César Vallejo - VIII. Aquí

Aquí,

Ramón Collar,

prosigue tu familia soga a soga,

se sucede,

en tanto que visitas, tú, allá, a las siete espadas, en Madrid,

en el frente de Madrid.


¡Ramón Collar, yuntero

y soldado hasta yerno de tu suegro,

marido, hijo limítrofe del viejo Hijo del Hombre!

Ramón de pena, tú, Collar valiente,

paladín de Madrid y por cojones; Ramonete,

aquí,

los tuyos piensan mucho en tu peinado!


¡Ansiosos, ágiles de llorar, cuando la lágrima!

¡Y cuando los tambores, andan; hablan

delante de tu buey, cuando la tierra!


¡Ramón! ¡Collar! ¡A ti! ¡Si eres herido,

no seas malo en sucumbir: ¡refrénate!

Aquí,

tu cruel capacidad está en cajitas;

aquí,

tu pantalón oscuro, andando el tiempo,

sabe ya andar solísimo, acabarse;

aquí,

Ramón, tu suegro, el viejo,

te pierde a cada encuentro con su hija!


¡Te diré que han comido aquí tu carne,

sin saberlo,

tu pecho, sin saberlo,

tu pie;

pero cavilan todos en tus pasos coronados de polvo!


¡Han rezado a Dios,

aquí;

se han sentado en tu cama, hablando a voces

entre tu soledad y tus cositas;

no sé quién ha tomado tu arado, no sé quién

fue a ti, ni quién volvió de tu caballo!


¡Aquí, Ramón Collar, en fin, tu amigo!

¡Salud!, hombre de Dios, mata y escribe.


(10 septiembre 1937)