresivos y creativos, color (complementario)'. Los niños ya venían de trabajar recreando paisajes de su entorno escolar con un estilo impresionista, el que debían dividirse entre tres alumnos y luego lo unirían para formar un solo paisaje. Al llegar noté que fue una actividad que les dificultó bastante porque no comprendían la idea de dividir lo que veían y luego complementarlo con el trabajo de su compañero, así que la actividad les tomó más tiempo de terminar en comparación con el curso paralelo.
Considerando que pude observar sus nociones de aprendizaje y temperamentos, hice un repaso por los colores primarios, secundarios y por consecuencia, los complementarios, que si bien era contenido de años anteriores, no lo tenían del todo incorporado. Para luego pasar a las formas abiertas y cerradas, lo que fue un desafío. Los niños estaban acostumbrados a las formas tradicionales, y explicarles que una forma podía ser abierta, solo porque el punto inicial no se encontraba con el final, les resultaba desconcertante de poder realizar y de que de todos modos fuera una figura legible. Es por ello que intenté simplificar lo mejor posible el contenido y ser concisa al momento de dar instrucciones, para no dar cabida a segundas interpretaciones. Pero como puede ocurrir, hay cursos en los que el trabajo es distinto y no siempre funcionan las metodologías. A pesar de ello, tuve dos estudiantes que realizaron con éxito el trabajo requerido en la primera clase, aunque algunos, necesitaron incluso una clase más de lo planificado.
De todos modos, como se pueden apreciar en las fotos incluidas en la clase escogida del 5to básico, los estudiantes lograron responder a los requerimientos de la actividad. Como curso demostraron gran preocupación por hacer bien su trabajo, preguntando constantemente en qué podían mejorar. Pudieron reconocer formas abiertas y cerradas en las pinturas impresionistas y post-impresionistas que les exhibí en la clase teórica, además de poder reconocer las corrientes a las que pertenecían. Y entender cuáles eran los colores fríos y cálidos, y como ellos producían los colores complementarios. Y añadí ejemplos al final de la presentación, con dibujos que les resultaran más llamativos de lo que podían parecerles las obras. Para ello inserté dibujos animados que entendí que eran de su interés al compartir con ellos, en especial un dibujo de una caricatura de nombre 'Labubu', del que varios estudiantes en la sala tenían un peluche colgado de sus mochilas, pensé en que eso captaría su atención y funcionó.
Podría resumir en que los contenidos conceptuales y procedimentales, se lograron, a veces con dificultad, pero se demostró a través de su curiosidad en el proceso y en sus resultados que pudieron aplicar lo aprendido. Respecto a lo actitudinal, hubieron casos en que noté que algunos estudiantes solo pretendían entregar luego su trabajo, ya que no les gustaba la asignatura, y hubo un caso en particular, donde un estudiante cada vez que solicitaba mi ayuda y yo le aconsejaba algunas correcciones, manifestaba su frustración a través de golpes a la mesa o hacia él mismo, o derechamente se retiraba de la sala pidiendo estar en la sala de convivencia. Algo que por supervisión de la profesora guía, debía autorizar producto de su estado anímico. A pesar de que mis correcciones siempre iban desde una mirada cariñosa, y enfatizando en que era un buen trabajo que tenía unos 'detalles' a mejorar, no logré que el estudiante reaccionara distinto. Por lo que opté en recibir su trabajo sin más preámbulos.
Sexto básico.
En este nivel, debí implementar el O.A.3. que si bien considera varias técnicas en las cuáles trabajar, yo consideré el área donde se inclinó la profesora guía: grabado. Si bien me comentó que en los años anteriores se había realizado grabado utilizando plumavit como base para 'tallar', yo preferí utilizar una técnica distinta y que me pareció menos usual: colografía. Pensé en que la elaboración de la matriz, como una maqueta, no les resultaría una idea lejana o difícil de hacer, así que para ello solicité cartón piedra y materiales varios que fueran de pegado fácil, además de explicarles que el diseño que realizarían era de su completa decisión creativa, apreciaría lo abstracto como lo figurativo. En un comienzo tenía ciertas inquietudes porque no había realizado grabado en grupos tan grandes, de por sí es una actividad que implica más tiempo, ya que considera la creación de la matriz, la preparación del espacio, las impresiones (que pueden fallar) designar un espacio para el secado de ellas, y además la limpieza de las herramientas. Organicé y repasé desde antes los tiempos, y la designación del espacio de trabajo junto con la cantidad de alumnos que estarían en ello. Pero fue una actividad que en un curso como ese, pudo llevarse a cabo sin grandes problemas, todos los alumnos trabajaron y presentaron a tiempo, en ocasiones había desorden en algunos grupos mientras realizaba las impresiones junto a los estudiantes, por lo que se me dificultaba un poco estar atenta por completo. Trataba de mantenerlos ocupados, o pidiéndoles que se entretuvieran en alguna actividad artísitica los que hubiesen terminado. Un caso por ejemplo, fue el de un grupo de niñas que observaron que llevé muchas cucharas (las que se utilizarían para presionar la hoja a la matriz) y me preguntaban si podían utilizarlas. Les dije que sí, por lo que se entretuvieron pintándolas durante la clase. Los desafíos en este curso no fueron mayores, más que el intentar que me escucharan al primer intento, eso nunca pasaba, pero comprendo que es algo normal de los niños, y lo miro desde la perspectiva de que tienen mucha energía, además este curso tenía mayor afinidad con el arte, ya que un gran porcentaje era admirador de alguna caricatura y se entusiasmaban en recrearlas a través del dibujo.
Especificando en los aspectos técnicos, tal vez por la libertad del diseño y los materiales, demostraron una gran habilidad de experimentación con sus propuestas, aunque no se arriesgaban demasiado en los materiales, gran parte de ellos utilizó cartón y lana. Mi visión de que eligieran el diseño por ellos mismos, era que se entretuvieran principalmente en recrear algo que les gustara, además de que ello los entusiasmaba en imaginar la impresión terminada, incluso cuando la impresión no resultaba como lo planeaban, ya sea porque algún material no capturó del todo la tinta, o algún relieve no fue del todo perceptible, mantenían una actitud muy tranquila y optimista. Me veía recordándoles que lo importante no era el resultado, sino que se hayan permitido explorar una técnica nueva, pero al parecer ellos lo tenían muy claro desde antes.
Casi en su totalidad el curso obtuvo la nota mayor, y los que no, fueron debidamente retroalimentados, pero a diferencia de otros niveles, ellos no tenían interrogantes después de la retroalimentación. La inquietud que poseían para jugar, contrastaba con el temple tranquilo que tenían ante el error o una baja en su calificación. Podría deducir que es porque todos trabajaron, por ende todos entienden que dieron su mejor esfuerzo.
En la última clase destinada a la actividad, ya varios habían terminado, por lo que les permití pintar o dibujar, pero un grupo de niñas comenzaron a pintar con témperas, y de un momento a otro tenían las manos completamente manchadas. Quedé un poco desconcertada por el desorden que cometieron en un tiempo tan escaso, por lo que me dirigí a ellas un poco frustrada, comentándoles que yo les había permitido pintar, pero no desordenar y manchar de esa forma la mesa ni ocupar esos materiales, por lo que me parecía que no habían considerado que les di permiso confiando en ellas y en su responsabilidad. A pesar de que mi tono de voz fue bastante tranquilo y no me desgasté en hablar más, las niñas comprendieron de inmediato y se mostraron arrepentidas, por lo que a los minutos ya se encontraban lavando pinceles y limpiando la mesa. Y ese entendimiento parecía ser de todo el curso, era simple razonar con ellos.
Octavo básico.
En el caso del octavo, debí tratar el O.A.4, donde la profesora me había indicado que realizarían una especie de folleto de forma virtual sobre el Land Art, algo que difería un poco de mi gusto personal. Había observado que los jóvenes ya tenían amplio manejo de las herramientas tecnológicas, pero muy poco manejo utilizando un lápiz, y en mi afán porque aprendan a 'soltar' la mano, decidí que harían un folleto de forma manual, con una hoja que podían sacar de su misma croquera, y con los lápices que siempre tienen a su alcance. Pero para el contenido del folleto, deberían tomar atención de la clase y desarrollar su capacidad de argumentación y escritura. Considerando que sólo tendría dos clases para ello, me pareció que era una actividad acorde al tiempo, ya que había visto que el curso no trabajaba tan rápido. Al planificar la actividad, creí razonable incorporar actividades básicas de motricidad.
“En términos institucionales, la educación busca alcanzar tanto la superación en cifras o en producir personas que sean un aporte a futuro en lo tecnológico, que termina por deshumanizar el proceso de aprendizaje”.
Juan Casassus.
Pero la profesora me hizo notar preguntándome extrañada de que no ocuparía los computadores, de que tal vez la actividad no era lo que esperaba. Creo que fue un poco ingenuo de mi parte pensar que todos los estudiantes se explayarían y dedicarían en hacer un folleto meticuloso. Al menos la mitad del curso se apuró en entregar rápidamente el folleto, algunos estaban arrugados y con letras ilegibles, además de no haber desarrollado una propuesta de Land Art novedosas, pero por otro lado, el resto del curso si se esmeraba en hacer un trabajo completo, preguntando reiteradas veces si estaban bien sus avances o propuestas.
En otro curso donde estuve, se les pidió realizar un ppt informativo sobre el impresionismo o post impresionismo según se les asignara. Noté como todos solo copiaron y pegaron el primer resultado que da el buscador generado por inteligencia artificial. No se daban el tiempo de revisar, de leer, o entender lo que veían. Solo fue un ejercicio de copiar-pegar. Quería evitar eso al darles absoluto acceso en los computadores y que realizaran un folleto donde se repitiera la misma experiencia.
Pero en esta ocasión no descubrí al instante que la actividad no fue del total agrado de la profesora guía, sino que lo descubrí unos minutos antes de comenzar la segunda clase. Si bien me puso en tensión, pensé que en no tenía tiempo para enfocarme en ello, sino que debía cambiar la actividad de camino por el pasillo antes de llegar a la sala de una forma en que no pareciera una improvisación para el curso. Me explicó que la actividad le parecía un poco pobre, que no era un trabajo para ser evaluado y que por lo mismo ella utilizaba los computadores, porque en el curso aún eran niños, y darles espacio de trabajo autodidacta no funcionaba del todo. Me resigné a solicitar los computadores, esta vez agregándole un ítem nuevo que debían incorporar al folleto: la obra de un artista de la corriente artística y su significado. Y evidentemente, pasó lo mismo que ya había visto, con la única diferencia de que les tomó más tiempo esforzarse en copiar a mano lo que veían. A pesar de ser una actividad breve, los alumnos estaban demasiado relajados, y al menos un tercio no entregó durante la clase, por lo que tuve que extender el plazo de entrega. Incluso así tardaron más de lo acordado. El último trabajo lo recibí el día en que me retiraba del colegio, de un alumno que copiaba rápidamente el folleto de otro compañero.
La clase resultó, pero luego solo podía pensar en cómo no leí a tiempo el disgusto de la profesora. Conversando con el profesor coordinador, me hizo notar como aquella situación había puesto a prueba mi capacidad de adaptación y de resolución, y concluí que de aquella circunstancia que percibí como un error de mi parte, también obtuve un aprendizaje que me enseñó a crear rápidamente otra estrategia.
A ratos tuve la impresión de que se subestimaban las capacidades de los estudiantes, y por lo mismo se les exigía poco, y esto de alguna forma también les acomodó a los alumnos. Sostengo que si percibimos que las generaciones de niños actuales, tienen dificultades para escribir, para argumentar, para redactar o utilizar las manos en actividades manuales, tal vez por consecuencia de la pandemia, más daño les causamos como docentes al mantenerlos en ese estado de letargo.
Co-docencia.
Algo que sin duda fue un desafío completamente nuevo, fue trabajar en conjunto a una profesora permanentemente. No solo por el temor que uno como docente en formación puede sentir por equivocarse ante la supervisión constante, sino el comprender que uno puede implementar un estilo de enseñanza completamente distinto al profesor guía. Algo que puede sumar más presión en este proceso de descubrir la identidad propia que como practicantes estamos creando. Pero sin duda es fundamental que parte de la práctica, sea que aprendamos a trabajar en equipo junto a otros profesores, ya que uno comprende que no está como un ayudante, sino como un colega que como bien indica su título, nos está guiando en este proceso que luego descubriremos más individualmente. Por lo demás, considerando que el tiempo de práctica es escaso, uno también aprovecha de aprender a través de la experiencia de la profesora y los consejos de sus propios aprendizajes a lo largo de su trayectoria docente. Además, si bien no es lo principal, el tener dos docentes en el aula, sin duda mejora la experiencia de aprendizaje en los estudiantes, ya que esta puede ser mucho más personalizada al poder permitirnos el tiempo de explicación a cada niño.
Por lo demás, al ser una profesora que lleva más tiempo en el centro educativo, nos orienta más detalladamente cómo funcionan las dinámicas en el colegio, o qué metodologías funcionan mejor con ciertos cursos y además nos orientan en cuanto a las personalidades de cada estudiante y cómo poder llegar a comunicarnos de mejor forma con ellos.
Aspectos a mejorar del centro educativo.
-Falta de Programa de Integración Escolar o algún programa que fuese un apoyo psicopedagógico para los estudiantes con requerimientos especiales. Las consecuencias de esto los presencié directamente. Estudiantes que golpeaban mesas, mochilas, que se alteraban y no sabían cómo gestionar sus emociones, por lo que los docentes solo podían intentar calmarlos o permitirles un tiempo fuera del aula para que se calmaran solos, algo que evidentemente, es un obstáculo que entorpece el normal aprendizaje no solo del afectado, sino del resto de sus compañeros e incluso altera al docente. Es importante la implementación de algún programa que brinde compañía a los estudiantes y les ofrezca contención, particularmente en un colegio donde los profesores indican que al ser particular y no tener exigencias de ingreso, la cantidad de niños con alguna neuro-divergencia era altísima.
-Falta de apoyo psicológico a los estudiantes. El colegio solo contaba con una psicóloga con la que nunca podían dar para una hora. De haber existido un área psicológica que abarcara la cantidad de estudiantes del colegio, también se podría haber realizado un trabajo en conjunto con las familias. Ya que al no existir una entidad que tuviera más peso para referirse a estos temas, existían apoderados que se negaban a creer que sus hijos podían poseer alguna dificultad en sus relaciones interpersonales o de aprendizaje. Una opción para minimizar estos efectos, podría ser la capacitación para los docentes para saber cómo actuar en esos casos, aunque también significaría asignar una tarea a los profesores, que sobrecarga aún más su horario laboral.
-Algo que podría mejorar significativamente el ambiente entre los estudiantes, es tener conocimiento sobre los distintos diagnósticos que pueden encontrarse entre ellos, al menos como un taller informativo. En ocasiones me tocaba ver cómo los estudiantes molestaban o se reían a las espaldas de sus compañeros que manifestaban algún comportamiento distinto. Mientras antes los niños tengan conocimiento sobre los distintos tipos de patrones de comportamiento que pueden hallar en sus círculos, antes van comprendiendo y cambiando su visión para mantener una atmósfera respetuosa con sus compañeros.
-Inexistencia de evaluaciones diferenciadas. Por lo mismo mencionado anteriormente, notaba cómo los niños que tenían un tipo de aprendizaje distinto, tenían notas significativamente más bajas. Si bien yo realicé una pauta para todo el curso, empleaba mi criterio para evaluar a los niños que me parecía les dificultaba rendir al ritmo de sus compañeros. Algo que noté, no ocurría en todas las asignaturas, pero también comprendo que las artes visuales permiten un margen para ello.
Bibliografía.
-Casassus, J. (2017). Una introducción a la educación emocional. Relapae (7), pp 121-130.