Conclusiones

A lo largo de los primeros capítulos de la presente investigación procuramos reflejar cómo se llevó a cabo la tarea  inicial de recopilación de datos, así como su ubicación dentro de un contexto social concreto, no sin antes haber referido las líneas generales del contexto teórico donde se enmarcaría todo el  trabajo y los objetivos del mismo.

En los capítulos restantes se analizó desde diferentes puntos de vista el corpus léxico obtenido previamente a lo largo de las encuestas realizadas en varios pueblos de la Ribera del Órbigo. Al final de estos apartados figuran las conclusiones obtenidas en la investigación sobre los aspectos concretos de cada capítulo. En estas páginas nos limitaremos a resumir o aclarar las apreciaciones más importantes de la investigación.

VARIABLES LINGÜISTICAS 

El análisis cuantitativo de las variables lingüísticas (entiéndase unidades léxicas) definidas mediante un criterio principalmente diatópico informa sobre las características sociales de los hablantes que las han proporcionado. Esto es, el análisis de un corpus léxico extraído de una determinada muestra de individuos refleja importantes características sociales que definen una determinada comunidad lingüística. Así se dedujo del corpus extraído de la muestra de hablantes de Hospital de Orbigo (León):

a) Léxico estándar (58,9 %): su amplio dominio sobre las otras variables lingüísticas reflejaron una comunidad lingüística de habla española plenamente normalizada.

b) Léxico occidental (24,3 %): después del estándar, las voces occidentales constituyeron el principal grupo léxico definidor de nuestra comunidad lingüística. Representativo de algunas de sus características geográficas e históricas: sustrato de hablas leonesas dominantes antiguamente y posteriormente relegadas por la expansión del castellano.

c)  Léxico anticuado (arcaísmos) (0,9 %): pervivencia de algunas voces anticuadas (buena parte podrían haberse considerado occidentales). Voces antiguas, generalmente  compartidas con el resto del dominio hispano: usos lingüísticos testimoniales de un pasado lejano que desde su actualidad reflejaban algunas características históricas.

d) Léxico desusado (6,6 %): abundancia de vocablos representativos de la evolución de usos léxicos, signos lingüísticos ligados a referentes que se abandonan o sustituyen por otros a medida que pasa el tiempo. Voces en general compartidas por otras muchas comunidades lingüísticas españolas.

e) Léxico de ámbito general (7 %): numerosos vocablos representativos del grado de comunicación con otras comunidades lingüísticas de otros ámbitos geográficos; así mismo representativo de usos lingüísticos de diferentes estratos sociales sin diferenciación geográfica. Lo primero informa acerca de los ámbitos geográficos con los que la comunidad de Hospital de Órbigo ha mantenido contacto más estrecho; lo segundo identifica a esta comunidad lingüística con otras muchas comunidades de habla española.

f) Léxico de ámbito local-individual (2,3 %): no demasiadas unidades léxicas vendrían a reflejar determinados procesos lingüísticos de creación léxica. Pese a la dificultad de diferenciar entre lo meramente idiolectal y lo que pertenece exclusivamente a una comunidad lingüística o a un grupo de hablantes, las investigaciones léxicas proporcionan normalmente unidades inéditas representativas de fenómenos creativos individuales, o incluso colectivos, que pueden aportar datos muy útiles, pero que también exigen un estudio profundo más específico que el presente.

2) FRECUENCIA DE USO

Teniendo en cuenta que la muestra de informantes de Hospital de Órbigo había sido de dieciocho individuos, la frecuencia de aparición de cada unidad léxica estaría siempre entre 1 y 18. En torno a este aspecto centramos nuestra atención para establecer el concepto de frecuencia de uso que manejaríamos a lo largo del estudio. 

Realizamos dos clases de agrupamientos de frecuencias, que facilitaron la definición de dos clases de variables lingüísticas:

1. Mediante el primer agrupamiento  establecimos tres grupos léxicos según su frecuencia de uso: f1 (vocablos respondidos por un solo informante); f217 (respondidos por más de uno y por menos de dieciocho informantes); y f18 (respondidos por todos los informantes).

2. Mediante el segundo agrupamiento se establecieron tres grupos léxicos según su frecuencia de uso: POCA (vocablos respondidos por menos de siete informantes, 5 al 33 %), MEDIA (respondidos por más de seis y menos de trece informantes, 34 al 66 %), y MUCHA (respondidos por más de doce, 67 al 99 %). Este agrupamiento nos sirvió para ampliar de forma especial la información del léxico respondido por más de uno y menos de dieciocho informantes. Finalmente, nos pareció que éste habría de ser el más apropiado para los análisis posteriores, ya que se obtenía  un mejor conocimiento de más cantidad de léxico.

Las características del léxico definido por su frecuencia de uso y por su variación dia. se menciona seguidamente (resumiremos los datos referidos a los dos agrupamientos de frecuencias):

a) Léxico estándar: la mitad de las voces de este grupo fueron respondidas por más de uno y menos de dieciocho informantes, si bien la mayor parte de éstas fueron dadas por entre uno y seis informantes (=POCA frecuencia de uso). Pudimos comprobar que el léxico estándar tiende a mantener una relación directamente proporcional con la frecuencia de uso: a medida que aumenta la frecuencia de uso aumenta el número de vocablos estándar, disminuyendo unos si disminuyen los otros.

b) Léxico desusado: la mayor parte de las voces incluidas en este grupo presentaron una frecuencia de uso intermedia,  abundando especialmente las respondidas por entre siete y doce informantes. Mediante la prueba de chi cuadrado pudo apreciarse una relación discontinua entre este léxico y la frecuencia de uso. El dominio cuantitativo de las frecuencias intermedias sobre las frecuencias menores nos llevó a considerar una falta de adecuación entre la definición de la variable lingüística léxico desusado (proporcionada por los diccionarios) y el verdadero uso de estos vocablos dentro de la comunidad investigada: hubiera sido de esperar que los vocablos desusados presentaran una relación inversamente proporcional con la frecuencia de uso: abundancia de este léxico desusado entre los vocablos de menor frecuencia de uso y descenso de aquéllos entre los de mayor frecuencia de uso. Sin embargo, esto sólo sucedió  para los de mayor frecuencia de uso (MUCHA o f18), no así para el resto. Lo cual nos llevó a considerar que una buena parte de los vocablos marcados como desusados en los diccionarios no lo son tanto dentro de la comunidad que hemos investigado.

c) Léxico anticuado: un buen número de las unidades léxicas de este grupo fueron respondidas por entre uno y seis informantes (POCA frecuencia de uso), definiéndose así además de por su exigua amplitud, también por su exigua vitalidad.

d) Léxico de ámbito general: la mayor parte de las voces aquí incluidas también fueron respondidas por menos de siete informantes (POCA frecuencia de uso). Así mismo se comprobó una relación inversamente proporcional entre dicho léxico y la frecuencia de uso: dentro del corpus léxico general se encuentra un mayor número de vocablos de ámbito general entre aquellos que presentan una baja frecuencia de uso, disminuyendo su número entre las voces de mayor frecuencia de uso.

e) Léxico occidental: más de la mitad de este léxico igualmente fue respondido por menos de siete informantes, es decir, se definió como de POCA frecuencia de uso —un tercio del total incluso fue respondido por un solo informante (f1)—. Por lo tanto, el léxico occidental de nuestra comunidad lingüística puede considerarse como de gran amplitud pero de escasa vitalidad. De modo similar al caso anterior pudo comprobarse la existencia de relación inversamente proporcional entre dicho léxico y la frecuencia de uso: a medida que tenemos voces de menos frecuencia de uso encontramos más voces occidentales, y viceversa, al aumentar la frecuencia de uso disminuye el número de voces occidentales. Tan sólo apareció una relación discontinua para el segundo tipo de frecuencias: número de vocablos de MEDIA frecuencia ligeramente superior a los de POCA frecuencia.

f) Léxico de ámbito local-individual: dos tercios de este tipo de vocablos fueron respondidos por un informante (f1) —reflejo del carácter idiolectal de este grupo léxico—. La cantidad restante puede considerarse como los auténticos localismos del corpus general, puesto que se trata de voces conocidas por varios individuos y que  a la vez no han podido ser constatadas en otras comunidades lingüísticas. Sin embargo, a la exigua amplitud de este grupo léxico se añade su poca vitalidad, puesto que pudimos comprobar una relación inversamente proporcional con la frecuencia de uso: pueden encontrarse más unidades de esta clase entre las voces de menor frecuencia y menos entre las de más frecuencia de uso.

3. CAMPOS NOCIONALES 

La distribución del léxico en relación con los campos nocionales que estructuraban el cuestionario resultó como sigue:

1) Léxico estándar. Los campos nocionales más estandarizados, con cantidades superiores al sesenta por ciento del total léxico del campo fueron los siguientes (por orden de importancia cuantitativa): XI (VESTIMENTA), VI (LA CAZA Y LA PESCA), V (ANIMALES SILVESTRES), XIII (LA RELIGION Y OTRAS CREENCIAS), IX (LA CASA Y LAS FAENAS DOMESTICAS), III (INDUSTRIAS AGRARIAS), XII (DE LA CUNA A LA SEPULTURA), XV (OFICIOS), X (EL CUERPO HUMANO).

2) Léxico desusado. El campo II (TRANSPORTE) superó a todos los demás, los cuales presentaron cantidades de léxico desusado inferiores al diez por ciento sobre el total del campo.

3) Léxico anticuado. Unicamente sobresalió el cuatro por ciento del campo XIII (LA RELIGION Y OTRAS CREENCIAS). 

4) Léxico de ámbito general. Sólo sobrepasaron el diez por ciento sobre su total los campos VIII (ANIMALES DOMESTICOS) y XVI (EL TIEMPO).

5) Léxico occidental. Los campos nocionales destacados por este tipo de léxico (ordenados de mayor a menor porcentaje de léxico) fueron: I (LA AGRICULTURA), IV (PLANTAS), II (TRANSPORTE), VIII (ANIMALES DOMESTICOS), XVII (TOPOGRAFIA Y NATURALEZA DEL TERRENO). En definitiva, los más representativos de las actividades económicas rurales.

6) Léxico de ámbito local-individual. Las cantidades se repartieron de modo muy exiguo entre los campos. En todo caso cabe destacar los campos: XII (DE LA CUNA A LA SEPULTURA), XIII (LA RELIGION Y OTRAS CREENCIAS), XIV (JUEGOS Y DIVERSIONES).

7) Léxico de POCA frecuencia de uso. La mayor parte de los campos presentaron cantidades de léxico respondido por menos de siete informantes en torno al cincuenta por ciento. Sobresalieron, con más del cincuenta y cinco por ciento, los campos III (INDUSTRIAS AGRARIAS), XIII (LA RELIGION Y OTRAS CREENCIAS), XII (DE LA CUNA A LA SEPULTURA), VI (LA CAZA Y LA PESCA), VIII (ANIMALES DOMESTICOS).

8) Léxico de MEDIA frecuencia de uso. En cuanto al léxico conocido por más de seis y menos de trece informantes destacamos los campos XVII (TOPOGRAFIA Y NATURALEZA DEL TERRENO), I (AGRICULTURA) y II (TRANSPORTE) con cantidades entre el veinte y el treinta por ciento del total de campo. El resto arrojaron cifras entre el diez y el veinte por ciento.

9) Léxico de MUCHA frecuencia de uso. Para la mayoría de campos, entre un veinte y un treinta por ciento del léxico organizado en ellos había sido respondido por más de doce informantes. Con valores en torno al cuarenta por ciento destacamos los campos XV (OFICIOS), XVI (EL TIEMPO) y V (ANIMALES SILVESTRES).

VARIABLES SOCIOLINGÜISTICAS

Comprobada sistemáticamente la covariación entre nuestras variables lingüísticas y diversas variables sociales obtuvimos un total de cincuenta y seis variables sociolingüísticas (indicadores sociolingüísticos). 

En cuanto a las variables sociales, tenemos que las más influyentes resultaron ser las siguientes: edad, estudios, afición a la TV y trabajo relacionado con el medio rural; en menor medida: afición a la lectura y afición a la radio; menos aún: el hábito de viajar; y finalmente: el sexo.

En cuanto al léxico que presentó más covariación  con las variables sociales fue, por este orden: el léxico desusado, el léxico estándar y el léxico occidental.

Mediante el simple procedimiento de observación de las cantidades porcentuales de cada variable lingüística pertenecientes a cada individuo entrevistado, pudimos constatar a simple vista gran parte de las interacciones sociolingüísticas que posteriormente fueron comprobadas mediante pruebas estadísticas específicas. Si bien es cierto que se logró gracias a que la muestra de individuos era pequeña y, por lo tanto, resultaba fácil recordar determinadas características personales mientras se analizaban los valores del léxico. Así pues, hay que decir que en tales casos (muestras pequeñas) la observación directa de los valores porcentuales de cada individuo referidos a datos lingüísticos proporciona información veraz permitiendo acceder a ella de un modo rápido.

De este modo puede constatarse cómo los factores sociales pueden incidir sobre la competencia lingüística del hablante no unilateralmente sino interrelacionados entre sí, formando un todo complejo que para ser comprendido ha de desglosarse con el fin de analizar todos sus posibles componentes.

De entre el complejo de factores sociales que parecían incidir sobre la competencia lingüística del hablante,  uno especialmente mostró una mayor relevancia: la edad de los individuos.

3. EL LEXICO ESTÁNDAR

a) Relación inversamente proporcional entre léxico estándar y los factores o variables sociales: edad, afición a la TV y trabajo relacionado con el medio rural. De tal modo que los individuos con más edad, los más aficionados a la TV (aunque a la vez poco exigentes con la programación televisiva), y los de oficios más ligados al medio rural  respondieron en la encuesta menos vocablos estándar que los individuos de menos edad, que los menos aficionados a la TV (pero más exigentes con los programas), y que los de oficios menos ligados al medio rural.

b) Relación directamente proporcional entre léxico estándar y los factores sociales: afición a los viajes, afición a la lectura y afición a la radio. De tal modo que los individuos que más vocablos estándar respondieron en la encuesta podían encontrarse entre aquellos que habían viajado más, entre los más aficionados a la lectura, y entre los  mayores usuarios del medio radiofónico. Y, por consiguiente, respondieron menos los menos aficionados a viajes, lectura y radio.

c) Relación discontinua entre léxico estándar y la variable social: nivel de estudios. De tal modo que los individuos que más vocablos estándar respondieron se encontrarían entre aquellos que poseían un nivel medio de estudios en el momento de la encuesta. Respondieron algo menos  los de niveles superiores, y, finalmente, la menor cantidad de respuestas estándar la ofrecieron los individuos de nivel básico de estudios.

d) Inexistencia de relación entre léxico estándar y la variable social: sexo. La cantidad de respuestas léxicas estándar por parte de los hombres o mujeres entrevistados no presentó diferencias significativas, por los que explicamos los diferentes valores cuantitativos que se obtuvieron como fruto del azar.

Lo contrario de esto determinaría los factores definidores de aquellos individuos menores usuarios del léxico estándar.

Las primeras características coincidirían con el factor multidimensional que podríamos denominar mayor (o gran) contacto con la norma y las opuestas equivaldrían a un menor (o poco) contacto con la norma, dentro de un proceso gradual, directo o inverso (en menor medida discontinuo) según el factor social concreto de que se trate.

4. LEXICO NO ESTÁNDAR

a) Relación directamente proporcional entre el léxico no estándar y las variables sociales: edad, afición a la TV y trabajo relacionado con el medio rural. De tal modo que encontraríamos más cantidad de léxico no estándar entre las respuestas de aquellos individuos de más edad, con más afición a la TV, y con oficios muy relacionados con el medio rural. Y menos entre los que presenten opuestas —en mayor o menor grado— características sociales.

b) Relación inversamente proporcional entre el léxico no estándar y las variables sociales: viajes, hábito de leer y afición a la radio. Así, se puede afirmar que el mayor número de respuestas no estándar provinieron de los individuos encuestados con menor costumbre de viajar, con muy poca afición a leer, y poco usuarios de la radio. Y viceversa, proporcionarían menos respuestas de esta clase los hablantes más aficionados a los viajes, a la lectura y con más dedicación a la radio.

Además, también se detectó esta misma clase de relación entre el léxico de ámbito general y el nivel de estudios: más léxico entre los individuos de estudios básicos, y menos entre los de estudios medios y superiores.

c) Relación discontinua entre la variable social sexo y el léxico desusado; entre la variable social nivel de estudios y léxico desusado, anticuado y occidental; y entre la variable social afición a la lectura y el léxico de ámbito general.

El léxico desusado es el único que presentó covariación con el factor social sexo: más respuestas desusadas entre los informantes varones y menos entre las mujeres.

Este tipo de relación discontinua coincide en las primeras posiciones con el proceso de relación inversa descrito en b), alterándose para el segundo y tercer lugar, quizá debido a un problema de muestreo. Por lo que no creemos que deba cuestionarse la unidad en la tendencia distributiva del léxico no estándar, ya que las coincidencias superan ampliamente a las divergencias.

En resumen, puede decirse que los factores sociales que determinan un mayor uso del estándar determinan a la vez un menor uso del no estándar, y viceversa. De este modo, podemos decir que el mayor número de respuestas léxicas no estándar provinieron de los informantes con algunas de las siguientes características sociales:

1) edades adultas; 2) gran afición a la TV; 3)  trabajo muy relacionado con el medio rural; 4) nivel básico de estudios; 5) pocos viajes; 6) poca afición a leer; y 7) poca afición al medio radiofónico.

En definitiva, una vez más se constató la influencia del factor complejo contacto con la norma —desglosado en sus componentes— sobre la competencia lingüística de nuestros informantes. No obstante, en todo momento uno de los componentes del multidimensional contacto con la norma apareció de modo más influyente que todos los demás, sobreponiéndose incluso a otros, y reclamando un lugar prioritario en la competencia sociolingüística de los hablantes investigados. Nos referimos a la variable social edad, la cual habrá de seguir considerándose fundamental para todo estudio sociolingüístico.

5. LEXICO DEFINIDO POR SU FRECUENCIA DE USO

Una vez realizados los análisis para verificar la covariación entre la frecuencia de uso del léxico y los factores sociales, llegamos a la conclusión de que hubiera resultado más conveniente reunir el léxico de POCA frecuencia de uso y el léxico de MEDIA frecuencia de uso en un solo grupo, puesto que la coincidencia en el sentido distributivo de ambos fue absoluta, y a la vez opuesta a la del léxico de MUCHA frecuencia de uso, diferenciándose así el léxico proporcionado por menos de trece informantes del respondido por entre trece y dieciocho. La covariación resultó como sigue:

LEXICO DE POCA Y MEDIA FRECUENCIA DE USO:

a) Relación directamente proporcional con las variables sociales: edad, afición a la TV y trabajo relacionado con el medio rural. A más edad, más afición a la TV y oficio muy relacionado con lo rural mayor cantidad de respuestas léxicas de POCA y MEDIA frecuencia de uso. Disminuyendo entre los más jóvenes, menos aficionados a la TV, y con oficios poco relacionados con lo rural.

b) Relación inversamente proporcional con las variables sociales: viajes y afición a la radio. Más léxico de este tipo puede encontarse entre las respuestas de los menos aficionados a los viajes y a la radio, y menos entre los más aficionados.

c) Relación discontinua con las variables sociales: sexo —más usuarios los varones que las mujeres—, nivel de estudios —mayores usuarios: los de nivel básico, después los de nivel superior, y los menos usuarios los de nivel medio—; y afición a la lectura —mayores usuarios los menos aficionados a leer, siguen los más aficionados, y, finalmente, los lectores medianos.

LEXICO DE MUCHA FRECUENCIA DE USO

Los vocablos englobados en este tipo de léxico sobrepasaron ampliamente la mitad del total léxico, constituyéndose así en el grupo de mayor amplitud y vitalidad. Esta fue la covariación sociolingüística:

a) Relación directamente proporcional con las variables sociales: viajes y afición a la radio. Los individuos que más habían viajado ofrecieron un mayor número de respuestas léxicas de MUCHA frecuencia de uso, así como los más aficionados a la radio; y viceversa, el número de estas respuestas léxicas descendió entre los que no habían viajado tanto y entre los que usaban menos la radio.

b) Relación inversamente proporcional con las variables sociales: edad, afición a la TV y trabajo relacionado con lo rural. Los más jóvenes, los menos aficionados a la TV, y los de oficios menos relacionados con lo rural ofrecieron más respuestas léxicas de MUCHA frecuencia de uso que los de edades superiores, los muy aficionados a la TV y los de oficios muy relacionados con el medio rural.

c) Relación discontinua con las variables sociales: sexo —las mujeres respondieron más vocablos de MUCHA frecuencia que los varones; nivel de estudios —más respuestas entre los de nivel medio, después entre los de nivel superior y, finalmente, entre los de nivel básico— y afición a la lectura —más respuestas por parte de los lectores medianos, después los muy aficionados y, por último, los no aficionados a la lectura—.

ACTITUDES Y ESTEREOTIPOS 

En cada uno de los cinco bloques que estructuraron el capítulo 7 se hizo intervenir el factor social: edad, el cual  vino a revelarse como  de fundamental importancia para comprender las implicaciones lingüísticas de lo extralingüístico:

1. ESTEREOTIPOS

Se definieron seis clases de estereotipos relacionados con seis clases de creencias o actitudes, aunque no siempre homogéneas. Estas son, resumidamente, las opiniones más importantes que intervienen en los procesos de estereotipación:

a) lo que se decía antes;

b) lo que dicen aquí algunos;

c) lo que se dice en tal sitio;

d) lo que está mejor o peor, o es muy fino;

e) lo que se dice más, o menos;

f) lo que es o no verdadero

2. ESTEREOTIPOS, VARIACION Y GRUPOS DE EDAD

a) Léxico occidental. apareció como el más estereotipado. Su distribución entre los tres grupos de edad fue muy equitativa.

b) Léxico general. resultó ser el más estereotipado por los hablantes de mayor edad, y viceversa, el menos estereotipado por los más jóvenes.

c)  Léxico anticuado. de irregular distribución. Sobresale su casi nula estereotipación por los de mediana edad.

d) Léxico desusado. poco estereotipado por los más viejos; en cambio, aparece muy estereotipado por los de mediana edad y por los más jóvenes.

e) Léxico estándar. el más estereotipado por los más jóvenes, seguramente por desconocimiento y (o) por identificar voces estándar con otras occidentales o de otro tipo.

3. ACTITUDES GENERALES ANTE LAS DIFERENCIAS EN EL HABLA

a) Actitudes conscientes. Los individuos suelen mostrar una conciencia metalingüística "externa" que refiere diferencias de entonación, palabras, o, incluso, formas de ser entre diferentes pueblos. Y una conciencia "interna" que establece diferencias lingüísticas entre los  más viejos —y a la vez aislados— del pueblo y el resto.

b) Actitudes no conscientes. Los modelos lingüísticos de prestigio provienen principalmente del sistema educativo y de los medios de comunicación, especialmente de la televisión.

4. PLANO EXTRALINGÜISTICO Y CAMPOS NOCIONALES

Diversos datos de carácter extralingüístico o etnográfico con implicaciones de decadencia en unidades léxicas se localizaron  principalmente en los campos nocionales más representativos del mundo rural: AGRICULTURA, PLANTAS, FAUNA, CASA Y FAENAS DOMÉSTICAS, etcétera. 

Aparte de las pérdidas de elementos léxicos producidas por el declive de sus contextos extralingüísticos de uso, pudo apreciarse una preetapa de estereotipación negativa que  denominamos como grado cero. En la misma se encontrarían numerosas unidades léxicas susceptibles de sufrir un proceso de estereotipación y un posterior abandono.

5. CAMBIOS LINGÜISTICOS EN MARCHA

La mayor parte de las unidades léxicas implicadas en los diferentes análisis del capítulo 7, consideradas muchas de ellas como auténticos estereotipos en términos de Labov, podrían considerarse como ejemplos concretos de cambios lingüísticos en marcha. Así se deduce de la relación inversa entre la frecuencia de uso del léxico y la edad de los hablantes. 

ASPECTOS LEXICOLÓGICOS 

1. FORMANTES

Mediante una abundante recopilación  de casos ilustramos una situación rica en variedad de terminaciones, al margen de su posible lexicalización. 

Se puso de relieve la gran amplitud y vitalidad de una terminación clave para el ámbito lingüístico leonés: el sufijo —ín(a), el más representativo de las hablas leonesas, y, por supuesto, también abundante  en el Orbigo además de ser prácticamente el único morfológicamente vivo.

De otros sufijos pudimos comprobar la exigüidad de su amplitud, e incluso su decadencia. Como en el caso del sufijo —ico(a), también adscrito a ciertas áreas del ámbito leonés, y del que se observó que aquí apenas se utiliza por los hablantes: muy pocos casos en los comentarios espontáneos.

Otra de las conclusiones de cierto alcance dentro del ámbito lingüístico leonés fue la constatación del retroceso sufrido actualmente por el género femenino de vocablos con la terminación —al para designar 'árboles frutales'. La expansión del estándar  parece haber influido, primero,  en un aumento de la vacilación al usar el género: hablantes que usan ambos géneros para 'árboles' en —al porque o dudan o han connotado negativamente el uso en femenino; y, segundo, en un aumento del uso en masculino —entre los que no dudan—, superior ya al uso en femenino.

Finalmente, se destacó el abundante uso de los prefijos es— y en—, representativos, si no del estándar, sí del español popular; y dos terminaciones también numerosas, pero más circunscritas al ámbito occidental: —ón(a) como sufijo intensificador y —ero(a) usado como el estándar —dor(a).

Constatamos la descripción de los estudios dialectológicos sobre los fenómenos lingüísticos proporcionados por el género gramatical en las hablas leonesas. Si bien pudimos comprobar que la riqueza de fenómenos ligados al género fue mayor de lo esperado. Así lo confirmamos desde la abundante casuística obtenida desde nuestros cuestionarios, donde no sólo se apreciaron divergencias puramente formales con el estándar, sino numerosos procesos semánticos ligados al género; constituyéndose así   en campo propicio para análisis más amplios que pueden emprenderse desde otras perspectivas más allá de los trabajos dialectológicos o sociolingüísticos.

3. ASPECTOS SEMANTICOS

El principal objetivo perseguido al dedicar  un lugar al complejo panorama de los aspectos semánticos consistió en llamar la atención sobre algunos sectores del léxico no estándar. El interés suscitado por tales sectores prometía proporcionar,  desde una perspectiva del contenido, información útil acerca de cómo se acrecienta el caudal léxico de la comunidad lingüística investigada; además de información necesaria para comprender mejor el progreso de cierta clase de cambios lingüísticos.

Primeramente se llevó a cabo un trabajo de recopilación, una vez más; En segundo lugar, con el propósito de observar cambios lingüísticos —semánticos— en marcha, se reunió una abundante casuística bajo la denominación genérica de fenómenos de sinonimia y polisemia, de la que se extrajeron algunas conclusiones:

a) Es evidente que la lengua hablada en Hospital de Órbigo  es el español, el cual puede analizarse de tal modo que podamos hablar de elementos léxicos denominados estándar y otros elementos no estándar. En nuestro caso ya comprobamos que una gran parte de ese léxico no estándar pertenecía al ámbito lingüístico de las hablas leonesas. Pues bien,  alguno de los elementos léxicos podrían ser considerados como variantes diatópicas —estamos en el plano de la expresión— de homólogos estándar o no estándar. Así se vio dentro del cuestionario de Hospital de O., donde la abundancia de significantes obtenidos para una sola pregunta onomasiológica, nos haría pensar sin más en sinónimos. Sin embargo, conviene aclarar este acontecimiento:  lo respondido onomasiológicamente como sinónimo, casi siempre era matizado poco después mediante el aporte semasiológico, apareciendo, de este modo, diferencias semánticas imprevistas.

El resultado final de tal proceso  nos llevó a establecer que una buena parte del léxico, aun teniendo equivalente estándar, aparecía con diferencias semánticas que, en su lexicalización, vienen a enriquecer el caudal léxico de su comunidad lingüística, siempre que mantengan la suficiente vitalidad o frecuencia de uso como para perdurar y que resistan los procesos de estereotipación y de abandono.

b) Volvimos a destacar el importante papel de un factor extralingüístico fundamental para los trabajos sociolingüísticos como es la edad de los informantes. Se comprobó cómo un fenómeno aparente de polisemia puede resultar útil para describir, desde una perspectiva diacrónica y en un margen de tiempo no amplio, procesos de cambios semánticos: observables gracias a la aportación semasiológica de informantes de diversas edades.  Abriéndose de este modo una vía para análisis específicos dirigidos hacia este tipo de fenómenos, donde  la edad constituiría la variable social que junto con otros aspectos extralingüísticos coadyuvarían para la definitiva explicación lingüística del mecanismo del cambio lingüístico.

4. VARIABLE: «APORTE SEMANTICO»

A título experimental definimos lo que se convino en llamar variable metalingüística de aporte semántico, sobre la base de un conjunto homogéneo de comentarios semasiológicos realizados sobre las respuestas léxicas.

Dos conclusiones sobresalen especialmente: en primer lugar, la reafirmación de la influencia ejercida por las variables sociales seleccionadas, cosa ya comprobada para la parte exclusivamente léxica. La aportación léxica, excepto en su distribución con la variable sexo, apareció complementada con la aportación semántica, si no en idéntica proporción, sí en el mismo sentido para con cada una de las variables sociales.

En segundo lugar, pudo evidenciarse que el aporte semasiológico se dirigió principalmente para complementar las respuestas no estándar, ya que las distribuciones analizadas mostraban prácticamente las mismas tendencias. De ello dedujimos que existe la conciencia de un conocimiento compartido sobre un sector del léxico,  el estándar, puesto que fue el menos complementado semasiológicamente. 

Por último, pudo constatarse que la experiencia de definir una variable metalingüística ofreció un valor muy positivo y grandes posibilidades de extraer muchos más datos lingüísticos  de los que aquí se obtuvieron, puesto que een esta ocasión únicamente tratábamos de comprobar su validez como complemento para los aspectos semánticos.


ASPECTOS FÓNICOS —PERSPECTIVA DIACRÓNICA— 

1. VOCALISMO TÓNICO

De la observación de los fenómenos lingüísticos relativos al vocalismo tónico —del léxico no estándar— comparando los analizados para la zona del Órbigo, por R. M. Farish y S. A. Garrote principalmente, con los que obtuvimos para Hospital de Órbigo mediante cuestionario, podemos concluir lo siguiente:

a) Abundancia, en mayor grado que en la lengua estándar, de diptongos procedentes de las vocales breves latinas.

b) De modo contrario a los casos antiguos, hoy es prácticamente inexistente el léxico con diptongos originados en las breves latinas ante yod

c) Inexistencia de casos de no diptongación de las breves ante nasal

d) La reducción del diptongo [ie] ante (ll) es la única solución observada en el léxico actual. Lo mismo ante s agrupada o vocal.  En los ejemplos tradicionales la solución más frecuente parece ser la conservación del diptongo.  

e) Los diptongos decrecientes abundan entre los casos analizados por S. A. Garrote y Farish. En cambio, actualmente sólo de modo excepcional perviven los diptongos decrecientes [ei], [ou]. Lo usual son las formas reducidas.

f) Inexistencia actual de casos representativos de inflexión de vocal tónica. De los trabajos tradicionales apenas contamos con casos de dicho fenómeno.

En resumen, podemos concluir que, en lo que respecta a los fenómenos lingüísticos ligados al vocalismo tónico, las descripciones tradicionales referentes al habla del Órbigo se enmarcan en el ámbito de las hablas leonesas  occidentales. Lo cual puede tomarse como punto de referencia para analizar gran parte de  fenómenos lingüísticos actuales que perviven en restos léxicos. No obstante, la actual situación del vocalismo tónico del léxico no estándar obtenido en Hospital de Órbigo presenta un elevado grado de normalización. 

2. VOCALISMO ATONO

El análisis comparativo referido a los  fenómenos lingüísticos del vocalismo átono entre los estudios tradicionales y el léxico no estándar actual de Hospital de Órbigo presentó una complejidad superior a la del vocalismo tónico. Junto con los fenómenos lingüísticos tradicionales de las hablas leonesas como el cierre de átonas o la epéntesis de yod, tenemos otros no exclusivos de las hablas occidentales sino del habla vulgar en general, como la vacilación en el timbre por asimilaciones o disimilaciones diversas, además de otros rasgos abundantes en las hablas occidentales y en otras, como la a protética, por ejemplo. 

3. CONSONANTISMO 

Repetiremos aquí la descripción que aparece en la sección del anexo sobre el estado actual de los fenómenos consonánticos en el léxico obtenido en Hospital de Órbigo*:

a) Oclusivas:

     1. Refuerzo labial o velar. Tiene vitalidad actual, pero muy poca amplitud.

     2. Pérdida de intervocálicas. La tendencia a la pérdida tradicional en las hablas leonesas coincide con la misma del habla vulgar general. Fenómeno de amplitud considerable debido a las terminaciones en ado> ao.

     3. Implosivas. Los casos de relajación o pérdida coinciden con el tratamiento del habla vulgar general.

b) Nasales:

     1. Palatalización de n. Fenómeno de poca amplitud y escasa vitalidad.

     2. Conservación de mb. Hoy día perviven restos lexicalizados. La amplitud es escasa si bien algunos vocablos gozan de plena vitalidad.

     3. Grupos MN, NN. La solución alveolar sonora se reduce a un solo caso en la actualidad.

     4. Grupo m'n. La única solución de antes y de ahora es la estándar mbr.

c) Africadas y Fricativas:

     1. F inicial. La conservación tradicional se traduce actualmente en la pervivencia de bastantes restos léxicos. 

     2. G , J latinas. La solución fricativa mediopalatal sorda es prácticamente inexistente.

     3. Grupos PL, CL, FL. Salvo un resto léxico ligado a la toponimia y otro referente a la flora, lo general es la solución estándar.

     4. S latina. Existen casos de velarización, solución coincidente a la de otros del castellano, tanto antiguamente como en la actualidad. No obstante, su amplitud es muy escasa. La vitalidad depende del referente.

     5. La (x) asturiana. No se practica la pronunciación de prepalatoalveolar fricativa sorda.

     6. Grupos CT, ULT. Las soluciones tradicionales leonesas reconocidas en los estudios de primeros de siglo no aparecen hoy. La única solución actual es la africada sorda.

     7. Grupos C'L, LY, G'L. Antiguamente lo habitual era la solución palatal central sonora y diversos casos de africada sorda. Hoy perviven ambas soluciones en restos plenamente lexicalizados o marcados como índices distanciadores. Buena parte de ellos conviven con la forma estándar correspondiente u otra con la solución de velar fricativa sorda.

d) Laterales y vibrantes:

     1. Palatalización de n. La solución tradicional de palatal lateral sonora de los trabajos sobre el Órbigo pervive en algunos vocablos. Fenómeno de escasa amplitud, si bien de vitalidad dependiente de cada término. La pronunciación se ha deslateralizado.

     2. Grupos d't, t'c. Apenas tenemos casos que nos permitan establecer conclusiones al respecto. Amplitud y vitalidad, pues, casi nulas.

     3. Pérdida de r. Relajación y pérdida en vocablos de mucho uso, general del habla coloquial.

VARIABLE «EDAD». ESTUDIO COMPLEMENTARIO

Por medio de numerosos conjuntos de datos, tablas y gráficos perseguimos la finalidad de conocer algunos aspectos de las actitudes lingüísticas  de individuos con edades comprendidas entre los doce y dieciséis años, residentes en Hospital de Órbigo y en otros pueblos cercanos. El principal objetivo consistió en detectar tendencias  subyacentes sobre el uso y conocimiento del léxico, y  observar qué ocurriría si preguntábamos a la población infantil o adolescente vocablos  generalmente bien conocidos por los adultos, haciendo especial hincapié en voces no estándar.

Estas tres partes recogen los principales aspectos tratados a lo largo del anexo dedicado al "Cuestionario Juvenil”:

1. «DESCONOCIMIENTO SEMANTICO» FRENTE A «CONOCIMIENTO SEMANTICO» SEGUN EL TIPO DE VOCABLOS PREGUNTADOS

Los primeros análisis de los resultados obtenidos en las tablas no contribuyeron a aclarar demasiado el grado de «conocimiento semántico» de la población joven, tal vez por haber definido inicialmente demasiadas modalidades de la variable lingüística, o semántica, si se quiere. Así pues, reunimos en dos las cinco modalidades para  extraer conclusiones más generales, a modo de resumen de las principales tendencias. Las dos modalidades de nuestra variable semántica se denominaron: «conocimiento semántico» —resultante al sumar los valores de las dos variables primeras denominadas: conocimiento aceptable y conocimiento bueno— y «desconocimiento semántico» —resultante al sumar las cantidades de las variables que al principio habíamos denominado: conocimiento nulo, conocimiento inútil y conocimiento equivocado—. Su relación con el léxico preguntado fue a sí: 

a) Léxico occidental: se definió como el de mayor grado de DESCONOCIMIENTO. Casi un cincuenta por ciento de respuestas fueron de esta clase, y sólo  una quinta parte de respuestas, respecto del total global, correspondió a la modalidad: CONOCIMIENTO.

b) Léxico estándar: proporcionó poco más de un diez por ciento de respuestas  repartidas casi por igual  entre las de CONOCIMIENTO y las de DESCONOCIMIENTO semántico.

c) Léxico desusado:  situación muy similar a la del estándar.

d) Léxico de ámbito general: aun con su poca representatividad en el cuestionario, proporcionó más respuestas de DESCONOCIMIENTO que de CONOCIMIENTO semántico. 

e) Léxico de MUCHA frecuencia de uso: proporcionó a la vez el mayor grado de CONOCIMIENTO  semántico —con casi un tercio del total de respuestas— y el mayor grado de DESCONOCIMIENTO —con casi la mitad del total—.

f) Léxico de MEDIA frecuencia de uso: proporcionó sólo un tres por ciento de respuestas de CONOCIMIENTO semántico global, mientras que casi alcanzó el veinte por ciento de respuestas de DESCONOCIMIENTO; figurando así como el sector de léxico peor conocido por parte de la población joven.

g) Léxico de POCA frecuencia de uso: proporcionó un número mucho mayor de respuestas de DESCONOCIMIENTO semántico que de CONOCIMIENTO.

2. VARIABLES SOCIALES Y MODALIDADES DE CONOCIMIENTO SEMANTICO

a) EDAD. Esta variable mostró en líneas generales una tendencia similar a la observada entre la población adulta de Hospital de Órbigo. Aun a pesar de los estrechos márgenes de edad, fue posible observar cómo los individuos en torno a los dieciséis años de edad superaron a los menores en respuestas   buenas, destacándose los más pequeños en preguntas no contestadas —nulas—. Tan sólo sobresalió la circunstancia de que los más pequeños (EGB) superaron a los otros dos grupos en respuestas de aceptables, apareciendo en la posición intermedia los individuos en torno a los quince años (1º FPI), y en última los de dieciséis (2º FPI). De lo cual se dedujo que las respuestas de c. bueno se mostraron en relación proporcional directa con la edad y que las respuestas de conocimiento aceptable se mostraron en relación proporcional inversa con la edad

Tal cosa podría tomarse como ejemplo ilustrativo acerca del progreso en la adquisición del lenguaje, al menos no en el sentido de saber más palabras, sino en el sentido de que aquellos que conocen menos palabras serían capaces de explicarlas con más claridad e intensidad que los que conocen más. 

b) SEXO. Los varones proporcionaron más respuestas de conocimiento bueno  que las mujeres, las cuales aportaron más respuestas de conocimiento nuloaceptable. Es difícil equiparar esta tendencia globalmente con la analizada para la población adulta, donde la variable social sexo apenas proporcionó algún indicador sociolingüístico. Nuestra explicación para comprender la tendencia de las distribuciones en la población juvenil se centró en pensar que era lógica una mayor cantidad de respuestas de c. bueno por parte de los varones ya que la mayor parte de ellos procedían de familias de agricultores, e incluso muchos de ellos estudiaban en ese momento Formación Profesional Agraria, lo cual aportaba la ventaja de poder responder mejor a un cuestionario rico en vocablos tradicionales y muy cercanos. No obstante, también llegamos a  relativizar esta apreciación ya que las mujeres figuraban a la cabeza en respuestas de c. aceptable, es decir, algo peor explicadas que las de c. bueno, pero, al fin y al cabo, encaminadas y acertadas. Así pues, tras un análisis realizado con más detenimiento pudo establecerse un buen grado de coincidencia entre la tendencia general de la muestra de adultos de Hospital de Órbigo y la de la muestra juvenil.

c) PROCEDENCIA. Los individuos procedentes de otros pueblos  proporcionaron más cantidad de respuestas  de c. bueno que los de Hospital de Orbigo; en cambio, éstos respondieron más  de c. aceptable.

Los individuos jóvenes procedentes de otros pueblos mostraron una tendencia general de buen conocimiento ante un gran número de los vocablos preguntados mediante el cuestionario, sobre todo respecto al léxico occidental y al de MUCHA frecuencia de uso. De lo cual dedujimos que el léxico del cuestionario juvenil, verificado previamente entre los adultos de Hospital de O., también  parecía usarse habitualmente en muchos otros pueblos de la Ribera del Orbigo y del Páramo leonés, porque así lo demostraron los jóvenes encuestados procedentes de esos lugares.

Los jóvenes de Hospital proporcionaron más respuestas de c. aceptable. Habíamos esperado que respondieran de modo parecido a los otros; sin embargo, consideramos que en los de otros pueblos también se reunía la circunstancia de tener más edad, y haber contado con algo más de tiempo para aumentar su caudal léxico.

d) ESTATUS SOCIOECONÓMICO. Para este análisis solo se consideraron dos estratos: 1) los individuos cuya familia vivía de la agricultura, y 2) el resto. Globalmente se demostró un mejor conocimiento del cuestionario por parte de los primeros, lo cual parecía verosímil si teníamos presentes las características de dicho cuestionario. Evidentemente, los individuos cuya familia no vivía de la agricultura ofrecieron un alto grado de desconocimiento global. Incluso algunos apenas  lograron responder alguna pregunta del cuestionario. Si bien también es cierto que los de familias de agricultores proporcionaron el mayor número de respuestas de c. inútil, de lo cual se deducía que cada vez había más vocablos que les sonaban pero que ya no eran capaces de comprender, y menos de  usar.

3. VALORACION GLOBAL

Un cuestionario  breve y semasiológico, como el usado para esta experiencia, se reveló como un método enormemente útil para la investigación sociolingüística. Conseguimos así una visión complementaria al estudio más general realizado sobre una muestra de adultos de Hospital de O. y otros pueblos cercanos. Incluso consideramos su validez para analizar fenómenos ligados a procesos de cambios lingüísticos: concretamente la variable que denominamos de conocimiento equivocado abrió interesantes caminos que pueden ser recorridos mediante estudios específicos.

La mayor parte de las tendencias detectadas a lo largo del capítulo 6 aquí fueron  confirmadas, no sólo para el ámbito de Hospital de Órbigo sino para el de otros muchos pueblos de la comarca del Órbigo o cercanos a ésta. De alguna manera sirvió como método de ampliación de la muestra adulta, especialmente como medio para vislumbrar el alcance de una variable social que consideramos a lo largo de toda la investigación imprescindible y de fundamental interés para los estudios sociolingüísticos: la edad.