La Parroquia de Cella.
Libro de mosen Pascual Deler: La Parroquia de Cella. Prontuario de datos históricos
(Del original sólo he quitado los datos de los vicarios, párrocos y visitas pastorales. Las fotografías son mías).
SIGLO XII
1. La primitiva iglesia de Cella
Según la Encomienda de Alfambra, el obispo de Zaragoza, Pedro Torroja concedió al Temple en julio de 1177 licencia para construir una iglesia en un lugar llamado Ceida. Los estudiosos de aquel documento sostienen que Ceida era el nombre del lugar llamado hoy Cella.
A aquella iglesia construida por los templarios hará referencia, tres siglos más tarde, una bula del Papa Julio ll, datada el día 3 de agosto del año 1510, concediendo indulgencias a quienes ayudaran a reedificarla.
2. El Capítulo de Racioneros de Cella
Existió en esta parroquia un "collegium" de clérigos, llamado comúnmente Capítulo de Racioneros. Fundado a finales del siglo XII, subsistió hasta mediados del siglo XIX. Llamábanse racioneros sus miembros porque disfrutaban de una ración; es decir, de una parte de las rentas de esta iglesia parroquial y patrimonial a la que estaban vinculados por la colación canónica de su oficio eclesiástico.
Sólo los nacidos en Celta y que aquí hubiesen recibido las primeras letras podían aspirar a ser admitidos en el Capítulo.
Como es lógico, el número de racioneros varió mucho en el transrurso de los tiempos. En alguna época llegaron a ser cuarenta y nueve. El promedio fue de veinticinco.
El capítulo estaba presidido por el vicario, quien era, a su vez, párroco de Cella.
El vicario era elegido entre los miembros del Capítulo por votación. Presentado en primer término a la aprobación de los jurados y regidores del concejo, tenía que ser aceptado además por el Ordinario tic la diócesis.
El vicario no podía jubilarse, pero sí presentar la renuncia al cargo en cualquier momento: La jubilación afectaba al resto de los miembros del Capítulo, que hubiesen alcanzado treinta años de pertenencia al mismo.
Los graduados por universidad eclesiástica percibían media ración más.
Los fundamentos jurídicos que dieron origen a esta prestigiosa institución celdana fueron estos:
a) La donación de Alfonso II de Aragón al obispo de Zaragoza y al cabildo y clérigos de la iglesia del Salvador, por documento fechado en Huesca en marzo de 1169, de las iglesias de Teruel, Celfa y Monrreal con los diezmos y primicias, oblaciones y derechos eclesiásticos que les pudieran pertenecer (2). (2) LOPEZ POLO, A. Catálogo del archivo del Capítulo General Eclesiástico. (Teruel) 1965. pp. 173-74.
b) La concesión de don Ramón Castellezuelo, sucesor del obispo Torroja en la sede cesaraugustana, "a los clérigos actuales y futuros, hijos de los vecinos de Cella, que hubieran recibido, al menos, el sagrado orden del diaconado, de los diezmos, oblaciones y emolumentos que les pertenecen según la costumbre de los primeros clérigos, sus antecesores".
De este documento, fechado en Teruel en el mes de octubre del año 1195, existe copia notarial en el archivo parroquial de Cella.
Motivan tal concesión "la piedad y-el amor de los hombres buenos de Cella".
SIGLO XIII
1. El decreto de don Arnaldo de Peralta
Don Arnaldo de Peralta fue obispo de Zaragoza desde el año 1248 hasta el 1271. Antes lo había sido de Valencia. Era de la familia de los Peralta, ricoshombres de Aragón en Ribagorza.
Don Arnaldo tuvo intervención directa en el Capítulo de Racioneros de Cella, pues de él procede el importante decreto del que nos vamos a ocupar a continuación.
A mediados del siglo XIII, muchas familias de las aldeas de la Comunidad de Teruel y de otras partes se establecían en Cella. Sus hijos, al recibir el orden sagrado del diaconado, pretendían obtener los beneficios del Capítulo eclesiástico. Y según manifiesta el decreto de don Arnaldo, estas situaciones eran harto frecuentes.
Los patronos de esta iglesia parroquial y patrimonial, que eran el Capítulo de Racioneros y los jurados y regidores del concejo, como ya dijimos en la introducción, recurrieron al arcipreste de Teruel, don Pedro Martín, quien obtuvo del obispo de Zaragoza un decreto, fechado en Teruel a 21 de junio de 1257, por el que se establecía que no fueran admitidos como racioneros del Capítulo de Cella aquellos diáconos que no hubieran nacido en este lugar ni recibido aquí las primeras letras, aunque sus padres o ellos mismos hubiesen adquirido esta vecindad.
2. Licencia para construir una iglesia en la Granja
La Granja era una heredad, llamada antiguamente Villar del Salce, situada entre los términos de Santa Eulalia, Cella, Villarquemado y Rubielos, que había sido donada por el rey Alfonso II a los monjes cistercienses del monasterio de Nuestra Señora de Piedra en el año 1195, según acredita el pergamino que llaman "de Piedra", existente en el Archivo Histórico Nacional.
El día 1 de noviembre de 1272, don Pedro Garcés, obispo de Zaragoza, y don Peregrín, prior de la iglesia cesaraugustana, concedieron a fray Miguel, abad del monasterio de Piedra, licencia para construir una iglesia en la granja que poseían cerca de la villa de Cella.
Aquella primitiva iglesia fue ampliada en el año 1590. Y hay compromiso escrito, adquirido por el abad Miguel Navarro y el concejo de Cella y refrendado ante el notario Bartolomé Pérez, de que en ella se celebraría semanalmente una misa. Estaba dedicada a San Benito.
Digamos finalmente que el concejo de Cella, reunido en la ermita de San Pedro de esta localidad el día 6 de junio del año 1481, se obligó a ir en procesión una vez cada año "a Sant Benedito de la Granja". Procesión que por costumbre ya venían haciendo los de Cella.
Nota: La ermita existente en la actualidad en el caserío "Las Granjas" es distinta de la iglesia reseñada más arriba.
SIGLO XIV
1. Vicarios
Dijimos antes que vicario era la persona elegida por votación, que presidía el Capítulo y a la vez ejercía como párroco de Cella. Pues bien, es don Pedro Cervera el primero cuyo nombre nos consta documentalmente. El dato es del año 1381.
2. La imagen de la Virgen del Castillo
Santiago Sebastián López, catedrático de Historia del Arte, dice en su folleto "CELLA Y SU POZO ARTESIANO": "El resto artístico más importante del medievo celdano es la bella imagen de la Virgen del Castillo, que se debió venerar en la capilla de esta fortaleza. Es una pieza gótica de alabastro con la típica incurvación. Tal vez date de 1332, cuando el rey Alfonso III concedió privilegios al concejo de Cella para reparar el castillo que amenazaba ruina por causa de la humedad. Esta selecta pieza, guardada en la parroquia, tiene ciertas semejanzas con la Virgen del Molino, obra en piedra del pueblo vecino de Santa Eulalia".
3. Préstamo de los judíos al Capítulo
El día 15 de diciembre del año 1390, Antón Martínez de Oteza, Francisco Cantuella y Martín Gil, racioneros de la iglesia de Santa María de Cella, y Pedro Cervera, vicario de la misma, en nombre de toda la Compañía de Clérigos de dicho pueblo, toman de don Sacón Nainy y de varios judíos ciertas cantidades de florines y dineros y pagos y pagan con ellas 700 sueldos jaqueses, que el Capítulo de Cella debe satisfacer por la "pecha" (tributo) a don Asensio de Ruestas, rector de Cedrillas, colector de dicha "pecha" por el arciprestazgo de Teruel.
SIGLO XV
1. Vicarios
2. El testamento de Francisca Campiello
Francisca Campiello, vecina de Cella, hace testamento en este lugar ante el notario de Teruel, don Antonio Bronchales, el día 10 de abril de 1403. Deja 300 sueldos para comprar una custodia de plata "para levar el Corpus Christi -dice- quando menester sea". Y un huerto ubicado en "la Puerta de Teruel", para la obra de la ermita de San Marcos, de Cella. Y hace una fundación para los cirios "que están colgados delante del altar de Santa María, de Cella". Y elige sepultura en el cementerio de Santa María de Cella.
3. Ermita de los santos Marcos y Agustín
Hoy la llama el pueblo ermita de Santa Lucía. Está en ruinas. Fue quemada y destruida cuando el rey de Castilla, don Pedro el Cruel, puso cerco a Cella -año 1365- y esta población, pese a la tenaz resistencia, hubo de rendirse a la semana del asedio quedando sometida a los castellanos durante más de dos años.
En el año 1403 debía de haber empeño en reconstruirla, pues hemos visto anteriormente cómo Francisca Campiello dejó en testamento un huerto para la obra de San Marcos. Pero seguramente no fue reconstruida entonces ya que, no muchos años más tarde, el 17 de mayo de 1440, don Antonio Gisbert, Oficial del arciprestazgo de Teruel, concede al vicario, racioneros, jurados y hombres buenos de Cella, facultad para reedificar la ermita de los santos Marcos y Agustín, "quemada -dice el pergamino- y enteramente destruida en tiempo del Rey de Castilla".
En esta ermita oyó misa nupcial el 4 de julio de 1731 Domingo Ferrari, el ilustre ingeniero que llevó a cabo el desagüe definitivo de la laguna del Cañizar y construyó la elipse pétrea de la fuente de Cella.
Ferrari se había desposado en Zaragoza con doña María Rosa Pes, viuda de don Tomás Francisco Arredondo, el 5 de noviembre de 1729.
4. Ermita de San Pedro y cofradía de Santa María
Era el 14 de abril de 1447. La ermita de San Pedro, de Cella, precisa reparaciones. Y se ofrecen los cofrades de Santa María para repararla a sus expensas, si se les concede poder construir en ella una cámara donde celebrar el capítulo y el banquete anual de dichos cofrades.
Don Dalmau, arzobispo de Zaragoza, accede a tal petición con la condición de que la cámara se construya "desde el pilar que hay en la ermita hasta la pared de la parte posterior, dejando bajo ella un patio libre y que los convites no se hagan en la ermita, sino sólo en dicho aposento".
5. Romería a la ermita de San Ginés en Peracense
Los fieles de la parroquia de Cella se obligaron antiguamente por voto a trasladarse procesionalmente todos los años a la ermita de San Ginés, de Peracense, el miércoles de la octava de Pentecostés.
Don Dalmau, arzobispo de Zaragoza, les conmutó este voto según decreto dado en esta ciudad el 15 de abril de 1447. Pero debían de visitar las ermitas de San Marcos, San Cristóbal y San Pedro, sitas en el lugar de Cella, y contribuir cada año al alumbrado y obra de la ermita de San Ginés con 20 sueldos jaqueses.
No obstante, en un manuscrito que posee la parroquia de Cella y que recoge diversas ordenanzas de este concejo hallamos una del 16 de junio del año 1481 en la que se dice: "En la proçessión clamada de Sant Ginés, que se haze el miércoles de las ochavas de pascua de mayo, ordenaron que todos los que deben yr en la dita proçessión sian tovidos de yr".
De donde parece deducirse que el pueblo, a pesar de la conmutación del voto, continuó con la costumbre de la romería a San Ginés.
Según el manuscrito arriba citado, la ordenanza del 16 de junio de 1481 señalaba como obligatoria la asistencia a estas otras procesiones:
-"La de las damas que van en proçessión a Santa Lucía, de Santa Olallia".
-"La que se haze a Sant Benedito de la Granja".
-"El martes y el miércoles de las letanías".
SIGLO XVI
2. Visitas pastorales
Como diremos luego, los llamados "Cinco Libros", en los que se inscribían las partidas sacramentales, comienzan en esta parroquia en el año 1515. En ellos se interpolaban además los decretos de las visitas pastorales. Creemos oportuno, pues, reseñar los nombres de los obispos que hicieron visita pastoral a esta parroquia y las correspondientes fechas….
3. El hospital de Cella
No nos consta la fecha de su fundación. La primera referencia escrita que hemos hallado acerca de su existencia es del año 1501. Héla aquí: María Fortún, vecina de Cella, deja 10 sueldos para el hospital de Cella por testamento otorgado el día 2 de octubre de aquel mismo año.
Ocho personas, entre las veintinueve fallecidas en Cella en el año 1530, testaron a favor de este establecimiento benéfico.
Don Antonio García, obispo auxiliar de Zaragoza, que visitó, como hemos dicho, esta parroquia el 27 de febrero de 1567, ordenó que el procurador del hospital y el vicario de la parroquia visitasen aquél cada día.
El vicario Cristóbal Valero dejó anotado en el Libro de Acuerdos del Capítulo el día 13 de enero de 1799: "Obra pía u hospital fundada por la piedad de los fieles del Pueblo. Su renta en el Concejo y particulares, 283 reales vellón. El edificio, 1000 reales vellón. Patronos, el Vicario y el Alcalde primero".
El hospital hallábase situado en el Portal de Gea. Fuera del recinto amurallado de Cella. Adosado a las murallas.
Cumplió su benéfica función hasta principios del siglo XX. Sobre su solar acaba de construirse un edificio destinado a "Casa de Cultura".
4. Las constituciones del Capítulo de Racioneros
El Capítulo de Racioneros de Cella comenzó a regirse por usos y costumbres. En las constituciones, escritas más tarde, hay alusiones constantes a aquellos.
La constitución escrita más antigua de que hay noticia es del 18 de enero de 1506. Era entonces vicario don Pedro Martínez de Oteyza. Y Oficial eclesiástico de Teruel por don Alfonso de Aragón, arzobispo de Zaragoza, don Pascual Dalda que fue quien la aprobó.
En ella se establece que ningún clérigo sea admitido a la ración patrimonial de esta iglesia ni sea tenido por racionero sin que hubiese sido promovido a las tres órdenes mayores "según la antigua observancia y costumbre de la referida iglesia".
5. Reconstrucción del templo parroquial
Ya dijimos que la primitiva iglesia de Cella fue edificada por los del Temple en el último tercio del siglo XII. Hallándose ruinosa a comienzos del siglo XVI, el papa Julio II dio una bula, fechada el 3 de agosto de 1510, por la que se concedían indulgencias a quienes ayudasen a reedificarla.
Adoptóse el modelo de nave única, muy amplia, con capillas laterales.
De este segundo templo se conserva una descripción detallada, referida al año 1721 (3).
6. Los libros parroquiales
En esta parroquia se hace el asiento de las partidas sacramentales por primera vez en el año 1515. Fue el vicario Bartolomé Ferrández quien empezó su inscripción en los llamados "cinco libros". Llama poderosamente la atención su bella caligrafía.
El libro de bautizados empieza con la de Pedro Sancho. "Sábado, a XVII de marzo, año MDXV". El de desposados, con la de Bartolomé ~ella y Ana Martínez de OteQa. "Sábado, a VI de Enero, año MDXV". Y el de muertos, con la de Pedro Gascón. "Martes, a XX de Jenero, año MDXV".
Por fortuna conservamos todas las partidas desde aquellas remotas fechas hasta el día de hoy. Son documentos de inestimable valor demográfico.
(3) Vid. TOMAS LAGUIA, C., Fuentes para la historia de Cella, (Zaragoza) 1967, p. 16.
7. Una curiosa ordenanza del concejo
Ya hicimos constar antes que en el archivo parroquial de Cella hay un manuscrito en el que están recogidas numerosas ordenanzas emanadas del concejo. Comienzan en el año 1443 y concluyen en el 1633.
Entre aquellas hay una muy curiosa por razón del tema:"De cómo han de ser examinados los hijos y naturales del lugar de çella para poder entrar en la iglesia y patrimonio de aquella". Está fechada el 9 de septiembre del 1515
Llamado concejo general y reunidos delante de la iglesia al salir de misa mayor los jurados, los regidores, el vicario, ocho racioneros, el notario y numerosos vecinos -el documento expresa nombre y apellidos de todos y cada uno- acordaron que quien demandare los títulos de la patrimonial sea examinado por dos examinadores en la ciudad de Teruel. Y si fueren hallados "hábiles y suficientes", se les conceda el título. Pero si no fueren tales, que los manden estudiar y sean luego examinados dos veces. Una, en Teruel. Y la otra, en Zaragoza o en donde se hubieran de ordenar.
Se confirma con esta ordenanza una vez más la condición de patrono de esta iglesia, que tenía el concejo.
La referida ordenanza fue ratificada por don Bartolomé Castillo, vicario general de don Alfonso de Aragón, arzobipo de Zaragoza, mediante decreto fechado el 17 de septiembre de 1515.
8. La ermita de San Sebastián
El día 13 de enero del año 1520, el vicario general del arzobispado de Zaragoza, don Bartolomé Castillo, concede licencia a los vecinos de Cella para que puedan construir una ermita bajo la advocación de San Sebastián en la partida del término, que les parezca mejor.
Esta ermita, sucesivamente reformada, subsiste hoy todavía. Y se halla en buen estado de conservación.
9. El cura Zarzoso
Francisco Martínez Zarzoso fue nombrado vicario de Cella el día 12 de enero de 1526. Había obtenido el título de Maestro de Teología en la Sorbona. Escribió en latín una obra sobre Astronomía. Fue editada en París en el año 1526. Su título es "Francisci Sarzosi Cellaní Aragonei in aequatorem planetarum libri duo". Más conocida por el título de "El Ecuatorio".
Sobre la persona y la obra del cura Zarzoso -que tiene dedicada una calle en Cella- investigó don Angel Aguirre Alvarez. Su estudio ha sido publicado por el Instituto de Estudios Turolenses.
10. El venerable Pedro Martínez de Ateza
Si Zarzoso dio renombre a Cella como científico de renombre universal, otro celdano, coetáneo de aquel, le otorgaría fama por su martirio. Se trata de Pedro Martínez de Ateza.
Nació en Cella el 15 de octubre del año 1533. Cursó estudios en Daroca, Zaragoza, Teruel y Valencia. Ingresó en la Compañía & Jesús a finales de mayo del 1S53 en Valencia. El 9 de abril de 1558 fue ordenado sacerdote en Murcia.
Cuenca, Salamanca y Valladolid fueron campo de su actividad apostólica. Y La Florida, el lugar de su martirio. Aconteció éste el día 6 de octubre del año 1556. En San Juan de Alimacani. Sus numerosas cari as constituyen un magnífico tratado de espiritualidad.
El P. Vicente Javier Tena, de la Compañía de Jesús, ha escrito recientemente una hermosa biografía titulada "Bravuras de un cellano en Valencia y La Florida".
El pueblo de Cella dedicó la calle llamada "Venerable" a su memoria. Y señala como lugar de su nacimiento la antigua casa "Patín", que estaba emplazada donde se levanta hoy el Centro Social de la parroquia de Cella.
11. Cofradía del Santísimo Cuerpo de Cristo
El 20 de julio del año 1548, el cardenal decano del Sacro Colegio, don Juan Domingo, protector de la piadosa y universal cofradía del Santísimo Cuerpo de Cristo, establecida en la iglesia de Santa María "super Minervam" en Roma, dio un decreto erigiendo canónicamente la cofradía del Santísimo Cuerpo de Cristo en la iglesia de Santa María, de Cella. Se conserva el pergamino. Está bellamente orlado con las armas del papa Pablo III.
12. La reliquia de Santa Rosina
Don Sebastián, arzobispo sipontino, nuncio apostólico con potestad de legado "ad latere" del papa Julio III ante el emperador don Carlos, concede el 3 de diciembre de1550 a don Miguel de Sais, noble zaragozano y ecónomo del estado doméstico del Príncipe de las Españas, licencia para recibir las reliquias de la cabeza de Santa Rosina y de la cabeza de Santa Celícola y cualesquiera otras reliquias que le han sido dadas en Alemania y poder llevarlas a España o a otras regiones y colocarlas en alguna iglesia, capilla, oratorio u otro lugar sagrado donde puedan ser veneradas.
Existe el pergamino que da fe de la autenticidad de la reliquia de Santa Rosina.
13. El afamado retablo renacentista
Hubo en la parroquia de Cella un magnífico retablo, obra maestra del renacimiento turolense, que se framentó al hundirse el ábside del templo parroquial en abril del año 1802. Tan sólo han llegado hasta nosotros algunos fragmentos del mismo.
Prestigiosos críticos e historiadores de arte como Antonio Ponz, Manuel Gómez Moreno, José Ibáñez
Martín, George Weise, Manuel Berges y Santiago Sebastián le han dedicado amplios comentarios. Pero no llegaron a conclusiones definitivas sobre quién fuese su autor.
Carlos de la Vega dedujo de sus investigaciones - según leemos en el folleto publicado por Santiago Sebastián y titulado "Cella y su pozo artesiano"- que el retablo fue obra de Cosme Damián Bas, quien firmó la capitulación en 1579.
En la revista TERUEL -julio/diciembre 1980, núm. 64- publiqué un artículo donde demuestro documentalmente que el artífice del citado retablo fue efectivamente Cosme Damián Bas. La prueba -que considero definitiva- me la proporcionó este archivo parroquial. En el libro VI de partidas sacramentales, folio 25, hallé una entre las de defunciones del año 1586, que dice así:
"Item a 17 de julio murió Damián Bas, ilustrísimo y famosísimo imaginero y maestro del altar mayor de esta iglesia parroquial."
¿Y cuál fue la fecha de construcción del retablo? En el libro de Acuerdos de esta iglesia y de su Capítulo de Racioneros -folio 267- encontré el dato. Se afirma allí que fue construido en el año 1563.
Ya don Hernando de Aragón había recomendado en su visita pastoral del año 1544 que se construyese "un retablo grande para la dicha iglesia, que sea de maçonería, para el altar mayor della, dentro tiempo de siete años". Y el visitador general Diego Díez de Sola insiste en el año 1554 en que se haga el retabloen un plazo de tres años.
14. La presencia de Damián Bas en Cella
El famoso "maçonero" contrajó matrimonio en Cella un sábado, día 4 de febrero de 1570. "... fueron desposados por palabras de presente Damián Bas, maçonero, y Gracia Lanzuela..." (libro IV, folio 20).
Gracia Lanzuela había nacido en Cella el 29 de diciembre del 1548. Y murió en este mismo lugar el día 1 de febrero de 1592.
El matrimonio Bas Lanzuela tuvo siete hijos. Todos ellos fueron bautizados en esta iglesia.
Como hemos señalado en el número anterior, Damián Bas murió en Cella el día 17 de julio de 1586. Fue enterrado en la capilla de la Piedad, de esta iglesia.
De Damián Bas dice Santiago Sebastián en su obra Teruel y su expresión artística : "Escultor influido por Berruguete, que trabajó en la catedral de Albarracín y posiblemente en Teruel y en el valle del Jiloca. En 1566 firmó el contrato para el retablo mayor de la catedral albarracinense. Sospechamos que poco antes intervino en el retablo mayor de la iglesia de San Pedro, de Teruel, y en el retablo de San Juan, de Santa Eulalia. Contribuyó a mantener el prestigio que Joli había dado a la escultura renacentista en nuestra tierra".
15. Juan Ambel, manierista
Juan Ambel era natural de Teruel. Contrajo matrimonio en Cella con Jerónima Cortés el 26 de abril de 1588. Esta había nacido en Cella el día 21 de mayo de 1566.
Transcribimos lo que de Juan Ambel escribió Santiago Sebastián en el folleto "Cella y su pozo artesiano".
"Sí sabemos... la existencia de un pintor manierista que tenía propiedades en la misma plaza mayor de Cella. Se trata del artista Juan Ambel, que casó con Jerónima Cortés, hija de un sastre de Cella, y que en 1589 recibió de su suegro la mitad de un corral en la mencionada plaza. Tal vez el pintor Juan Ambel hiciera de Cella su base de operaciones y tuviera en la plaza citada su taller. Un año antes contrató para la parroquia de Pozondón el retablo de San Pedro. Es muy probable que trabajase para la parroquia de Cella y entonces se le podría atribuir el retablo de la Virgen del Rosario, que muestra pintados los quince misterios en medallones de tabla, en composiciones bastante logradas y tal vez inspiradas en grabados; se remata el retablo con la tabla del testimonio de Cristo, compuesta dentro de los principios manieristas. Relacionada con este retablo parece estar la predela del Ecce-Homo, resto de un retablo desaparecido. A este taller hay que atribuir el retablo de la ermita de la Virgen de Loreto, con tablas sobre la Anunciación, la imposición- de la casulla a un santo, la Aparición de la Virgen y las efigies de San Lorenzo, San Vicente, San Juan Bautista y San Lamberto".
16. Cofradía del Nombre de Jesús
Don Jaime Gimeno, natural de Ojos Negros, obispo de Teruel, estableció en la parroquia de Cella la cofradía del Santísimo Nombre de Jesús en el año 1584. Y a juzgar por el libro de Cuentas, funcionó perfectamente hasta el año 1682.
17. Súplica al Rey, Católico
Fernando V de Aragón había mandado a los Jurados y al concejo de Cella que no permitiesen que ningún judío pudiese estar en este lugar más de un "día natural". Pero a petición de mosen Juan Iñigo, el Rey dio otro decreto ordenando que se aplazase el cumplimiento de aquel mandato hasta que fuese publicado e impuesto para toda la Comunidad de Teruel. El decreto fue dado en el Real sobre la Ciudad de Ronda a 11 de mayo del año 1485.
18. Ampliación de la iglesia de la Granja
El 18 de octubre de 1590, los jurados y regidores del concejo de Cella solicitan del abad del Monasterio de Piedra, don Agustín Navarro, permiso para ampliar la iglesia de la Granja. La razón que alegan es que siendo aquella de proporciones reducidas, no caben los de Cella cuando van allí en procesión.
SIGLO XVII
3. Reforma de las constituciones del Capítulo
Los estatutos por los que se regía el Capítulo de la Iglesia parroquial y patrimonial de Cella, disponían que los subdiáconos y diáconos de ésta no percibiesen fruto alguno hasta que no recibiesen el sacerdocio. Pedro el Concilio de Trento (1545-63) había dispuesto -sesión XXI, capít. II- que ningún clérigo fuese ordenado de orden sagrado, aunque fuese suficiente en costumbres, ciencia, edad y demás condiciones exigidas por el derecho, si no constaba legítimamente que poseía honesta y pacíficamente algún beneficio o título eclesiastico que fuese suficiente para su sustento.
A resolver la situación canónica de los clérigos de Cella en este punto concreto tendía la reforma que nos ocupa.
Reunidos el Capítulo, los jurados y los regidores del concejo el día 13 de marzo de 1602, acuerdan que los subdiáconos perciban una tercera parte. Y los diáconos, una mitad de la renta de los frutos decimales que reciban los racioneros sacerdotes.
4. La ermita de la Virgen de Loreto
Está situada en los aledaños de la fuente. Su fábrica es de mampostería y cantería. Tiene crucería gótica estrellada. Y un atrio sostenido en sus tres tramos por columnas toscanas de piedra con hermosas zapatas decoradas con eses y una curiosa flor. El interior está presidido por una talla de nuestra Señora. Desde un primoroso retablo manierista, atribuído al pintor turolense Juan Ambel, que contrajo matrimonio con Jerónima Cortés, hija de un sastre de Cella.
La ermita fue construida a comienzos del siglo XVII. En los libros parroquiales se encuentran algunos datos que lo corroboran:
-María Lanzuela Valero, vecina de Cella, deja en testamento cien sueldos para la obra de nuestra Señora de Loreto. Fue el 19 de abril de 1605.
-Juana Martínez, cien sueldos. El 22 de septiembre de 1607.
-Mosén Miguel Segura, quinientos sueldos. El 6 de septiembre de 1608.
Y he aquí una referencia muy interesante a este respecto. El profesor Arce Oliva, del Colegio Universitario de Teruel, nos ha facilitado fotocopia de un protocolo del notario Gaspar Cavero de Moros, de fecha 13 de junio del 1617. Por este documento Blas Piñol, fustero, vecino de Teruel, se obliga a hacer catorce cabezales de madera, labrados, para el porche de la ermita de nuestra Señora de Loreto de Cella, mediante el pago de 220 sueldos. Se trata de las zapatas que mencionamos antes y que todavía pueden ser contempladas hoy.
En el año 1982, el Ejército del Aire costeó una profunda restauración de la ermita al cumplirse el XXXII aniversario del aterrizaje forzoso de un JU-52 en el término municipal de Cella, del que resultó ilesa toda la tripulación. Y al pueblo de Cella le fue concedida la Medalla del Mérito Aeronáutico por la valiosa ayuda prestada con ocasión de aquel accidente.
Ermita de Loreto. Fino encaje de historia, arte, fervores, súplicas y gratitudes.
5. La torre de la iglesia
La torre del templo parroquial de Cella es obra del maestro de cantería Juan de Larrenaga, vecino del mismo lugar.
El primer cuerpo, de mampostería, fue construido en el año 1609. Esta es la fecha que aparece grabada en una piedra esquinal que ostenta, además, el escudo de Cella: la fuente en uno de los cantones y el castillo en el otro.
Según se deduce de la capitulación acordada entre Larrenaga y el concejo de Cella -de ella vamos a hablar inmediatamente-, estaba proyectado que los restantes cuerpos de la torre fuesen de ladrillo. Pero el 8 de enero de 1612 Larrenaga pacta con el concejo una modificación del plan anterior y mediante acta notarial adquiere el compromiso de "hacer de piedra labrada de dos caras todo aquello que por la capitulación que con dicho concejo tengo hecha de dicha torre estoy obligado de hacer de ladrillo y algez, assí la media naranja como todo lo demás".
En esta segunda capitulación actuó como notario Jerónimo de Avila. Y fueron testigos Pedro de Miedes y Luis de Miedes, vecinos de Cella.
Este documento ofrece otros datos de interés:
-Que Juan de Larrenaga arrancaría la piedra.
-Que el concejo debía de traerla y ponerla al pie de la obra.
-Que la torre debía de estar terminada para el día de San Miguel de aquel mismo año.
-Que por la obra el concejo le pagaría 4.000 sueldos jaqueses.
En el año 1616 don Tomás Cortés, obispo de Teruel, mandó por decreto dado en visita pastoral que los jurados y regidores del concejo hiciesen construir la escalera de la torre.
Y en el año 1976 ejecutóse una importante obra de afianzamiento de la bóveda colocando un zuncho interior al pie de los pilares y dos zunchos exteriores.
6. Las constituciones del año 1612
Acordadas por el Capítulo de Racioneros y por los jurados y regidores del concejo, fueron aprobadas por don Martín Terrer, obispo de Teruel, el 26 de noviembre de 1612. Constan de 30 artículos.
En la introducción se afirma:"Siquiere desde la conquista del dicho lugar de cella, quando fue ganado de los moros y desde tiempo inmemorial... (esta iglesia) fue dotada de todos los frutos decimales de dicho lugar, exceptados los derechos de los señores obispo y prebendado".
Puntos fundamentales de estas constituciones son: el modo de hacer la elección del vicario, las cualidades que habrá de reunir el candidato a las raciones del Capítulo, la notificación a los jurados y regidores del concejo del nombre de la persona elegida para el cargo de vicario, la presentación al Ordinario de aquel racionero que los jurados y regidores hubiesen aceptado.
7. La fiesta de San Clemente, Patrono de la Fuente
Estos son los orígenes de la celebración de la fiesta de San Clemente, Papa y Mártir, bajo cuyo patrocinio está la fuente. El Capítulo de Racioneros acordó el día 19 de noviembre del año 1621 pedir licencia a don Tomás Cortés, obispo de Teruel, para que "dicho Capítulo con los vecinos y habitantes de Cella puedan votar la fiesta de San Clemente, a fin de que en lo venidero la observemos y guardemos con la devoción y decencia que será razón."
El acta notarial de este acuerdo fue signada por Juan Asensio. Las razones alegadas fueron: "Por cuanto todos los vecinos del dicho lugar de Cella juntamente con nosotros, dichos capitulares, hemos tomado particular devoción al glorioso San Clemente por ser abogado de las aguas y en razón de dicha devoción haberle construido y edificado una ermita de su nombre e invocación en la misma boca de la fuente."
8. La fiesta de San José
El papa Gregorio XV introdujo en el calendario romano la fiesta he San José en el año 1621. Y tan solo dos años más tarde, el Capítulo de Racioneros de Cella y los jurados y regidores del concejo piden al obispo de Teruel, don Tomás Cortés, que les faculte "para votar la fiesta de San José". La solicitud lleva fecha de 15 de marzo de 1623.
9. La cofradía de San Sebastián
Hemos hallado un dato que pone de manifiesto la antigüedad de esta cofradía, subsistente todavía hoy en nuestra parroquia. El Dr. Ginés Martínez, vicario general del obispado de Teruel, en la visita que hizo a la parroquia de Cella en el año 1628, manda "a los mayordomos de la Compañía de San Sebastián que den cuenta de las obligaciones, encargos, gastos y cobranças".
10. Indulgencia plenaria en la fiesta de Santa Rosina
Intensa y extensa ha sido y es la devoción y solemne el culto tributado por el pueblo de Cella a Santa Rosina, Virgen y Mártir, su celestial Patrona, desde que, a mediados del siglo XVI, recibiera su reliquia insigne: el cráneo de la santa.
El Sumo Pontífice Urbano VIII contribuyó a acrecentarlos al conceder el día 4 de febrero de 1629 indulgencia plenaria a cuantos visitasen la iglesia de Cella desde las primeras vísperas de la fiesta de Santa Rosina -15 de mayo- hasta el ocaso del sol del día de la santa.
11. Las constituciones del año 1632
En rigor se trata de una profunda reforma de las del año 1612. Acordadas en capítulo general celebrado el día 18 de marzo del año 1632, fueron aprobadas cinco días más tarde por don Fernando de Valdés y Llano, obispo de Teruel y electo de León.
Ofrecemos a continuación una síntesis de ellas:
-Ningún clérigo podrá ser admitido como racionero sin que, además de ser o haber sido su padre o madre y un abuelo o abuela vecinos de Cella y nacidos aquí o en sus términos, concurra también la circunstancia de que el otro de sus padres sea vecino y nacido en el reino de Aragón o en otro de los reinos, provincias o principados que están dentro de España e hijo o hija de personas que tengan o, si fueren muertos, hayan tenido la misma vecindad y naturaleza.
-Los doctores o licenciados en Teología o Cánones por las Universidades de Alcalá de Henares y de Salamanca "tengan, gocen y reciban la mitad de una ración entera de todos los frutos decimales, además de la ración que le pueda pertenecer por ser racionero. Y dichos graduados tendrán el primer voto y asiento después del vicario y del racionero mas antiguo".
-Siempre y cuando algún racionero quisiera ausentarse para obtener alguna dignidad, canonicato, rectoría, vicaría o cualquier otro beneficio eclesiástico, se le concederá licencia para ello, con tal que en esta iglesia de Cella queden quince o más racioneros residentes.
-Podrán jubilarse los racioneros que hubieren servido y hecho personal residencia en esta iglesia durante treinta años continuos.
-El vicario y los dos racioneros más antiguos llevarán los hábitos siguientes: desde el día de Todos Santos hasta el de Santa Cruz de mayo, mucetas de paño negro forrado con pieles negras por la parte de afuera y mantos de la forma que los llevan los vicarios y racioneros más antiguos de la ciudad de Teruel. Y desde el día de Santa Cruz de mayo hasta el de Todos Santos, lleven dichas mucetas forradas con raso morado.
12. Preeminencia del vicario de Cella
En el sínodo diocesano celebrado en el año 1642, siendo obispo de Teruel Fray Juan Cebrián, el vicario de Cella don Martín Pascual tuvo preeminencia, después de los curas de Teruel, entre los rectores y demás curas de la diócesis.
13. Breve del papa Inocencio X
Dado el día 29 de abril del año 1647. Por él se comisiona al obispo de Santa María de Albarracín o a su vicario general, por estar vacante la sede episcopal de Teruel, para que conceda a los vecinos y moradores de Cella la absolución de todas las censuras en que hayan podido incurrir, a condición de que ayunen tres días en una misma semana y comulguen al domingo siguiente, concediendo, además, indulgencia plenaria a los que comulgaren, y mandando a dicho prelado que por sí mismo o por otro eclesiástico bendiga los campos y tierras de Cella, en atención a que los vecinos de dicho pueblo han recurrido a Su Santidad para que provea lo que convenga, pues hace varios años que no tienen cosechas y sufren calamidades en sus campos, frutos y personas.
14. Francisco Félix de Miedes García
Nació en Cella el día 13 de octubre de 1636. Era hijo de Agustín de Miedes y de Bernarda García.
El P. Vicente Javier Tena, S.L, escribió sobre él la preciosa página que transcribimos (4).
(4) TENA, V. J., Bravuras de un cellano en Valencia y en la Florida, (Valencia) 1979, pp. 143-46.
"Si en La Florida hacía Pedro Martínez florecer rosas martiriales y en toda Europa encendía una llamarada de celo misional, sería sin duda su recuerdo el que un día haría florecer en Cella un blanco lirio de angelical pureza, émulo de Gonzaga, de de Berchmans y de Kostka. La noticia la leemos en la hi.titu ría inédita de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús de Valencia. Dice así: Uno de los pretendientes escolares que se recibieron en esta casa el año 1653 fue el hermano Francisco Miedes y García, aragonés, natural de Cella, deudo de deudos del santo mártir Pedro Martínez, y criado en la misma casa donde nació y se crió el santo Mártir.
Y es circunstancia digna de nota que en cien años cumplidos no se sabe que haya entrado otro de Cella en la Compañía; porque el santo Mártir, estudiando acá en Valencia, fue recibido en el Colegio de San Pablo el año 1553; y este santo mozo, su deudo, fue recibido en esta Casa a 26 de abril de 1653.
De esta Casa fue enviado el hermano Francisco de Miedes con la opinión de santo, que le merecían sus heroicos ejemplos, al Noviciado de Tarragona; porque para muchacho y estudiante seglar, era mucho lo que hacía... aventajándose a sus conovicios en el ejercicio de todas las virtudes que constituyen un perfecto novicio de la Compañía".
Francisco Félix de Miedes murió cuando llevaba dieciocho meses de noviciado.
15. Bula del papa Inocencio X
El día 13 de enero de 1651, el papa Inocencio X concede indulgencia plenaria con las acostumbradas condiciones a los cofrades de la cofradía de la Sangre de Cristo, de Cella, que visitaren la iglesia parroquial el jueves siguiente al miércoles de Ceniza; a los que se inscribiesen en dicha cofradía, el primer día de su ingreso; a todos los cofrades, en artículo de muerte.
16. Las constituciones del año 1678
Era el día 16 de junio de 1678. Vicario del Capítulo, don José Lanzuela. Reunidos como de costumbre los racioneros, presididos esta vez por el lugarteniente del vicario Juan García Malo, procedieron a establecer nuevas constituciones. Asistieron 31 racioneros. Y el 16 de agosto de aquel mismo año eran aprobadas por don Juan Martín Arroyos, vicario general de Fray Andrés Aznar, obispo de Teruel.
Estas constituciones comprenden 24 capítulos. Minuciosas con exceso, regulan la abundante casuística a que se prestaba una institución cuyas esenciales características fueron lo parroquial y lo patrimonial en extraña y, no obstante, perfecta simbiosis.
17. Indulgencia a la devoción de las Cuarenta Horas
La devoción de las llamadas Cuarenta Horas fue introducida en Milán por el capuchino José de Ferno en el año 1537. Desde allí se extendió a otras ciudades italianas. El papa Clemente VIII la estableció en Roma en el 1592. Y poco a poco se fue generalizando esta piadosa práctica.
Un siglo más tarde, queda establecida en la parroquia de Cella. Y el papa Inocencio XII enriquece las Cuarenta Horas de esta parroquia concediendo el 17 de diciembre de 1697 indulgencia plenaria que se podrá lucrar una vez al año.
El obispo de Teruel señalaría luego como día hábil el domingo de quincuagésima. El decreto lleva fecha de 7 de febrero de 1698.
18. El Capítulo de Racioneros y la devoción a la Virgen
Algunas actas de visita pastoral de este siglo XVII recogen la costumbre que el Capítulo tenía de celebrar todos los sábados la misa de nuestra Señora al salir el sol. Y la de cantar la Salve, puesto el sol. Y la de rezar diariamente el santo rosario con el pueblo al anochecer.
SIGLO XVIII
3. P. Francisco Javier Gómez Ortiz
Nació en Cella el 31 de marzo de 1701. Siendo muy joven, ingresó en la Compañía de Jesús. Ordenado sacerdote, fue enviado como misionero a Yucatán (Méjico). Allí permaneció por espacio de treinta años. Los últimos de su vida transcurrieron en Bolonia. En esta ciudad murió el día 22 de noviembre de 1784. Los pueblos donde ejerció su ministerio sacerdotal lo consideraron santo. En este archivo parroquial hay copia a mano de una carta escrita por sus superiores de Bolonia dando cuenta de sus heroicas virtudes y de su santa muerte.
4. P. Pedro Miguel Segura Domínguez
Fue otro celdano insigne del siglo XVIII. Nació en Cella el día 3 de octubre de 1708. Llamado al estado religioso, ingresó en la Orden de los Mínimos de Zaragoza.
Hombre de gran erudición y de extraordinarias dotes de gobierno, fue elegido Superior General de la Orden el 3 de junio de 1770 en el Capítulo celebrado en Barcelona. Concluídos los seis años de su mandato, retiróse al convento de Zaragoza, donde falleció el día 10 de junio de 1782.
5. El órgano del templo parroquial
Pedro José Cabello, vecino de Cella, en nombre del organero Pedro Gil, vecino de Monterde de Alharracín, presenta al Capítulo una proposición para hacer el órgano de la iglesia de Cella en un año. Era el 18 de mayo de 1718.
El Capítulo aceptó la propuesta y los 49 racioneros existentes entonces, cuyos nombres se relacionan en el documento que extractamos, se comprometieron "in solidum" a pagar la cantidad estipulada. '`Por doscientos pesos que se le den en trigo el día de San Miguel de este año 1718 y doscientas fanegas de trigo, que se le han de pagar en el tiempo de seis o siete años".
De que había existido antes otro órgano da fe el decreto de visita pastoral del año 1554 en el que se manda "tañer el órgano en los días acostumbrados".
6. La romería al Calvario
La parroquia de Cella peregrina cada año, aún hoy, hasta un altozano llamado "El Calvario", distante del lugar unos cinco kilómetros. Y lo hace el día de San Jorge.
Debió comenzar esta costumbre con posterioridad al año 1481, puesto que el libro de ordenanzas del concejo, del que ya hemos hablado antes, al enumerar las procesiones acostumbradas en el lugar, no cita la del Calvario. Pero es ciertamente anterior al año 1724 ya que el decreto de la visita pastoral efectuada por don Pedro Felipe Analso de Miranda y Ponce de León dice: "Y porque somos informados que en cada un año, día de San Jorge Mártir, se hace una procesión al término llamado Calvario de Monte, distante cerca de una legua de este pueblo, en donde no hay ermita ni santuario alguno...".
7. Institución de la cofradía del Santísimo Sacramento
El papa Benedicto XIII, mediante bula dada el 15 de julio de 1729, establece en la parroquia de Cella la cofradía del Santísimo Sacramento.
A juzgar por los datos que nos facilita el libro de matrícula y de actas, la adscripción se hacía por familias completas.
8. Otras ermitas
En capítulos anteriores hemos hablado de algunas ermitas sitas en Cella. César Tomás, en su obra titulada "Introducción a la Historia de Cella", habla de un manuscrito del archivo diocesano, en el que se relacionan las ermitas existentes en Cella cuando don Pedro Felipe Analso y Ponce León efectúo su visita pastoral del año 1721. Son doce en total.
De ellas existen actualmente la de San Sebastián, la de San Clemente, la de San Marcos y San Agustín (llamada ahora de Santa Lucía, que está en ruinas), la de Loreto, la de San Pedro Arbués y la de San Antonio de Padua, que no aparece en aquella relación por ser de construcción posterior a aquella fecha.
Han desaparecido: la de Santo Domingo de Guimán (hallábase en el Castillo), la de San Joaquín, la de San Cristóbal (quedan ruinas), la de San Benito, la de San Francisco Javier y la de nuestra Señora del Pilar, que se estaba construyendo en el año 1721, según se afirma en el citado manuscrito.
9. Acuerdo del Ayuntamiento de Cella
Hacemos notar, una vez más, que el Ayuntamiento era patrono de la iglesia de Cella juntamente con el Capítulo de Racioneros por ser aquella jurídicamente no territorial, sino personal.
Solamente desde esa perspectiva se comprende y se justifica el siguiente acuerdo que transcribimos íntegramente:
"Pedro Clemente y Lorente, escribano de S.M, en todos sus dominios y del Ayuntamiento del Lugar de Cella, del Partido de Teruel, nombrado también por S.M. y en dicho Lugar domiciliado, certifico: Que en la junta que los SS. del Ayuntamiento del mismo han celebrado en el día de hoy abajo expresado, acordaron hacer presente al M.L Sr. Vicario General (le este Obispado que siendo precisos cuarenta racioneros para evacuar las obligaciones de la Iglesia del mismo lugar, se hallan al presente veinte y cuatro Racioneros, por cuyo motivo no pueden dar el cumplimiento debido a la residencia ni a las demás que tiene dicha Iglesia. Y para que conste donde convenga, de orden de dicho Lugar de Cella a diez y nueve días del mes de octubre de mil setecientos cincuenta v cinco años. En testimonio de verdad, Pedro Clemente y Lorente".
10. Las Constituciones del año 1793
Estas nuevas constituciones del Capítulo de Racioneros de Cella surgieron como una consecuencia lógica de la Real Cédula sobre Reducción de Raciones y Supresión de Piezas eclesiásticas de 9 de mayo de 1790. Los racioneros de Cella debían de ser 25, más el vicario y el regente.
Ellas serán el cauce jurídico por el que a partir de ahora se regirá el prestigioso Capítulo hasta su extinción producida a mediados del siglo siguiente.
Son un total de 28 constituciones. Con escasas variantes respecto a las anteriores. Sus coordenadas son las mismas. Es digna de notar la n.º 27 por lo que supone de relieve para los Patronos del Capítulo. La transcribimos.
"Establecemos y ordenamos que el establecer y ordenar Constituciones acerca del Patrimonio de dicha iglesia y cosas a él pertenecientes toca y pertenece al Capítulo eclesiástico de la misma iglesia y al Ayuntamiento secular de dicho Lugar juntamente, como Patronos que son del referido Patrimonio y no otros; y que no puedan establecerlas acerca de dicho Patrimonio el Capítulo eclesiastico de por sí sin el Ayuntamiento secular ni éste sin dicho Capítulo".
11. Oratorio público en casa de los Sres. Lozano
El día 2 de enero de 1785, don Cristóbal Valero, vicario de la parroquial y patrimonial de Cella, auiorizado por el obispo de Teruel don Roque Martín Merino, bendecía con toda solemnidad un oratorio público, puesto bajo la advocación de Nuestro Señor Jesucristo Crucificado y de Nuestra Señora del Pilar, construido en casa de don Pablo Rafael Lozano. Tenía puerta a la calle pública y campana.
De este oratorio procede el pequeño retablo que está hoy en la capilla de San Cristóbal de la iglesia parroquial y una imagen de la Virgen del Pilar, que se guarda en el mismo templo.
SIGLO XIX
2. D. Francisco Arredondo Villanueva
En su época se extingue el Capítulo de Racioneros. El cierra, por tanto, la serie de vicarios de la parroquial y patrimonial iglesia de Cella.
Arredondo fue doctor en Cánones, licenciado en Teología, Penitenciario de esta iglesia, vicario, examinador sinodal del arzobispado de Toledo, académico de la Academia de Ciencias Eclesiásticas de San Isidoro de Madrid, diputado provincial de Teruel y canónigo capellán mayor de Reyes en Toledo. Murió en esta ciudad en 1885.
3. Curas Párrocos…
5. Destrucción del retablo del altar mayor
Se trata del afamado retablo de Cosme Damián Bas. Una obra maestra del renacimiento turolense.
Del libro de acuerdos del Capítulo de Racioneros copiamos textualmente:
"En el mismo año de 1802, se cayó el crucero de la iglesia, día 6 de abril, a las 11 y 58 minutos del día. Y gracias a Dios, no hubo desgracia alguna; sólo la pérdida de los 5 retablos y en especial el mayor que era magnífico y de mucho primor, el cual lo había trabajado Blas Bas en el año 1563. Y aunque era de madera, como el que hay en la catedral de Teruel y en San Pedro de la dicha, en éste echó el resto".
En la actualidad quedan sólo algunos fragmentos de este retablo.
6. Extinción del Capítulo de Racioneros
Dijimos al principio que el Capítulo de Racioneros se estableció sobre la concesión de los diezmos y primicias a los clérigos hijos de Cella por don Ramón Castellezuelo, obispo de Zaragoza.
Pues bien, el Real Decreto de fecha 14 de agosto de 1841, que estableció la supresión definitiva de los diezmos en España, constituiría la causa fundamental de la extinción del Capítulo.
Por otra parte, los censos eran redimidos paulatinamente.
No le quedaba ya al Capítulo otro medio de subsistencia que "lo votivo" de la parroquia, ostensiblemente insuficiente para el crecido número de racioneros.
La difícil situación económica creada al Capítulo con los hechos expuestos por un lado y el Concordato de 1851 por otro, principalmente con su articulado referente a la provisión de curatos, hicieron que la parrroquia de Cella perdiese su característica de "patrimonial" y entrase en la dinámica general de parroquia "territorial". De hecho, el día 3 de junio de 1857 es nombrado cura párroco de Cella don José Sánchez quien, al tiempo de su nombramiento, era cura de Camañas. No obstante, siguiendo la costumbre todavía lo presentó al Capítulo.
Aguirre Alvarez recoge en su obra "El astrónomo cellense Francisco Martínez Zarzoso" el testimonio de don José Garcés, médico de Cella, que conoció y auxilió al último racionero.
Así se extinguió una institución que, al darse nuevas constituciones en junio de 1678, hacía gallardamente su propia presentación con estas palabras:
"In nomine Dei. Amen. Sea a todos manifiesto que llamado, convocado y junto el Capítulo de los Ilustres y Reverendos Señores Vicario y Racioneros de la Santa Iglesia Parroquial y patrimonial de Nuestra Señora de la Asunción de Cella...".
7. Cementerios
Como en tantos otros lugares, en Cella el cementerio estaba contiguo al templo parroquial. Se ubicaba en el patio que hoy llamamos "Fonsal".
Resultando insuficiente para los enterramientos, en el año 1855 el Ayuntamiento construyó otro nuevo en el cerro de San Sebastián. Hay constancia escrita del hecho de su bendición que tuvo lugar el día 1 de julio de aquel mismo año.
8. Robo de la iglesia
En este archivo parroquial hay copia literal del Proceso seguido en este lamentable suceso. Extractamos algunos datos.
El robo aconteció en la noche del 4 al 5 de agosto del año 1863. Los ladrones penetraron el el templo violentando las puertas con palanquetas. Sustrajeron el relicario de Santa Rosina, nueve cálices, dos cruces parroquiales de plata, candeleros y otros efectos. Los peritos tasaron el valor de lo robado en 9950 reales de vellón. Los expoliadores fueron descubiertos y sentenciados por el Juzgado de Primera Instancia de Albarracín en causa seguida de Oficio.
9. Nuevo relicario de Santa Rosina
Según inventario del año 1720, la reliquia de Santa Rosina -el cráneo- se guardaba en una caja (te plata sobredorada.
El Proceso del que hemos hecho mención en el número anterior dice que el relicario de Santa Rosina también fue robado. Pero a la vez afirma que el día 16 de noviembre de aquel mismo año 1863 fueron hallados varios efectos de los robados en la partida de Valdehondo, del término de Pozondón. Y la tradición llegada hasta nosotros dice que allí encontraron también la reliquia de Santa Rosina.
Para guardar de nuevo la venerada reliquia, hizose un nuevo relicario, el actual, en el que se lee: "A expensas de los devotos. Por suscripción. Año 1864".
Este relicario fue obra del orfebre Manuel Gallén Ferrera, natural de Morella, que tuvo su taller en Valencia.
12. Se establece la asociación "Hijas de María"
E1 día 12 de enero de 1879, las jóvenes de Cella se dirigen por escrito al Sr. Obispo de Teruel solicitando permiso para establecer en la parroquia la Congregación de Jóvenes Católicas de María Inmaculada y Santa Teresa de Jesús. Esta congregación había sido fundada en Tortosa el 15 de octubre de 1873. Y elevada a Archicofradía por el papa Pío IX en Breve de 17 de diciembre de 1875.
El obispo de Teruel concedió su aprobación el 22 de enero de 1879. La Asociación comenzó en Cella con 136 asociadas. Subsiste en la actualidad.
SIGLO XX
3. El legado de doña Isabel Lozano
Doña Isabel Lozano Navarro, natural de Cella, por testamento otorgado en Zaragoza ante el notario D. Pedro P. de Areitio y Asúa el día 24 de julio de 1909, instituye y nombra heredera universal de sus bienes a la iglesia de Cella, con excepción de su casa natal y de la finca denominada "El Carro", que deja a los Padres Carmelitas Descalzos "para una fundación".
4. Ampliación del templo parroquial
Cuando la parroquia recibió los bienes de doña Isabel Lozano era párroco don Ciriaco Soriano Benito. Este decidió ampliar el templo parroquial que resultaba insuficiente. A tal efecto puso en venta la mayor parte de la herencia recibida. La ampliación afectó al crucero y al ábside del templo. Estos quedaron profundamente marcados por la huella modernista del arquitecto Pablo Monguió Segura en duro contraste con el resto del templo de tramos con crucería sencilla en diagonal.
5. Cofradía de la Virgen del Carmen
El 13 de septiembre del 1914 fue instituida en Cella la cofradía de la Virgen del Carmen. El decreto de erección fue dado por Fray Clemente María, vicario general de la Orden Carmelitana.
Esta cofradía ha subsistido hasta el presente con vitalidad creciente.
6. Fundación de los Padres Carmelitas
Indicamos ya que doña Isabel Lozano había legado a los Carmelitas su casa natal y la finca "El Carro" para una fundación. Los religiosos carmelitas se establecieron en Cella en el año 1930. Se dedicaron al ministerio sacerdotal y a la docencia. Permanecieron aquí poco tiempo. Años después vendieron los bienes raíces de la fundación.
7. Ermita de San Pedro Apóstol
Al reseñar datos referentes al siglo XV hablábamos de una ermita dedicada a San Pedro Apóstol. Hallábase ubicada en el centro del pueblo.
En el año 1919, la Sociedad Obrera Agrícola necesitaba ampliar su domicilio social que estaba contiguo a dicha ermita. A petición de la citada Sociedad, accedió la autoridad eclesiástica a permutar aquella por otra de características similares. La Sociedad Obrera Agrícola aceptó la propuesta y construyó una ermita nueva en las inmediaciones de la Fuente e hizo entrega de ella a la parroquia mediante escritura de permuta otorgada ante el notario don Pascual A. Girón Ortiz el día 26 de febrero de 1921.
Esta nueva ermita, de construcción débil, duró poco. Hundióse hacia el año 1950. A petición del Ayuntamiento, el solar ha sido vendido a esta misma corporación y el importe ha sido invertido en la construcción del Centro Parroquial del que hablaremos luego.
8. El P. Fernando de Santa Teresa
En el siglo, Mariano Górriz Martínez. Había nacido en Cella el día 2 de octubre de 1882. Estudió las humanidades y filosofía con notable aprovechamiento en el seminario de Teruel. En el año 1901 ingresó en el noviciado de los PP. Carmelitas del Desierto de las Palmas en donde profesó el día 20 de enero de 1902. Ordenado de sacerdote el 8 de abril de 1905, desempeñó el cargo de lector de Sagrada Teología durante varios años.
Fue varias veces Definidor en la Orden y tres veces Provincial.
Murió martirizado en la playa de El Saler (Valencia) el día 7 de agosto de 1936.
9. Ermita de San Antonio de Padua
En el mismo lugar donde está hoy la ermita de San Antonio existió antes otra bajo la misma advocación. No debía de ser muy antigua ya que no la mencionan los documentos que relacionan las existentes en la parroquia.
Hallándose muy deteriorada en su fábrica, don Ramón Gómez Ripoll, cura párroco, decidió construir otra nueva. Fue el año 1949. Las obras se sufragaron con donativos de los devotos del Santo y con el dinero obtenido de la venta de una finca que la parroquia poseía en la partida "Carra Celadas".
En el año 1984, don Leoncio Martínez Pérez, sacerdote jubilado, natural de Cella, introdujo acertadas reformas en la ornamentación de esta ermita.
10. Cofradía de San Cristobal
Cella poseyó una ermita con esta advocación en el que todavía se llama "Cerro de San Cristóbal". Las viejas raíces de la devoción al santo retoñaron. Y en el año 1967 surgía con fuerza la Cofradía de San Cristóbal.
• Creóse una Junta rectora, redactáronse unos Estatutos y fueron éstos aprobados por el entonces obispo de Teruel don Juan Ricote Alonso.
Hoy es considerable la dinámica religiosa y social de esta asociación a la que pertenecen cerca de 300 cofrades.
11. El actual retablo del altar mayor
Hemos hablado ya de la ampliación del templo parroquial, llevada a cabo a comienzos del siglo XX. Colocaron entonces en el altar mayor un pequeño retablo, de tablas y cartón pintados, sin mérito artístico alguno.
Allá por los años 1950, la ermita de nuestra Señora de La Langosta (término municipal de Alpeñés) ofrecía peligro de hundimiento, como así aconteció años más tarde. Y antes de que se hundiera, el Obispado de Teruel retiró el retablo del altar mayor y lo guardó en el antiguo convento de Capuchinos de Teruel.
Enterados nosotros de ello y moviuos por la evidente necesidad que la iglesia parroquial de Cella tenía de un gran retablo, se lo pedimos a don Damián Iguacen, a la sazón obispo de Teruel. El nos lo concedió diciendo: "Haréis uña obra buena restaurándolo".
Estas son las razones por las que tan grandioso retablo se halla en el templo parroquial de Cella desde el año 1976.
Y para un mejor conocimiento de este retablo,' traemos aquí algunos datos que hemos hallado en un compendio histórico sobre el santuario de La Langosta, escrito en el año 1907 por don Félix Sánchez Lidón, párroco de Alpeñés.
-El retablo fue construido por el escultor Francisco Ascoz, de Barrachina.
-Fue colocado en La Langosta el 29 de septiembre de 1685.
-Costó 530 libras jaquesas (9.984 reales).
-Los cuadros eran debidos al pincel del artista Vicente Guilló, de Vinaroz. Del año 1686. Según decían, desaparecieron en 1936 con motivo de la contienda civil.
-Los actuales cuadros del retablo fueron pintados por Juan Antonio Pumareta, natural de Cella. Y el central -imagen del Crucificado- es obra de Sor M.ª Gema Pitarch, del Monasterio de las Clarisas de Báguena (Teruel).
12. Cartas de la Secretaría de Estado del Vaticano
En el archivo parroquial guardamos con gran estima tres cartas de la Secretaría de Estado del Vaticano. Son benévola contestación a telegramas de felicitación enviados al papa Pablo VI con motivo del I, V y XII aniversarios de su elección y coronación.
Ellas ponen de manifiesto "los sentimientos de viva gratitud con que el Romano Pontífice ha acogido las expresiones de filial congratulación, que unidas a la generosa ofrenda de oraciones y sacrificios por sus intenciones le han sido enviadas".
Están firmadas las tres por el cardenal Benelli.
13. Obras y adquisiciones
Estas son las obras y adquisiciones hechas en la parroquia desde el año 1963 hasta la fecha:
-Pavimentación de la nave central y del presbiterio del templo parroquial. Con madera de sabina. -Tejados nuevos en las naves central y lateral izquierda y reparación de la nave lateral derecha. -Reforma de la casa parroquial. -Afianzamiento de la cúpula de la torre. -Restauración del "Fonsal".
-Reparación de los tejados de la ermita de San Sebastián.
-Restauración de la ermita del Loreto, costeada en su totalidad por el Ejército del Aire.
-Reparación del tejado del crucero del templo parroquial.
-Adquisición de 46 bancos de madera de pino, procedente de Frías de Albarracín.
-Compra de un piso en el Parque de la Vega para catequesis y actividades pastorales.
-Construcción de nuestro "CENTRO SOCIAL". De él hablaremos más adelante.
14. "El Patín"
A los habitantes de Cella esta expresión nos es muy conocida. El Patín era una casa de labranza con amplios descubiertos, emplazada en el centro del casco urbano, que la parroquia adquirió por compraventa en el año 1945.
La tradición dice que en ella nació nuestro Venerable Pedro Martínez de Ateza.
Demolido el edificio en el año 1971, hízose una parcelación racional del solar resultante.
En sucesivas etapas se vendieron cuatro parcelas. Con su producto y con aportaciones de los fieles fueron ejecutándose las numerosas e importantes reparaciones que detallábamos en el número 13 de este mismo capítulo. La parroquia se reservó dos solares en los que proyectaba construir un Centro Social Parroquial. Uno, para el nuevo edificio; otro, para patio de recreo. O para posibles y futuras ampliaciones.
Entre ambos y a todo lo largo del antiguo solar, la parroquia ha dejado libre una superficie rectangular de 50 x 8 metros, que entrega gratuitamente al pueblo contribuyendo así a la apertura de una calle entre la Plaza Mayor y la calle Romanos.
15. El Hermano Adolfo
Leonardo Lanzuela Martínez nació en Cella el día 8 de noviembre de 1894. Obtuvo el título de maestro nacional en la Escuela Normal de Teruel en 1917. Ingresó en el Instituto de Hermanos de las Escuelas Cristianas en el año 1922. Fue profesor del Escolasticado de Talence (Francia) y director del Colegio de Beasaín. En 1929 fue nombrado director del colegio de Montemolín de Zaragoza. Aquí permaneció ya prácticamente hasta su muerte acaecida el 14 de marzo de 1976.
El Hermano Adolfo estaba en posesión de la Encomienda de Alfonso X el Sabio y de la Medalla al Mérito en el Trabajo.
Tres fueron las líneas fundamentales sobre las que, día a día, fue grabando su apasionado amor a 1)1011 desde el servicio a los hombres: la tarea educativa, la búsqueda incansable de puestos de trabajo para cuantos acudían a él en demanda de una colocación, la asistencia espiritual a los enfermos. Tres también los trazos que determinaron su perfil espiritual: exactitud en el cumplimiento del deber, profunda vida de oración, serenidad y equilibrio espirituales.
En vida y sobre todo en su muerte el pueblo le atribuyó fama de santo. En la actualidad está incoado el proceso de beatificación.
Se ha publicado recientemente una biografía del Hermano Adolfo escrita por el Hermano Saturnino Gallego y titulada "El Hermano Adolfo o la Transparencia de Dios".
16. Creación del Consejo Parroquial
Siguiendo las instrucciones dadas el 10 de mayo de 1979 por el prelado de la diócesis, establecióse en la parroquia de Cella aquel mismo año el Consejo Parroquial.
Dado el arraigo que tienen aquí las cofradías, estimóse conveniente que aquél estuviese constituido por sus respectivos presidentes. Se logra así una mayor participación y se garantiza la presencia de todos los sectores, ya que el presidente de cada cofradía es elegido por la base y renovado periódicamente. Pertenecen también al Consejo Parroquial algunos miembros de los diferentes movimientos apostólicos existentes en la parroquia.
El consejo parroquial es un cauce muy adecuado para el desarrollo de la pastoral. "No es -decía el obispo don Damián- un organismo ejecutivo o de control ni propiamente técnico. Es una reunión en el Espíritu para discernir a la luz de Dios y encontrar los caminos de penetración del Evangelio en los ambientes en que vivimos".
17. Las Hermanas de la Presentación en Cella
Hacía tiempo que en la parroquia se detectaba la conveniencia de establecer una congregación religiosa femenina. El cura párroco indicó esto al Sr. Obispo, don Damián Iguacen. Este recibió la sugerencia con sumo interés e hizo diversas gestiones a tal fin. El resultado fue positivo. El día 11 de enero de 1982 llegaban a Cella tres religiosas de la Congregación de Hermanas de la Presentación de la Virgen de Granada. Las Hermanas Carmen, Rocío y Fátima. Dicha congregación había sido fundada precisamente por otro obispo de Teruel, don Maximiano Fernández del Rincón y Soto cuyo proceso de beatificación está incoado.
Los sectores fundamentales de la actividad apostólica de estas religiosas en Cella son éstos: catequesis a todos los niveles, atención a la juventud, formación de la mujer, visita y asistencia religiosa a enfermos, ancianos e impedidos, grupos de oración y reflexión, vida litúrgica de la parroquia.
18. Misión popular del 1984
Desde el día 8 de marzo de 1984 hasta el 25 del mismo mes hubo en la parroquia una misión popular predicada por Padres Redentoristas.
Dos fueron los ejes sobre los que giró la misión: las asambleas cristianas y la proclamación de la Palabra.
Cincuenta y tres casas, cedidas amablemente por los vecinos durante cuatro noches, fueron el marco de las asambleas. Acudieron a ellas unas 1.400 personas.
La segunda semana estuvo centrada en la proclamación de la Palabra. En la Eucaristía de la mañana, en las charlas a los diversos sectores -niños, adolescentes, jóvenes, matrimonios, tercera edad- y en el acto general de la noche.
Especial relieve tuvo la que llamamos "Oración del silencio". Fue un acto programado para la juventud del arciprestazgo Monreal-Santa Eulalia. Celebróse en Monreal del Campo la noche del viernes, día 23 de marzo. Fue un encuentro de la juventud de la zona. Acudieron 600 jóvenes. Setenta eran de Cella. Fue un acto impresionante: cantos, prolongados silencios, súplicas espontáneas en voz alta, adoración de la Cruz.
La misión fue seguida activamente en Cella por el 6(1% de la población. Y obtuvo resonancia manifiesta en todos los ambientes del pueblo.
Al año siguiente, durante la Semana Santa, se hizo la revisión con la llamada postmisión que dio nuevo impulso a nuestra vida cristiana.
19. El Centro Social de la parroquia de Cella
Hemos hablado anteriormente de cómo las Hermanas de la Presentación se han establecido en Cella y del amplio abanico de actividades que desarrollan. Y urgía construir una vivienda adecuada al género de vida de una comunidad religiosa y unos locales aptos para su acción formativa y pastoral.
Tras varias reuniones con numerosos feligreses, resultó elegida una Junta de Obras presidida por el párroco. Y se asumió el compromiso moral de ir llevando a término la construcción del soñado Centro Social Parroquial.
Encargáronse del Proyecto los arquitectos don Arturo Esparza Gaspar y don Alejandro Cañada Peña. Y de la ejecución de la obra, el contratista don Antonio Paricio Liláo.
El día 16 de junio de 1986, don Antonio Angel Algora Hernando, obispo de la diocésis, colocaba la primera piedra en presencia de las autoridades locales y de numeroso público.
El cuadro de superficies construidas es:
Planta Baja _ 169,39 m2
Planta Primera 169,39 m2
Planta Segunda 169,39 m2
El volumen de lo edificado es de 1772 m3
La obra está siendo costeada con fondos de la parroquia y con donativos de los hijos de Cella y de otras personas e instituciones que nos han prestado su apoyo moral y económico.
20. Bendición e inauguración del Centro
Fue en la tarde del día 15 de mayo de 1988, fiesta de Santa Rosina, Patrona de Cella. Con toda solemnidad. El obispo de la diócesis, don Antonio Angel Algora Hernando, en presencia de las autoridades provinciales y locales, de numerosos sacerdotes, de la Superiora General de la Congregación de la Presentación de la Virgen de Granada, Hna. Carmen Pérez Yruela, de Hermanas de diversas comunidades como ésta y de otras Congregaciones, y de todo el pueblo de Cella, bendecía e inauguraba nuestro CENTRO SOCIAL, proyectado como base para una auténtica promoción comunitaria rural.
Al acto se unieron por medio de telegramas el obispo de Tenerife don Damián Iguacen Borau, el de Tarazona don Ramón Búa Otero y la Directora General de Bienestar Social y Trabajo de la Diputación General de Aragón doña Ana Mª. Cortés.
Y tuvimos, además, la gran satisfacción y el inmenso consuelo de recibir el siguiente telegrama del papa Juan Pablo II:
SECRETARIA DE ESTADO
VATICANO, 7 de mayo de 1988
Con ocasión de la fiesta de Santa Rosina, Patrona de Cella, y de la inauguración del nuevo Centro Social, el Santo Padre saluda cordialmente al Párroco y demás colaboradores, así como a todos los feligreses, y les alienta a que en esa Comunidad parroquial se promueva cada vez más la conciencia solidaria de toda la población. Mientras invoca sobre todos la constante ayuda divina, les imparte con afecto la implorada Bendición Apostólica.
Mons. C. Sepe
Asesor
21. Actividades en el primer año -1989- del Centro Social
En el primer año de funcionamiento el centro social parroquial ha sido la base para el desarrollo de las siguientes actividades:
-Catequesis semanal. A todos los niveles.
-Grupos de reflexión. Con el temario de la diócesis. Los siguieron 300 personas.
-Grupos de oración.
-Convivencias. Con niños, por cursos. Ocho convivencias con un promedio de 35 niños en cada una. Concursos navideños. Posters y belenes. Participaron 80 niños.
-Manualidades: a) Adultos. Semanal. Bordado, "macramé", muñequería, cuadros tridimensionales.
b) Adolescentes: escayola, muñequería.
-Biblioteca. Servicio diario. Dos horas. -Campamentos. Tres. En distintas localidades. En total, 90 niños.
-Campos de trabajo. Un equipo de 12 jóvenes. En Terriente.
-Corte y confección. Clase semanal. Adultos. 17 alumnos.
-Grupo de teatro. 32 jóvenes. Semanal. -Curso de método de estudio. -Curso de mecanografía. -Curso de inglés.
-Curso de guitarra.
-Sala de juego. Diario. Dos horas. -Vídeo-cine. Semanal. -Curso de Escuela de Padres.
Todas estas actividades se impartieron gratuitamente. Intervinieron las Religiosas de la Presentación y un numeroso equipo de colaboradores.
22. El Nuncio, en Cella
El Nuncio de su Santidad en España, Monseñor Mario Tagliaferri, estuvo en Teruel en los primeros días de febrero para clausurar el Cincuentenario de la muerte del P. Polanco. Antes de llegar a Teruel, con el fin de conocer una parroquia rural de la diócesis, visitó Cella el sábado, día 3, por la tarde. Fue recibido por el Sr. Obispo, los Vicarios Generales, el Cura Párroco y el pueblo de Cella que, en gran número asistió a la Santa Misa que fue concelebrada asimismo por una docena de sacerdotes de la comarca.
Además de admirar su famosa fuente, visitó el Centro Parroquial que es atendido por las Religiosas de
la Presentación, que realizan en el pueblo una gran labor humana y apostólica.
Y en el Libro de Visitas de la parroquia Monseñor Mario Tagliaferri dejó constancia escrita de su estancia en el lugar con este texto que reproducimos en su original: "Estoy agradecido a Don Antonio Algora por haberme permitido conocer esta parroquia que presenta una consoladora vitalidad por la profunda fe y ardiente caridad de sus miembros. Pido al Señor que, por intercesión de la Virgen del Castillo y de Santa Rosina, bendiga al Párroco, a las Religiosas y a los fieles para que puedan dar un claro testimonio de su adhesión a Cristo y a la Iglesia y también haga surgir muchas vocaciones sacerdotales y religiosas. Mario Tagliaferri, N. Ap. 3-2-90".
Y en carta del 27 de febrero de 1990, dirigida al Párroco de Cella, con la que el nuncio apostólico manifiesta su agradecimiento por nuestra "cordial acogida", se expresa en los siguientes términos:
"Conservo la más grata impresión de la vitalidad de su comunidad parroquial expresada en la Eucarístia, en la colaboración en las iniciativas de apostolado y obras de asistencia y promoción humana ".
23. Homilia del Sr. Nuncio
Mis queridos hermanos:
Saludo fraternalmente al Sr. Obispo, Monseñor Antonio Algora, y le agradezco su amable interés, de que fuese vuestra Comunidad parroquial mi primer contacto con la Diócesis con motivo del Cincuentenario de su ilustre antecesor, conocido como P. Polanco, y recordado por su entrega como Pastor que da la vida por sus ovejas. Saludo a las dignísimas autoridades locales y les agradezco la delicadeza de su presencia.
Saludo con particular afecto a todos los fieles de la Parroquia de Cella: agradezco la amable acogida que me habéis dispensado, expresión de la veneración y afecto que sentís por el papa. Os lo agradezco en su nombre. Admiro la belleza de vuestro pueblo que se configura en torno a"La Fuente" que fecunda la tierra, rica en cultivo cereal y hortalizas. Pido al Señor que no os falte el agua que deseáis y que tanto os preocupa. Conozco, también, vuestro trabajo en la industria de transformados de madera como una posibilidad más en el terreno de una cierta estabilidad económica. Que el señor bendiga vuestros esfuerzos.
Saludo con afecto y gratitud al Sr. Párroco, Mosén Pascual Deler, que preside la familia parroquial con ejemplar dedicación. Doy gracias al Señor por la vitalidad modélica de vuestra Parroquia. Contáis con la colaboración de las Religiosas de la Presentación que desarrollan una gran tarea catequética y asistencial. Animados por el Párroco y las religiosas, y dentro del Plan Pastoral Diocesano, trabajáis apostólicamente en los denominados "Grupos de reflexión", así como en los grupos de Catequesis de infancia y adolescentes, Liturgia... y, muy especialmente, en la promoción de vocaciones en la familia. Habéis construído, con esfuerzo y sacrificio, el "Centro Parroquial", verdadero hogar y corazón de vuestra formación y apostolado. Doy gracias al señor por todo, os reitero la gratitud del Papa y os pido particularmente que sigáis prestando atención a la juventud y a la promoción de vocaciones sacerdotales y religiosas.
La liturgia de la palabra nos invita a reflexionar sobre los signos del auténtico comportamiento cristiano, sobre el misterio que lo alimenta y sobre las virtualidades que contiene.
El signo del auténtico comportamiento cristiano es el amor fraterno. Si tenemos caridad, somos reconocidos como discípulos de Cristo (Jo. 12, 35). Así lo proclama proféticamente Isaías (58, 7-10): "Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que va desnudo, y no te cierres a tu propia carne". Esto es posible cuando nos liberamos del pecado de la soberbia, del egoísmo, de la palabra dura y maldicente. El que se esfuerza en tener caridad y liberarse de lo que se opone a ella, manifiesta que es portador de la "luz" y comienza a brillar como la aurora que se abre paso "en las tinieblas" y convierte la "oscuridad" en "mediodía".
El Profeta al hablar de la luz está prefigurando a Cristo. Así lo confirma el mismo Jesús: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no anda en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Jo, 8,12). 0 sea, para producir frutos de amor y caridad... esto es, de buenas obras, hay que ser portador de la luz, y la luz es Cristo, de su doctrina y de su vida, para dar testimonio eficaz en medio del mundo.
El auténtico comportamiento cristiano se apoya en Jesucristo como el obrar en el ser. Esta es la enseñanza que nos transmite el Apóstol San Pablo (1. d Cor. 2, 1-5). Nos dice el Papa a este propósito: "De esta verdad tuvo plena conciencia San Pablo, quien escribe a los corintios refiriéndose a sí mismo, a su debilidad y al temor que le acompaña siempre que ha de dar testimonio de Cristo ante los hombres. Por eso confiesa: "Nunca me precié de saber cosa alguna sino a Jesucristo, y éste crucificado... para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios". El Apóstol es para nosotros un modelo de cómo alcanzar esta luz, que hay en Cristo -la luz es Cristo- y de cómo transferirla a los demás, de cómo transmitirla". (O.R. 946-1987 p. 2, nn. 2.3)
San Pablo consciente como hombre de su propia debilidad se abrió a la luz de la gracia de Cristo, se dejó poseer por ella y pudo así ser instrumento de luz en medio de los gentiles. El conocimiento y el amor de "Jesucristo, y éste crucificado" será el fundamento de su vida y de su obrar.
Necesitarnos abrirnos a la posesión de la luz interior, que es Cristo, para poder iluminar con obras de amor y caridad, de Justicia y de Paz...: "Vosotros sois la luz del mundo...". Se trata de dar cumplimiento a la palabra del Evangelio (Mt. 5, 13-16), cuando dice "vosotros sois la luz del mundo". Y añade: "No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una vela para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa". (O.R. ut, s. n. 2).
Por lo tanto, poseer la vida de Cristo es clave para el auténtico comportamiento cristiano en medio del mundo. "Jesús recalca la misma enseñanza cuando dice: `Alumbre así vuestra luz a los hombres para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo` (O.R. ut. s. n. 5)
Para poseer la vida de Cristo y ser portador de la luz que ilumina es necesaria la conversión: Dejar personalmente la tiniebla del pecado para dar paso a la luz de la gracia. Dejamos la tiniebla del pecado cuando nos acercamos individualmente al sacramento de la Penitencia para recibir el perdón, recuperar la gracia sobrenatural y fortalecer la debilidad de la voluntad. Entonces hemos recuperado la luz que es Cristo, y estamos en condiciones de transmitirla a los demás.
Para que la luz tenga la virtualidad de iluminar ha de ser alimentada, hay que atizarla. El cristiano alimenta la vida de la gracia por la eucaristía. Por eso, liberado del pecado mortal, necesita del alimento del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Os invito a renovar el compromiso de la presencia dominical y festiva en el Sacrificio de la Sta. misa; a participar del Banquete Eucarístico y a cultivar el trato íntimo con el Señor por medio de la oración ante el Tabernáculo.
De esta manera llegáis a ser "luz" en medio del mundo y "sal" de la tierra. O sea, sois capaces de dar testimonio de vuestra fe y de penetrar el mundo con el sabor de Cristo.
El matrimonio y la familia necesitan de la vitalidad de vuestra fe para el respeto debido a los fines señalados por el Creador y ratificados por Cristo. Es necesario ser portadores de la luz para producir frutos de la luz. Es necesario poseer la gracia para producir frutos de gracia. Es necesario poseer vida de santidad para producir frutos de santidad. La familia es fiel a Cristo, en la Iglesia, cuando el hombre y la mujer se empeñan en ser santos en el matrimonio y transmitir la santidad a los hijos por la ejemplaridad de sus obras.
Los bautizados comprometidos en un empeño de santidad practican las obras de caridad y misericordia compartiendo los bienes espirituales y temporales con los pobres, con los enfermos, con los marginados... son "constructores de la nueva civilización en la verdad y el amor".
Mis queridos hermanos: confío estos sentimientos a la Virgen María Ntra. Sra. del Castillo, y a la intercesión de Sta. Rosina, nuestra patrona. Lo hago con palabras del Papa: "Que por obra de María, Cristo sea para vosotros en todo tiempo y cada vez más, "la luz", que hace nacer en toda la comunidad el testimonio de la fe y de las buenas obras. Alumbre así "vuestra luz a los hombres para que vean vuestras buenas obras". Alumbre para que por medio de estos testimonios de la fe y de las buenas obras todos den gloria al Padre. ¡Qué indispensable es todo esto en el mundo contemporáneo! ¡Qué indispensable es... al final del segundo milenio de la herencia apostólica de la fe y de la moral cristiana!" (O.R. ut. s. p. 8, n. 9).
EPILOGO
Apuntes, acopio de datos, síntesis, mirada retrospectiva, compendio, prontuario... En rigor, los trazos de esta obra son tenues. Hemos pretendido solamente perfilar el rostro milenario de la parroquia de Cella. Pero son airosos los rasgos. Rasgos que nos habrán servido probablemente para entrever -en estratos más profundos- el talante de esta madre convocando, reuniendo, acogiendo, nutriendo espiritualmente a tantos hijos durante los nueve siglos de su existencia.