El porvenir pasado

SIEMPRE SOBRAN LAS RIMAS

Tú, hoja de cerezo eres lo que quiero vivir

Tienes todo lo que quiero

Eres lo que quiero

Con el aire en tu haz nace la paz en mí

Y resbala en mis ojos

Limpia mis ojos

Haces que las palabras no sirvan

Sobran las rimas

Faltan los abrazos

Hoy vierto mi falta de ti

Sobre letras ínfimas

Con conceptos escasos

Mi pluma no da más de si

¿Cómo decirte en unos trazos

lo que mi alma me requiere?

Cómo podría hacerte ver

Con tinta y con papel

(Como podría hacerte sentir

Lo que ahora peno)

Que necesito tu voz, tu piel

Tu alegría y tu Fe.



Tu sed será mi medida

Tal vez sospeches que oculto en mis pupilas

Se despereza tu cuerpo desnudo

Quizás presientas que bajo tu apariencia tranquila

Y mi fría entereza bulle la sangre

Y palpita en las sienes el amor hecho deseo

Puede que imagines mis manos en tu piel

Y mis ojos en tus ojos

Puede que sepas que mi pecho

Ansía cobijo en tu pecho

Y mi nariz anhele tu fragancia

Que tu boca busque mi boca

Y mis labios acaricien los tuyos

No dudes de que a la sombra

De tu mirada quiera recorrer tu piel

Y abandonarme en ella

Besar tus senos aferrándome a ti

Como una enredadera

Abrazar tu cuerpo como si te fuese a perder

Mas sólo toma de mi manantial

El agua que puedas beber

Tu sed será mi medida.



Algo súbito


Se abrió la flor de invierno

En una cálida mañana de enero

Brotó de improviso, a contratiempo.

Atónito quedó el jardinero

Que con regusto amargo y ojos serios

Admiró su belleza y frágil figura

Temiendo una helada que la perdiera

En la noche oscura.

Rechazó su propia angustia

Y su mirar de ciego

Se rebeló contra su temor

Por gozar de su hermosura

Su sonrisa llegó a la flor

Y ésta le dio su aroma y su color

¿Qué le importó al universo?

Qué importa si le importó

La respuesta está en él

Otead el horizonte

Escarbad la tierra

Abrid los mares

Y si le veis buscando flores en la nieve

¡Cuidado! Quizás lo reconoceréis

está muy cerca y muy lejos el verle.


Un concierto

Dulces sonidos susurrantes

Silbaron su canción melosa

En un crepitar de nocturnas melodías

Graves vibraciones, profundas y anhelantes

Simulaban tu voz en mi oído deleitosa.

Con el espacio de música pintado,

Sin intención mis sentidos conmovías

Con tres palabras de aire

Del contenido ignoradas

De tu intención ajena

Con las notas suspendidas

En la atmósfera de sacros muros

Las palabras se confundían

Y tu presencia de sirena

Me conturbaba.



Falsas realidades.


¿Qué concepto en mi despierta

una aureola de amor

de cercanía cierta y consistente

de anhelo pródigo en abrazos?

Luminosa sonrisa de mis ojos

¿Qué concepto me impones?

Atmósfera tenebrosa

(Tristísima lágrima de dolor)

Aniquiladora, escuálida

Traición múltiple en sus traidores

Me atenazas en mi esencia

hasta quebrarme la voz.

Cuan cerca estás pueblo pretérito

presente en la lejanía

lágrimas secas de dolor inconsolable

por tus habitantes

células gentilicias ayer

hoy universales en un presente pensado

dispersas ajenas a aquella esencia

ignorantes del dolor

mas lloras mirando al cielo

la vastedad de un infinito

demasiado pequeño

para albergar un corazón roto.

1993



Margas

Yo te lo mando.

Cuando el espíritu es perfilado por el barro

cuando se sienta retenido en triste cárcel de engaño,

incómodo en la falsedad de su traje...

¡Despierta!

Alza las manos a los ojos embarrados

descubre la luz aunque te hiera

rasga tu corazón y siente

tras el velo arcilloso

la luz

vibrante de paz y la mente serena.

Cuando veas aparecer esa cortina

Traída por el dolor del amor maltratado

¡Alerta!

Escucha tu corazón

No te pierdas

Arranca de nuevo las ropas mohosas

Asciende a tu interior, escucha tu voz

Acoge el lamento de tu alma

y deja que actúe su presión decidida

hasta que aparte el barro de la luz.


Un elogio.

Rivalizan sonrisa y mirada

En tu cara por igual

Son tus labios, de tu pupila iluminada,

Rosado y terso pedestal.

Tu alma apacible

al rostro asomada

Se delata en las comisuras

Y tu bondad se hace perceptible

Me demoro en ti un momento

Y ojos universales me declaras

Poso en tu boca mi mirada

Y tus labios en el corazón siento

Lejanos brillos en luna nueva

Calor de verano nocturno y abierto

Templado viento de ternura lleva

Envuelto tu corazón sincero

Por esta visión

Quizás sueño quizás vigilia

Merece ser prisionero

Es poema de tu presencia.



Un día ya no me quisiste...


No vendí mi alma

Te la di.

Si la hubiese vendido

se lo que tendría

carne y sangre, nada...

Pero fue para ti

y el cielo he conseguido

por ser tuya un día

Cada vez que aflora en mi pecho

el dolor viene a mí

No osaré curarlo con el olvido.

Vida es dolerse del corazón maltrecho

muerte es no sentir

Amor es tener el corazón herido

vida fue reposar en tu seno

muerte sería no sufrir

Amor es haber sido tuyo

dolor es haber vivido un sueño

¿Es locura querer reincidir?

Te di el alma y la gané

El que la acogieses

fue simplemente existir.


¿Fue aquí donde quedamos?


Como quisiera que estas líneas

Concatenadas como sonidos dibujados,

Pudieran contener los negros y cansados

Flujos que dentro de mí buscan

Con viscosa persistencia

Penetrar en mi alma dolorida.

Sí, como quisiera confinar

Las negativas formas

Y las diletantes dudas

Los temores, las lágrimas contenidas

La angustia y la ansiedad sordas,

En un papel virginal

¡Y como quisiera!

Que tu mano en mi cabello

me haga olvidar por un instante

los meandros de negra tinta,

Estigia oscura.

Que tus ojos me hablen de un mundo por llenar

Tu aliento del aire que crea la vida

Y limpia el cielo hasta el azul.

Que tu voz mi nombre adorne

Y que una sonrisa quizás huya de tu boca

Por no morir en ella se pierda en la mía

Buscando cobijo

Mi mano llamaría a tu mano

Y tus brazos acogerían

Mil besos y caricias

Y mi calor con el tuyo

Incubarían la vida misma.

Cuan certera sería la pregunta

A la esperanza hecha

Si me atreviese a tentarla

Abriendo mis labios

Y pronunciando a palabra rotunda

Descansar anhelante de la respuesta

Como pez que espera en su retorno al agua

Llenarse de vida recobrada

Y por ello más sabrosa, aunque efímera

Pero al reposar este papel

Cesará con él mi reposo

Quedará patente mi desconsuelo

Y también mi ansia

De la palabra que no digo

Y volveré a luchar contra las corrientes

A fuerza de diques iré a su encuentro

Esperaré a que el sueño me invada

Y que el mañana sea,

Con nuevas esencias

Y al fin quedará la esperanza

Compañera del que espera desesperado

Mirando el reloj

¡No llega!

¿Estaré acaso en el lugar equivocado?