Sentido de vida

Sentido de vida - Hipnosis clínica suramérica

Si no encuentras alguien que le dé sentido a tu vida, por lo menos piensa en ese alguien para quien tú eres su sentido de vida. Descubrirás que tu vida sí tiene sentido. No sufras tanto por el 10 que te falta. Alégrate por los 90 que tienes. No hagas como la persona que se quejaba del pequeño imperfecto que el tapete tenía casi imperceptible, en vez de disfrutarlo en el resto de su diáfana extensión. Alégrate por lo que no te duele, alégrate por lo que no te hace falta. Rico no es quien tiene mucho; rico es quien necesita poco. Si piensas que todo está perdido, puedes estar equivocado. Cuando un incendio arrasa el bosque, sólo quedan cenizas y chamizos, pero a los días vemos aparecer nuevamente los verdes retoños, como demostrando que es posible levantarse de la mayor calamidad. Si estáis pasando por un revés económico, habéis sufrido un accidente que te limitó físicamente, o te han diagnosticado una enfermedad incurable, despréndete del pasado y afronta el presente como una nueva etapa de tu vida. Por mucho que caigas, del suelo no pasas. Hellen Keller nació sordomuda y quedó ciega a los 19 meses de edad, pero se superó y destacó como escritora y conferencista, lo que la llevó a estar entre las 50 personas más famosas en los Estados Unidos. Blas de Lezo defendió a Cartagena de los ataques piratas aunque le faltaba una pierna, un brazo y un ojo. Stephen Hawkins, aunque no puede hablar ni caminar, es el mayor genio actual en astronomía.

Meaning of life - Hipnosis Latinamerica

Patricia Restrepo fue una joven cuadripléjica que murió el 29 de junio de 1997 a los 19 años de edad por causa de un tumor en la columna. Tenía 16 años cuando le detectaron esa enfermedad que le causaba fuertes dolores, la fue dejando ciega poco a poco y sin movimiento en las piernas y brazos, reducida por completo a una cama. La simple flema de una gripe fue para ella un duro tormento, pues no tenía fuerzas ni para toser. Además, faltándole unos cuatro meses para morir, mataron a su padre, con quien hacía 8 días antes había estado yo hablándole de aceptar con resignación la enfermedad de su hija como un medio de superación espiritual para todos. En sus diálogos radiaba alegría y optimismo. Sus últimas palabras pueden ayudarte a entender que tú tienes valores, y que puedes alcanzar la meta de tus ideales, si te lo propones. Ella dijo: "No lloren por mí; lloren por la gente mala, que yo he sido buena; lloren con alegría, que yo me voy a descansar. No sufran, luchen, que la vida es muy bonita. Sufrí durante estos tres años, pero había sufrido desde que nací. Y así sufren todos desde que nacen, pero Dios nos hace llevar una vida de acuerdo como la hemos vivido. Yo sé que Dios me dio el don del dolor, y me lo merezco; aprendí de él y lo supe llevar. Sé que sufría, que lloraba y me desesperaba, pero siempre estaba Dios ahí; siempre él me hacía superar todo lo que tenía, y yo tenía fe y nunca renegué de Dios. Yo caminaba, cantaba, movía mis manos, veía, hablaba, podía bailar, reír, gozar, llorar, soñar. Perdí muchas cosas de esas, pero nunca el espíritu. Con él podía caminar, ver, mover mis manos, cantar y hacer todo lo que no podía hacer físicamente. Gracias a Dios. Gracias por todo lo bueno, porque nunca fue nada malo. Te agradezco de todo corazón, y solamente les digo en mi despedida: La vida es una sola palabra: ¡Dios!"