Música de cámara

La música de cámara en el Romanticismo alcanzó su máximo desarrollo, debido, en gran parte, a que se hizo accesible a la burguesía y a la constante demanda de obras para interpretar en familia o entre amigos.

A lo largo del siglo XIX, la mayoría de los compositores escribió obras de cámara, desde dúos (para dos instrumentos, como por ejemplo el piano y la flauta), tríos (piano, violín y violonchelo),...hasta nonetos (nueve instrumentos de cuerda y viento); sin olvidar el cuarteto de cuerda típico del Clasicismo (dos violines, una viola y un violonchelo), que siguió ocupando un lugar destacado en esta época.

Muchas de estas obras eran sencillas y así las podían interpretar grupos de aficionados en las reuniones íntimas que realizaban en sus propias casas.