La Zarzuela

LA ZARZUELA

La zarzuela puede definirse como un tipo de ópera ligera o cómica, cuyo principio general es la alternancia de escenas cantadas con otras declamadas, frente a la ópera seria, que es toda cantada. Su característica principal reside en su carácter genuinamente español procedente del folklore rural, en unos casos, y del urbano, en el "género chico". Por contra, es este acendrado nacionalismo el que limitó extraordinariamente su difusión e impulso internacional.

Surgida la zarzuela en el siglo XVII, este género persiste, con continuas transformaciones, hasta el Romanticismo. En la formación de la zarzuela moderna habría que citar, como antecedentes inmediatos, la influencia de la ópera cómica francesa e italiana, sobre todo en la estructura formal, y el carácter y argumentos de la tonadilla escénica española del siglo XVIII. La zarzuela moderna, tal como hoy la entendemos, no nace hasta pasado el primer tercio del siglo XIX. Se cita Los enredos de un curioso, estrenada en el Conservatorio de Madrid en 1832, con música de Carnicer, Saldoni, Pedro Albéniz y Piermarini, como la primera zarzuela de la historia moderna.

El verdadero éxito de la zarzuela, fecha en que se determinó la forma del género y fue adoptado por los principales autores españoles, fue la de 1849, a raíz del estreno de Colegialas y soldados, de Rafael Hernando. A ésta siguieron El duende, del mismo autor; La mensajera, de Gaztambide; Gloria y Peluca, que iniciaba la carrera de Barbieri; y El campamento, de José de Inzenga y libreto de Olona.

Poco tiempo después, surge una asociación artística, formada por el libretista Olona, Salas, Gaztambide, Barbieri, Hernando e Inzenga, quienes se propusieron desarrollar la actividad del género en el Teatro del Circo. La nueva sociedad arrendó el teatro y se puso a trabajar sin demasiado éxito al principio, hasta que llegó el estreno de una de las obras que siguen siendo fundamentales en la historia de la zarzuela: Jugar con fuego, de Barbieri (1851), que inauguraba el concepto de zarzuela grande en tres actos, a la que siguieron sucesivamente El valle de Andorra, de Gaztambide; Buenas noches, señor don Simón, de Oudrid; Marina, de Arrieta; El barberillo de Lavapiés, de Barbieri; o El tío Caniyitas, de Mariano Soriano Fuertes. De esta forma, acabó por afianzarse este género entre los gustos y aficiones del público español.

A la zarzuela grande sucedió en interés y popularidad el género chico, denominado así porque cada una de sus pequeñas zarzuelas constaba de un solo acto. Mientras en la zarzuela grande aparecen los temas dramáticos o comedias de complicada acción, los libretos del género chico se circunscriben al ambiente del sainete o la pequeña escena de costumbres, y son más breves. El género chico, todavía sin música, nació en 1867 en el Teatro madrileño dé "El Recreo", cuando la empresa pensó en ofrecer teatro por secciones en lugar de la función completa, que duraba cuatro o cinco horas. De este modo se satisfacía a mayor cantidad de público, con un entretenimiento que no pasaba de una hora y prescindiendo de los entreactos.. Aplicado ya a la música, el primer éxito de este género fue La canción de Lola, de 1880, con música de Chueca y Valverde y texto de Ricardo de ía Vega. El público respondió muy bien y dio mucho dinero a aquel nuevo género, que tuvo su domicilio en teatros como el Martín, el Eslava, el Variedades y el Apolo. Hacia 1910 decae el género chico, sustituido'por la naciente revista musical, si bien hasta entonces se mantuvo en cartel con gran éxito junto a la zarzuela grande.

Obras maestras del género chico son: La verbena de la Paloma, de Tomás Bretón; El tambor de granaderos y La Revoltosa, de Ruperto Chapí; Agua, azucarillos y aguardiente, La alegría de la huerta y La Gran Vía, de Federico Chueca; Gigantes y Cabezudos, de Manuel Fdez. Caballero; La Tempranica y El baile de Luis Alonso, de Gerónimo Giménez, etc.