2040 Endosimbiosis

2040 Endosimbiosis


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Madrid, mayo de 2040.

En una canción del siglo pasado se decía que 20 años no es nada. Y según la perspectiva desde donde se mire puede ser verdad, pero desde la mía, tengo que decir que las cosas han cambiado mucho desde el fatídico 2020.

Marius

Sus dedos ágiles buscaban respuestas sobre el teclado de su Mac. Recordaba que Lynn Margulis había elaborado la teoría endosimbiótica. Por sus días en la facultad de Biología, creía recordar que consistía en que una célula procariota, de nombre LUCA[1], hace millones de años, había mutado a eucariota. Esto lo había conseguido al ingerir otro organismo pero, en lugar de convertirse en alimento, había pasado a formar parte de ella, a mezclarse con su adn a proporcionarle un núcleo.

Esto podría estar pasando ahora en organismos mucho más complejos, con una organización de diferentes tipos de células, como las nerviosas, musculares o sanguíneas. Todas cooperando en un organismo independiente. Incluso bacterias, también independientes, vivían dentro de estos organismos, como la flora bacteriana de nuestros intestinos.

Sí, ahora podría estar pasando en nosotros. Veinte años después del 2020 podría salir a la luz esta nueva evidencia inquietante. Al principio de la pandemia, extrañamente, algunos sobrevivían sin apenas unos síntomas similares al catarro común, sin embargo, otros morían fatídicamente. Curiosamente los jóvenes siempre, o casi siempre, eran respetados y los viejos definitivamente rechazados como anfitriones. El ochenta por ciento de los ancianos terminaron muriendo.

Ahora lo estaba comprendiendo. Los jóvenes se podrían reproducir. Tenían toda la vida por delante. No solían morir, eran respetados asombrosamente. En cuanto a los adultos, ¡qué extraña lotería al contraer la enfermedad! Unos con patologías anteriores vivían; otros, con buena salud, en activo y con vida por delante, incluso jóvenes, no podían con el virus y morían.

Hoy parece que la respuesta está llegando con claridad. Marius Henkel estaba llegando a vislumbrar todo lo que estaba pasando. No solo ver qué es lo que paso, qué recorrido ha tenido hasta hoy. Esto es lo que hace la Ciencia, pero la filosofía se pregunta ¿Por qué? ¿Qué interés puede tener? ¿Se ha visto alguien beneficiado o puede verse en el futuro? ¿Qué sentido tiene todo esto?

Claro, la Ciencia tiene los datos y la Filosofía las preguntas, esto puede ser frustrante y por eso la Ciencia es pragmática. Pero son las preguntas las que han hecho avanzar a la humanidad.

Creo que hay dos opciones: la posible mutación provocada por el Covid es preventiva ante una posible destrucción de la especie. Un reforzamiento de capacidades que permitan afrontar algún tipo de catástrofe indefinida. La otra opción es que exista un plan, que todo haya sido planificado. Creo que esta última es la menos probable, la historia de la humanidad no ha sido fruto de la planificación, casi diría que ha sido fruto de la casualidad y, a toro pasado, cualquier éxito puede ser explicado a posteriori: la consecuencia ha tenido una causa, pero esta no ha sido nunca planificada y somos resultado, para bien o para mal, de la concatenación de los acontecimientos. Sí, como la «mano invisible» de Adam Smith.

Por eso busco en las redes la posibilidad de cualquier posible amenaza futura, bien en lo biológico, bien en fuerzas internas de la Tierra, tormentas solares, asteroides que caen a la Tierra…

Bueno, así de pronto, tenemos el cambio climático ¿es posible que la Tierra se esté defendiendo de nosotros? En este caso ¿por qué el virus no ha sido fatídico para todos, con más efectividad, dejando vivir a algunos y segando la vida de otros?

Cabe la posibilidad de que la Tierra, o mejor Gaia[2], no nos quiera eliminar, quiera conservarnos pero, menos dañinos. Sí, ya sé que esto suena más a un deseo que otra cosa pero, no sería tampoco un camino de rosas, como demuestran los millones de muertos que han traído las diferentes rachas de Coronavirus que hemos tenido en estos 20 años.

Septiembre de 2040

Continúo este informe que había dejado abandonado desde antes del verano.

En 2040 las sucesivas cepas de coronavirus no dañaban prácticamente a nadie. Eso sí, estaba presente en todos los seres mamíferos de la Tierra. Ya nacían con la herencia de este virus corriendo por su organismo. Marius había sospechado que no solamente estaban navegando en nosotros. Refrescó sus conocimientos sobre la teoría endosimbiótica. Cómo las procariotas pasaron a tener su núcleo, hacerse eucariotas, cómo anteriormente el oxígeno había dejado de ser un veneno para algunos organismos al haberse recombinado su adn con otros que usaban este oxígeno. Luca cambió hace millones de años y ahora estamos aquí. El cambio no fue en unos pocos años como ahora. ¿Qué es lo que está pasando?

Muchos aventuraron las teorías «conspiranoicas». Ya nos habían avisado estos extraños personajes de que regularmente nos fumigaban desde aviones militares y, a los pocos días, desarrollábamos enfermedades tales como la gripe u otras desconocidas pero muy incómodas. Pero dijeron (incluso el presidente de EEUU), que este virus había sido producto de un diseño de laboratorio. ¿Habría saltado las barreras? ¿fue un fallo del sistema el que lo dejó escapar? ¿fue un intento de controlar el previsible envejecimiento de la población? ¿Estarían en lo cierto? ¿Me estoy volviendo conspiranoico?


Octubre de 2040

Hoy un zorro ha bajado a beber agua en nuestra fuente. Parece que la sequía le ha hecho vencer su natural temor a los humanos y se ha mostrado delante de mí, me ha mirado, ha seguido bebiendo y se ha ido por donde vino. Aprovecho este día bochornoso para refugiarme en la frescura de mi escritorio y volcar en mi libro de notas los últimos pensamientos que me están surgiendo en estas semanas.

Los cambios ya se estaban percibiendo. Aunque no eran evidentes para la población. Solo los médicos se dieron cuenta de que existían, pero no eran capaces de explicarlos y callaban. Los que hablaban eran objeto de mofas de sus colegas y acusados de poco científicos, así que, si alguien sospechaba algo se autocensuraba. Excepto Marius. Afortunadamente, tenía independencia económica. Podía estudiar lo que le diese la gana sin tenerse que sujetar a la tiranía de ningún cuadro de directores científicos. Claro que no podía escapar a cierto grado de narcisismo. ¡Cómo le gustaría que le diesen el Nobel! ¡Por supuesto que le gustaría ese reconocimiento! Pero estas evidencias le habían sobrepasado. Su importancia era tal que hacían de los premios flecos sin importancia. Se daba cuenta de que somos un reflejo efímero en un cristal. No es que no lo supiese ya. No iba a ignorar que todo el arte y todo lo construido por el ser humano estaba destinado a desaparecer un día. Como máximo tendríamos tiempo hasta que el Sol nos abrasase a todo el sistema solar al convertirse en supernova. Pero no es lo mismo un conocimiento abstracto, ajeno a nosotros, que la vivencia de algo. Tener la constancia de que va a pasar. Una especie de sentimiento trágico, como en la mitología nórdica.

Algo estaba cambiando, incluso es posible que fuese para bien, pero nos iba a cambiar. Pronto en la Tierra no quedaría nadie sensible al virus. La evolución se estaba encargando de ello y casi no nacía nadie que no incorporase el virus en su organismo. Seríamos una nueva especie, el Homo Sapiens más el virus daría un paso más. Los que quedamos sin el virus somos comprables al Neanderthal, ya casi habíamos desaparecido ¡tan rápido...! ¿Por qué estas prisas en la evolución? y otra pregunta más ¿A qué nos estábamos adaptando?

Os preguntaréis ahora por los síntomas. Por los cambios que Marius y yo estábamos descubriendo, las nuevas habilidades o sensibilidades. Claro, no os dais cuenta porque todos pueden tenerlas, o la mayoría. Pues bien allá va: hoy en día ya no hay películas con diálogos complicados, son todos fáciles de traducir a todas las lenguas. Se están simplificando los argumentos, todo es previsible pero no os molesta ¿verdad? Ya no se ven películas largas que no sean de acción, todo imagen nada de diálogos. Las series han sustituido a las largas películas dialogadas. Capítulos de 20 minutos, parece que es el estándar que podemos soportar sin cambiar de programa ¡y nada de anuncios! Un peligro para la continuidad, cambiaríamos de canal y olvidaríamos volver. Y ¿qué me decís de los contenidos en la educación? Con la excusa de que ya son accesibles en cualquier instante que se necesiten, que están ahí disponibles al alcance de un clic, se han reducido drásticamente. También se han reducido las clases. El aluvión de niños con déficit de atención recomendó reducirlas a veinte minutos. Más clases de educación física y salir antes a casa. A esto ayuda que en cada familia hay alguno de los padres en paro. No como antes, que los colegios parecían guarderías para que los chicos no se quedasen solos en casa ni una hora.

La reducción de la capacidad de atención y de reflexión se hace clara si leemos algún libro antiguo ¿Quién es capaz hoy en día de leer libros como Rayuela, el Quijote, El señor de los anillos…?

Solo gente como Marius o yo podemos hacerlo. Claro que estamos en peligro de extinción. No tenemos el virus. Solo unos pocos quedamos libres de él. Preferimos mantenerlo en secreto, pero es un gran esfuerzo.

Con la excusa de ser practicantes del budismo Zen, nos tenemos que aislar del mundo para evitar el contagio. Podría ser que solo fuese un catarro pero ¿y si somos un objetivo para el virus? ¿si fuésemos de los que morimos? Claro, no hay vacuna. Las grandes compañías farmacéuticas dicen que no es necesaria. Se cansaron de buscarla y la supervivencia creciente de los enfermos desincentivó su investigación. Menos a Marius, su incentivo por lograr descubrir la verdad parece de otra época. Por eso lo tengo ahí, en su mesa de trabajo tecleando sin parar, buscando información, ideando soluciones para librarnos del Covid-19.

Mientras, yo me dedico a imaginar posibilidades, como corresponde al filósofo que soy. Pienso que toda la documentación sobre el Coronavirus me dará la clave. Se podría pensar que los chinos habían lanzado el virus para hundir la economía mundial. Ellos quedarían triunfantes debido a su gran flexibilidad y capacidad de respuesta, como así se demostró cuando EEUU no fue capaz de solventar el hundimiento de su industria. Europa había hecho dejación de fabricar los artículos de primera necesidad, como se puso en evidencia cuando no había manera de conseguir unas simples mascarillas en cada país infectado. Lo llamaron deslocalización. Los primeros infectados fueron China y los tigres asiáticos. Pero ellos no fueron, salieron antes de la crisis, pero no la causaron ellos.

Tengo que seguir pensando, buscar otra solución. La economía sigue funcionando a pesar del gran paro. Las máquinas hacen casi todo el trabajo y solo unos pocos empleos se dedican a controlarlas e idear nuevos programas para ellas. No surgen nuevas máquinas, ya no quedan personas con la imaginación necesaria debido al virus, pero con las que hay es suficiente para dar servicio a la gran industria del ocio. Hay mucho personal en el sector servicios pero aun así, no hay trabajo para todos. Pero claro, tampoco hay revoluciones ni revueltas gracias a la renta mínima y la sanidad universal.

También ayuda el que el cannabis haya sido legalizado, además del efecto eliminatorio sobre la delincuencia organizada, bastante restringida ya, los elementos nocivos han quedado anestesiados. Sí, los cigarrillos de la risa, los conciertos gratuitos, el Spotify subvencionado y la extensión de los programas del Inserso a partir de los cuarenta años, están proporcionando una autentica paz en todos los estratos de la sociedad. ¡Pero si hasta el Papa y los ayatolás tienen concilios. El próximo año se celebrará en Estambul lo que yo llamo el primer mundial religioso, Los Juegos Olímpicos de la plegaria: ortodoxos, luteranos, musulmanes, confucionistas… todos están invitados, al mundo le interesa tener muchos feligreses devotos que esperen su recompensa en otra vida. Así estamos a mediados del siglo XXI.

Claro, como tampoco hay inquietudes intelectuales no hay ningún problema social. Solo unos pocos estamos disconformes, pero no molestamos, nos ocultamos. Tenemos miedo de desaparecer. Nos consideramos una especie en extinción y ni siquiera estamos organizados. Sí, tenemos comunidades regionales pero no nos van a descubrir porque, como dije, el virus ha transformado a la gente y no tiene iniciativa ni teme a nada si no se le alienta a ello. Los políticos son todos mediocres, como no podía ser de otra forma. Una ola de mediocridad ha barrido la Tierra.

Por eso sigo aquí devanándome los sesos ¿Por qué? ¿Quién se beneficia de esto?

He pensado en la opción extraterrestre, pero me parece muy rebuscada. Además, tampoco sé qué pasaría si eliminásemos toda esta industria que da el ocio ya precocinado, si la gente tuviera que buscarse las castañas. Seguramente les costaría pero ¿por qué no volverían a amar juegos como el ajedrez? A leer libros leídos con algo de esfuerzo y complicidad, ver películas con jugosos diálogos... ¿Quién es más culpable?


Uno de diciembre de 2040

Hoy Marius ha realizado un sorprendente descubrimiento. Ha logrado darse cuenta de una consecuencia positiva desde la gran infección. Las alergias graves se han reducido un 50% en las ciudades y en el ámbito rural casi han desaparecido. Esta gran noticia es suficientemente relevante como para tenerla en cuenta pero, excepto él, nadie lo ha relacionado con el virus. Si logramos confirmarlo, la evolución estaría dando una respuesta y la llegada del virus habría que verla como un hecho positivo. He de investigar la respuesta de las farmacéuticas, no creo que estén muy contentas con esta pérdida de clientes alérgicos.

Otro dato que me ha proporcionado Marius: la fertilidad en los últimos diez años. Parece ser que a las mujeres cada vez les cuesta más quedarse embarazadas. Las legislaciones laborales de todos los países desarrollados han implantado estrategias encaminadas a incentivar el nacimiento de niños y niñas (por cierto que el virus no parece haber cambiado la paridad de sexos a la hora de nacer). Lo curioso es que en los países más pobres, también hay un frenazo en la natalidad. Lo cierto es que España ha reducido en varios millones su población y aunque sigue siendo la población más envejecida, la esperanza de vida ha sufrido un bajón debido a las muertes de ancianos de todos estos años.

Reúno evidencias y las lanzo en las redes, a ver si alguien recoge el guante:

· Reducción de la fertilidad

· Menor Esperanza de vida

· Reducción de la población anciana

· Menos alergias

· Reducción de la contaminación en las ciudades

· Reducción en el nivel de CO2, debido al descenso de emisiones por la escasez de petróleo y la menor industrialización del mundo.

· Reducción del metano en la atmósfera debido a que el mundo se hizo vegetariano y el número de vacas necesario para los estómagos carnívoros se ha reducido drásticamente (menos flatulencias).

En cuanto a mi búsqueda de respuestas, cada vez estoy más perdido. Es posible que el azar siga jugando su marcha y no haya un plan establecido. Si lo hubiese, tampoco estaríamos aquí tan tranquilos buscando respuestas. Los responsables ya estarían tratando de impedirlo, pero claro, puede ser que estén tan seguros de sus acciones que no contemplen que estemos con vida durante mucho tiempo.


15 de diciembre de 2040

Tengo que trasladar a esta memoria que voy escribiendo en este año que se acaba, una información que no tiene nada que ver con el virus, al menos aparentemente. El deshielo del ártico y de Groenlandia ha ocasionado que el aporte de agua dulce al Atlántico norte haya empezado a parar la circulación termohalina[3]. En consecuencia, esa parte de Europa se estaba enfriando. La población de Noruega, Suecia, Finlandia y Escocia, está comenzando a moverse hacia el Sur. Parece que esto está ocasionando protestas de los países de acogida. Les recuerdan su insolidaridad cuando la crisis de 2020, cuando no querían ni oír hablar de los «Coronabonos».


30 de diciembre de 2040

El año esta pronto a acabar y tengo el presentimiento de que el 2041 tiene que traer un cambio en nuestras investigaciones…

Interrumpo mis pensamientos. Marius ha llegado de la ciudad muy nervioso y ha venido a verme a mi cabaña. Alguien ha robado sus trabajos sobre la vacuna del Covid-19 y aunque tiene una copia de todo aquí, el hecho de que haya ocurrido el robo me produce una inquietud importante. ¿Para qué lo han robado? Habrá que estar al tanto de los próximos acontecimientos. Si todo sigue igual habrá sido algo casual. Pero si nos incordian, mis dudas estarán confirmadas: hay un plan para todo esto.

Mientras escribo se ha ido la energía eléctrica, pero tenemos recursos propios y los sistemas de seguridad han funcionado y ha vuelto la luz. Estoy visionando las pantallas de los caminos de acceso y hay movimiento de vehículos poco habitual. Mi instinto me dice que tenemos que irnos. Va a ser necesario guardar los ordenadores en la mochila, comprobar si los servidores en la nube han sufrido intentos de acceso no autorizados, salir pitando al refugio alternativo y probar ya la vacuna, quizá no haya más tiempo para nosotros y debemos correr el riesgo de los posibles efectos secundarios.

Antes de apagar subo este contenido al blog, no quiero que se pierdan estas reflexiones.

«clic»

2ª parte

Enero 2041

Nos dirigimos al África subsahariana. Allí no tendremos problema de contagio, preferimos no tentar la suerte y no comprobar la eficacia de la vacuna experimental de Marius en nuestras carnes. Confiemos en que funcione, pero mientras podamos hacer las pruebas, la prudencia nos aconseja rodearnos de personas que no acojan al virus (aunque es verdad que hasta hora no nos hemos contagiado y sería extraño que lo hiciésemos ahora). Es curioso como los africanos que no incorporan ADN del homo Neanderthal, rechazan al virus con gran facilidad, son homo Sapiens puros no como nosotros los blancos descendientes de Sapiens contaminados por europeos neandertales. Tenemos que documentar bien, aquí en África, en el propio campo de investigación, este extraño caso.

Pero ya nadie investiga sobre la Covid19. Pasó con el Ébola cuando llegó a Europa. Se pusieron a investigar cuando fue un peligro para los blanquitos europeos pero, cuando se alejó el peligro, se abandonó la investigación (luego se arrepentirían en el 2020 cuando irrumpió la Pandemia).

Es trágico que solo la economía nos mueva. Bueno no solo. Siempre ha habido personas que han empujado hacia la ética. Quizá por eso no nos hemos extinguido. Cuando somos jóvenes nos enseñan valores, ética, cosas muy elementales como «la razón no la da la fuerza», «no hay que ser egoísta, hay que compartir» y hasta nos ruborizamos cuando nuestro hijo se niega a dejarle el tractorcito a su amigo de 4 años, o dice que el bollo se lo comerá él solo, si su amigo quiere comer que se busque uno. Sí, nos da un poco de vergüenza ajena, solo mitigada por la edad de los niños. O cuando nuestro hijo empuja a un niño para ponerse primero en la cola del tobogán. Pero… ¿qué pasa cuando en el 2020 los países se robaban las mascarillas y los respiradores? ¿Y cuándo nadie quiere pagar los gastos de reconstrucción de las economías maltrechas del sur de Europa? Ahí la vergüenza se tapa con la bandera patriótica. A los que nos da vergüenza ajena nos tildan de flojos y cobardes. Recuerdo aquel día en que se hizo en España un proyecto de ley para que el presidente tuviese que hablar inglés y un nivel de estudios mínimo de Bachillerato, edad mínima de 45 años, como en Italia, y para el primer ministro lo mismo pero sin límite de edad. Una vez transformada España en república ¿Parece que es de cajón verdad? Pues eso nos parece ahora pero entonces ¡cómo gritaron algunos! Me llamaron rarito porque con mis veinte años me parecieron infantiles. Se supone que los seres humanos tenemos el cerebro para pensar, por lo menos para ser educados y tener un mínimo de sensibilidad y empatía. Pero somos contradictorios: los mismos que no creían que el ser humano hubiese pisado la luna, los que no se fiaban de las vacunas, si no lo veo no lo creo… esos mismos defendían la existencia de Alá o Dios Santísimo. Los mismos que defendían la vida mataban a los médicos abortistas.

Pensamientos por la Mancha, la plana, seca y eterna Mancha. Camino de África como el Quijote de Cervantes en busca de su ventura para dedicarla a su Dulcinea. Poca cosa que hacer en este coche con Marius, siempre perdido en sus fórmulas como yo en mis pensamientos. Siempre nos han dicho que nos complementábamos a la perfección.

—Parece que detecto una señal sospechosa —la voz grave de Marius me sacó de mis cavilaciones y me devolvió a esta otra realidad.

—Salte por Puerto Lápice. Iremos por carreteras menos transitadas. Pero si hay algún helicóptero no adelantaremos nada en estos parajes enemigos de los árboles. De todas formas falta poco para la noche, pararemos a dormir cerca de Daimiel. En la Motilla del Azuer.

—Tengo una idea. Voy a colocar un detector de radar, de esos que se usan para detectar a la poli y que no te pongan multas, en un camión de esos que están aparcados en el bar de carretera de ahí delante. Ya sabes que es un delito tratar de detectar los rádares de la policía.Lo activo cuando estemos de nuevo en marcha para que lo sigan a él en lugar de a nosotros. Como no es probable que haya más de una patrulla de la Guardia Civil, eso les entretendrá y nos dará tiempo a escondernos bien.

—Eres un crack Marius.

Tras unos kilómetros de tranquilidad llegamos a la Motilla del Azuer. Dada la dejadez a que se había llegado por la conservación del patrimonio histórico, me imaginé que estaría sin vigilancia y estando alejada de cualquier centro urbano pensé que estaríamos seguros. Forzamos la puerta, después de desactivar la alarma del centro de visitantes, y entramos a descansar.

Lo que no conseguía entender en esos días era el porqué nos seguían, ni quiénes lo hacían. Marius decía que era porque pensaban que se había llevado algo del CSIC pero no lograba saber qué podía ser. Puede ser que simplemente sospechasen que teníamos algo entre manos que no controlaban. La verdad es que, pese a las primeras sospechas, el virus no fue sintetizado ni manipulado en Wuhan ni en ninguna parte. Su origen fue natural, aunque no por eso menos sorprendente. Pocos siguieron investigando después de que cejara la pandemia. Solo Marius y unos pocos más han querido saber más sobre la aparición y transmisión del pequeño asesino. Por lo menos públicamente.

—Marius ¿por qué después de tantos años se preocupan de tus investigaciones?

—Sí, yo también lo he estado pensando hasta esta mañana cuando recogí todos los pen-drive del despacho.

— ¿A qué te refieres?

—Pues a un pen-drive sin etiqueta en el que no me había fijado hasta ahora. Cuando distraje del CSIC la información sobre la Covid19, pensé que nadie los echaría en falta. Y así ha sido hasta estos últimos días. Cuando llegó aquel científico con acento de Wisconsin lo vi rondar por los archivos de principios de siglo. Creí que solo yo estaba interesado en esas búsquedas.

— ¿Por eso te retrasaste con el ordenador poniéndome nervioso cuando nos íbamos?

—Sí. Tuve un presentimiento y abrí el pen-drive con el desencriptador de claves. Ahí hay mucha secuenciación de virus, la que se suele manejar para la manipulación genética.

— ¡Qué me dices! ¿Entonces era verdad lo de Wuhan?

—No, no. El archivo es del 2021. Me temo que alguien anduvo jugando con la secuenciación del virus y sus mutaciones.

—Pues no me digas más. Ahí tenemos lo de la vigilancia que hemos tenido estos días.

—Sí, tenemos que llegar a un sitio tranquilo para que pueda estudiarlo todo mejor. Lo que sí he visto es que alguien inició una manipulación para sintetizar un nuevo virus, pero eso no quiere decir lo que estás pensando necesariamente. Puede que los trabajos para tener una vacuna estén detrás de este archivo. Porque sí que se sintetizaron variaciones del virus para poder comercializar una vacuna eficaz. Lo que me hace estar intranquilo es la aparición de ciertos emblemas que aparecen en los documentos. No son de ningún laboratorio que yo conozca. Es más, no sé a qué empresa u organización puede pertenecer y eso es muy extraño. Sobre todo al estar dentro de un conjunto de documentos más transparentes a la vista de periodistas o científicos como yo.

No sé si Marius consiguió dormirse enseguida pero yo tardé un buen rato en hacerlo. Empecé a pensar en Marius, cuando lo conocí ya tenía esa barba de dos semanas y a pesar de los miles de libros y apuntes que, con seguridad, había leído no usaba gafas. Desde el día en que nos conocimos nació una simpatía común. Seguramente por tener los dos en esos días un escritor favorito: Haruki Murakami. La verdad que el japonés nos ha dado mucho en lo que discutir. Aquella novela larga, 1Q98, con su aire surrealista nos había enganchado a los dos. Sí, era raro encontrar un científico puro al que le gustase tanto la literatura. Desde los tiempos de Bertrand Russell no había visto nada igual.

Yo sí usaba gafas desde los 14 años. Mis padres también, a pesar de no ser grandes lectores. La genética tendría algo que ver.

Cuando desperté, aún recordaba el sueño de la pasada noche. Mi madre murió cuando tenía quince años y mi padre se volvió a casar pronto. Lo curioso es que mi madre tuvo una úlcera por encima de su tobillo derecho que no conseguían cerrar los médicos. Aunque no falleció a causa de esa herida, sino de un cáncer. Pero, decía, que lo curioso era esa herida que también tuvo mi madrastra al final de su vida. En el sueño aparecían discutiendo las dos sobre cuál podría ser la causa. Sufrieron viendo cómo su carne había desaparecido en esa zona de su pierna en un tamaño de unos cinco céntimos de euro, pero ninguna murió por eso. Mi madrastra lo hizo por un problema cardiaco, seguramente también genético. Todavía resonaban en mi cabeza los argumentos médicos que se intercambiaban, sonaban como si de expertos cirujanos se tratase cuando claramente ninguna de las dos poseían conocimientos para entender ni un diez por ciento de lo que decían. No sé, quizá era la casa o la zona en la que vivíamos. Otro dato es que mi padre desarrolló alergia al yodo y mi madrastra, después de unos años ¡también! Me reconocerán que esto es muy raro. Espero que el haber cambiado de domicilio, cuando fui a la universidad, me haya librado de esa maldición. En fin, estos son pensamientos que surgen cuando estamos en duermevela y no nos resignamos a despertarnos y ponernos en pie.

A punto de asomar el Sol en el horizonte manchego, salimos a continuar viaje. Me quedé mirando los restos arqueológicos de la Motilla. Recordando cómo treinta años atrás había visto las excavaciones que realizó la Universidad de Granada. Restos humanos rescatados de las entrañas del tiempo impactaron en mi mente de 10 años, pero lo que al final sacaron a la luz los investigadores me parece más impresionante hoy en día. Esa construcción de la edad de Bronce, con quizá tres mil años, es imponente. Pero todos los que hicieron eso posible están hoy muertos. Solo estas piedras han quedado enterradas por el barro del río, que ahora fluye unos kilómetros más lejos, para que otros humanos volvieran a poner todo en su sitio, dejando ver la ciudadela de aquellos protohispanos.

De pronto, se me vino a la mente otra prospección arqueológica, cercana a nosotros, cerca de Valdepeñas. Allí fui con el colegio de visita cuando contaba con catorce años. No recordé el nombre en ese instante pero cuando Marius salió del baño tenía claro cuál iba a ser nuestro próximo destino. Teclee en el móvil “yacimiento arqueológico Valdepeñas” y enseguida surgió la respuesta: Cerro de las Cabezas, yacimiento ibérico en Valdepeñas Ciudad Real.

— ¿Por qué el Cerro de las Cabezas?

—Porque hace veinte años visité con mi padre ese yacimiento. Era agosto y solo había una persona allí trabajando. Nos recibió estupendamente, nos enseñó todo y nos contó por qué era tan importante. Resulta que a diferencia de lo que suele ocurrir con los oppidum ibéricos, vetones, célticos o tartésicos, ni los romanos ni nadie habían arrasado y quemado la ciudad, de forma que el tiempo cubriese todo y siglos después se recuperasen los restos. En el Cerro de las Cabezas, la impresión es de que todo el mundo hubiese huido dejando todo allí: almacenes de alimentos, cerámicas, aperos, ropas… algo muy extraño sin duda, pero que permitía obtener mucha información.

—Ya pero ¿y eso a qué viene ahora?

—Pues que, esta mañana, al ver los restos de la Motilla he recordado que una de las hipótesis era que alguna plaga había hecho huir a la población. Un virus, por ejemplo.

—Claro esto explicaría la huida y que dejasen todo, como si estuviese maldito.

—Eso es. Además la población era muy numerosa. El poblado ocupaba unas catorce Ha Se estima por los almacenes de grano y la gran cantidad de fábricas de cerámica y la situación del mercado fuera de las murallas, como para proteger la ciudad y que no entrasen los extranjeros, la población, digo, rondaría las siete mil almas. Todo un record en la época.

—Sí, creo que merece una visita, además nos pilla de paso.

Al llegar al cerro de las Cabezas nos encontramos con la misma situación que hace años atrás, cuando vine con mi padre. Sólo había un coche aparcado, el aparcamiento de visitantes estaba vacío. Cuando llegamos a la entrada, un hombre de unos 60 años abrió la puerta de cristal del pabellón de visitantes. Me pareció que era la misma persona 20 años más vieja, prácticamente estaba seguro. Su proceder me confirmó que sí que era él. Nos dejó en la sala de audiovisuales, mientras iba a telefonear para que decir que llegaría más tarde, ya que su intención era salir a hacer unas gestiones, según nos dijo. Claro no a esperaba visitas. Pero entonces no me puso sobre alerta.

Cuando terminó el audiovisual, nos enseñó todo lo que es de rutina pero, cuando le dije que ya había hecho esa visita tiempo atrás, que ya me había dejado esa falcata ibérica en una visita parecida a esta, pareció que se le iluminaba la cara. ¡Lo recordaba!

— ¡Claro que lo recuerdo! no solo porque erais los únicos españoles que en pleno agosto que os interesabais por el yacimiento. Es que tu padre tenía verdadero interés y conocía la cultura ibérica. También recuerdo que estuvisteis paseando y recogiendo restos de cerámica, porque yo os había dado permiso. El ver a un niño disfrutando tanto por recoger trozos de barro era digno de recordar.

—A mí se me quedó grabado que dijiste que ojalá tus propios hijos, de mi misma edad, se interesasen como yo lo hacía. También lo que hablamos sobre el abandono del poblado, así de improviso, dejando cosas valiosas como cerámica y herramientas, y sobre todo dejando intactas las casas, sin vestigios de haber sufrido un ataque.

—Sí es cierto. Además durante estos años hemos ido encontrando verdaderas joyas.

— ¡Ah sí! Nos dijiste que no podías decir nada por si venían caza tesoros. Que en la parte alta de la ciudad vivían los aristócratas, la gente rica vamos.

—Otra cosa… continuando lo de antes, ¿Verdad que nos dijiste que una enfermedad podría haber hecho huir a la población?

—Sí claro, es una hipótesis bastante factible. Si nos dejasen excavar en la necrópolis, podríamos sacar conclusiones.

— Pero ¿Por qué no os dejan?

— La parcela en la que están los restos humanos es propiedad de alguien que se niega a que lo hagamos. Por más que hemos insistido no ha habido manera. Esperará que le demos alguna indemnización, como cuando en 1 982 la autovía arrasó parte del yacimiento.

Ya llevábamos un rato hablando cuando empezaron a llegar coches.

— ¡Qué raro!

— No es tan raro. Creo que somos disidentes. Por alguna razón hemos encontrado una información, de la que no sabemos aún el alcance, pero que por lo visto asusta a alguien.

—Bueno pues, de momento creo que es solo policía de Valdepeñas, excepto un coche demasiado lujoso. A ese no lo conozco.

—Seguramente los ha alertado sin querer por su llamada —dijo Marius— Una visita inesperada de dos hombres fuera de temporada…

—Pues lo siento. A lo mejor puedo arreglarlo ¿tenéis algo valioso en el coche?

—No. Solo ropa, equipaje de mano. Lo principal lo llevo encima —dijo Marius.

—Sí, yo también lo llevo todo en la mochila. Lo vemos demasiado importante para dejarlo abandonado en el coche.

—Pues pasad por esa puerta y atravesáis dos naves más en dirección al aparcamiento de autocares, cogéis una furgoneta y salís por un camino de tierra. Yo mientras giro la vista de la cámara para que no os vean desde aquí. Yo los entretengo diciendo que os he dejado viendo un audiovisual y que en cinco minutos termina. Pondré el volumen a tope para que no oigan ningún ruido. Eso os dará margen.

Le estrechamos la mano y salimos corriendo. Salimos despacio del recinto para no levantar demasiado polvo ni llamar la atención. Desee que nuestro amigo no tuviese problemas por nuestra culpa.

Abril 2041


Hemos llegado a Cádiz con la intención embarcarnos hacia África, el tiempo es muy agradable. Esta época es buena para huir con escasez de ropa, no hay mucho que llevar encima. Mientras esperamos el ferry, observo que llegan muchas personas de Ceuta, las faenas en la agricultura atraen mucha mano de obra. Me pregunto si entre estos inmigrantes habrá muchos como nosotros, gente sin la Covid19, pero ya no se hacen análisis, esa etapa quedó superada. Parece que solo nosotros y los que nos buscan estamos interesados.

El sol me ha sumido en un sopor que acepto con gusto y Marius decide ir a comprar algo para comer.

No compres chuches Marius, cuídate un poco.

¡Bah! ¿por qué no me voy a dar una pequeña satisfacción? ¿Tú no quieres nada?

Bueno… unas pipas estaría bien.

Un jaleo lejano me saca de mi adormecimiento. Cuando me termino de despertar, veo con horror que la policía ha capturado a Marius y se lo llevan. Pienso en huir pero nadie parece interesado en mí. Decido quedarme lo más quieto posible, escondido entre la multitud, mientras veo como, esposado, introducen al bueno de Marius en el coche. Me lanza una última mirada que parece un encogimiento de hombros.

Me he quedado solo, en esta explanada repleta de gente que van y viene. Los coches eléctricos no hacen ningún ruido y solo las voces con idiomas extraños llegan a mí. Me siento como un extranjero, sin ataduras del sentimiento, pero sin una tierra en la que echar raíces. Mi partida hacia África va a ser un poco triste.


África

Ya estoy en Ceuta, el siguiente paso es ir a Casablanca para desde allí embarcar hacia Nueva Guinea, la antigua colonia española. Allí se puede vivir con poco dinero, espero poder llegar a algo concreto en mi investigación, pero mi preocupación está en Marius. Además de saber si lo tratarán bien, sus datos me hacen falta para avanzar, además está lo de la compañía.

Guinea

Ya estoy aquí. Lo malo es que llamo mucho la atención, aunque, afortunadamente, no soy el único europeo que se mueve por aquí. La mejora política del país en las últimas décadas ha atraído inversores y por ello hay buenas redes de comunicación, a pesar de que la pobreza sigue siendo un lugar común aquí. De momento me buscaré una pensión lo más decente posible y después iré a algún cibercafé a conectarme y ver si puedo saber algo del bueno de Marius.


En el cibercafé

Las noticias de España siguen siendo tan anodinas como siempre, muchos dirán que eso es buena señal. A mí me da sensación de adormecimiento. Desde la legalización de la marihuana y los políticos inanes que tenemos, todo parece estancado.

Entro en mi correo y sorprendentemente tengo un mensaje de ¡Marius!

Querido amigo ibérico parece que no quiere revelar mi nombre te voy a contar los últimos acontecimientos: desde hace cinco días que llegué a Madrid han acontecido ciertas cosas extrañas, aunque no por ello malas, por lo menos hasta donde alcanza mi raciocinio. El trato siempre ha sido bueno, lo que es de agradecer, me quitaron todo, eso sí, con toda amabilidad me dijeron que me devolverían todo lo que estuviese en los cauces de la ley. El caso es que hubo una persona que ha estado moviéndose para denunciarme y recuperar documentación reservada. Esta persona, bastante poderosa en el CSIC, murió el día que llegué a Madrid por una mutación del Covid19 que se le complicó con su diabetes. ¡Ah! es la persona con acento americano de la que te hablé. Esto es tan habitual como los que morían por gripe antes de la Pandemia. Pues bien, llegado este punto, los subordinados del personaje, han examinado todos los pen-drive y el ordenador y ¡no han encontrado nada que suponga un delito! Así que me han devuelto a casa. No saben nada de ti. No te buscan y tampoco saben de las motivaciones que han ocasionado mi puesta en búsqueda y captura. El pen-drive sospechoso, lo han examinado pero no han visto que tuviese ningún peligro. Me lo han devuelto sin más.

No sé qué pensarás tú de todo esto, yo estoy que no me lo creo.

Espero que no tardemos en vernos. Un abrazo.


Ciertamente es un giro sorprendente de los acontecimientos ¿Será todo una estrategia para que vuelva y capturarme también? Pero claro, no iban a por mí. Ya me sorprendió cuando capturaron a Marius ¡Me ignoraron totalmente!

Una dato a tener en cuenta es que nuestro perseguidor no estaba inmunizado contra el virus, como nosotros, lo único es que para él ha sido fatal Seguro que no saldrá en las noticias. No querrán informar de acontecimientos que intranquilicen a la población. Sobre todo cuando no entienden lo que pasa.


Junio de 2041

Nuevo mensaje de Marius:

Estimado amigo ibérico. Los días pasan y parece que toda la suspicacia de la que hacíamos gala se está revelando superflua. Creo que podrías volver a España sin temor.

Por otro lado te informo de mis investigaciones. He revisado varias veces la secuenciación del virus y he buscado si hubiese archivos ocultos, que no hay, y lo que parece que estoy sacando en claro es que se buscaba cualquier manipulación genética y sus posibilidades, pero lo que es definitivo es el origen totalmente natural de los coronavirus. Que tengan origen en los murciélagos, tiene un sesgo inquietante (lo digo por las películas de vampiros ¡jejeje!

El caso es que voy a trabajar de nuevo en el CSIC, donde me han readmitido sin problema. Parece que andan faltos de personal investigador. Las mentes no están aflorando en la facultad como antaño y menos las más brillantes. Por cierto nuestro perseguidor fallecido sí que era una mente brillante. Ha dejado muchas investigaciones abiertas con buena pinta. De hecho quieren que me ocupe de ellas.

Bueno, espero tu vuelta contento en este mes de junio.



Vampiros

Nunca había visto a Marius tan contento, pero era él, no cabe duda, su estilo rimbombante de expresarse es inequívoco (hasta me lo pega a mí y todo). Pero algo ha dicho que me ha dejado perplejo: los vampiros. Recuerdo por las películas de terror que le gustaban a mi padre (el Conde Drácula, Walpurgis…), que su mordedura producía la esclavización de la víctima por parte del mordedor. Quedaban como unos zombies a sus órdenes. No deja de ser curioso que sean los murciélagos los que hayan transmitido una enfermedad que, según mis investigaciones, está dejando unas nuevas generaciones más sumisas, menos avisadas. El ejemplo del directivo del CSIC es un ejemplo: él veía algo en nuestra investigación y en el material que se llevó Marius que consideraba muy valioso pero ahora sus subordinados eran incapaces de apreciar nada. Marius dice que no hay manipulación. Pero eso quizá sea la clave de todo ¡nadie está intentando cambiar nada! pero el hecho es que está cambiando.

El único factor de cambio común a todos los países líderes en la economía mundial es su paso por la Pandemia de 2020. Las generaciones han crecido con este virus que está realizando una simbiosis con el homo sapiens y el resultado es una paralización de las investigaciones, a la par, se acabó el quemar combustibles fósiles, la crianza masiva de vacas para la alimentación humana, el vegetarianismo se impone en todos los sitios y el nivel de CO2 baja día a día. La salud de los humanos está cada vez mejor, gracias al descenso de la contaminación y el consumo de vegetales disminuyen las alergias y el cáncer, también hay menos accidentes de tráfico. Otro dato a añadir es el descenso en la fecundidad de las mujeres. Como empiezan muy tarde a tener hijos, tienen que acudir a la fecundación in vitro y, aun así, no hay suficientes hijos para asegurar el relevo generacional, esto es bueno si pensamos en la tasa de paro que, desde que la generación del baby boom está empezando a morir, irá descendiendo. Muchos datos para pensarlos bien.


Informe para Marius Henkle


«Empiezo este borrador con el interrogante de si debo enviar o no estas conclusiones directamente, exponiéndome a que cualquiera pueda llegar a leerlas. Mientras pienso cómo puedo hacerle llegar este informe, voy a ir plasmando mis ideas según me vienen. Más tarde las daré forma.

»Después de todo lo que he mencionado la conclusión es clara: el primer mundo está cayendo en una etapa de desidia, entumecimiento de la inteligencia, desinterés por su entorno y el futuro de sus hijos, incluso desinterés por tenerlos. A comienzo de siglo el planeta estaba amenazado por extinciones masivas de las especies animales y vegetales, sufriendo alergias provocadas por la quema de los combustibles fósiles, epidemias por la alimentación de los animales utilizados para su explotación como carne de consumo (vacas locas, pollo, peste porcina y quizá hasta los pangolines chinos), desprecio por las personas mayores y la experiencia, desprestigio de la política y una cada vez más baja categoría de los líderes mundiales. El neoliberalismo despreció a las clases más humildes y el dinero se convirtió en el nuevo Dios, ya que las religiones tradicionales no podían dar respuesta a la angustia existencial de algunos, pero es que la mayoría tampoco sufría esa angustia y se conformaba con esa creencia supersticiosa y no comprometida con la religión de sus padres o abuelos. La Tierra parecía abocada a un desastre total con una superpoblación que consumía todos los recursos que estaban en manos de un veinte por ciento de la población. Solo las naciones más ricas podían ver un panorama no tan triste como el que estoy pintando porque tenían agua potable, toda la comida que podían comer, electricidad y todas las comodidades que los países del tercer mundo no podían ofrecer a sus habitantes, explotados por las multinacionales de los ricos.

Sucede entonces que empiezan a aparecer una serie de virus como la gripe A, el SARS, SIDA, Covid19… Pues bien mi interpretación es la que parte de la hipotésis GAIA, a la que he aludido anteriormente. Físicos como Frijot Capra recogen las teorías de Lovelock y Margullis, llegan al convencimiento de que la Tierra es en realidad un organismo vivo. Gaia está intentando regenerarse utilizando los virus como reguladores de la especie que se le está saliendo de madre: el homo sapiens. Con este virus entrando en endosimbiosis con nuestro organismo, se produce este parón en la alocada carrera por el crecimiento como modo de progreso. Un crecimiento que nos llevaría al borde del precipicio, si es que no hemos estado ya. Ahora en 2041 creo estamos en disposición de continuar en este planeta con más seguridad de la que teníamos a principio de siglo. Claro que, ¡a qué precio! la brillantez del ser humano pasa a opacarse, el foco de la civilización se transforma en una vela para conseguir un mundo más sostenible. La pregunta es ¿dónde parará este aplanamiento de la inteligencia? ¿Quién podrá percibir los matices de la misma Gaia?

Existe una respuesta: los homo sapiens que no mezclaron su ADN con los neanderthales. Ya he mencionado que el virus no está instalándose en ellos. Una paradoja porque son los que durante siglos han padecido la explotación de sus congéneres blancos, los que han soportado su paternalismo de seres superiores. ¿Es posible que la misma Gaia haya previsto esto y que sean el futuro de la humanidad? ¿Llevará esto a una extinción de este ser humano egoísta que ha arruinado la Tierra con sus guerras mundiales, explosiones atómicas, envenenamiento de los campos de cultivo y los mares? Sí, también los subsaharianos han tenido sus guerras y han sufrido a sus gobernantes como un cordero con los lobos, pero es posible que sean una esperanza para que no desaparezca el brillo de nuestra especie y si me equivoco, quizá Gaia elaborará un virus que haga su trabajo con ellos.

Surgen de aquí otros interrogantes no menores: ¿aprovecharán los humanos más inteligentes y despiertos la ocasión para obrar como sus arruinados hermanos del norte? ¿invadirán con renovado egoísmo los países ricos?».

Este informe podría ser como un aldabonazo para unos y otros. Quizá, lo mejor sería que no fuese leído por nadie o solo por personas que sepan sacar algo positivo de ello.

Esto es algo que tenemos que ver Marius y la comunidad científica ¿cómo podríamos seleccionarla? Quizá el virus lo haga por nosotros, pero tenemos que vigilar que no surja un iluminado que quiera salvar a su pueblo para su beneficio como otras veces se ha hecho con gente supuestamente inteligente, que incomprensiblemente han seguido a líderes enfermos, gentes que sin el poder que tenían, no habrían pasado de ser los vecinos desagradables y machistas del bloque de la comunidad de vecinos. Alguien a quien no te gustaría dar conversación en la escalera de tu casa.


Bibliografía:

Gaia:

Erwin Andrei Hortua Cortes

https://mon.uvic.cat/tlc/files/2016/06/GAIA-lovelock_margulis_gaia_2__contra-versus.pdf

LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

https://blogs.comillas.edu/FronterasCTR/2019/02/20/50-anos-de-la-teoria-de-gaia-y-centenario-de-james-lovelock-1919-2019/


Fritjof Capra La trama de la vida

https://www.anagrama-ed.es/libro/compactos/la-trama-de-la-vida/9788433973436/CM_487

Fritjof Capra: Las conexiones ocultas: Implicaciones sociales, medioambientales, económicas y biológicas de una nueva visión del mundo

https://www.anagrama-ed.es/libro/argumentos/las-conexiones-ocultas/9788433961884/A_301

Sobre homo sapiens y homo neanderthales

https://elpais.com/elpais/2018/06/05/ciencia/1528187502_438506.html

Circulación termohalina

https://fjferrer.webs.ull.es/Apuntes3/Leccion04/4_circulacin_global_de_la_corriente_termohalina.html



[1] Last universal common ancestor

[2]La hipótesis de Gaia de James Lovelock y Lynn Margulis, afirma que el planeta Tierra en su totalidad, incluyendo seres vivos, océanos, rocas y atmósfera, funciona como un super-organismo que modifica activamente su composición interna para asegurar su supervivencia.

[3] La corriente Termohalina que recorre el fondo de la cuenca del océano Atlántico hasta el océano Glacial Antártico, donde asciende de nuevo, se enfría hasta el punto de congelación y se hunde nuevamente en profundidad. Es la causa de que Europa disfrute de un clima templado.


Recópolis

Motilla del Azuer

Daimiel (ciudad Real)

Recópolis

Vista General de la reconstrucción