Es necesario entender el siguiente principio que aunque parece obvio, es fundamental. Los gastos de una persona son los ingresos de otra persona. Ingresos es igual a gasto, así funciona la economía global.
Esa relación, entre gasto e ingreso, consumo y producción, está el centro de cómo funciona una economía. Compramos las cosas que queremos y necesitamos, y a cambio damos dinero a las personas que produjeron esas cosas, que a su vez usan ese dinero para comprar las cosas que quieren y necesitan, y así sucesivamente.
El COVID19 ha infectado a la máquina de movimiento perpetuo hasta el borde en que se detenga casi por completo por un periodo de tiempo que no se puede calcular. Ninguna economía moderna ha experimentado algo como esto anteriormente. Simplemente no sabemos cómo responderá la máquina económica al daño que está comenzando a ocurrir, ni lo difícil o fácil que será volver a encenderla.
Según los datos estadísticos proporcionados por la Unión Europea, podemos entender el tamaño de los sectores económicos que parecen estar entrando en un cierre cercano. Gran parte de las economías del mundo están al borde de una tremenda contracción en el gasto de consumo, lo que a su vez significa una menor producción económica y menores ingresos entre las personas que prestan esos servicios.
Los ciudadanos miembros de la UE (Incluyendo el Reino Unido) gastaron alrededor 2,483 € mil millones en servicios de transporte en 2019 que incluye pasajes aéreos y tarifas de tren. Así como también hubo un gasto de 1,738.10 € mil millones en servicios de recreación, es decir, boletos para eventos deportivos o pérdidas de juego en un casino. Y gastaron 1,661.7 € mil millones en servicios de alimentos y alojamiento tal como comidas en restaurantes y estadías en hoteles.
Eso suma, el 30 por ciento del gasto de consumo total, que parece que se agotara durante al menos unas semanas y tal vez más.
Entonces, ¿qué podría significar tal colapso en el gasto en esas categorías principales para el otro lado del libro mayor, los ingresos?
Ese ingreso de estos sectores va a muchos lugares. Paga a los empleados por su trabajo directamente. Va a los proveedores. Paga impuestos que financian a la policía y a los maestros de escuela, alquileres que recompensan a los propietarios y ganancias que generan los inversores. Todos esos flujos de efectivo están en peligro a medida que el gasto en consumo se hunde.
Los sectores que experimentan el colapso más directo e inmediato de la demanda o que enfrentan cierres obligatorios del gobierno debido al coronavirus son el transporte aéreo; artes escénicas y deportes; juegos de azar y recreación; hoteles y otros alojamientos; y restaurantes y bares.
Son las industrias y los trabajadores de éstas, donde es probable que los ingresos caigan en picada; simplemente no tendrán suficientes ingresos para cumplir con sus obligaciones habituales. Están en peligro los millones de euros a la semana que normalmente pagan a sus empleados, sin mencionar todos los pagos de alquiler, deuda e impuestos.
Pero grandes sectores de la economía están comenzando a experimentar el mayor shock de demanda que cualquiera de nosotros haya visto. Y pronto descubriremos qué sucede una vez que una poderosa máquina económica obtiene un virus microscópico, pero potente, en sus engranajes.