Los Lieder con orquesta de Mahler

Mahler comenzó a componer lieder en su juventud, época en que conoció a su amigo y  también gran autor de lieder Hugo Wolf. Entre otras aportaciones a este género introdujo el acompañamiento orquestal sustituyendo al piano. Mahler compuso cinco ciclos de canciones para voces solistas con orquesta: Lieder eines fahrenden Gesellen (Canciones de un camarada errante), Des Knaben Wunderhorn (El cuerno mágico de la juventud), Kindertotenlieder (Canciones de los niños muertos), Rückert-Lieder  y Das lied von der Erde (La canción de la tierra).     

En el ciclo Kindertotenlieder sobre poesías de Friedrich Rúckert, Mahler se anticipó al cambio estilístico que se observa en sus dos últimas sinfonías y en Das lied von der erde. Las texturas repletas y multitudinarias de las obras anteriores son sustituidas por un lenguaje más austero.

La canción de la tierra es la obra que muestra todos los rasgos más geniales de Mahler. Se basa en un ciclo de seis poemas traducidos del chino por Hans Bethge, que tienen por título La flauta china. La atmósfera exótica de las palabras es sugerida por el colorido instrumental. Así como Mahler recurrió a la voz en sus sinfonías para completar su pensamiento musical, en La canción de la tierra acude a la orquesta para sustentar y complementar a las voces solistas tanto en el acompañamiento como en los interludios entre los números vocales. En este ciclo el compositor logró definir y equilibrar con absoluta maestría esa peculiar dualidad de sentimientos ,que pasan del placer y la alegría más exaltada a la más absoluta desolación ante un entorno de presagios de muerte, que asimilan toda la atmósfera del romanticismo tardío.

Des Knaben Wunderhorn:

Des Knaben Wunderhorn (El cuerno de la abundancia o El cuerno mágico del muchacho) es una colección de poesía folklórica recopilada y adaptada por Achim Von Armin y Clemens Brentano. Aparecida en 1808 como un equivalente lírico de los cuentos de los hermanos Grimm, tal colección fue la primera de una serie de publicaciones que produjo un entusiasmo romántico por recuperar aquel idioma folklórico en vías de extinción. El enorme potencial musical de estos poemas proporcionó a Mahler una serie de textos para sus canciones e inspiró las sinfonías nº 2 y nº 3.