MATERIALES VARIOS

J. L. David. "Coronación de Napoleón"

Quiero explicar con este cuadro el uso político del arte con algunos ejemplos o curiosidades de este famoso cuadro:

  • No representa la coronación de Napoleón como emperador, si no el momento en que ÉL corona a su mujer.
  • El Papa aparece en segundo plano para mostrar que napoleón es más poderoso que él.
  • Por ese motivo, la madre de Napoleón, católica practicante, no acudió a la ceremonia
  • A través del lujo (decoración, vestuario...) se muestra el poder de la corte y de Francia.


Talleyrand, el primer ministro de Luis XVIII fue todo un personaje. Nació en la aristocracia, pero no heredó el título, así que lo metieron a la iglesia (de hecho en 1789 era obispo de Autun) y participó en los estados generales. Se vinculó al liberalismo moderado aceptando el sometimiento de la iglesia al estado, por lo que fue excomulgado por el Papa (lo curioso es que fue él el que negoció el concordato entre Francia y el Papa durante el gobierno napoleónico). Tuvo que huir a EEUU durante el terror y volvió durante el directorio para ser ministro tanto en el directorio como con Napoleón (hasta 1807). En 1808 empezó a conspirar con varios reyes europeos contra Napoleón, lo que le permitió conseguir que en el congreso de Viena las cosas no fueran mal para Francia. Pese a ser una de las claves de la restauración borbónica, en 1830 apoyó la revolución que acabó con el gobierno Borbón.

Por supuesto, si su vida política es así de compleja y, casi, divertida, su vida personal mucho más. En su época joven era un conocido libertino, de hecho fue expulsado del seminario en 1775 y siendo sacerdote se pasaba más tiempo en fiestas que en la iglesia. Por otro lado, parece que además de varios delitos de aceptar sobornos, fue el causante de que EEUU rompiera relaciones con Francia ¡porque Talleyran chantajeaba a los diplomáticos americanos!. Por último, era conocido por su afición a la buena mesa y a las sobremesas, donde hacía sus mejores jugadas políticas y una de sus grandes frases es «El único rey al que no he traicionado ha sido el rey de los quesos: el queso de Brien».


mapa de los países europeos afectados por las revoluciones de 1820 (tuvieran éxito, o no).

Aquí las revoluciones de 1830 que, partiendo del primer movimiento en Francia se extendieron por Europa Central.

Por último, el ciclo de 1848, que empezó en Italia en 1847 y se generalizó por toda Europa Central, iniciando los procesos de unificación de Italia y Alemania.

Documento sin título

Plano de New Harmony (Indiana, EEUU -zona muy poco poblada en la época-) diseñado por R. Owen, probalemente el falansterio más famoso de los construidos en la época.

En él se aprecian las fábricas en el centro interconectadas por un espacio central que albergan una serie de edificios comunes. Todo esto estaría rodeado por las viviendas de los trabajadores/pobladores del falansterio.

De Fernando VII a Isabel II.pdf

Varios carteles propagandísticos de la guerra mundial australianos.

La doctrina del fascismo

Siendo anti-individualista, el sistema de vida fascista pone de relieve la importancia del Estado y reconoce al individuo sólo en la medida en que sus intereses coinciden con los del Estado. Se opone al liberalismo clásico que surgió como reacción al absolutismo y agotó su función histórica cuanto el Estado se convirtió en la expresión de la conciencia y de la voluntad del pueblo. El liberalismo negó al Estado en nombre del individuo; el fascismo reafirma los derechos del Estado como la expresión de la verdadera esencia de lo individual. La concepción fascista del Estado lo abarca todo; fuera de él no puede existir, y menos aún valer, valores humanos y espirituales. Entendido de esta manera el fascismo es totalitarismo, y el Estado fascista, como síntesis y unidad que incluye todos los valores, interpreta, desarrolla y otorga poder adicional a la vida entera de un pueblo (…).

El fascismo, en suma, no es sólo un legislador y fundador de instituciones, sino un educador y un promotor de la vida espiritual. No intenta meramente remodelar las formas de vida, sino también su contenido, su carácter y su fe. Para lograr ese propósito impone la disciplina y hace uso de su autoridad, impregnando la mente y rigiendo con imperio indiscutible (…).

El fascismo niega que el número, por el solo hecho de ser número pueda dirigir las sociedades humanas, niega que este número pueda gobernar gracias a una consulta periódica. Afirma la desigualdad indeleble, fecunda y bienhechora de los hombres, que no es posible nivelar gracias a un hecho mecánico y exterior como el sufragio universal (…). El fascismo rechaza de la democracia la absurda mezcla convencional de igualdad política, el hábito de la irresponsabilidad colectiva, el mito de la felicidad y del progreso indefinido. Pero si la democracia puede entenderse de modo diferente, si ella significa no dejar al pueblo al margen del Estado, el fascismo puede ser definido por el que escribe estas líneas como una “democracia organizada, centralizada y autoritaria” (…)

El fascismo no cree en la posibilidad ni en la utilidad de la paz perpetua. Rechaza, pues, el pacifismo (…) Sólo la guerra puede elevar todas las energías humanas al máximo de tensión e imprime un sello de nobleza a los pueblos que tienen la virtud de afrontarla (…)

Benito Mussolini. La doctrina del fascismo, 1932