Las celdas de RAMÁ
Formando Músicos de Dios
Por Rubén Parra
En el pasaje bíblico que encontramos en el primer libro de Samuel capítulo 19 versos del 18 al 24, podemos encontrar el porqué del nombre de nuestra formación.
David se esconde en un lugar llamado Ramá, este suceso sorprendente se desarrolla en un lugar en donde podríamos decir que existe una escuela de profetas formada por Samuel, el profeta que ungió a Saúl (1 Sam 10,1) y David como rey (1 Sam 16,13).
Cuando David va a refugiarse a Ramá (1 Sam 19,18-24) le cuenta al profeta Samuel que se está escondiendo de Saúl porque lo quería matar, este lo esconde en las celdas de Ramá, el rey Saúl se entera que está en Ramá y manda emisarios para matarlo, pero cual es la sorpresa que cuando los profetas se dan cuenta que vienen por David, estos se ponen a profetizar y es tanto el poder del Espíritu en estos profetas que hasta aquellos que traían malas intenciones son tocados por la fuerza del Espíritu y también quedan en trance y profetizan ("no por el valor ni por la fuerza, sino sólo por mi Espíritu - dice Yahveh Sebaot -." Zacarías 4,6)
Ocurrido esto, Saúl se entera de este asombroso hecho y manda a otros emisarios y cuando estos llegan les ocurre lo mismo que a los primeros. Puedo imaginarme a David viendo esas escenas totalmente sorprendido por ese poder en los profetas, Saúl se entera de esto y decide ir él mismo en busca de David, pero cual es la sorpresa que, al llegar a ese lugar, Saúl también es tocado por el Espíritu de Dios y queda en trance profetizando hasta el siguiente día.
Wow!!!, que asombroso y sobrenatural acontecimiento, ¿que había en estos profetas que al profetizar todos podían ser tocados por el espíritu de Dios?, era tanta su seguridad en el Poder Divino, que, si alguien viniera en contra de ellos, ellos confiaban en ese Poder y ejerciendo el carisma dado por el Espíritu, otros se convertirían, yo creo que David ante tal asombro se preguntó ¿Cómo es que estos profetas hacen esto? David conocía de intimidad con Dios, se pudo preguntar y hasta decir, “Yo quiero más de mi Señor como ellos lo tienen” a tal grado que todo aquello que se acercaba a ese lugar era transformado.
Pudiéramos decir que si Asaf, Hemán y Jeduthún que eran profetas, muy probablemente ellos fueron a esta escuela, de hecho, Hemán era nieto del Profeta Samuel (1 Crónicas 6,18-19; 1 Samuel 1,19-20) y pudiéramos decir que por la línea genealógica Hemán, también ejercía la función de profeta (1 Cro 25,1).
Porque el espíritu de profecía mueve los corazones a adorar y a reconocer al Señor como el verdadero Dios, San Pablo nos lo dice en la primera carta a los Corintios capítulo 14 versículos del 23 al 25 "Si, pues, se reúne toda la asamblea y todos hablan en lenguas y entran en ella no iniciados o infieles, ¿no dirán que estáis locos? Por el contrario, si todos profetizan y entra un infiel o un no iniciado, será convencido por todos, juzgado por todos. Los secretos de su corazón quedarán al descubierto y, postrado rostro en tierra, adorará a Dios confesando que Dios está verdaderamente entre vosotros.".