Personas clave

Juan

Personas clave de Juan

JUAN EL BAUTISTA

No cabe duda alguna, Juan el Bautista fue único. Vistió en forma rara, se alimentó con cosas extrañas y presentó un mensaje poco usual a los habitantes de Judea que salieron a su encuentro en regiones desoladas.

Sin embargo, Juan no intentaba buscar provecho con su peculiaridad. En cambio, se propuso obedecer. Sabía que tenía un papel específico que cumplir en el mundo: anunciar la venida del SAlvador, y puso todas sus energías para cumplir esta tarea. Lucas nos dice que Juan estuvo en el desierto cuando recibió la palabra de Dios. Juan estaba listo y esperaba. El ángel que anunció su nacimiento a Zacarías dejó claro que este niño sería nazareno, uno apartado para el servicio de Dios. Juan se mantuvo fiel a esa descripción.

Este hombre de aspecto salvaje no tenía poder ni posición en el sistema político judío, pero habló con una autoridad casi irresistible. La gente se conmovía con sus palabras porque decía la verdad, los desafiaba a dejar el pecado y a bautizarse en señal de arrepentimiento. Respondieron por cientos. Aunque las multitudes lo rodeaban, no buscó ser el centro, nunca olvidó que su papel principal fue anunciar la venida del Salvador.   

Las palabras de verdad que movieron a muchos al arrepentimiento aguijoneó a otros, motivando resistencia y enojo. Juan aun desafió al rey Herodes a que admitiera su pecado. Herodías, la  mujer con la que Herodes se unió ilegalmente, decidió librarse de este predicador solitario. A pesar de que la mató, no le fue posible detener su mensaje. Aquel al que Juan anunció ya estaba en acción. Juan cumplió con su misión.

Dios nos ha dado un propósito para vivir y podemos confiar que Él nos guiará. Juan no tenía la Biblia completa, como la tenemos hoy, sin embargo, centró su vida a la luz de lo que sabía de las Escrituras del Antiguo Testamento. Asimismo, nosotros podemos descubrir en la Palabra de Dios las verdades que Dios quiere que sepamos. Y a medida que estas verdades obren en nosotros, otros irán a Él. Dios puede usarlo a usted como a ningún otro. Dígale su disposición a seguirle hoy .

Puntos fuertes y logros:

Debilidades y errores:

Lecciones de su vida:

Datos generales:

Versículo clave:

“De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él” (Mateo 11:11).

La historia de Juan se narra en los cuatro Evangelios. Su venida se anunció en Isaías 40:3 y Malaquías 4:5ss; y se menciona en Hechos 1:5,22; 10:37; 11:16; 13:24,25; 18:25; 19:3,4.

NICODEMO

Dioses especialista en hallar y cambiar a personas que consideramos difíciles de alcanzar. En el caso de Nicodemo, le tomó un poco de tiempo salir de la oscuridad, pero Dios fue paciente con su creyente “encubierto”.

Temeroso de ser descubierto, Nicodemo procuró ver a Jesús de noche. Las conversaciones diurnas entre los fariseos y Jesús tendían a ser antagónicas, pero Nicodemo en verdad quería aprender. Tal vez consiguió mucho más de lo esperado: ¡un desafío a una nueva vida ! Sabemos muy poco de Nicodemo, pero sí sabemos que de ese encuentro nocturno salió un hombre cambiado. Se marchó con una comprensión nueva de Dios y de sí mismo.

Nicodemo aparece más tarde como parte del concilio. En medio de la discusión en que se buscaba forma de eliminar a Jesús, plantó al asunto de la justicia. Habló en su favor a pesar de que rechazaron su objeción. Empezaba a cambiar.

La última semblanza de Nicodemo nos muestra que se une a José de Arimatea en el trámite de solicitar el cuerpo de Jesús para sepultarlo. Tomando en cuenta el riesgo que esto significaba, Nicodemo daba un paso audaz. Su crecimiento espiritual no se detenía.

Dios busca crecimiento paulatino no una perfección instantánea. ¿De qué manera su actual crecimiento espiritual concuerda con el tiempo que lleva de conocer a Jesús?

Puntos fuertes y logros:

Debilidades y errores:

Lecciones de su vida:

Datos generales:

Versículo clave:

“Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” (Juan 3:4).

La historia de Nicodemo se narra en Juan 3:1-21; 7:50-52 y 19:39:40

CAIFÁS

Caifás era el principal del grupo religioso llamado saduceos. Estas personas eran cultas, ardientes y tenían influencia política en la nación. Al ser la flor y nada de la saciedad, su relación con Roma era bastante buena. Odiaban a Jesús porque hacía peligrar el estilo de vida seguro que llevaban y porque enseñaba un mensaje que no podían aceptar.  

La política acostumbrada de Caifás era desaparecer cualquier amenaza a su poder usando el medio que fuese necesario. Para Caifás, el asunto en cuestión no era si JEsús iba a morir, sino  cuándo iba a morir. No solo era necesario capturar y juzgar a Jesús, sino que el concilio judío debía recibir la aprobación romana para ejecutar la sentencia de muerte. Los planes de Caifás recibieron una ayuda inesperada a través de la oferta de Judas de traicionar a Cristo.

Caifás no se dio cuenta de que sus maquinaciones era en realidad parte de un maravilloso plan que Dios estaba realizando. El que Caifás estuviese dispuesto a sacrificar a otro hombre a fin de preservar su propia seguridad fue un hecho claramente egoísta. En contraposición, el que Jesús estuviera dispuesto a morir por nosotros fue un claro ejemplo de amoroso sacrificio propio. Caifás pensó que había ganado la batalla al quedar Jesús colgado de la cruz, ¡pero no tuvo en cuenta la resurrección!

La mente de Caifás estaba cerrada. No pudo aceptar la resurrección a pesar de que la evidencia era abrumadora e intentó silenciar a quienes el Cristo resucitado cambió sus vidas para siempre (Mateo 28:12,13). Caifás representa a las personas que no pueden creer porque piensan que les costará demasiado aceptar a Jesús como Señor. Optan por lo fugaz del poder, el prestigio y los placeres de esta vida en lugar de la vida eterna que ofrece Dios a los que aceptan a su Hijo. ¿Qué decidirá usted?

Puntos fuertes y logros:

Debilidades y errores:

Lecciones de su vida:

Datos generales:

Versículo clave:

“Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca” (juan 11:49,50)

JUAN

Ser amado es la motivación más poderosa del mundo. Nuestra capacidad de amar, con frecuencia, la modela nuestra experiencia de amar. Por lo general amamos a otros en la medida e que nos aman.

Algunas de las más grandes declaraciones acerca de la naturaleza del amor de Dios las escribió un hombre que experimentó el amor de Dios en una forma muy particular. Juan, discípulo de Jesús expresó su relación con el Hijo de Dios autodenominándose “el discípulo a quien amaba Jesús” (Juan 21:20). A pesar de que el amor de Jesús se expresa con claridad en todos los Evangelios, en el de Juan es el tema central. Debido a que en su propia experiencia el amor de Jesús fue intenso y personal, Juan se mantuvo sensible a las palabras y acciones de Jesús que ilustra cómo Aquel, que es amor, ama a otros.

Jesús conocía a Juan de manera total y lo amó de igual forma. Tanto a él como a su hermano Jacobo los apodó “Hijos del trueno”, quizás a partir de la ocasión cuando ambos pidieron permiso a Jesús para mandar a que descienda fuego del cielo (Lucas 9:54) sobre una aldea que no quiso recibir a Jesús y a los discípulos. En este Evangelio y en sus cartas vemos el gran amor de Dios, mientras que el trueno de la justicia de Dios emerge de las páginas del Apocalipsis.

Jesús nos confronta a cada uno de nosotros así como lo hizo con Juan. No podemos conocer la profundidad del amor de Dios a menos que estemos dispuestos a enfrentar el hecho de que Él nos conoce plenamente. De otra manera somos necios al creer que Él debe amar a las personas por lo que fingen ser, no a los pecadores que en realidad lo son. Juan y los demás discípulos nos convencen de que Dios quiere y está dispuesto a aceptarnos tal como somos. Creer en su amor es una gran motivación para el cambio. Su amor no se nos da a cambio de nuestros esfuerzos, su amor nos libera para vivir realmente. ¿Ha aceptado usted ese amor?

Puntos fuertes y logros:

Debilidades y errores:

Lecciones de su vida:

Datos generales:

Versículo clave:

“Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en Él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra” (Juan 2:7,8)  

MARÍA MAGDALENA

La falta de mujeres entre los doce discípulos ha incomodado a algunas personas. Pero es obvio que hubo muchas mujeres entre los seguidores de Jesús. También es bueno notar que Jesús no trató a las mujeres como lo hacía su cultura; las trató con dignidad, como personas valiosas.

María de Magdalena fue una de los primeros seguidores de Jesús y por cierto merece llamarse discípula. Una mujer enérgica, impulsiva y cariñosa, que no solo viajó con Jesús, sino que también contribuyó a las necesidades del grupo. Presenció la crucifixión y fue a ungir el cuerpo de Jesús la mañana del domingo cuando descubrió la tumba vacía. María fue la primera en ver a Jesús luego de resucitado.   

María Magdalena es un ejemplo de corazón ardiente que vivió agradecido. Jesús la liberó milagrosamente cuando echó fuera de ella siete demonios. En todo cuanto se nos dice de ella, notamos su agradecimiento por la libertad que Cristo le concedió. Esa libertad la llevó a estar al pie de la cruz cuando todos los discípulos, excepto Juan, estaban ocultos por temor.  Se mantuvo cerca de su Señor. Después de la muerte de Jesús, su intención fue ofrecerle todo el respeto posible. Como todos los seguidores de Jesús, nunca esperó una resurrección corporal, pero se regocijó en gran manera al descubrir que había resucitado.

María no tenía una fe complicada. Fue directa y genuina. Le interesaba más creer y obedecer que comprenderlo todo. Jesús honró su fe casi infantil, concediéndole el privilegio de ser la primera en verlo resucitado y confiándole el primer mensaje de su resurrección.   

Puntos fuertes y logros:

Debilidades y errores:

Lecciones de su vida:

Datos generales:

Versículo clave:

“Habiendo, pues resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció  María Magdalena, de quien había echado siete demonios” (Marcos 16:9).

La historia de María Magdalena aparece en Mateo 27-28; Marcos 15-16; Lucas 23-24 y Juan 19-20. También se menciona en Lucas 8:2

TOMÁS

Tomás, a menudo recordado como el “incrédulo”, merece respeto por su fe. Fue un incrédulo, pero su incredulidad tuvo un propósito: quería saber la verdad. Tomás no se aferró a sus dudas. Creyó de buena gana cuando le dieron razones para hacerlo. Expresó todas sus dudas y esperó la explicación de las mismas. Sus dudas eran sólo una forma de reaccionar, no una costumbre.

A pesar de que nuestra visión de Tomás es breve, su carácter se manifiesta con firmeza. Procuró ser fiel a lo que conocía, a pesar de lo que sentía. En un momento cuando para todos era evidente que la vida de Jesús peligraba, solo Tomás expresó con palabras lo que la mayoría sentía. “Vamos también nosotros, para que muramos con Él” (Juan 11:16). No dudó en seguir a Jesús.

No sabemos por qué Tomás estaba ausente la primera vez en que Jesús apareció a los discípulos después de la resurrección, pero fue renuente en aceptar el testimonio de ellos acerca de este hecho. ¡Ni siquiera sus diez amigos lograrían cambiar su forma de pensar!

Podemos dudar sin tener que vivir en incredulidad toda la vida. Las dudas motivan una reconsideración. Su propósito se relaciona más con agudizar la mente que con cambiar de manera de pensar. La duda puede usarse para plantear la pregunta, lograr una respuesta e impulsar a una decisión. Pero la duda nunca debe ser una condición permanente. La duda es un pie en alto, listo para ponerlo delante o detrás. No hay acción hasta que el pie baja.

Cuando titubee, anímese a pensar en Tomás. No se plantó en sus dudas, sino que permitió que Jesús lo encaminara a creer. Anímese pensando en que un sinnúmero de seguidores de Jesús tuvieron problemas con las dudas. Las respuestas que Cristo les dio le pueden ser de gran ayuda. No se detenga en las dudas, siga hasta tomar una decisión y creer. Busque a otro creyente con el que pueda expresar sus vacilaciones. Las dudas silentes rara vez hallan respuestas.

Puntos fuertes y logros:

Debilidades y errores:

Lecciones de su vida:

Datos generales:

Versículo clave:

“Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás le respondió y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío!” (Juan 10:27,28).

La historia de Tomás se narra en los Evangelios. También se menciona en Hechos 1:13.