El timón debe contar con una serie de características para desarrollar su función, entre ellas se encuentran las siguientes:
Ha de tener la suficiente resistencia para soportar los esfuerzos dinámicos durante la navegación y las maniobras.
Los soportes tanto de carga vertical como horizontal han de ser los adecuados y con poca fricción.
Las deformaciones debidas a su propio peso no deben producir en ningún caso el bloqueo del timón.
Los huelgos de apoyo y soporte han de ser los adecuados para asegurar el desgaste anormal.
Deben ser de fácil mantenimiento.
La eficacia del timón dependerá de:
La superficie total de la pala.
Su disposición respecto a los propulsores del buque.
Del número de timones.
De la forma del codaste.
Los timones se pueden clasificar en varias categorías, a saber:
De plancha simple, consistente en una plancha gruesa reforzada.
De plancha doble, constituida por dos planchas unidas por una estructura interior, de mayor a menor escantollinado.
Currentiformes, en las que sus chapas constituyentes desarrollan formas curvas para mejor aprovechamiento de las corrientes hidrodinámicas de los filetes líquidos cuando incidan sobre la pala.
Pala móvil, la que se mueve en su totalidad simultáneamente.
Pala parcialmente móvil, principalmente con pala móvil a popa del eje del giro y la parte de proa fija al codaste.
Activos, parte móvil a proa y popa del eje del giro.
Flap activo, a popa de la pala del timón.