Albéniz y Granados

ALBÉNIZ Y GRANADOS

El nacionalismo musical español se encuentra representado por las figuras de Isaac Albéniz y Enrique Granados, creadores ambos de una obra original, plenamente innovadora, basada en el folklore, a la que aplicaron las técnicas y el lenguaje musical del postromanticismo, con ciertas influencias del impresionismo. Fue la obra de Albéniz y Granados y, más tarde, la de Falla, la que logró acercar la música española a las corrientes musicales europeas contemporáneas. "Hacer música española con acento universal", frase atribuida a Albéniz, resume las aspiraciones y logros artísticos de estos autores, con quienes la música española sale de la mediocridad de la pequeña pieza de salón para alcanzar verdaderos acentos universales.

Albéniz, niño prodigio del piano y amigo de Liszt, Fauré, Debussy y Thalberg, quienes influyeron decisivamente sobre su estilo, compuso principalmente para el piano, de cuya producción sobresalen la Suite española, colección de ocho números entre los que destacan Sevilla, Asturias, Cádiz, Cataluña y Castilla; Recuerdos del viaje, conjunto de siete piezas de las que es obligado citar su conocida malagueña Rumores de la caleta; y la Suite Iberia, compuesta de cuatro cuadernos, con piezas como Triana, El Puerto, El Corpus en Sevilla, Rondeña, El Albaicín, etc. De su producción orquestal destaca Catalonia, número inicial de una suite que no llegó a terminar, de influencia francesa pero animada por la gracia y el colorido hispánico, evocador, de Albéniz. Su faceta como operista incluye Pepita Jiménez.

Granados, el "Grieg español" como se le llegó a calificar, es en general más poético y refinado que Albéniz; su música, inclinada a la intimidad, se transmite con mayor facilidad. Por contra, su técnica es menos audaz y brillante, lo que supuso que su influencia fuera menor sobre las generaciones siguientes. De su obra para piano sobresalen las Danzas españolas, entre ellas la Oriental y la Andaluza; las Seis piezas sobre cantos populares españoles; los Valses poéticos; las Tonadillas, para voz y piano; y la suite para piano Goyescas, piezas todas que muestran el dominio de las posibilidades técnicas y expresivas del piano por parte de Granados, con un estilo ensoñador, cálido y a veces melancólico, pero siempre profundamente español. Como operista Granados compuso Ma del Carmen y Goyescas.