Talentos
ALUMNOS DIANA.
Hemos llamado a nuestro programa Plan de Mejora del A.R.C.A.S. (Alto Rendimiento, Capacidad, Aprendizaje y Superación) porque queremos dar respuesta a los alumnos con:
Alta Capacidad: con diagnóstico de talento simple, múltiple, complejo o superdotación.
Alto Rendimiento: con, al menos, media ≥ 9 puntos.
Alta Motivación: con un interés y esfuerzo especial en un área concreta.
Alta Creatividad: con, al menos, PC 90 en pruebas de creatividad.
Liderazgo Social: medido por sociogramas o encuestas de popularidad.
Doble Excepcionalidad: con alto funcionamiento cognitivo según pruebas psicopedagógicas, concomitante a un diagnóstico por necesidades educativas.
¿Y porqué no?, también a otros alumnos que se puedan beneficiar de este Programa.
No queremos un programa exclusivo, y si una forma de trabajo inclusiva. No buscamos la excelencia y el éxito de unos pocos, sino la mejora de muchos de nuestros alumnos.
INTELIGENCIA GENERAL.
A partir de Alfred Binet (1905) se habla de Cociente Intelectual o CI (relación entre edad mental y cronológica de una persona). La inteligencia se suele identificar como única y general, llamada "factor g" (Charles Spearman, 1927). Todas las pruebas estandarizadas (test) que intentan evaluar este tipo de inteligencia son bastante teóricas y basadas en tareas descontextualizadas.
Se establece la siguiente clasificación según la puntuación de CI que obtenga la persona:
Discapacidad intelectual: CI menor de 70 puntos.
Inteligencia límite: CI entre 70 y 80.
Capacidad intelectual normal: CI entre 80 y 120.
Capacidad intelectual alta: CI entre 120 y 130.
Superdotación: CI mayor de 130 (2% de la población).
Sin embargo, actualmente el CI no se toma como el único criterio para identificar a un alumno con alta capacidad intelectual. Cada vez más, se pasa de entender la inteligencia como un rasgo monolítico, único, estático e innato, a entenderlo como un potencial dinámico y multidimensional.
De esta forma, además de la capacidad general (CI), actualmente las pruebas suelen evaluar otros componentes que integran a este CI:
Razonamiento verbal (se relaciona con la "inteligencia cristalizada" o adquirida).
Razonamiento lógico-abstracto (está unida a la "inteligencia fluida" y heredada).
Memoria de trabajo (registro de información visual y auditiva, almacenaje temporal y manipulación consciente).
Velocidad de procesamiento (atención, rapidez, eficacia, precisión,...).
MODELO DE LOS TRES ANILLOS.
Renzulli (1978) para considerar una alta capacidad tiene en cuenta, más que una alta inteligencia, tres componentes:
Alta habilidad en una o varias áreas.
Alta motivación: se refiere a un alto grado de compromiso, implicación y persistencia en las tareas. Implica también autoconfianza.
Alta creatividad: tradicionalmente se ha definido como la solución original a nuevos problemas y corresponde a un pensamiento divergente o lateral. Se suele evaluar a través de la fluidez o productividad de ideas y soluciones (número de respuestas), flexibilidad (diversidad de las respuestas), originalidad (novedad de las respuestas) y elaboración (detalles de las respuestas).
INTELIGENCIAS MÚLTIPLES.
Howard Gardner, profesor de la Universidad de Harvard, propuso en 1983 la teoría de las inteligencias múltiples. Aunque es una teoría que no ha sido bien demostrada, nos puede servir para entender las distintas capacidades y aptitudes.
Para él, la inteligencia no es algo único e invariable, sino que se compone de distintas capacidades que todos tenemos y podemos desarrollar en mayor o menor medida.
En concreto, describió estos ocho tipos de inteligencias que todos tenemos, aunque cada persona tiene facilidad y podría destacar en una o varias de ellas:
¿QUÉ ES EL TALENTO?
El talento como la aptitud que tiene toda persona para realizar una actividad determinada.
Dado un grado de esfuerzo similar sabemos que unos aprenden más rápido que otros, y ese es un indicador que refleja el talento innato. Ángela Duckworh (2016) define el talento como la "rapidez con que mejora una habilidad" pero tiene que haber esfuerzo para que se desarrolle, es decir, sin esfuerzo el talento no es más que un potencial.
El talento existe como capacidad innata, pero el factor fundamental es el trabajo y la práctica intensa. Por tanto, la educación puede ayudar a descubrirla y desarrollarla.
El "talento" es una palabra que no pertenece al léxico psicológico ni pedagógico, pero que se usa mucho fuera de la escuela. Desde teorías económicas-empresariales se distinguen tres componentes para que el talento se desarrolle:
"Puedo": Capacidad. Se refiere al desempeño de funciones.
"Quiero": Compromiso. Se refiere a la motivación y disfrute.
"Hago": Acción. Es el despliegue de las prácticas y hábitos.
TIPOS DE TALENTOS.
El protocolo de la Consejería de Educación diferencia distintos tipos de alumnos con altas capacidades a partir de la valoración de 7 aptitudes (lógica, verbal, numérica, mecánica, espacial, creativa, y memoria):
Talento simple: percentil mayor de 95 sólo en una de las aptitudes. Destaca sólo en algún área, por lo que los resultados académicos no son siempre buenos.
Talento múltiple: percentil mayor de 95 en dos o más de las aptitudes. Domina sólo algunos ámbitos, por lo que los resultados académicos pueden ser desiguales.
Talento complejo: percentil mayor de 85 en las siguientes combinaciones de aptitudes:
Académico: percentil mayor de 85 en aptitud lógica + verbal + memoria. Domina las aptitudes más útiles en la escuela, por lo que tiene facilidad para aprender y suele tener buenos resultados académicos en la mayoría de las materias.
Artístico: percentil mayor de 85 en aptitud lógica + espacial + creatividad. No siempre tiene buenos resultados académicos, ya que destaca en ciertas aptitudes pero distintas a las exigidas en la escuela.
Superdotación: percentil mayor de 85 en todas las aptitudes. Domina y es autónomo en la mayoría de los ámbitos, conectándolos con facilidad y generalmente con buenos resultados.
DOBLE EXCEPCIONALIDAD.
Los alumnos con doble excepcionalidad son aquellos que presentan altas capacidades junto a otro diagnóstico concomitante:
Trastornos del Espectro Autista (TEA) de alto funcionamiento cognitivo, por ejemplo, alumnos con Síndrome de Asperger.
Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y altas capacidades.
Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA) y altas capacidades, por ejemplo con alumnos con dificultades en la lecto-escritura.
Discapacidades motóricas o sensoriales y altas capacidades.
Su situación, la mayoría de las veces, es paradójica: por una parte, su competencia cognitiva por encima de la media encubre y dificulta el diagnóstico de sus necesidades asociadas. Por otra parte, sus dificultades específicas les impiden desarrollar todo su potencial y la mayoría de las veces su alta capacidad pasa desapercibida.
INTELIGENCIA EJECUTIVA.
Una cosa es tener muchas habilidades y otra es poder organizarlas y ponerlas a trabajar para alcanzar una meta. La inteligencia ejecutiva es la que organiza todas las demás: toma decisiones, organiza todo el talento humano, busca lograr metas,... Para José Antonio Marina, es "la capacidad de dirigir bien el comportamiento, eligiendo metas, aprovechando la información y regulando las emociones".
La base de esta inteligencia son las funciones ejecutivas, acuñado por la neuropsicóloga Muriel Lezak (1982): "el conjunto de actividades cognitivas que favorecen llevar a cabo un plan coherente dirigido hacia el logro de una meta específica". Elkhonon Goldberg, en su libro "El cerebro ejecutivo", utiliza la metáfora del "director de orquesta", que identifica a la corteza prefrontal como sustrato anatómico principal de las funciones ejecutivas.
Los tres componentes básicos de las funciones ejecutivas son:
Memoria de trabajo (operativa). Capacidad para retener y recordar información durante la realización de una tarea.
Flexibilidad cognitiva (versus rigidez). Capacidad para cambiar de perspectiva, buscar alternativas y encontrar asociaciones distintas.
Control inhibitorio (versus impulsividad). Capacidad de regular nuestra atención, conducta, emociones, impulsos,…
Estos componentes básicos nos permiten realizar procesos mentales como la capacidad de iniciar y finalizar acciones, fijar y mantener metas, supervisar (monitorizar) y cambiar la conducta en caso necesario, atender filtrando lo innecesario, planificar soluciones cuando uno se enfrenta con situaciones nuevas, anticipar las consecuencias de nuestros actos, adaptarse a los cambios, gestionar nuestro tiempo, tomar decisiones, regular las emociones y motivación, tener plena conciencia,...
Además de las funciones ejecutivas, también se habla de habilidades no cognitivas o “blandas” como la motivación, autoconfianza, control del tiempo, gestión de las emociones, trabajo en equipo, resiliencia y perseverancia, fluidez creativa, ética, responsabilidad,…
INTELIGENCIA EMOCIONAL.
Daniel Goleman (1995), en contraposición al concepto de inteligencia académica o general más tradicional, desarrolla la Teoría de la Inteligencia Emocional. Goleman pone el foco en una inteligencia más práctica y de corte "humanista" que se compone de:
Autoconciencia: conocimiento de las propias emociones (estados de ánimo, reacciones, recursos personales, intuiciones,...).
Autoconfianza: capacidad para reconocer y manejar las tendencias emocionales que guían o facilitan el logro de nuestros objetivos (autoestima, motivación, optimismo, iniciativa,...).
Autorregulación: capacidad de gestión y expresión de las propias emociones, estados de ánimo, impulsos,...
Empatía: capacidad para reconocer sentimientos, preocupaciones, necesidades,... ajenas.
Competencia social: capacidad para analizar y gestionar las relaciones con los demás (comunicación, asertividad, ayuda, colaboración, negociación, liderazgo,...).
Según Goleman, para tener éxito tener un alto Cociente Intelectual (CI) es tan importante como tener un elevado Cociente Emocional (CE).