MIRAR HACIA EL EXTERIOR
El perfil de persona que la sociedad demanda queda recogido en distintos documentos como:
Básicamente todos apuntan a la necesidad de personas competentes digitalmente, creativas, con posibilidades de liderazgo, capaces de trabajar en equipo, emocionalmente sensibles, fuertes y equilibradas, con ansias de formación continua, responsables y comprometidas.
MIRAR HACIA EL INTERIOR
El alumno que tenemos:
Domina las formas de comunicación digital, le motivan los recursos tecnológicos y dispone de rápido acceso a todo tipo de información. Mantiene relaciones estrechas con los profesores, conoce sus derechos y exige información, transparencia y coherencia. Compara, opina y sus decisiones son tenidas en cuenta por sus padres. Los cambios no le asustan, le atraen, está abierto a irse a otro centro, a tener nuevas amistades, a viajar al extranjero… Minusvalora al profesor que trabaja exclusivamente con métodos tradicionales y manifiesta mayor grado de satisfacción con el educador innovador. Muestra interés por los valores que transmite el colegio y suele aceptarlos de buen grado pero al salir del centro vive el choque entre estos y el ambiente social en el que se mueve. Le gusta el deporte y los movimientos juveniles pero es tan variada la oferta para ocupar el tiempo libre que no siempre escogen las opciones que les ofrece el centro.
El educador que tenemos:
Actualmente en nuestros centros encontramos tres perfiles definidos de educador:
1. El Educador entusiasta, permanentemente curioso, sin ataduras (el libro, el alumno sentado...) que se ilusiona con lo que la Institución le propone y que está dispuesto a hacerlo lo mejor posible. Suele ver todo cambio como atractivo, necesario y no le detienen las dificultades. Confía en los que van a dirigir el cambio y se aliará con ellos en la medida de sus posibilidades. Contagiará al alumno y conseguirá logros en poco tiempo. Habrá que reconocer a estos educadores para fomentar su liderazgo.
2. El Educador que hará lo que se le diga pero no llegará a vivir con la intensidad necesaria el cambio. No molestará en el proceso de renovación metodológica, llegará a contagiar al alumno si es contagiado. Es por tanto una persona a la que habrá que cuidar y motivar. Acompañarle en el proceso permitirá convertirlo en un pilar sólido.
3. El Educador negativo que se posicionará en contra de todo. Será un serio problema para los compañeros porque dificultará el trabajo en equipo. Habrá que reconocerlos para irles marcando con rotundidad el camino a seguir.
La recogida de información en las encuestas realizadas en los colegios de la Provincia Compostela a lo largo del 1º trimestre de 2014 nos ofrece la siguiente realidad:
Posición del profesorado ante el cambio metodológico. Compostela 2014