Culebra Real negra
(Lampropeltis getula nigrita)
-Cambiaste mucho con el paso del tiempo. Se pueden observar claras diferencias entre lo que fuiste cuando eras un niño y lo que eres ahora, aunque estos cambios tampoco llegan al punto en el que la gente ya no puede reconocerte.
-Puede que intimides a la gente o que las personas se formen una idea equivocada respecto a ti; en realidad eres una persona tranquila y pacífica que rara vez ataca. La gente suele temerte o simplemente respetarte porque en realidad no te conoce bien, pero las apariencias engañan.
-En presencia de otros, eres calmado y agradable siempre y cuando ellos sepan cómo tratarte. No te agrada el tumulto, ya que esto te pone nervioso y hace que en ocasiones confundas las intenciones de la gente. Puede que, por ejemplo, sientas que te están atacando cuando en realidad no es así, o que creas que alguien se acerca pacíficamente siendo que en realidad viene a molestarte.
-Es recomendable para la gente tratarte con cuidado, pues al sentirte amenazado o molestado te defenderás y atacarás (aunque tus ataques nunca son nada grave). Sin embargo, eres mucho más tolerante y menos nervioso que tus relativos. Tu paciencia también es mucho mayor. No representas una amenaza para nadie que sepa respetarte y darte tu espacio. Y para aquellos que no saben hacerlo, tampoco representas un peligro demasiado grande.
-No tienes un periodo fijo para trabajar; puedes actuar en cualquier momento sin problemas, ya sea de noche o de día, con sol o con lluvia. Sin embargo, en ocasiones “congelas” tus actividades si te das cuenta de que no es conveniente seguir. En este caso esperarás pacientemente a que las cosas mejoren y volverás a ponerte en marcha cuando las condiciones sean más favorables.
-Tienes los pies bien puestos sobre la tierra la mayor parte del tiempo, pero a veces te alejas de la realidad si lo crees necesario y conveniente. No te gustan los obstáculos ni los retos, por lo que, siempre que sea posible, optarás por el camino corto y fácil.