Rubén Parra
Objetivo del Tema:
Ministerios de alabanza unidos en un mismo espíritu nos llevará a realizar un escaneo de nuestras relaciones entre estos dos ministerios fundamentales en la RCCES, este tema hará darnos cuenta que en nuestras comunidades se necesitan MdA sanos, transformados y unidos en un mismo espíritu, este tema tiene como tema central la misericordia y el perdón como don de Dios.
Introducción:
En París en los inicios del siglo XX se suscitó un renacer en la música y en las artes para todo el mundo, en esa época los artistas se congregaban y fraternizaban entre sí, compositores, danzantes, autores, poetas, músicos, pintores, etc. Todos ellos mezclados se pudieron fusionar creando una comunidad en la cual lo más importante era el arte en todas sus expresiones, entre ellos compositores como Claude Debussy, Maurice Ravel, Erik Satie, Manuel de Falla entre otros. Fue una época en dónde las artes florecían día a día, por ejemplo, Stravinski participaba con Pablo Picasso, Henri Matisse y Jean Cocteau, este grupo no carecía de desacuerdos ni celos, todos ellos eran amigos. Iban juntos a conciertos, galerías de arte, se reunían con otros artistas para aprender unos de otros, conversaban, pasaban hasta altas horas de la noche conversando de música, arte y literatura, estos artistas cambiaron el mundo con su arte. Toda gran obra provenía de París y los artistas de todo el mundo acudían allí para estudiar. París se convirtió en un lugar emocionante, ahí sí que las artes vibraban y florecían.
¿No te encantaría estar en un lugar como este? Ahora bien ¿no le encantaría estar con un grupo de hermanos que Dios los usara poderosamente? ¿te gustaría ser parte de una comunidad en dónde lo más importante es el crecimiento de todos y en dónde aprendamos unos de otros? ¿te gustaría que en tu comunidad estuviera un mover poderoso de Dios en cada asamblea de oración, y que muchos acudieran ahí para aprender y llevar lo mismo a sus comunidades?
Desarrollo del Tema:
Hoy en día los Ministerios de Alabanza estamos viviendo y pasando por un gran desafío, nos encontramos en distintos panoramas, por ejemplo, algunos hermanos han desistido del camino, otros el Señor los ha llamado a su presencia, otros están pasando por desiertos en su fe que están algunos a punto de desistir en el camino, comunidades que, en vez de buscar la unidad, viven en constantes contiendas y divisiones.
Ante esta realidad el desafío es muy grande y se necesita tomar conciencia de ello para poder hacer una estrategia de guerra para que nuestra comunidad no se vea mermada y se levante con el Poder del Espíritu Santo.
Efesios 4,1-7 nos dice: "Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos. A cada uno de nosotros le ha sido concedido el favor divino a la medida de los dones de Cristo."
Viviendo de una manera digna
Cada animador de asamblea y cada músico de Dios necesita vivir de una manera digna al llamamiento que Dios le ha hecho, vivir con toda humildad, mansedumbre y paciencia. Se necesitan hoy en día ante el gran desafío mundial MdA testigos del Resucitado. En el CIC nos dice en el numeral 942 lo siguiente: Gracias a su misión profética, los laicos, "están llamados a ser testigos de Cristo en todas las cosas, también en el interior de la sociedad humana" (GS 43, 4). Y en el 1285 no habla: En efecto, a los bautizados "el sacramento de la confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma se comprometen mucho más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras"
Son tiempos en dónde se necesita reavivar el don de Dios otorgado en confianza de nuestro creador. (cfr. Ef. 1,6)
El Ministerio de Alabanza está conformado por hombres y mujeres que le han dicho Sí al Señor en diferentes tiempos y en diferentes circunstancias, cada uno de nosotros necesitamos volver a ese amor del principio (cfr. Ap. 2,4) en dónde todo era el Señor, en dónde no queríamos nada que no fuera el Señor, en dónde no queríamos nada más solo estar con él. Es ahí en dónde reavivamos el carisma que se nos ha confiado.
Si tú y yo reavivamos nuestro llamado en la presencia del Señor, seremos antorchas encendidas capaces de encender a otros, capaces de edificar a nuestra comunidad y a los hermanos del ministerio de alabanza porque estaremos viviendo de una manera digna, sin contiendas, celos, envidias, discusiones, dando honor y gloria solo a Cristo.
Soportándonos unos a otros por amor
Una parte muy importante en la edificación y en el crecimiento de nuestros ministerios de alabanza es el de soportarnos uno a otros, pero con amor.
Soportarse significa sostener, mantener arriba, servir de apoyo, es decir, sostener al otro, mantenerlo arriba, sostener al hermano en tiempos de dificultad, es decir, que, si ha caído, levantarlo en el amor, exhortarle a que cambie si ha caído en pecado, pero nunca rechazarle, al contrario, como dice Efesios 4,32 "Sed más bien buenos entre vosotros, entrañables, perdonándoos mutuamente como os perdonó Dios en Cristo."
El amor entre unos y otros debe de ser el amor desinteresado, podemos caer en el riesgo de “amar” interesadamente, el Papa Francisco nos dijo en agosto del 2021 en uno de sus menajes desde su balcón: “cuando buscamos sobre todo la satisfacción de nuestras necesidades, corremos el riesgo de utilizar a las personas y explotar las situaciones para nuestros fines. Y una sociedad cuyo centro sean los intereses en lugar de las personas es una sociedad que no genera vida” y nos reitera que, a partir de nuestra amistad con Él, aprendamos a amarnos entre nosotros. Con gratuidad y sin cálculo”. «Amor libre sin cálculo, sin utilizar a las personas, con gratuidad, con generosidad, con magnanimidad»
Poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
Jesús en ese hermoso sermón del monte que nos narra San Juan en el capítulo 17 nos sigue diciendo hoy en día. “Que sean una sola cosa, como tú y yo, Padre”, woooow, uno solo como el Padre y nuestro Señor son en la unidad con el Espíritu Santo.
Hermanos poner empeño es poner todo el esfuerzo, ante todo, buscar la unidad fraterna y la unidad de todos no solo de unos cuantos, ¿Cómo ser uno? Hay comunidades que se han visto envueltas en contiendas fuertes, muchas veces ese fuego se ha iniciado en los MdA, discusiones o desavenencias que no se han sabido soportar y solucionar con madurez.
Muchas veces han sido originado por cosas muy muy pequeñas conflictos entre los MdA, por ejemplo:
Falta de comunicación
No tomar en cuenta a los demás
Chimes, celos, envidias
Falta de amor por la comunidad
Falta de identidad y sentido de pertenencia a la comunidad
Necesitamos tener un momento en dónde se hable en el amor de estas dificultades y en la madurez de hijos de Dios buscar siempre la unidad y el perdón entre unos y otros. Es necesario que nos demos a la tarea de pedirle al Señor nos sane de estas dificultades una vez que las hallamos hablado entre todos en la paz del Señor y en el amor de Cristo.
El Papa Francisco nos dice: Un consejo que «no es fácil» concretizar en la cotidianidad. Dice el Papa «que siempre sale el juicio, la condena, que lleva a la separación, a la distancia. Cuántas veces uno pregunta a una persona: “¿Cómo va tu familia? ¿Cómo van tus primos?”. Creo que el Papa tiene mucha razón en eso, creo que esas preguntas acortan las distancias, pero lo más lamentable es que pareciera que nosotros estamos distanciados… y sigue diciendo el Papa Francisco “Y el diablo está feliz con esto. Es el inicio de la guerra, porque no sois capaces de soportaros».
Un simple gesto de amor y fraternidad nos puede ahorrar mucho tiempo en desgastarnos en pequeñas diferencias que podemos tener, un simple ¿Cómo estás? ¿Cómo te va en tu trabajo? Una pregunta simple ¿Qué tal tu día hoy? Pueden fomentar y fortalecer la unidad entre nosotros
Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a la que habéis sido llamados.
Los MdA somos un cuerpo que ha sido llamado para edificar a la comunidad, un solo cuerpo que, en la unidad con el Espíritu Santo, edificamos las vidas de nuestra comunidad.
En la introducción reflexionábamos lo que sucedió en Paris en los inicios del siglo XX, en dónde todos tenían un mismo sentir y un mismo deseo, hacer crecer el arte en todo su esplendor, siendo ejemplo para otras naciones que hasta desearon ser como ellos, creo que ellos, sin poder asegurarlo, se consideraban uno, y en esa unidad que fomentaron los unos a los otros, impactaron a muchos más.
Vivir como un solo cuerpo con todas sus cohesiones y articulaciones, cada uno con una función específica e importante, desde el más pequeño hasta el más grande, somos parte fundamental para la edificación del cuerpo de Cristo (cfr. 1 Cor 12,12-13).
Preguntas
¿Qué es lo que aprecias más de los animadores de asamblea y del ministerio de música?
¿Cuáles son los desafíos a los cuales nos estamos enfrentando hoy en día los Ministerios de Alabanza?
¿Qué podemos hacer para que nuestros MdA impacten por el poder del Espíritu nuestras comunidades, nuestra nación?
Por así decirlo, ¿Cuál sería el éxito de un Ministerio de Alabanza para que sea de bendición en la comunidad?