Cuando un maestro se distingue entre otros ocurre la posibilidad de que sea positiva o negativamente. Esto dependerá de las cualidades que se manifiesta ejerciendo el rol del educador. A través, de este escrito reflexionaré sobre las cualidades que hacen a un buen maestro. Sin duda para que un maestro sea catalogado de esta manera es necesario que posea características que modelen lo que pretenda enseñar. A esa receta no le debe faltar una taza de amor y otra de respeto, un cucharón de pasión por educar y otro de tolerancia, una cucharada de creatividad y otra de responsabilidad, una cucharadita de imaginación y otra de compromiso. Además, se le debe echar pizcas de sonrisas, comprensión, dinamismo e imaginación. Estas pizcas son las que complementan la receta que gusta probar en el campo educativo: “La Receta del Buen Maestro”.
Paulo Freire fue profesor de historia y filosofía de la educación, una figura que influenció grandemente en la manera en la cual la educación debería ser considerada y llevada a la práctica. En una de sus frases afirma que “enseñar no es trasferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su producción o construcción.” Un buen maestro debe mantener presente que educar es crear oportunidades para que el estudiando logre desarrollar la capacidad de pensar crítica y libremente. Por otro lado, es quien pone todo su empeño para que el educando se sienta parte integral del proceso de aprendizaje. No debe ser un proceso de educación bancaria en el cual el estudiante es un recipiente para contener lo que se le enseña, sino que debe ser un proceso que respete el interés de qué y cómo aprender.
Como educadora en el nivel del preescolar entiendo que demuestro respeto por los niños a la vez que le pongo como protagonista del proceso educativo en vez de a un currículo. Estoy de acuerdo con los deferensores de la educación libre en la que el maestro acompaña al niño en su proceso de aprendizaje, pero no le impone una manera específica para aprender. Considero que el educador debe reconocer y mantener presente que un niño necesita saciar su necesidad de explorar y conocer el entorno que le rodea fuera de las cuatro paredes en las que mucha veces se les encierra y prohibe de una educación balanceada y saludable. Doy fe de que los maestros podemos ser recursos y guías extraordinarios en las etapas de aprendizaje de los niños, pero no podemos limitar las oportunidades de aprender, a través de diferentes mecanismos, por enfatizar la manera tradicional en la cual un maestro enseña lo que sabe y nada más en válido.
En resumen ser educadora o educar reune una serie de cualidades que comprende las distintas maneras que existen para aprender. También apoya los intereses que demuestra el educando conduciéndoles en un aprendizaje eficaz y efectivo que le nutra la capacidad de pensar, formular preguntas y soluciones de manera independiente. Sin embargo, les ayuda reconocer la importancia de las personas que le rodean y el valor de la naturaleza y el ambiente circundante. El educador no es egoísta en cómo impartir la enseñanza, sino que respeta las características únicas que constituyen a cada ser humano desde su niñez.