Almagro

Su nombre procede del almagre o arcilla roja, que todavía se emplea para pintar la madera, por eso los árabes lo llamaron Al-magrib. Su entorno nos presenta una rica variedad de paisajes ya que se encuentra situada en la transición de dos comarcas naturales con paisajes muy definidos, el Campo de Calatrava y la Mancha. Los alrededores que se corresponden con el primero están trufados de cráteres volcánicos entre los que destacan el emblemático volcán mixto de la Yezosa y la Hoya de Cervera. La otra parte se corresponde con un paisaje más horizontal marcado por las grandes extensiones de viñedo.

Es esta una antigua ciudad cabeza de la Orden y Campo de Calatrava cuyos orígenes los encontramos en el Paleolítico con asentamientos de la Edad del Bronce como la Motilla de los Palacios; también se han encontrado restos de época romana en cuya época fue un importante nudo de comunicaciones. A partir del siglo XIII empieza su desarrollo; la iglesia, los hidalgos y los labradores fueron los artífices y mecenas de un excepcional patrimonio arquitectónico declarado Conjunto Histórco Nacional en 1972.

Tras la gran victoria cristiana de las Navas de Tolosa, los caballeros calatravos trasladaron su sede aquí en 1222. Para limitar su poder, Alfonso X fundó Ciudad Real en 1225 y desde entonces ambas villas rivalizaron por la capitalidad manchega. Su importancia no decreció con el declive de la Orden, ya que en ella se asentaron posteriormente los Fugger y los Welser, banqueros de Carlos I que supieron explotar la riqueza de Almadén, y llegó a ser capital de la provincia de la Mancha entre 1750 y 1761. A pesar de recibir el título de Ciudad en 1796, no recuperó la capitalidad ya que la ostentó Ciudad Real desde 1833. Con la desamortización se suprimió la Orden de Calatrava, en 1824 se cierra su Universidad y posteriormente el traslado de la sede episcopal a Ciudad Real sumió a Almagro en una decadencia de la que no se recupera hasta finales del siglo XX cuando, gracias a su rico patrimonio, a un creciente desarrollo de la industria y la agricultura, al haberse convertido en uno de los centros principales de comercio de la provincia, a la celebración de su Festival de Teatro Clásico, y a ser en uno de los mayores atractivos turísticos de la provincia, ha experimentado una importante recuperación económica.

Todo en Almagro respira una insólita belleza que contrasta con la típica fisonomía de las villas manchegas. De obligada visita es su Plaza Mayor, en su origen plaza de armas y posteriormente centro de una feria de comercio, de planta rectangular irregular, inspirada en las flamencas, formada por dos flancos de soportales de columnas bajo dos galerías corridas. En una de ellas se localiza su famoso Corral de Comedias descubierto en 1954; su tipología es de principios del XVII y acoge, junto a otros espacios de la ciudad, todos los años, el Festival Internacional de Teatro Clásico en el mes de julio. Se trata de un patio de unos 300 m² rodeado de 54 pies rectos de madera de color almagre (rojo óxido) que, a su vez, se apoyan en basas de piedra para proteger a estos de la humedad. Posee dos pisos con aposentos y ganchos para el telón que había de defender del sol y las velas o candiles de aceite. En el patio hay un pozo situado a la entrada donde debía estar la alojería para surtir de refresco a los espectadores. Cuenta con un aforo de unas trescientas personas.

El Festival Internacional de Teatro anual que se celebra desde 1978 ha obligado a habilitar en la ciudad numerosos espacios dramáticos alternativos a su famoso Corral de Comedias entre los que destacan los siguientes:

El Teatro Municipal, construido en 1863, de estilo neoclásico, tiene capacidad para 530 personas. El Hospital de San Juan de Dios es un moderno espacio escénico donde pueden representarse las obras con más exigencias técnicas. Se trataba de un edificio compuesto por diversas dependencias que albergaban un hospital y un convento, con un importante desarrollo durante los siglos XVII y XVIII. Se conserva la nave de la iglesia y la enfermería.

Se usan también otros espacios como la antigua Universidad, el patio del Museo Nacional del Teatro o el entorno de la Ermita de San Juan. En la parte norte de la plaza nos encontramos con los Palacios Maestrales, del siglo XV, que fue sede de la Orden de Calatrava desde el siglo XIII y que actualmente alberga el Museo Nacional del Teatro. En él nos encontramos con abundante iconografía teatral pictórica (retratos de actores, fundamentalmente), escultórica, de figurines, bocetos de escenografías, carteles, fotografías, trajes y maquetas, biblioteca con ediciones y manuscritos entre los siglo XVIII y XX, y un importante fondo de partituras musicales.

Recorriendo sus calles nos topamos con importantes palacios y casas solariegas, que dan cuenta de la importancia y realce que llegó a tener Almagro: el de los Marqueses de Torremejía, situado en la plaza de Santo Domingo, fue construido en el siglo XVI y reformado en el XVII; el palacio de los Condes de Valdeparaíso, propiedad de la Excma. Diputación Provincial de Ciudad Real; el de los Medrano, construido en el siglo XVI convertido en casino durante el siglo XIX; el palacio de los Oviedo; de los Villarreal-Robles o del Marqués de Las Hormazas, construido en el siglo XVI; el de los Fúcares, del mismo siglo, erigido por los Fúcares o Függer para administrar y almacenar el mercurio procedente de las minas de Almadén y el grano procedente de las rentas de los Maestrazgos. Tras la marcha de los Fúcares, a finales del siglo XVIII, tuvo distintos usos, siendo adquirido por el Ayuntamiento hacia 1984 procediendo a su restauración. En la actualidad es sede de la Universidad Popular de Almagro y otro de los espacios escénicos del Festival. Son igualmente reseñables la Casa del Mayorazgo de los Molina y la Casa de los Rosales; las portadas de la Casa de los Wessel (apoderados de los Fugger) y de la Casa de los Xedler, ambas del siglo XVI, la Casa del Prior y la Casa del Capellán de las Bernardas.

La arquitectura religiosa la encontramos magníficamente representada en la iglesia de la Madre de Dios ubicada en lo que fue Hospital de Nuestra Señora de La Mayor. Es del gótico tardío con rasgos renacentistas, tiene planta de salón. Las naves, de igual altura, están cubiertas por bóvedas de crucería. En el altar mayor se venera la imagen de la patrona, la Virgen de las Nieves, en los meses que la imagen permanece en la ciudad. Es el templo de mayores dimensiones de toda la provincia, superando en espacio a la propia Catedral de Ciudad Real. La fachada, con grandes contrafuertes, tiene un gran rosetón de ladrillo fechado en 1602. La torre, inacabada y construida en el lateral derecho de la fachada, es obra de Benito de Soto en el siglo XVII. La iglesia de San Blas, originalmente denominada de San Salvador hasta el siglo XVIII, momento a partir del cual se puso bajo la advocación de San Blas, mantiene en la actualidad su actividad religiosa y alberga una programación centrada en conciertos de música durante el Festival de Teatro.

El Convento del Santísimo Sacramento de los Agustinos es uno de los más importantes. Sufrió los estragos de la Desamortización y actualmente solo queda la iglesia, denominada de San Agustín. Se trata de una iglesia de estilo barroco y planta de cruz latina con una gran nave central cubierta por bóveda de cañón con lunetos. En los paramentos, bóvedas y cúpula existe un enorme conjunto de pinturas al fresco que pertenecen al barroco. Actualmente no es utilizada para el culto, es usada por el Museo Nacional del Teatro como complemento a su programación habitual. Este sitio, declarado Bien de Interés Cultural desde el año 1993, se ha concebido como un espacio expositivo, organizándose importantes exposiciones durante el Festival, aunque también han tenido lugar representaciones de teatro.

El Convento de Santa Catalina de Siena alberga en la actualidad el Parador Nacional de Turismo y lo fundó Jerónimo de Ávila en el siglo XVII siguiendo las voluntades finales de su mujer. Los franciscanos lo habitaron a partir de 1612 y del conjunto primitivo y hábilmente reconstruido solo queda la iglesia, de cruz latina (actual ermita de San Francisco), el claustro conocido como “Patio del laurel” y el refectorio con artesonados del siglo XVI. Otra buena representación del patrimonio de Almagro es el Convento de la Encarnación Dominica: su iglesia, que probablemente se terminó en 1597, está formada por una nave con capillas laterales, en la que destaca una excelente Anunciación de Vicente Carducho en el altar mayor; de las capillas es de reseñar la de los Orduña. La portada se remató en el siglo XVIII con un magnífico escudo de los condes de Valdeparaíso. En la esquina con la calle Dominicas, existe una pequeña capilla que alberga al “Cristo de la Salud”, talla del siglo XVII.

El Convento de la Asunción de Calatrava comienza a construirse, como hospital, en 1519. Después se convirtió en monasterio. Habitado por los calatravos entre 1827 y 1836, también sirvió de cuartel después de su restauración de 1860, para volver a ser ocupado por los Padres Dominicos a finales de siglo. Es uno de los tres conventos situados extramuros de Almagro, fuera de lo que fue el recinto amurallado de la ciudad, junto al Convento de Santo Domingo y el Convento de Santa Catalina. Es el de arquitectura más ambiciosa y espectacular. La iglesia fue lo primero en edificarse y su estructura es gótica con elementos renacentistas; cuenta con un magnifico claustro, que ha servido también para representaciones dramáticas durante el Festival y es de planta rectangular con dos galerías, con 60 columnas de mármol de Carrara. El patio aparece circundado por siete puertas y dos ventanas de rica talla plateresca. En 1854 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.

Convento de Nuestra Señora del Rosario. Antigua Universidad Renacentista, su fundación se debe al clavero de la Orden de Calatrava, Frey Fernando Fernández de Córdova y Mendoza. El 18 de octubre de 1574, dieron comienzo las clases en las facultades de Teología, Arte y Filosofía; cuando se terminó las obras del Colegio-Universidad, se implantaron el resto de estudios de Lengua Latina, Sagradas Escrituras y Cánones. Se clausuró y expulsó a los dominicos en 1835, momento a partir del cual fue sufriendo una progresiva desmantelación, cayendo en el olvido.

Y por último destacan las ermitas de San Blas, la más antigua, del gótico tardío, con una bella portada plateresca y la de San Juan Bautista, construida en el siglo XVII, que presenta diversas edificaciones, destacando la Capilla de la Virgen de los Remedios con una decoración de pintura al fresco con alegorías marianas y del Paraíso y pasajes de la vida de la Virgen.

A 8 km se encuentra el santuario de la Virgen de las Nieves, terminado en 1641, en el que destacan el camarín de la Virgen y adosada a este, una plaza de toros.

Los amantes de la artesanía no deben dejar de admirar los famosos encajes de bolillos en un buen número de establecimientos y en el museo dedicado a estos y a la blonda. La Semana Santa de Almagro goza de justa fama por su vistosidad.

El producto más típico y famoso de Almagro es la berenjena, que se prepara con un aliño de procedencia árabe. Se trata de una verdura con indicación geográfica protegida. Otros platos de la comarca son los duelos y quebrantos, el tiznao y somallao, el asadillo manchego, las gachas, y el pisto manchego, así como las judías verdes con el mismo aliño de las berenjenas.