Cuando estaba en la cumbre del obstáculo en cuestión se sintió como si hubiera escalado el Everest, y no sólo por la dificultad sino también por el calor y el estado anímico. Era una curiosa posición, en la que pudo ver más dunas que posiblemente fueran sus únicos acompañantes en los próximos días, y a su vez puede que esos días fueran los últimos de su vida.