Mejorar la Comprensión Lectora:

objetivo por excelencia

Fuente: Leemos en Pareja. Durán 2007

Competencia lectora y Programa Leer en Pareja /Bikoteka irakurtzen

Leer es un proceso de interacción entre el lector y el texto, a partir del que quien lee intenta satisfacer los objetivos que guían su lectura (Solé, 1992). Esta definición implica la existencia de persona lectora entendida como un sujeto activo, que construye el significado del texto en función de sus conocimientos previos y de sus objetivos de la lectura.

La perspectiva interactiva, representada por Isabel Solé, parte de unas premisas: la lectura contribuye de forma decisiva en la autonomía de las personas, puesto que les ofrece un instrumento necesario para desarrollarse con éxito en una sociedad letrada; quien lee es un sujeto activo que procesa el texto y aporta sus conocimientos, experiencias y esquemas; el aprendizaje de la lectura y de las estrategias de comprensión requieren una enseñanza deliberada; el trabajo de la lectura se ha de prolongar a lo largo de toda la escolaridad y debe pretender despertar el placer por la lectura; la enseñanza de la lectura ha de implicar a toda la escuela (y la comunidad educativa); por último destaca la idea que enseñar y aprender a leer es complejo, pero gratificante.

Esta perspectiva sostiene que exceptuando situaciones muy determinadas (como cuando leemos un número de teléfono o una dirección), la lectura implica comprender el texto escrito. La comprensión lectora se sitúa, pues, en el centro de la lectura y se convierte en un proceso en el cual interviene tanto el texto (con su forma y contenido), como el lector (con sus expectativas y conocimientos previos).

Esta concepción, a nuestro entender, es necesario complementarla con una orientación sociocultural (Cassany, 2006) que insiste en el hecho de que leer es una práctica cultural insertada en una comunidad particular, que es compartida tanto por el autor como por el lector.

El proyecto PISA (OCDE/PISA, 2004) define la competencia de la comprensión lectora como la comprensión y el uso de textos escritos y la reflexión personal a partir de ellos con la finalidad de lograr los objetivos propios, desarrollar el conocimiento y el potencial personal y participar en la sociedad. Esta definición también va más allá de la simple decodificación y comprensión literal, remarcando el papel activo e interactivo del lector, que reflexiona e interpreta el significado del texto a partir de una gran variedad de fines dentro de un contexto sociocultural.

¿Cuáles son las estrategias que hace falta enseñar para que los alumnos aprendan a

comprender textos?

Según Solé (1992), el lector, al situarse delante de un texto, debe comprender los propósitos o finalidades de su lectura; ha de activar y aportar sus conocimientos previos que sean pertinentes al contenido del texto; debe centrar la atención sobre las informaciones esenciales; ha de evaluar la consistencia entre el

contenido del texto y sus conocimientos previos, adoptando un papel interactivo y crítico; debe comprobar continuamente si comprende el texto, a partir de la recapitulación y de la autointerrogación; y, finalmente, ha de elaborar inferencias, como interpretaciones, hipótesis o predicciones y conclusiones. En este último aspecto entendemos que tienen cabida las propuestas de Cassany (2006) para fomentar una comprensión crítica explorando el mundo del autor, analizando el género discursivo y estableciendo predicciones.

PROGRAMA Y COMPETENCIA LECTORA

Siguiendo estas recomendaciones, el programa Leemos en pareja intenta crear situaciones de comprensión lectora auténticas, al estilo de PISA, utilizando textos reales, como los que los alumnos pueden encontrarse en su vida cotidiana. Los textos, que se presentan en las Hojas de actividades son seleccionados con tres criterios.

(Ver Materiales, y criterios para elaborar Hojas de Actividad)

Durante la lectura, tutor y tutorado seguirán el método de lectura en pareja PPP (Pausa, Pista y Ponderación). Si hace falta, el tutor leerá previamente el texto en voz alta, actuando como modelo de entonación, pronunciación).

Después ambos leen el texto en voz alta y, finalmente, sólo lee el tutorado, y el tutor señala los errores y da pistas para la corrección.

Tras leer, se formulan preguntas o actividades de comprensión lectora, con formatos variados (de elección múltiple, diagramas a completar o elaboración de mapas conceptuales...), que promueven una reflexión sobre las hipótesis iniciales y las dificultades surgidas; facilitan la identificación de las ideas principales,

la intencionalidad del autor y el descubrimiento de léxico. Las preguntas o actividades incluyen tanto a las que requieren la simple recuperación de la información, como sobre todo las que estimulan a la interpretación (infiriendo respuestas a partir de las informaciones parciales que ofrece el texto) y a la reflexión (análisis o valoración sobre información que no aparece directamente en el texto).

Las Hojas de actividades, que guían la interacción de las parejas, plantean algunas actividades complementarias o actividades conjuntas (un diálogo, una actividad en pareja...), generadas a partir de la comprensión del texto, que pueden servir para completar el trabajo en el aula o el de casa (entre el alumno y su familiar).

Finalmente, las sesiones de Leemos en pareja terminan con la lectura expresiva que hace

el tutorado del texto, leyendo con expresividad de la manera más natural posible

(entonación, apropiación, enriquecimientos etc.), propias de haber logrado un grado profundo de comprensión.

Este tipo de actividad de lectura compartida o en pareja facilita también el desarrollo de la competencia oral al crear situaciones comunicativas en las que los alumnos aprenden a reflexionar sobre el uso de la lengua (Vilà, 2002).

Los intercambios orales que se producen dentro de las parejas, con la estructura de interacción facilitada por el profesorado, promueven el razonamiento y la práctica de estrategias comunicativas y recursos lingüísticos, así como el desarrollo de una escucha activa y cooperativa.

Por último, hay que insistir en la idea de que “hace falta dejar de mirar la lectura

como una técnica que se aprende de golpe” (Solé, 2005,p. 26). La competencia lectora, como otras competencias, admite grados crecientes de profundización o dominio. Nunca se debe dejar de enseñar a disfrutar y profundizar en la lectura.

En la etapa de infantilh ace falta fomentar el interés de las niñas y los niños hacia leer y estimular, con el

placer, los intentos de apropiación del sistema; en la etapa de primaria, hace falta enseñar a leer en todas las áreas y empezar a leer para aprender; en la etapa de secundaria hace falta desarrollar estrategias de lectura para aprender.

Unas estrategias que utilizaremos a lo largo de la vida cuando utilizamos la comprensión lectora para uso personal (como cuando leemos una novela), para uso público (cuando leemos un documento oficial) o

para uso profesional (cuando leemos en las actividades laborales).