IMAGINARIO POLÍTICO

Una reflexión que te puede interesar sobre el imaginario política:

Buck-Morss entra a este concepto desde el filósofo Valerii Podoroga, entendiendo a los imaginarios políticos como la coherencia dentro de un escenario político concreto “un concepto topográfico en el sentido estricto, no una lógica política sino un panorama político, un campo concreto y visual en el cual los actores políticos son colocados” (Buck-Morss, 2004, p.33). Es decir, la instalación de sentidos comunes que den sustento a los mundos soñados a los cuales se pretende llegar. La autora desarrolla este concepto desde “tres íconos del imaginario político: el enemigo común , el colectivo político y la representación soberana que en su nombre hace la guerra” (Buck-Morss, 2004, p.33)

En primer lugar, el enemigo se divide en dos sujetxs, el primero es el enemigo normal, que es el cual se encuentra instaurado dentro del imaginario político preponderante, es el enemigo identificado y que es socialmente conocido como enemigo dentro de la coherencia del sistema político. El otro enemigo se encuentra en el metanivel, este es el que es verdaderamente peligroso, ya que es silencioso y es capaz de hacer peligrar la coherencia del imaginario político, se presenta como una amenaza para este, en el sentido que se pierda la legitimidad del proyecto político o del representante soberano. (Buck-Morss, p.34)

Por otro lado, el colectivo político se crea dentro de estados-naciones, originándose con sus características espaciales particulares, defendiendo sus exclusividades y excluyendo otros estados, presenta una identidad que implica una homogeneidad étnica, trascendiendo la pertenencia de clases. De este modo, el hecho de que “ricos y pobres por igual” se sientan del mismo modo como “franceses” o “ americanos” parece justificar a las naciones como la forma natural de la vida colectiva política. En consecuencia, al mantener las diferencias nacionales, la propia existencia de la Unión Soviética como soberanía supranacional intentaba dar a entender que la pertenencia de clase trasciende la nacionalidad, al mismo tiempo que las naciones se temporalizaban como concepto, entendida como formas políticas pasajeras desde el punto de vista histórico (Buck-Morss, 2004, p.44).

Existen revoluciones de clases que son sucesos que se entienden como un avance en el tiempo. El tiempo es una especie de condición que está vacía esperando algún drama político, guerras y/o actividades de los estados que lo puedan llenar. Así cada colectivo político se puede expandir o contraer de acuerdo a las políticas de sus altibajos. En las guerras se pone en juego la vida o la muerte del mismo colectivo en particular, como también la pérdida o desaparición del enemigo pone en riesgo al propio colectivo, ya que sin el enemigo el colectivo político se puede deshacer.

Por último la representación soberana que en su nombre hace la guerra tiene completa relación con la creación de los colectivos políticos y el sentimiento patriota de pertenencia a un estado-nación. Las relaciones entre las naciones son, en efecto, disputas de intereses y potenciales surgimientos de conflictos, en donde los estados - naciones se constituyen en la existencia de “nosotros” y “ellos”, que instala la posibilidad de una guerra (Buck-Morss , 2004, p.37-38), la cual se ve legitimada en el imaginario político, el cual se encuentra sustentado en la identidad del colectivo político y en la identificación del enemigo dentro de las lógicas y conceptos instalados en la contingencia de un momento dado.

Los imaginarios políticos no se crean de manera automática, sino que son necesarios la existencia de mecanismos para conseguir la utopía soñada, planes para implantar en la conciencia de las personas conceptos que contribuyen a la legitimación del proyecto político en cuestión. Para lograr estos sentidos comunes es necesario que los grupos al poder ideen formas de poder implantarlos, como por ejemplo, a través del arte.


Referencias Bibliográficas:

Buck-Morss, Susan (2004). Mundo soñado y catástrofe. La balsa de la Medusa Madrid.