Paul Verlaine

La angustia

Naturaleza, nada de ti me conmueve, ni los campos

nutricios, ni el eco bermejo de las pastorales

sicilianas, ni las ceremonias de la aurora,

ni la solemnidad doliente de los ocasos.


Yo me río del Arte, del Hombre también, de los cantos,

de los versos, de los templos griegos y de las torres en espirales

que alzan al cielo vacío las catedrales,

y veo con los mismos ojos a los buenos y los malos.


No creo en Dios, renuncio y reniego

de todo pensamiento, y en cuanto a la vieja ironía,

el Amor, me gustaría no se hablase más.


Agotado de vivir, temeroso de la muerte, como

un velero perdido, juguete del flujo y el reflujo,

mi alma zarpa hacia horribles naufragios.

Paul Verlaine de Poemas Saturnianos en Melancolía - VIII [1866]