Hermanos siéntanse bienvenidos. Yo soy Hilarión y no vengo a contestar sino a preguntar asuntos que son de trascendental importancia en la evolución de todo discípulo. Que sean éstas unas palabras que les ayuden a centrar sus mentes en sus cuerpos, a centrar sus metas en sus mentes, a centrar los conceptos en sus metas, a centrar sus ideales en sus conceptos.
La vida de un hombre carece de un sentido si en su interno no tiene un motivo para vivir. En la vida cotidiana los seres humanos ven el recorrer del tiempo como un riachuelo y en ocasiones intentan atrapar el agua que corre y sienten que se les escurre de las manos. La vida, como el riachuelo es algo que transcurre, que fluye, que va siempre en movimiento y así como el agua del riachuelo cuando es atrapada en un recipiente pierde la belleza del río, así la vida cuando es atrapada en recuerdos pierde su belleza y su encanto.
El hombre debe disfrutar la vida en la misma forma como disfruta un riachuelo o a una cascada: dejándola correr, dejándola fluir, observando los innumerables vericuetos que el agua va efectuando en su recorrido, observando las innumerables vidas que se mueven en esa corriente que fluye, observando cómo lo que se encuentra a las márgenes del río toma su vida y su fuerza de esa corriente que viene y se va; pero en su ignorancia, el hombre pretende atrapar la vida en recuerdos, el hombre pretende explicar la vida en conceptos, el hombre pretende aprender a vivir estudiando en libros y en escuelas cerradas. Tan ignorante es el que pretende aprender a nadar leyendo libros, como el que pretende aprender a vivir estudiando lo que otros han escrito de la vida.
Si bien es necesario la guía de alguien que lleva más tiempo recorriendo la vida, también es cierto que la única manera de vivir es experimentando cada segundo lo que esa corriente de vida está dejando en nuestro interno, y hoy vengo a preguntar:
Para todos aquellos que sienten dudas acerca del camino que llevan recorriendo.
Para todos aquellos que sienten haber alcanzado ya un grado avanzado de comprensión acerca de la vida y que menosprecian algunas ideas publicadas por otras escuelas o grupos espirituales, porque viven de la eterna confrontación de sus recuerdos, de sus conceptos con aquellos presentados por otros grupos, escuelas o libros.
Para todos aquellos que alguna vez se han preguntado: ¿De dónde provienen estas palabras?, ¿de dónde estos conceptos?
Para todos aquellos que se creen con derecho a alegar, porque aún no han entendido que en los caminos que llevan a la realización humana, existen tantas posibilidades como seres humanos viviendo en la Tierra.
Para aquellos que se sienten protegidos bajo el amparo de algún nombre pomposo, de algún grupo internacional, de alguna doctrina milenaria, y en su ignorancia o fanatismo no han aceptado la posibilidad de que el Conocimiento Universal no puede ser propiedad exclusiva de un grupo, de un hombre o de una institución por más respetable que ésta sea.
Para todos aquellos, que no han comprendido aún, que cada ser humano lleva encerrado en sí mismo todo el conocimiento acumulado por los iniciados de todas las épocas, de la misma manera como en sus células van grabados todos los avances y desarrollos alcanzados por la humanidad entera hasta su generación anterior.
Para aquellos que desconocen que en el Inconsciente Colectivo permanecen guardados todos los conceptos y todas las ideas generadas alguna vez por las mentes de todos los hombres que han pisado la Tierra.
Para aquellos que desconocen que cada conciencia humana individual conforma en su conjunto el gran espíritu de la colectividad, el gran espíritu racial, el gran ser que evoluciona como si fuera una sola entidad y que viene simbolizado por el Adam Kadmon de la Kábala Judía.
Para aquellos que aún no se conectan con la conciencia racial y que desconocen por tanto los mecanismos mediante los cuales es posible conectarse tanto con los recuerdos perdidos de la humanidad, como con las esperanzas futuras de la vida.
Para todos aquellos que en su soberbia aún cierran sus ojos negando todo aquello que desconocen, simplemente porque sus ídolos, sean éstos maestros, libros o instituciones, aún no se los han mencionado en sus cursos.
Para todos ellos hablo ahora y establezco estas preguntas:
¿Sabes en verdad quién eres?
¿Has experimentado alguna vez tu contacto con el ser interior?
¿Has podido captar que esos contactos con tu ser interior en realidad son el camino hacia una conciencia mayor?
¿Has aprendido ya que todas las escuelas no son más que guías introductorias que te llevan hasta la verdadera escuela localizada en tu interno?
¿Has aprendido que éstos a los que tú llamas Guías o Maestros no son otra cosa más que hermanos mayores tuyos que han caminado un poco más en el mismo camino que tú sigues y que por más que confíes en ellos tu vida seguirá siendo tuya y las acciones que tomes serán tu responsabilidad?
¿Has aprendido ya a vivir realmente siendo responsable de cada uno de tus actos, sin escudarte en las frases tan comunes de: "lo dijo el Maestro", "lo dice la Biblia" o "lo dice tal o cual iniciado"?
¿Has aprendido ya a captar las inquietudes de este Ser Planetario que se llama Tierra? ¿Has podido captar sus vibraciones? ¿Te has conectado con su voluntad ? ¿Has entendido el proceso por el cual está pasando ahora? ¿Puedes acaso entender la importancia que la humanidad tiene en estos momentos para este Gran Ser llamado Tierra? Y por otra parte: ¿Has podido captar ya el camino que lleva la humanidad?
¿Has sentido en tus meditaciones como el Gran Ser Planetario empieza a despertar de un letargo en que se hallaba sumido desde hacía milenios de años?
¿Has entendido la lucha que se desarrolla actualmente en la conciencia racial, donde se enfrentan por un lado los temerosos que buscan la guerra y por otro los conscientes que buscan la luz?
¿Has visto cómo en los últimos años esta confrontación se va haciendo más encarnizada?
¿Has podido entender que todos los seres de luz que buscan la paz y la armonía en la tierra sin importar cuál sea su grupo, religión o filosofía, forman parte de las células conscientes del Gran Ser Racial?
¿Has entendido que la separatividad entre los grupos, entre las organizaciones, entre las filosofías que buscan exactamente lo mismo, no es más que un espejismo propio de la misma ignorancia de lo seres conscientes?
¿Has podido entender que la competencia que se ha abierto entre ciertos grupos o escuelas nace del mismo temor a enfrentar la verdad en su interior?
¿Has comprendido ya que sin importar cuáles sean los conceptos bajo los cuales se recubren los ideales, son éstos últimos los que realmente importan a la conciencia racial?
¿Puedes ver realmente que las pequeñas diferencias entre grupos, son las que llaman la atención de aquellos pseudo- estudiantes y que por lo tanto restan fuerza a la unidad de la conciencia espiritual de este ser llamado humanidad?
¿Has podido entender la importancia que tiene tu contribución energética para fortalecer los meridianos y paralelos de luz que forman el esqueleto espiritual de esta tierra?
¿Has podido captar la importancia que tienes tú como ser individual, como célula del gran ser llamado humanidad, para que la comunicación se restablezca entre el ser Planetario llamado Tierra y nuestro Logos Solar?
¿Has entendido tu papel como antena cósmica intermediaria entre el Logos planetario y el Logos Solar?
¿Te has visto tú como vehículo activo, obediente y sincero del Gran Logos Planetario?
¿Has entendido el significado oculto de la Parábola del Hijo Pródigo, pero no en tu regreso al Padre, sino en la reintegración completa con tu vehículo físico al cuerpo terrestre, de tu vehículo etérico al cuerpo etérico terrestre, de tu vehículo astral al astral de la humanidad; de tu vehículo mental al cuerpo mental de la humanidad de tu vehículo espiritual al Logos Solar?
Y si todavía eres de los que han podido escalar hasta las más altas cumbres de la Sabiduría Divina, si tus esfuerzos y tu vida han podido traspasar los más altos arcanos que llevan a la amplitud de conciencia y a la unidad con el Logos Planetario, hasta ti llego y te hago estas preguntas:
¿Has entendido tú, cualquiera que sea tu nombre, que no existes en realidad y tan sólo eres Dios trabajando en tus diferentes planos?
¿Has entendido que tu conciencia individual no es más que una extensión de esa Gran Conciencia llamada Dios que mueve al Universo?
¿Has entendido que todos tus apegos, todos tus ocultos orgullos, todos tus evidentes méritos no son más que pequeñas manchitas en tu glorioso vestido, y que has puesto a la conciencia divina trabajando en ti?
¿Entiendes pues, que todo lo que has hecho y todo lo que has podido entender de la magnitud del Universo y de la insignificante vida terrestre, no es más que DIOS mismo manifestándose en tu conciencia individual, y mostrándote la gran herencia que tiene deparada?
Estas palabras son para leerse repetidas veces, escúchenlas, contéstenlas y después háganlas parte de sus meditaciones diarias. No dejen que ninguna de estas preguntas pase desapercibida en su mente, háganlas vuestras y ténganlas siempre presentes en vuestras vidas.
Me despido pero prometo entregar pronto la parte del Plan Cósmico que ha correspondido a este país desarrollar dentro del Plan Divino de la Creación.
Queden en paz, mis bendiciones están en ustedes.