César Vallejo

Viniere el malo, con un trono al hombro…

Viniere el malo, con un trono al hombro,

y el bueno, a acompañar al malo a andar,

dijeren “sí” el sermón, “no” la plegaria

y cortare el camino en dos la roca…


Comenzare por monte la montaña,

por remo el tallo, por timón el cedro

y esperaren doscientos a sesenta

y volviere la carne a sus tres títulos…


Sobrare nieve en la noción del fuego,

se acostare el cadáver a mirarnos,

la centella a ser trueno corpulento

y se arquearen los saurios a ser aves…


Faltare excavación junto al estiércol,

naufragio al río para resbalar,

cárcel al hombre libre, para serlo,

y una atmósfera al cielo, y hierro al oro…


Mostraren disciplina, olor, las fieras,

se pintare el enojo de soldado,

me dolieren el junco que aprendí,

la mentira que inféctame y socórreme…


Sucediere ello así y así poniéndolo,

¿con qué mano despertar?

¿con qué pie morir?

¿con qué ser pobre?

¿con qué voz callar?

¿con cuánto comprender, y, luego, a quién?


No olvidar ni recordar

que por mucho cerrarla, robáronse la puerta

y de sufrir tan poco estoy muy resentido,

y de tanto pensar, no tengo boca.