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2 de julio de 2015

XX Congreso Internacional de Tecnologías para la Educación y el Conocimiento y VII Congreso Pizarra Digital

Madrid Río es una zona peatonal y de recreo conStruida entre los años 2006 a 2011 en los dos márgenes del río Manzanares, sobre el trazado soterrado de l

a autopista M 30.

Contenidos en texto extracto de Wikipedia

Imágenes Pluma y Arroba

MADRID RÍO

Recorrido

El recorrido propuesto tiene una longitud aproximada de 2400 metros y lo realizaremos en una hora.

Comenzaremos en el punto de encuentro a las 20 h. (en acceso al interacambiador de Príncipe Pío).

Finalizaremos en las ermitas de San Antonio de la Florida a las 21 horas.

Cena en Casa Mingo a las 21 horas.

Punto de encuentro

A las 20 horas en el acceso al intercambiador de Príncipe Pío. Según se entra a la izquierda.

Cena

www.casamingo.es

Como anuncia en su web...

Para comer bien en Madrid, no tiene que ir muy lejos. Basta con acercarse a Casa Mingo y elegir entre sus sabrosas raciones, su carta de cervezas y refrescos, atreverse con uno de los suculentos platos de repostería o probar uno de sus famosos pollos asados. Todo acompañado de una botella de sidra para redondear el menú e irse a casa con muy buen sabor de boca. No lo olvide, ningún sitio como Casa Mingo para comer bien en Madrid.

La sidra, en sus distintas modalidades, se elabora a partir de manzana asturiana de Villaviciosa en sus propias instalaciones, lo que la convierte en la única verdadera sidrería de la capital que produce sólo para autoconsumo. La sidra pasa directamente de la fábrica a la mesa sin pérdida de frescura y demás virtudes de este producto artesanal elaborado según técnicas tradicionales, cuyas características naturales no pueden alcanzar otras de tipo industrial.

Esta tradición ha convertido a Sidras Mingo, como también se denomina, en uno de los establecimientos más conocidos de Madrid. Referente en el sector, su fama transciende del ámbito nacional al venir incluido en muchas guías extranjeras de turismo, sin duda por la propaganda que le han podido hacer los muchos foráneos que lo visitan.

La decoración conserva su casticismo original, manteniendo las características principales de sus primeros tiempos, con abundancia de maderas, botellas vistas y barricas, lo que ha motivado que haya sido escenario de muchas películas "de costumbres", así como para el rodaje de multitud de anuncios.

Menú sugerido

Precio 14 euros por persona

Pollo asado 1/4 por persona

Tortilla española 1/4 por persona

Tarta de sidra 1 ración por persona

Sidra 1/2 botella por persona

Lugares de interés

PUENTE DEL REY

El Puente del Rey está situado en la ciudad española de Madrid (en el distrito Moncloa-Aravaca) cruzando el río Manzanares, comunicando la glorieta de San Vicente con la Casa de Campo y la avenida de Portugal, vía, esta última, que posteriormente da lugar a la autovía de Extremadura (A-5). El puente se construyó a comienzos del siglo XIX, siendo su diseñador el arquitecto real Isidro González Velázquez (alumno de Juan de Villanueva). El uso inicial del puente fue exclusivamente regio, proporcionando el acceso desde el Palacio Real a la Casa de Campo. En 1931, con motivo de la apertura de la Casa de Campo al público, el puente, denominado entonces Puente de la República, fue ensanchado, convirtiéndose en uno de los principales puntos de acceso al nuevo parque público madrileño. En 1970 queda relegado a un nudo viario dentro del tránsito de la M-30. En el año 2007 se soterra la M-30, se libera el puente y se rehabilitan los frentes. Finalmente se convierte en uso exclusivamente peatonal.

Historia

El rey Felipe II decide comprar un palacete situado a orillas del río Manzanares. El palacete, propiedad de la familia Vargas, se encontraba situado en lado derecho del río, y se encontraba relativamente cercano al Alcázar. Desde el Alcázar se podía cruzar el río mediante una pasarela construida a tal fin, denominada puente verde. Con el objeto de facilitar el acceso desde el palacio hasta el palacete José Bonaparte manda construir a Juan de Villanueva un túnel.

Primer puente real

Durante la ocupación francesa el arquitecto español Silvestre Pérez realiza un plan de urbanismo de la zona del Palacio Real. El puente fue edificado en el año 1816 por orden del Rey Fernando VII, de quien toma su nombre. Su función era enlazar el recién edificado Palacio Real con los parques y jardines de la Casa de Campo, ubicados en la margen derecha del Manzanares. Los jardines eran un recinto privado de caza para el rey, por esta razón se construye un puente estrecho por el que pasa apenas un carruaje (unos cinco metros). El puente posee seis vanos (de arco rebajado) y con esta luz salva las dos orillas y la vega del río, en su lado derecho desemboca a orillas de la denominada puerta del Rey que da acceso a la Casa de Campo. El puente se ejecuta con cantería de granito y elementos decorativos de piedra caliza de Colmenar de Oreja y fábrica de ladrillo. Al realizarse a comienzos del siglo XX algunas obras de acanalamiento del río Manzanares, el cauce del río se estrecha considerablemente dejando dos de sus vanos parcialmente enterrados: los de la margen derecha del río. El puente estaba rematado a la salida que daba a la orilla izquierda con dos pilares coronados por jarrones. Estos dos pilares se desmontaron en las obras de remodelación de la zona que se realizaron posteriormente.

Ensanche y apertura de la Casa de Campo

En 1931 el área de la actual Casa de Campo deja de ser finca de uso exclusivamente real para convertirse en parque de uso público. Debido a esta decisión tomada por el Gobierno de la Segunda República, el puente se modifica mediante un ensanche llegando a quintuplicar su anchura (alcanzando los 25 metros), el proyecto y el diseño recae sobre el ingeniero de Caminos José María Cano. Esta operación de ensanche de puentes era muy habitual en las grandes ciudades europeas desde comienzo del siglo XX; ya existían precedentes como el puente de la Concordia en París. De esta forma se permitía el acceso al gran público. El ensanche se ejecutó con la construcción de un puente paralelo y un tablero de hormigón que salvaba la distancia. Durante la Segunda República se le denominó Puente de la República, y su ensanche permitía circulación en los dos sentidos. El frente del puente aguas arriba conservó su disposición original.

El acceso fue importante durante la Guerra Civil por ser lugar de paso de la línea de abastecimiento de munición y personal durante la defensa de Madrid, sobre todo en el transcurso de la batalla de la Ciudad Universitaria. Este suceso violento hace que el puente se convierta en un objetivo militar de gran importancia, al estar inmerso en el frente de batalla. Su defensa se asigna en este periodo de diciembre de 1936 al teniente general Francisco Galán. En los años sesenta del siglo XX, perdió esta utilidad al construirse la autovía madrileña de circunvalación M-30, convirtiéndose en un importante nudo viario, siendo adaptado al tráfico rodado reduciendo las aceras y suprimiendo la iluminación del centro. Hasta 2007, ha canalizado el tráfico desde la A-5 hacia la citada M-30 y el centro de Madrid, a través de la glorieta de San Vicente y la plaza de España, junto con otros pasos elevados.

Espacio Urbano: Madrid Río

En 2007 se prohibió la circulación de vehículos por el puente, tras la reforma y soterramiento de la M-30 (realizada precisamente entre el Puente del Rey y el Nudo Sur). Dentro del proyecto urbanístico Madrid Río, con el que se pretende la recuperación de las riberas del Manzanares, está prevista la restauración del puente y su utilización como paso exclusivamente peatonal, como enlace con la Huerta de la Partida, un espacio de 38.000 m² que, en el siglo XVI, abastecía de alimentos hortofrutícolas al Palacio de Vargas. Emplazada en la entrada de la Casa de Campo, esta huerta ha sido reconstruida con la plantación de 873 árboles frutales.

El puente se rehabilita limpiando ambas fachadas, se reparan las estructuras de hormigón armado de su interior. Se convierte en un puente de uso peatonal. En 2010 la selección de fútbol de España celebra en la explanada su victoria mundial de la Copa de Fútbol.

Descripción

El Puente del Rey está formado por cuatro arcos escarzanos (formados por doce dovelas) de ocho metros de luz (rebajados a un octavo), custodiados en sus pilares por seis tajamares, tres a cada lado e iguales entre sí. Los tajamares son cilíndricos y están rematados con un sombrerete cónico. Estos están rematados por puntas cónicas en la cara meridional del puente (aguas abajo) y piramidalmente en el lado septentrional (aguas arriba). Los elementos ornamentales son escasos, excepción hecha de una serie de medallones situados por debajo de la línea de imposta, en la vertical de los tajamares. Está construido enteramente en piedra de granito.

ERMITA DE LA VIRGEN DEL PUERTO

La ermita de la Virgen del Puerto de Madrid (España) está situada en el paseo de la Virgen del Puerto (antiguo Paseo Nuevo de la Corte), en las inmediaciones del Palacio Real. Es obra de Pedro de Ribera, fue construida entre 1716 y 1718 por empeño personal de Antonio de Salcedo y Aguirre, primer marqués de Vadillo, por entonces corregidor de Madrid. La ermita resultó completamente destruida en el transcurso de la Guerra Civil durante ladefensa de Madrid, junto con la talla de la virgen ubicada en su interior. El edificio existente a comienzos de la primera época del siglo XXI es una reconstrucción realizada en 1945. Durante siglos fue el destino de la romería madrileña en adoración de la imagen de la virgen del Puerto que hay en su interior, costumbre que dio lugar a la verbena de la Melonera.

Historia

La ermita tuvo su origen en la imagen tallada de la Virgen del Puerto existente en su interior. Bajo el reinado deFelipe V el corregidor de Madrid, Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre, marqués de Vadillo, le encargó al entonces joven Pedro de Ribera embellecer y ordenar los alrededores del viejo Alcázar. La primera gran obra que realizó Ribera en Madrid fue la ordenación del terreno que había entre el Manzanares (Campos de la Tela) y elCampo del Moro. El paseo y arboleda se denominó Paseo de la Virgen del Puerto en honor a la patrona de Plasencia, ciudad de la que el marqués de Vadillo había sido corregidor durante siete años (1689-1696) y en la que había desarrollado una gran devoción por la advocación mariana placentina. Las obras estaban completas en1718, ya que el 7 de septiembre se solicitó permiso para trasladar la imagen desde el Colegio Imperial hasta su nueva sede. La procesión se celebró el día 10 de ese mismo mes. Al acto asistió el Ayuntamiento, el cabildo y los grandes de la Corte.

Antonio de Salcedo y Aguirre realizó las gestiones necesarias para que la Virgen del Puerto, patrona de Plasencia, se instalara en las dependencias de la ermita, y dispuso que en sus dependencias se encontraran al servicio religioso dos capellanes. Dejó el patronazgo de la ermita a sus descendientes del marquesado de Vadillo. A pesar de ello, y debido a la residencia de los marqueses fuera de Madrid, el patronazgo recayó en los Padres Rectores del Colegio Imperial. El edificio es uno de los ejemplos del arte barroco madrileño, siendo una de las primeras obras en Madrid de Pedro de Ribera. El encargo fue doble, por un lado el edificio, por otro el paseo que se finalizó en 1726.2 En época deCarlos III el Paseo Nuevo (en la actualidad de la Virgen del Puerto) se elevó y se construyó una escalera para salvar el desnivel entre el paseo y la ermita. En 1780 se construyeron casas en los alrededores de la ermita, iniciándose así la urbanización de la zona. El arquitecto Juan Durán hizo ampliaciones a la ermita incluyendo nuevas dependencias al edificio. También tomo la decisión de retirar las cubiertas de pizarra de los chapiteles y recubrirlas con cinc.

En el año 1936 la ermita fue asaltada por grupos anticlericales y se perdieron los retablos originales. Durante la Guerra Civil, la ermita y sus edificios anejos quedan muy dañados por encontrarse en las inmediaciones de un frente de batalla que existió durante casi dos años y medio. Al finalizar la contienda el edificio estaba tan deteriorado por el efecto de los proyectiles que sólo mostraba en pie sus muros maestros de fábrica y la cúpula ochavada. Los chapiteles de pizarra quedaron agujereados por el bombardeo artillero; los paramentos exteriores derribados. La talla de la virgen quedó destrozada y la nueva se encargó al escultor Víctor González Díaz. Finalmente fue declarada Monumento Nacional en 1945, año en el que comenzó su completa reconstrucción. Del encargo se hizo cargo al ingeniero Carlos Mendoza (autor de la canalización del Manzanares). La reconstruida nueva ermita fue inaugurada de nuevo en 1951. La reconstrucción fue mencionada en el NO-DO, se confirió una condecoración al párroco de Santa María de la Cabeza y se efectuó una romería a la misma ermita.Con posterioridad se volvió a restaurar, eliminando el revoco de las fachadas y dejando al aire los ladrillos y la sillería de sus paramentos. En esta restauración se volvieron a poner las pizarras en su cubierta, retirando las planchas de cinc que había desde 1789. Entrado el siglo XXI el conjunto del paseo y la ermita se incluyeron en el entorno de Madrid Río.

Características

Se trata de uno de los primeros ejemplos de arquitectura barroca en España. La fachada se encuentra marcada por dos torres, cada una de ellas coronadas por campanas y chapiteles. El portal es adintelado. El interior de la ermita fue construido en periodo borbónico. La capilla es de planta ochavada. En su interior se puede ver el sepulcro del marqués de Vadillo, también realizado por Pedro de Ribera. Las decoraciones de las torres se realizan con balcones, sitios privilegiados desde los que los patronos asistían a los momentos más interesantes de las romerías y los festejos. El chapitel de la cúpula se soporta sobre un tambor octogonal (ochavado). El edificio está sustentado por pilastras. La explanada en torno a la ermita sirvió de lugar para la celebración de las romerías que posteriormente se trasladaron al Parque de la Arganzuela a finales del siglo XX. Inicialmente fueron celebradas por los inmigrantes gallegos y asturianos que se congregaban en Madrid.4 Su forma general fue calcada en las ermitas seiscentistas de los jardines del palacio del Buen Retiro, formaba parte de un interesante complejo urbanístico, lo mismo que el puente de Toledo sobre el cauce del río Manzanares.

La Virgen del Puerto

La talla original es una copia de la que existía en la Ermita de Plasencia. La talla desapareció durante la Guerra Civil. La que hoy existe es una copia de aquella. La adoración popular por la Virgen del Puerto hizo que a comienzos de septiembre se creara una romería. Ya en el siglo XIX era conocida popularmente como la Melonera, por los puestos de ventas de melones y sandías que se solían instalar en las cercanías a la ermita. Estos puestos abastecían a los romeros que aprovechaban los sotos, y los prados para celebrar. Su festividad se estableció el 8 de septiembre, celebrándose una romería y verbena, llamadas Fiestas de la Melonera. En el periodo de la posguerra, debido a la destrucción de la zona, las fiestas se "desplazaron" a la vecina Arganzuela. Zona donde resucitaron en 1983, tomando como eje festivo el Paseo de la Chopera.

PUENTE DE SEGOVIA

El Puente de Segovia es un monumento renacentista de la ciudad de Madrid (España), obra del arquitecto Juan de Herrera. Se sitúa en el cruce de la calle de Segovia con el río Manzanares, punto que históricamente ha constituido uno de los principales accesos a la villa.

Conocido antiguamente como Puente Segoviana, las primeras referencias de esta construcción datan del siglo XIV, cuando el rey Alfonso XI de Castilla autorizó su edificación mediante dos cartas escritas en 1345 y en 1346. En los primeros dibujos y pinturas de la ciudad, fechados en el siglo XVI, el puente aparecía bien con nueve arcos, bien con trece

Historia

El de Segovia es el puente más antiguo (sobreviviente) de la ciudad. Su construcción fue ordenada por Felipe II a su arquitecto preferido, Juan de Herrera, autor del Monasterio de El Escorial y del Palacio Real de Aranjuez, entre otros edificios. Las obras, que contaron con un presupuesto de 200.000 ducados, se extendieron entre 1582 y1584.

Seis decenios después de su apertura, en el año 1648, el arquitecto José de Villarreal procedió a la reparación del tablero superior. En 1648, fue colocado en su frente una puerta ornamental, obra de Teodoro Ardemans, para dar mayor monumentalidad al puente. Este elemento fue eliminado con el paso del tiempo.

En noviembre de 1936, durante la Guerra Civil española, fue volado por el bando republicano para evitar la entrada en Madrid de las tropas franquistas, al mando del general Yagüe. Tras la contienda, fue reconstruido introduciendo algunas variaciones con respecto al diseño original. Se procedió a su ensanche y fueron construidos cuatro patines (dos a cada lado) y un embarcadero, ubicado a sus pies, en el contexto de las obras de canalización del río Manzanares.

En los años sesenta, fue nuevamente reformado para facilitar la construcción de la autopista M-30. Hasta 2007, año en el que esta vía fue soterrada, la M-30 pasaba por debajo de dos pasos elevados instalados en sus extremos, realizados en la línea del trazado del puente.

Las obras de soterramiento de la M-30 dejaron al descubierto diferentes restos arqueológicos, correspondientes a un primitivo puente situado unos 95 m al norte del actual. Se han encontrado los vestigios de un pilar con tajamar y los arranques de dos arcos de medio punto.

Arquitectura

El puente está realizado en sillares de granito y consta de nueve ojos con arcos de medio punto almohadillados. Sus pilares aparecen custodiados por tajamares rematados cónicamente.

El arco de mayor anchura es el central. A partir de este la luz de los arcos decrece gradual y simétricamente hacia ambos lados, siendo los de menor ancho los ubicados en cada extremo.

El puente está coronado por un sencillo antepecho, que recorre la línea de imposta. Por encima de esta asoman unos adornos esféricos de granito, que se sitúan siguiendo la vertical de los pilares.

PUENTE DE LA REINA VICTORIA

El Puente de la Reina Victoria, conocido popularmente como Puente Victoria, es una construcción de principios del siglo XX, que presenta ciertos toques modernistas. Está situado en Madrid (España) y cruza el Manzanares, conectando las calles de Aniceto Marinas, que discurre paralela a la margen izquierda del río, y de la Ribera del Manzanares, que hace lo propio en la orilla derecha.

Se trata de un importante nudo viario de la zona urbana de San Antonio de la Florida (donde se encuentra la ermita del mismo nombre y su réplica), al comunicar la Colonia de San Antonio de la Florida y la Colonia del Manzanares, que forman parte del popularmente llamado Barrio de la Bombilla.

Historia

Este puente sustituyó a uno anterior, conocido como Puente Verde, en alusión al color de su barandilla. Sus autores fueron el ingeniero José Eugenio Ribera Dutaste y el arquitecto Julio Martínez-Zapata Rodríguez, quienes diseñaron el proyecto en 1907.

Las obras se extendieron entre 1908 y 1909, procediéndose a su apertura el 13 de junio de este último año. Su inauguración se hizo coincidir con la festividad de San Antonio de Padua, a quien está consagrada la ermita de San Antonio de la Florida, cuya cúpula y pechinas pintó Francisco de Goya en 1798.

Con la llegada de la Segunda República, recibió la denominación de Puente de Galicia. Una vez finalizada la Guerra Civil, recuperó su nombre original, que fue dado en honor a la reina Victoria Eugenia, con la que contrajo matrimonio Alfonso XIII el 31 de mayo de 1906.

Descripción

El puente presenta dos carriles, uno por cada sentido. Se sostiene sobre dos bóvedas elípticas paralelas, realizadas en hormigón armado, que se unen al tablero mediante ejes verticales, que dejan al descubierto diferentes vanos, otorgando una gran ligereza al conjunto.

Las corrientes modernistas de la época están presentes en sus elementos ornamentales, que se concentran preferentemente en el tablero. Sobre este se sitúan cuatro jarrones y ocho farolas de hierro (dos y cuatro en cada extremo), en cuya base aparecen forjados diferentes osos rampantes, en clara referencia al escudo heráldico de Madrid. El pretil lo conforman varios balaustres de piedra, que se unen entre sí mediante una verja artística, igualmente realizada en hierro.

El puente está orientado en dirección noroeste-sureste. Aguas abajo, se sitúa una de las esclusas construidas sobre el Manzanares en las obras de canalización del río emprendidas a mediados del siglo XX. Aguas arriba, se encuentran los cables del Teleférico de Madrid, que comunica el Paseo de Rosales con la Casa de Campo, cruzando el río. En sus inmediaciones, existen diferentes puestos para la pesca.

ERMITAS DE SAN ANTONIO DE LA FLORIDA

La ermita de San Antonio de la Florida (conocida también como Real Ermita de San Antonio de la Florida), se encuentra situada en la plaza del mismo nombre, y se considera como la única superviviente de las tres ermitas dedicadas a san Antonio de Padua que hubo a las afueras de Madrid. Se ubica en el distrito de Moncloa-Aravaca y es la tercera ermita construida en las cercanías. Fue catalogada como monumento histórico-artístico en el año 1905. La denominación de la ermita, debería ser desde comienzos del siglo XX, en plural, es decir: las Ermitas de San Antonio. Son dos ermitas similares que desde 1929 se han especializado en dos vertientes: una de ellas ofrece al público las decoraciones murales obra de Francisco de Goya (siendo además museo y panteón del pintor desde 1919), mientras que la otra está habilitada solo para el culto religioso.

Las dos ermitas tienen un estilo arquitectónico neoclásico. La planta es de cruz griega, la reproducción de ambas ermitas corresponde al tercer diseño de la ermita que hizo Filippo de Fontana. Las cubiertas están rematadas por cúpulas acabadas en vistosas linternas, y soportadas sobre pechinas. Ambas ermitas están distribuidas en simetría respecto al plano principal de la plaza donde se ubican: formado por la calle que atraviesa el paso a nivel de la Florida. Los altares son de estuco italiano, rematados por esculturas de ángeles de José Ginés. En el altar mayor, Cristo de marfil y carey del siglo XVIII.

Desde el siglo XIX se celebra en sus cercanías la verbena de San Antonio de la Florida cada 13 de junio (considerada popularmente una de las primeras verbenas del año), que con el tiempo se han ido convirtiendo de romería en verbena. Verbena que ejecuta todavía el ritual de los trece alfileres, así como la recogida de panes del santo. Estas dos ermitas, junto con la de San Isidro y de la Virgen del Puerto (convertida en iglesia rectoral) son las únicas supervivientes en Madrid a comienzos del siglo XXI.

Frescos de Goya

La sobriedad de la arquitectura, tanto interior como exterior, cede el protagonismo a pinturas al fresco con pinceladas al temple de Goya. El aragonés, como pintor de cámara, fue el encargado de realizar la decoración de la ermita, trabajo que llevó a cabo en seis meses, entre agosto y diciembre del año 1798. El trabajo se acerca a un visión fantasmagórica y onírica propia de Goya. Todos los frescos se encuadran en la denominada quadratura.

En la bóveda del ábside representó a la Adoración de la Trinidad. Sobre la cornisa recorren los paramentos del templo querubines y ángeles femeninos que sostienen cortinajes. La parte de los frescos que atrae la mirada de los visitantes son las pinturas de la cúpula, donde se encuentra representado uno de los milagros de San Antonio de Padua, en el que transportado por ángeles a Lisboa (ciudad natal de santo), por la gracia divina hace que un difunto conteste a las preguntas del juez y confirme la inocencia del padre del santo, quien había sido acusado del crimen. La cúpula tiene 6 metros de diámetro.

Las figuras del difunto, los padres del santo y el propio santo sobre una roca están distribuidas por la cúpula. Cerca del óculo se aprecia paisaje, consiguiendo la ilusión de estar a cielo abierto. El pueblo de Madrid observa el milagro: majas, chisperos, caballeros embozados... charlan o miran atentamente, apoyados en la barandilla que recorre la base de la cúpula, consiguiendo grandes dosis de realismo, tanto por la perspectiva como por la viveza con la que están representados.

Goya utilizó un nuevo camino en su arte con una técnica avanzada, de pincelada suelta y enérgica, con manchas de luz y color y fuertes contrastes, al modo de una aplicación pre-impresionista, que hizo a esta obra la cumbre de su pintura mural. Popularmente se la suele conocer como la "Capilla Sixtina de Madrid".