Consideraciones sobre la Lactancia en relación a Influenza A H1N1

Instruya a los padres y cuidadores sobre cómo proteger a su hijo de la diseminación de los gérmenes que causan enfermedades respiratorias como la Influenza A (H1N1):

  • Lavar las manos de adultos y de lactantes frecuentemente con agua y jabón, especialmente después que los lactantes se lleven las manos a la boca.

  • Mantener a los lactantes y a sus madres tan juntos como sea posible y animar al contacto piel a piel precoz y frecuente entre las madres y sus recién nacidos.

  • Limitar el compartir los juguetes y otros artículos que hayan estado en la boca de los bebés.

  • Lavar bien con agua y jabón cualquier artículo que haya estado en la boca de los bebés.

  • Los niños y los adultos no deben introducir en su boca los chupones (incluyendo los mangos o anillos de los chupones) y otros artículos antes de dárselos al bebe.

  • Practicar las reglas de urbanidad ante la tos y el estornudo. (Etiqueta respiratoria: incluye lavado de manos y cubrirse boca y nariz al estornudar)

AMAMANTAR EN TIEMPOS CRÍTICOS Y DECISIVOS ES SALVAR VIDAS DE BEBÉS

Si una mujer está enferma, debe utilizar mascarilla con lavado frecuente de manos y continuar amamantando, aumentando la frecuencia de la lactancia. Si la enfermedad materna no permite el amamantamiento seguro al pecho, pero puede extraerse la leche, anímela a hacerlo. Se desconoce el riesgo de transmisión de la influenza A H1N1 a través de la leche materna. Sin embargo, son raros los reportes de viremia en la infección estacional por influenza. Debe usarse leche extraída en los lactantes demasiado enfermos para alimentarse directamente al pecho. El tratamiento con medicamentos antivirales ni la profilaxis contraindican la lactancia materna.

Los lactantes que no son amamantados son particularmente vulnerables a la infección y a ser hospitalizados por enfermedad respiratoria severa. Debe animarse a las mujeres que paren, a iniciar el amamantamiento temprano y a amamantar frecuentemente. Idealmente, los bebés deben recibir la mayor parte de su nutrición de la leche materna. Elimine los suplementos de fórmula innecesarios, de modo que el lactante pueda recibir tantos anticuerpos maternos como sea posible.