Mecanismo de acción (general):
Los inmunosupresores inhiben diversas etapas de la activación y proliferación de linfocitos (T o B), interfiriendo con señales intracelulares, transcripción génica o síntesis de nucleótidos.
Los fármacos reguladores de la enfermedad (FRE) reducen la inflamación crónica, modulan el sistema inmune y pueden retrasar el daño estructural en enfermedades autoinmunes.
Indicaciones terapéuticas:
Prevención de rechazo en trasplantes.
Enfermedades autoinmunes: artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, esclerosis múltiple, enfermedad inflamatoria intestinal, psoriasis.
Neoplasias hematológicas, lepra, enfermedades dermatológicas inflamatorias.
Contraindicaciones:
Infecciones activas no controladas.
Embarazo y lactancia (varios de ellos).
Hipersensibilidad al principio activo.
Disfunción hepática o renal grave.
Efectos adversos:
Inmunosupresión → infecciones oportunistas.
Toxicidad hepática, renal o medular.
Hipertensión, hiperglucemia, dislipidemia.
Teratogenicidad, neuropatía periférica, mielosupresión.
Farmacos
Prednisona
Metilprednisolona
Inhibidores de la calcineurina
Ciclosporina
Tacrolimus
Inhibidores de señales de proliferación (Inhibidores de mTOR)
Sirolimus
Everolimus
Inhibidores de la síntesis de nucleótidos
Micofenolato mofetilo
Azatioprina
Moduladores inmunitarios diversos
Talidomida
Fármacos reguladores de la enfermedad (FRE)
Leflunomida
Teriflunomida
Metotrexato