Rubén Parra
Escrito está:
· Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios; siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos… (cfr. Efesios 6,17)
· ¿No es así mi palabra, como el fuego, y como un martillo golpea la peña? (cfr. Jeremías 23, 29)
· Para mis pies antorcha es tu palabra, luz para mi sendero. (cfr. Salmo 119,105)
La Palabra de Dios es PODER y ese poder será manifiesto en su pueblo en la medida que encuentre instrumentos dóciles y obedientes a lo que dice y quiere anunciar a través de su palabra.
Si quieres ser usado PODEROSAMENTE por el Señor,
necesitas estar dispuesto a obedecer.
· Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la Palabra de Dios y, considerando el final de su vida, imitad su fe. (cfr. Hebreros 13,7)
· Enseñarán a mi pueblo a distinguir lo sagrado de lo profano y le harán saber la diferencia entre lo puro y lo impuro. (cfr. Ezequiel 44,23)
Enseñar la Palabra de Dios a su pueblo primeramente es vivir Sumergido en su Palabra, es dejarse ser guiado, conducido por los principios de su Palabra, no es letra, es PERSONA
· Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de día y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así tendrás éxito y todo te saldrá bien. (cfr. Josué 1,8)
· Por tanto, pondrán estas palabras mías en su corazón y en su alma. Las atarán a su mano como señal, y estarán como frontales entre sus ojos (cfr. Dt 11,18)
· Dios es perfecto en sus caminos, la palabra de Yahveh acrisolada. Él es el escudo de cuantos a él se acogen. Pues ¿quién es Dios fuera de Yahveh? ¿Quién Roca, sino sólo nuestro Dios? El Dios que me ciñe de fuerza, y hace mi camino irreprochable, que hace mis pies como de ciervas, y en las alturas me sostiene en pie, el que adiestra mis manos para el combate y mis brazos para tensar arco de bronce. (cfr. Salmos 18, 31-35)
Nosotros como Ministerios de Alabanza necesitamos estar preparados para guiar a su pueblo a Sumergirse en el poder de su Palabra, es adiestrar a su pueblo a abrirse a la acción de su Espíritu.
Este año en todo México se ha levantado una bandera que nos dice “Levántate y resplandece” y ese levantamiento es el levantamiento del pueblo de Dios en el conocimiento de su palabra.
Nuestras asambleas de oración necesitan estar nutridas de la proclamación de su Palabra…
Cuando nosotros anunciamos lo que #ESCRITOESTÁ sucede algo poderoso en los corazones de su pueblo, comienza a respirarse un aire de su presencia creándose una atmósfera del mover de Dios.