Alcazár de San Juan

ALCÁZAR DE SAN JUAN

Importante nudo de comunicaciones, centro neurálgico de la comarca del Campo de San Juan. Conserva importantes muestras de su pasado histórico; los primeros asentamientos humanos, cuyos restos arqueológicos fueron localizados en los lugares de la Motilla de los Romeros y las Saladillas, y que nos sitúan en la Edad del Bronce; es la antigua Alcés celtíbera conquistada por el pretor romano Sempronio Graco el año 179 a. C. y, que es nombrada en sus Anales por el historiador romano Tito Livio, como Alcas, se sitúa junto a la vía o calzada romana que unía Augusta Emerita (Mérida) con Caesaraugusta (Zaragoza) a través de Toletum (Toledo), el lugar se hallaba bien situado para comerciar y es indudable que los romanos se asentaron aquí, porque han aparecido importantes mosaicos y restos que lo demuestran y que se exponen en el museo municipal; las amplias dimensiones de las estancias excavadas hacen suponer que la Alcázar romana fue un importante centro de Romanización.

El nombre actual de Alcázar proviene del vocablo árabe Al-Kasar que significa castillo o fortaleza y que se relacionaría con la necesidad de controlar la vía que une Calatrava la Vieja con Uclés y Cuenca, a través del río Cigüela. Alfonso VIII la conquista en el siglo XII y la cede a la Orden de San Juan.

En el siglo XVI se convierte en la capital del Priorato de san Juan, momento en el que los Franciscanos, tras su asentamiento en la villa, crean la Universidad de Alcázar, que contaba con las cátedras de medicina, teología, historia sagrada y filosofía, además de las de gramática y arte.

En este siglo la villa vive un gran esplendor; en 1530 contaba 18.480 habitantes y vivían en ella muchos ricos hombres y cortesanos. Las familias Cervantes, Valdivielso y Díaz Morante le dieron lustre; a esta época corresponden también los dos pintores Barroso y Sánchez Cotán y los religiosos Juan Cobo y Diego de Torres Rubio que evangelizaron las Indias orientales y occidentales, uno aprendiendo la lengua china y otro la quechua, así como fray Juan Serrano, Obispo de Arceno en Italia, un ferviente defensor del dogma de la Inmaculada Concepción y el gran calígrafo y secretario de Felipe II, Pedro Díaz Morante.

En el siglo XIX, con la llegada del ferrocarril a España, se convierte en el principal núcleo ferroviario del sur de España, inaugurando la línea Isabel II en 1858.

El espacio urbano se organiza en torno a la plaza de santa María y el torreón del Gran Prior. La iglesia de santa María la Mayor, de origen románico y del que aún persiste el ábside semicircular transformado interiormente en época barroca; en su interior destaca el camarín de la Virgen del Rosario, patrona de la ciudad, obra barroca de finales del siglo XVIII, decorada con yeserías y azulejería de Talavera. Conserva restos góticos y mudéjares en algunas capillas e interesantes retablos y obras artísticas. Del palacio del Gran Prior de los Hospitalarios se conserva el Torreón, declarado B.I.C., y la capilla palacial, que presenta una estructura almenada y ventanas góticas, aquí residió el cardenal don Juan José de Austria, hijo de Felipe IV y la artista María Calderón; en la actualidad se ha convertido en un espacio museográfico de los Caballeros Hospitalarios.

Otros edificios religiosos notables son la parroquia de santa Quiteria, de los siglos XVI-XVII, la iglesia de san Francisco, gótica de transición, la de la santísima Trinidad, con interesante portada barroca, y el convento de santa Clara o de la Concepción.

La arquitectura civil tiene su principal manifestación en el entorno de la Plaza de España, en ella se encuentra el Ayuntamiento, en el edificio del antiguo Casino; el Mercado Municipal y el denominado Pasaje, edificio modernista de uso comercial. Cerca del Ayuntamiento encontramos la Posada de Santo Domingo, sede actual del Museo Municipal en el que se exponen, entre otras obras, un mosaico en excelente estado de conservación de la época romana, siglos I y II d.C., y una muestra antológica del pintor local Ángel Lizcano, amigo personal de Benito Pérez Galdós, para quien ilustró sus Episodios Nacionales.

Como gran parte de los pueblos manchegos conserva importantes casas solariegas de los siglos XVII al XIX: las del conde de las Cabezuelas, la de don Miguel Enríquez de Luna… cuenta además con una Plaza de Toros de estilo neomudéjar y su famosa Estación de Ferrocarril, y fuera de la ciudad merecen especial atención los molinos del Cerro de san Antón, que responden a los nombres de Rocinante, Fierabrás, Dulcinea y Barcelona. Aquí se encuentra la cueva del Polvorín, que alberga un centro de interpretación sobre molinología.

En la actualidad, Alcázar cuenta con otros museos destacables, además del Municipal, como son el del Hidalgo, el de los amigos del Ferrocarril, el FORMMA (museo de la Cerámica Manchega) en el antiguo convento de san José, el del Traje Manchego, el José Luis Samper, la Fundación Isidro Parra, el Taurino

La gastronomía se corresponde con la típica manchega y de la que encontramos tantas referencias en el Quijote: duelos y quebrantos, caldereta de cordero, pisto manchego, gachas manchegas, migas de pastor, asados, ensalada de limón, queso, bizcochá y las famosas Tortas de Alcázar, que tiene su origen en una receta que trajeron las Clarisas, procedentes de Toledo, cuando vinieron a la villa en 1546 para atender la Ermita de la Inmaculada.

Entre sus fiestas, cabe destacar el Carnaval, declarado fiesta de Interés Turístico Regional que curiosamente se celebra del 25 al 28 de diciembre, con los populares concursos de murgas y carrozas, los tradicionales mayos y san Isidro, la Semana Santa y la Virgen del Rosario, la fiesta de la Vendimia, los Moros y Cristianos en la noche de san Juan y la reciente Feria de los Sabores el último fin de semana de abril.

En sus inmediaciones, Alcázar cuenta con un gran Complejo Lagunar, tres lagunas que integran una Reserva Natural de 695 hectáreas, pobladas por especies únicas en el mundo y que convierten este Complejo en un lugar fascinante para ser visitado.