La mayor parte de los proyectos expuestos en museos y galerías son comisionados para ocasiones concretas. Algunos de los contratos entre artistas de Internet y los museos se han concretado en :
Sin embargo, los artistas también han encontrado otras formas de enajenar sus obras inspirados por otros ámbitos de producción.
Parte física de la enajenación de una obra de net art de Rafaël Rozendaal
Clicando sobre la imagen se accede a la web que constituye el trabajo enajenado.
En la barra de título se puede observar el nombre del propietario:
"allen & overy collection"
La mayor resistencia que se encuentra en un artista de este tipo de proyectos a la hora de adquirir su obra es la de la entrega de los archivos fuente.
Hay artistas que no tienen problema en entregarlos como Rozendaal, pero otros escriben sus propios programas para generar diferentes obras; o consideran que el verdadero esfuerzo lo han invertido en la escritura del código y son muy reticentes a entregarlo.
Sin embargo, para las labores de conservación y restauración que una institución (como un museo) está obligada a llevar a cabo por ley con cualquier obra de arte que adquiera, poseer el código fuente del proyecto resulta esencial.
Para solucionar este tipo de conflictos, se puede adoptar un tipo de contrato que ya se usa en el ámbito del software profesional; y que es un sistema de origen anglosajón. Son los contratos de escrow. Consisten en depositar los archivos fuente en una tercera institución de confianza de manera que puedan ser recuperados por el comprador (el museo) en caso de fallecimiento del artista o para evitar la pérdida completa de la obra debido a una inminente obsolescencia o a un fallo informático.
Plataformas en línea para la venta de piezas de netart
En la línea de la normalización del arte de Internet como una forma más de producción artística contemporánea, aparecen incluso plataformas dedicadas en exclusiva a comercializar este tipo de obras artísticas:
"La colección se ofrece para exponer netart como una inversión viable para los coleccionistas serios, estableciendo un mercado de sombra, y demostrar su capacidad para ocultar ganancias ilícitas y transferirlas fácilmente a todo el mundo. Todas las obras se entregan con papeles de procedencia. Todas las ventas son en Bitcoin. El verdadero falsificador se identifica sólo al propietario de la pieza."