Presentación

El principal objetivo que nos debemos proponer en la enseñanza de la lengua es el desarrollo y mejora de la competencia comunicativa (sin olvidar el resto), es decir, reconocer y producir el registro que sea correcto y más apropiado para cada situación de comunicación. Consideramos que para mejorar tanto la comprensión como la producción oral y escrita, lo más adecuado es un enfoque funcional, con una programación de contenidos organizada en torno a funciones comunicativas (describir, identificar, narrar, etc); en definitiva, HACER COSAS CON LAS PALABRAS.

Desde este punto de vista la lengua es considerada principalmente como un instrumento de comunicación. La metodología comunicativa hace hincapié en todas las destrezas o habilidades del lenguaje (comprensión y expresión oral y escrita e interacción) de forma ecuánime, dando importancia tanto a la producción escrita como a la producción oral en clase.

Para el desarrollo de la competencia comunicativa de nuestros alumnos y alumnas nos basaremos en la realización de tareas, tanto individuales como en parejas o en grupo (trabajo cooperativo). Las distintas actividades llevadas a cabo se presentarán en un contexto lo más cercano posible a la vida real, teniendo en cuenta los intereses de los alumnos. Además del libro de texto, se utilizarán materiales complementarios que desarrollen por separado o de forma integrada cada una de las destrezas. Siempre que sea posible, estos materiales seleccionados por el departamento de Lengua serán auténticos, ya sean escritos (artículos de prensa, cartas, diálogos, entrevistas, reseñas, tarjetas de visita, cuentos, poemas, catálogos, folletos, cómics, etc. ) o audiovisuales (grabaciones de radio y televisión , eslóganes publicitarios, películas, entrevistas, videoclips, canciones, documentales, etc.).

Las actividades deben constituir un reto abordable. Así pues, tendremos en cuenta la atención a la diversidad de la clase y elaboraremos ejercicios de ampliación del conocimiento, pero también de refuerzo. De ahí que dentro de una misma secuencia de contenidos, las tareas que el alumnado debe desarrollar tengan varios grados de dificultad y sean diversas, para fomentar la motivación. Dichas actividades estimulan la autoestima ya que, al poder ir progresando a su ritmo, sienten que el esfuerzo ha merecido la pena. Las tareas, además, deben fomentar un aprendizaje cada vez más autónomo.

No debemos olvidarnos de los nuevos medios de comunicación, usando las nuevas tecnologías, los recursos que nos ofrece Internet y otros materiales multimedia, con el objeto de presentar situaciones reales en las que los alumnos y alumnas se sientan actores de nuestra sociedad.

La intención última de estas unidades didácticas es que nuestro alumnado de 1º de ESO acceda, a través del trabajo aquí propuesto—y más allá de la retórica al uso—, a una educación de calidad y no a una especie de sustitutivo de un bien superior e inalcanzable.