Esta conmemoración, impulsada por la UNESCO, tiene como objetivo fomentar una educación basada en valores como el respeto, la empatía y la convivencia pacífica en los centros educativos. 

Su propósito es movilizar a toda la comunidad —estudiantes, familias, docentes y responsables políticos— para colaborar en la construcción de entornos escolares libres de violencia, donde prevalezca el bienestar emocional y social de niños y jóvenes.