Relato Viaje a IRAN
Viaje del 6 al 14 de Diciembre de 2009
Día 1 – Dubai-Shiraz
Nuestro viaje a Irán puede decirse que empieza en el aeropuerto de Dubai, en la sala de embarque de nuestro vuelo con Iran air de las 20’55 h. a Shiraz. Mientras esperamos, un joven empresario iraní, que está en tránsito proveniente de China, se interesa por el motivo que nos lleva a visitar su país (una pregunta habitual en las conversaciones con iraníes). Él me cuenta sus compras en el país asiático de accesorios para móviles, “a mitad de precio al que conseguiría en Irán”. Nos da su teléfono por si tenemos tiempo mañana de visitar su tienda y tomamos, con un poco de retraso, el vuelo de poco más de una hora a Shiraz. En Irán es media hora menos que en Dubai. Respecto a España, 2’30 h más en invierno.
Nada más entrar en el pequeño aeropuerto, ya vemos la caseta para sacarnos el Visado. Somos los únicos, junto con un ciudadano de los Emiratos, que lo solicitamos (el resto del pasaje parecían iraníes). Tras rellenar un impreso, nos piden y fotocopian nuestros pasaportes para enviarlos por fax (suponemos que a Teheran ¿?). Tenemos que esperar a que le envíen la aprobación. Aprobados, nos da un papel para llevar y pagar los 50 € por pasaporte en una taquilla contigua. Ya con nuestra Visa, en el control de pasaportes (todo está en la misma sala) se les ha escacharrado el lector y tienen que encender otro. Todo muy lento. Parece que los funcionarios tienen más ganas de cháchara que de ser eficientes. Que vayas con un bebé les da igual.
Ya con el sello de entrada queremos cambiar algo en riales para coger un taxi. El banco es la misma taquilla donde se paga el Visado, pero por el otro lado. Le decimos al sujeto para cambiar twenty euros y dice NO con la cabeza, como que no tiene (no habla inglés). Le preguntamos a otro que dónde podemos cambiar, y nos lleva otra vez al banco. Parece ser que el sujeto que está en el banco había entendido ¿200 €?.
Un taxista nos pide 50000 IR para llevarnos a Shiraz. Le regateamos por probar (era tarde y no veíamos ninguno más) y no baja de 40000 IR. Sin tráfico a esa hora, sobre los 15-20 minutos nos deja en el hotel de categoría media que finalmente habíamos elegido: el Eram Hotel . No lo acabamos de recomendar. Habitación grande en el ala nueva, que pedimos ver previamente, y desayuno correcto, pero seguro que en Shiraz hay hoteles con mejor relación calidad-precio. Y ojo con algún empleado de recepción (vimos pasar bastantes en las 3 noches que estuvimos), antipático, e intentando sacarse riales extra: al pagar en la salida intentaba confundirnos que el precio eran 70 $ por noche... cuando le habían dejado la factura hecha con el precio pactado de 60 $ (o sea, 600000 IR por noche).
Día 2 – Shiraz
Día para visitar Shiraz. Empezamos el recorrido desde el hotel siguiendo el Zand Boulevar hasta la ciudadela del Arg-E Karim Khan. Antes de llegar a él, hay varias casas de cambio para aprovisionarse de Riales.
Seguiremos hasta la Masjed-e Vakil, al lado de la entrada del Bazar. Es la primera mezquita iraní que vemos y nos impresiona su arquitectura, tan diferente a las Mezquitas árabes, destacando sus dos iwanes. También tiene un bonito interior.
Ya saliendo de la Mezquita empieza a llover débilmente y aprovechamos para entrar al Bazar-e Vakil, el bazar más famoso de Shiraz y, quizás en algunas partes, con un interior más bonito (o mejor reformado) que los otros dos que vimos después, los de Yazd y Esfahan.
Como no cesa de llover (prácticamente no parará en todo el día, aunque sea débilmente) salimos del Bazar y nos dirigimos hasta la Ahmadi Square, donde se encuentra el Mausoleo Aramgah-e Shah-e Cheragh, uno de los lugares más Sagrados del Chiísmo en Irán. Antes de entrar al recinto donde se encuentra, hay que dejar las mochilas y las cámaras en una caseta, y la mujeres deben pedir un chador. Se entra en dos filas , hombres y mujeres, donde te cachean para comprobar que no entres nada que no debas. Si sólo la entrada al amplio perímetro ya vale la pena, con la bonita fachada de este Mausoleo, la posibilidad de entrar a su sagrado interior (algo impensable en los países árabes) vale mucho la pena. Quizás aún más sobrecogedora es la visión dentro del más pequeño y más envolvente Mausoleo deSayyed Mir Mohammad (en el sudeste del recinto), cuando miles de cristales resplandecían ante los creyentes chiítas postrados y adorando las tumbas de sus reyes. Fue uno de los momentos mágicos del viaje
Seguiremos nuestro recorrido entrando en una escuela Coránica, la Madraseh-ye Khan, pero poco nos impresiona después de la visión de los Mausoleos.
Nuestra próxima visita a la Masjed-e Nasi-ol-Molk la posponemos por estar cerrada de 13’00 a 15’30. Aunque hay un tipo, que habla un poco de inglés, que dice que conoce al que tiene la llave y que lo va a buscar, preferimos visitarla después de comer en su horario de tarde. No se ve ningún restaurante (sigue lloviendo) y valoramos volver al hotel, pero el tipo de antes va preguntando y consigue que abran un restaurante para nosotros (los dueños comían en el interior). Nos dejan la mesa que está junto la estufita y elegimos de la carta el kebab de cordero, que estaría buenísimo. Ya respuestos, nos dirigiremos a la Nasir Mosque, de la que destacaremos sobretodo el bonito y trabajado interior de una de las salas de oración.
Saliendo de la Mezquita, la lluvia no cesa, no falta demasiado para la puesta de sol (en esta época empieza a anochecer sobre las 17’00) y decidimos dar por finalizadas las visitas del día, volviendo con un taxi al hotel.
Para mañana habíamos asegurado un taxi para la visita de Persépolis con el tipo que nos había buscado el restaurante, que había sido correcto y educado en todo momento.
Día 3 – Shiraz - Persépolis - Shiraz
Persépolis, la ciudad antigua más famosa del Imperio Persa, se encuentra sobre una hora en taxi de Shiraz.
La primera impresión que obtuvimos es… qué lastima que quede tan poco en pié. La gate of the nations flanqueada por los enormes caballos alados, que suelen ser la imagen en los libros del arte persa, es quizás el momento más especial de la visita. En el recorrido se pueden ir viendo restos de columnas, bonitos grabados, interesantes figuras… pero los antiguos Palacios hay que imaginárselos. Es recomendable subir al menos a una de las Tumbas que están en la colina, aparte de para observarla de cerca, para tener una amplia perspectiva de lo que fue la antigua Persépolis.
Tras Persépolis, también es muy recomendable la visita de las 4 necrópolis de Naqah-e Rostam, incrustadas en la montaña. La de Darío I es la que tiene las principales figuras esculpidas, pero nos quedamos con la perspectiva de las 4 Tumbas desde la colina de enfrente.
Y nos queda la visita de la cercana Naqsh-s-Rajab, donde se obtiene la visión de varios conjuntos de figuras esculpidas en la roca.
Más alejado de Shiraz se encuentran las ruinas del conjunto de Pasagarda, pero ya habíamos decidido no ir porque las referencias que teníamos es que queda tan poco en pie, que sólo vale la pena para los arqueólogos.
Volvemos a Shiraz y primero aseguramos los billetes de bus para mañana a Yazd ya que hay pocos buses al día. Quedan entre 2 y 3 horas de luz, y aunque varias personas de la ciudad nos habían mencionado los Jardines Eram, e incluso lucía un tímido sol, pensamos que ya cerca del invierno no estarían en su máximo esplendor (¡y tampoco hemos venido a Irán para ver jardines !). Optamos por volver a visitar la zona del Aramgah-e Shah-e Cheragh que nos encantó –hoy con un tiempo mucho más agradable-, para después perdernos por el Bazar-e Vakil, como final de nuestra visita a Shiraz.
Día 4 – Shiraz-Yazd
Paramos un taxi (15000 IR) enfrente del Eram Hotel para ir hasta la Carandish Bus Terminal , para coger nuestro bus de las 10 h. a Yazd. El bus es un auténtico first class: amplísimo espacio entre los asientos (puedes ir casi tumbado) y sólo 3 asientos por fila. Las poco más de 6 horas del trayecto, (incluída parada de una media hora para comer, donde un agradable estudiante me quiso hacer de intérprete para pedir unos kebabs) de excelente carretera se han pasado casi sin darnos cuenta.
Desde el Terminal de Yazd cogeremos un taxi hasta el Orient Hotel, un hotel tradicional situado en la Yazd Old City, con forma de antiguo caravenserai, y buenas vistas a la Jameh Mosque desde su restaurante. Es de los mismos dueños que el más famoso Silk Road Hotel pero más adecuado para familias, según la Lonely.
Ya instalados y aunque ya haya anochecido, tenemos ganas de obtener una primera impresión de Yazd. Saliendo del callejón de entrada al hotel (enfrente está indicado el callejón que va al Silk Road Hotel) ya vemos la altísima silueta de la Jameh Mosque.
Nos gusta su fachada, pero aún más sus exquisitos mosaicos interiores que están muy bien iluminados. A continuación, tomaremos el pulso al Bazar de Yazd, que estaba bastante animado. Por ir hacia una dirección, intentamos llegar hasta el Mehr Hotel, que lo habíamos valorado previamente como opción. Por si puede interesar a alguien, el patio está bastante bien pero la habitación que nos enseñaron (la dejaban a 60 $) era de medidas bastante similar a la nuestra del Orient Hotel. Salimos del Bazar, y estamos cerca del Amir Chakhmaq Complex, que estaba iluminado. En este primer paseo tenemos la sensación que Yazd tiene un ambientillo, aunque sea realmente una ciudad, como más rural respecto a Shiraz.
Queremos atar la excursión de mañana por los alrededores de Yazd. Un tipo se acercó mientras paseábamos, con la cantinela de dónde sois, dónde vais, qué hacéis mañana.. y nos dejó una tarjeta con su teléfono. Él ofrecía la excursión de Meybod, Chak Chak y Kharanak a 55 $ por si estábamos interesados. Volvemos al Orient hotel y no hay nadie en recepción, por lo que me acerco al Silk Road Hotel y, tras preguntarme cuántas personas vamos, me ofrecerán un taxi por 40 $ (el precio orientativo de la Lonely) para la mencionada excursión.
Para cenar, aparte de los restaurantes del Orient y Silk Road Hotel, no vimos cerca (al menos en esta época) ninguna otra posibilidad. La comida no es que nos entusiasmara (parecidos platos en los dos, probamos el fesenjan y la carne de camello, entre otros más habituales) pero la estancia en ambos restaurantes, puedes comer o tomar algo sentado o medio tumbado rodeado de cojines (también en mesa) es agradable.
Día 5 – Yazd-Meybod-Chak Chak-Kharanak-Yazd
Nadie servía el desayuno en el Orient Hotel y tenemos que bajar y despertar al tipo de la recepción para que nos lo prepare. Después pensamos en ir a preguntar al Silk Road Hotel, ya que la calefacción ha estado baja durante la noche (juraría que éramos los únicos huéspedes del hotel) y uno echa en falta esa calefacción a tope característica del país. Efectívamente, en el Silk Road Hotel, sólo entrar al patio el calor te envuelve, y tienen una habitación para nosotros. Son amables, porque incluso nos dicen que podemos tomar hoy el desayuno (que ya habíamos tomado en el Orient).
Empezamos la excursión (el taxista no habla inglés, aunque tampoco lo encontramos necesario). Primero visitaremos Meybod, donde sus casas antiguas de barro parece que tienen al menos 1800 años. Nos gustan, sobretodo, los restos del Narein Castle y la ice house. El caravanserai, que nos parece poco estético,es utilizado para albergar algunas tiendas. Antes de irnos de Meybod pararemos en la restaurada pigeon tower, que en su díafue el hogar de 4000 pájaros, que en ese momento es visitado por un colegio siendo nosotros (sobretodo nuestra pequeña) el centro de atención de los niños y niñas iraníes.Dejamos Meybod, y al rato entramos en un paraje desértico que ya no dejaremos hasta Chak Chak, el centro de peregrinación Zoroastriano más importante de Irán, según la Lonely. Destaca su situación, incrustado en la montaña. El taxi sube un poco la montaña, pero luego hay unas cuantas escaleras hasta llegar al Pir-e-Sabz fire temple, el templo zoroastriano, quizás el único edificio que valga la pena de Chak Chak. Su puerta de entrada es francamente bella. El acceso al templo está cerrado con un candado, pero se acerca lentamente un anciano con la llave para abrirlo. Nos abre sus puertas y nos da vía libre para mirarlo tranquilamente. Al salir, el hombre no dice nada, pero hay que agradecerle su molestia.
Desde Chak Chak, seguiremos viendo más paisajes desérticos, con más montañas que antes. Al rato, llegamos a Kharanaq, quizás lo que nos causó mayor impresión. Un pueblo de barro de más de 1000 años, completamente abandonado. Pasear a solas por sus calles, no sabiendo qué vas a descubrir por uno u otro camino, te motiva a perderte en él. Hay que recorrerlo sin prisas, en cada esquina podemos encontrar algo inesperado
Muy satisfechos con la excursión, volveremos a Yazd. Queda poco más de una hora de luz y nos dirigiremos hasta el ya conocido Amir Chakhmaq Complex, que con el sol de la tarde se resalta su silueta. Desde arriba hay una bonita vista de esta parte de Yazd, divisándose varias torres de viento, características de la ciudad. A continuación, nos perderemos por el Bazar hasta que decidimos volver al Silk Road Hotel. De camino, en la calle que lleva a la Jameh Mosque (cerca de los dos desvíos para ir a los dos hoteles Orient y Silk Road) hay un lugar para conectarse a Internet.
Día 6 – Yazd-Esfahan
Visita de la ciudad vieja de Yazd: Para visitar la Old City de Yazd, de entrada como referencia, va bien el itinerario propuesto por la Lonely. Luego seguro, que en un momento u otro, voluntaria o involuntariamente, nos saldremos de él. Y, entendemos, es un poco el aliciente, perderte por esas calles sin saber qué te vas a encontrar al doblar la esquina. Hasta la Tourist Office seguimos más o menos el itinerario propuesto (hay algunos carteles informando la calle a seguir). Añadiríamos como de interés (aparte de lo señalado en la Lonely) , el Fahadan Hotel Museum, enfrente de la Alexander’s prison, un precioso edificio tradicional reformado, quela chica de recepción amablemente te va enseñando y explicando. También puedes subir a la azotea del hotel para tener una vista de la zona, salpicada por torres de viento. Por supuesto, también ofrece habitaciones. Desde la Tourist Office ya nos decidimos a ir descubriendo nuevos callejones sin ningún rumbo fijo. Destacaremos un edificio donde en lo alto hay la estatua de un león. Por detrás, se puede subir hasta lo alto de la pared, desde donde hay fantásticas vistas de los tejados de la Ciudad Vieja de Yazd.
Tras volver a la Jameh Mosque (una buena referencia, cuando es visible, para situarse en la old city), volveremos al hotel. Decidimos dejar el hotel, y pactar con un taxista (70000 IR) las visitas de los zoroastrian sites (el templo del Ateshkadeh y las Torres del Silencio) y que luego nos deje en el Terminal de buses para salir para Esfahan (buses cada hora), y así aprovechábamos mañana el día entero en Esfahan.
El Ateshkadeh o Templo del Fuego lo vimos desde fuera. El taxista nos llevó primero a una puerta pequeña que hay por detrás pero, tras picar varias veces, nadie vino a abrir la puerta. Por delante, no obstante, puede verse bien la fachada del edificio.
El Dakhmeh-ye Zartoshtiyun o Torres del Silencio son dos colinas sagradas para los zoroastrianos. Hay sendos caminos para subir a las dos. Además, al pie de las colinas hay otros edificios que vale la pena echar una ojeada. Desde aquí hay buenas vistas a las dos colinas. En conjunto encontramos interesante el lugar, diferente a lo que ves en la Old City de Yazd.
El taxista nos deja en el Terminal y parece ser que está a punto de salir un bus para Esfahan (40000 IR). Pagamos los 70000 IR pactados, pero el taxista, señalando en su reloj la hora intenta decirnos que hemos estado mucho rato. En fin, más que exigir ponía cara de pena y le acabamos dando 10000 IR más, con lo que se quedó contento.
El bus a Esfahan no era tan bueno como el que tomamos desde Shiraz, pero era correcto. También te daban un zumo. Llegamos a Esfahan tardando sobre las 5 horas, al Kaveh Terminal. Nos extraña que no haya apenas taxis (es posible que fuera por ser viernes, festivo). El único que hay nos pide unos innegociables 50000 IR para ir hasta el Hasht Behest hotel, cerca de la Imam Square.Es lo que hay.
Nos deja en el Hasht Behest hotel, céntrico, a 5 minutos de la Imam Square, donde nos sorprende gratamente el amplio apartamento de 3 camas que nos dan. Lo único malo a decir del hotel es que en la factura a pagar nos metían el importe de 4 llamadas, cuando sólo habíamos realizado una. Lo dijimos, lo rectificaron y ya está. Para comer cerca (en el hotel te ofrecen platos en la carta sin precio) hay un fast food. Saliendo del hotel, seguir hacia la derecha hasta el cruce de calles. Se ve enfrente.
Día 7 - Esfahan
Esfahan, la ciudad considerada la obra maestra de la arquitectura iraní, la ciudad que en el siglo XVI hacía rimar su nombre con la mitad del mundo (Esfahan nesf-e jahan), es sin duda, una de las más esplondoras del mundo islámico. La entrada a la Imam Square es, a priori, uno de esos momentos que todos esperamos al viajar a Irán. Con estas expectativas, nos habíamos dejado casi 3 días enteros (de finales de otoño), y situado su visita para el final de viaje, no fuera que luego el resto nos supiera a poco.
En nuestro primer día, y a pesar de estar nuestro hotel muy cerca de ella, dejamos la esperada visión de la Plaza Imam para más tarde, e iniciaremos el recorrido del Tour de la Mitad Mundo propuesto por la Lonely, empezando por la Hakim Mosque, que tiene la particularidad de ser la Mezquita más antigua de Esfahan. Luego iniciamos un tranquilo y largo paseo por el Bazar-e Bozorg, que luego se intercomunica con más y más calles de Bazar. Todas estas calles del bazar son utilizadas constantemente como lugar de paso por las motos, siendo un poco molesto. Al cabo de un buen rato, vemos a lo lejos la cúpula de la Jameh Mosque, a la que, tras cruzar como podemos la Abdolrazagh st (que estaba completamente levantada por obras), llegamos tras entrar en otra parte del Bazar.
La Jameh Mosque merece la pena verla con tranquilidad. No sólo los diferentes iwanes, sino también las diferentes estancias que se pueden visitar. Entre las 11 y las 13 horas el acceso a estas estancias puede estar cerrado, no así el acceso al patio de la Mezquita, que es utilizado como lugar de paso por los iraníes. En la visita coincidimos con un grupo de estudiantes a los que llamamos mucho la atención (sobretodo la pequeña) que nos hicieron las habituales preguntas (Te gusta Esfahan?, Por qué te gusta?, Cómo se llama la baby?).
Tras dejar la Mezquita bajamos por otra calle del Bazar hasta llegar a la calle en obras y vemos una tienda que vende unas pastas recién hechas buenísimas y baratísimas (entre 1000 y 1500 IR por pieza). Tras reponer fuerzas, nuestra intención inicial era seguir el recorrido de la Lonely hacia el Minarete de la Mezquita de Ali, pero tras preguntar a un par de personas (que no nos debieron entender) por el Manar-e Masjed-e Ali y seguir la dirección que nos señalan, veremos en la distancia sobresalir un Minarete. Vamos hacia él, pasaremos por una bonita Mezquita que no situamos en el plano de la guía, y al llegar ya nos damos cuenta que no debe ser el Minarete que buscamos (está en una plazoleta rodeado de calles adoquinadas y muy tranquilas) y que nos habremos salido bastante del plano de la Lonely (curiosamente, este Minarete era un calco al que hay en la Mezquita de Alí que sí veremos el último día).
Decidimos salir a una calle transitada y coger un taxi para que nos lleve al momento más esperado del día, hasta la Imam Square. Por el camino vemos como ha habido un pequeño choque entre un taxista y una conductora mujer y éstos discuten acaloradamente (como echándose la culpa mutuamente). Nuestro taxista, que no ha visto el choque, para, y sale a tomar partidoen la discusón uniéndose al compañero. Tras desahogarse todos durante unos minutos, suben a sus coches y contínuan camino.
Nos deja junto a la Imam Square. Llega el momento esperado, entramos en la enorme plaza, nos dirigimos a su centro y la contemplamos, intentando situar sus principales puntos de interés. Quizás como primera impresión, con las expectativas tan altas, su visión no sea tan envolvente como nos habíamos imaginado. Seguramente, las grandes dimensiones de la Plaza pueden tener algo que ver.
La visita con tranquilidad de todo lo interesante de la Plaza la haríamos mañana, pero queremos buscar algún sitio cerca para comer y beber algo. Elegiremos la Azadegan Teahouse, que nos costaba encontrarla y un tipo que había entablado conversación con nosotros nos llevó hasta ella. El lugar tiene mucho encanto. Aparte de los antiguos objetos colgados de sus paredes, se veía a jóvenes iraníes en su ambiente, fumando o tomando té. Nosotros quisimos probar el Abgusht (denominado dizi), una comida muy popular (y muy densa) en Irán, para acabar con un té. El tipo que nos había llevado (que hablaba muy bién inglés) se había quedado voluntariamente con nosotros (le ofrecimos un té que rechazó). Nos fue contando cosas de Irán, de cómo comer el dizi, de lo guapas que eran las españolas, y ya cuando íbamos acabando fue llevando la conversación sobre el mejor lugar para comprar alfombras hechas a mano. Era evidente que era un comisionista buscando presas. Como queríamos dejar las compras para el último día nos despedimos cordialmente de él. De hecho, los otros dos días que paseamos en algún momento por la Plaza siempre se acabó acercando algún sujeto con el mismo objetivo.
Volveremos al hotel, saliendo de la Plaza por la Sepah St donde hay varios sitios para cambiar Riales, y ya habiendo anochecido daremos un paseo hasta el Si-o-Seh bridge. Hay una gran cantidad de gente por estas calles a esta hora. De camino pasamos y entramos en el lujoso Abbasi hotel, un antiguo caravenserai del siglo XVII, que merece la pena echar una ojeada a su bonito patio. Llegamos al Pol-e Si-o-Seh y está vistosamente iluminado y también muy concurrido. Mañana volveríamos seguramente para verlo con luz, cruzarlo y seguir hasta el Barrio armenio de Jolfa.
Día 8 - Esfahan
Hoy empezaremos visitando con tranquilidad los diferentes puntos de interés de la Imam Square.El complejo de la Imam Mosque es la joya de la corona. Si ya impresiona su imponente Portal de Entrada, su interior nos mostrará el más extenso conjunto de mosaicos y azulejos de todo Irán. Hay que verlo para poderlo imaginar. Y si los mosaicos de esta Mezquita impresionan por su grandeza, los de la Sheikh Lotfollah Mosque, aunque en un número más reducido, quizás sean aún más finos y bellos. Frente a esta Mezquita, en el lado opuesto de la Plaza, está el Ali Qapu Palace al que recomendamos subir por sus bonitas pinturas de las plantas de arriba y por sus excelentes vistas de la Plaza, de la Sheikh Lotfollah Mosque frente a él, y de la Imam Mosque a la derecha.
Saldremos de la Plaza para visitar el cercano y también interesante Chehel Sotun Palace. Primero se observa su fachada reflejada en el estanque frente a él, con jardines a ambos lados. El acceso al Palacio se hace por el imponente Gran Hall, que nos conducirá a más bonitos frescos en su interior.
Ahora nos dirigiremos al Zayandeh River, para volver a ver el Si-o-Seh bridge, ahora con la luz del día. Cruzaremos sus 298 metros para acceder al otro lado del río y llegar hasta el Barrio Armenio de Jolfa. Nos gusta el contraste de las gentes que vemos, de alguna tienda con cierto estilo occidental, del más respeto de los conductores en los pasos de peatones, de encontrar un lugar para tomarse un café a media tarde; y, por supuesto, de las Iglesias Armenias que vemos, destacando sobretodo la Vank Cathedral, con las maravillosas pinturas de su interior; y de su Museo adyacente, nos fijamos en unos mosaicos, tan populares en las Mezquitas iranís, pero estos tenían los grabados cristianos. Bonita sintonía de culturas y religiones.
Desde el Barrio de Jolfa, continuaremos por la otra orilla del río, pasando el estrecho Chubi Bridge y llegando hasta el Khaju Bridge, quizás el puente más bonito de Esfahan. Tiene dos niveles de arcadas y un pequeño pabellón en el Centro. Cruzando sus 110 metros pasamos a nuestra orilla y, ya anocheciendo, volveremos tranquilamente a nuestro hotel.
Día 9 – Esfahan-Dubai
Teníamos buena parte del día para seguir disfrutando de Esfahan, ya que nuestro vuelo a Dubai no salía hasta las 18’00 h.
Decidimos volver a la Imam Square para salir de ella por el Qeysarieh Portal y adentrarnos por el inmenso Bazar-e Bozorg con la intención de llegar hasta el Minaret of the Mosque of Ali. Vamos pasando infinidad de tiendas y cuando ya intuímos que debemos estar cerca, preguntamos. Parece que nos entienden y nos señalan que cuando veamos algo en el suelo, a la derecha. Seguimos un poco más, vemos una alcantarilla (¿será esta la señal?), giramos a la derecha, salimos como del Bazar, hay una especie de pequeño mercadillo que lo pasamos, y sí, ahí estaba el Manar-e Masjed-e Ali, con una forma y unos dibujos muy parecidos al Minarete que habíamos visto el primer día en otro lugar. También es interesante entrar, está enfrente, al Mausoleum of Harun Vilayet, donde destacan nada más entrar dos grandes mosaicos de Khomeini y Khamenei. También entramos dentro del interior sagrado del Mausoleo. Está lejos de la suntuosidad del que entramos en Shiraz, pero aunque sea a pequeña escala, también se ve la adoración de los creyentes a la tumba. Volveremos al Bazar, tras echar un vistazo al Mercadillo, y acabaremos volviendo por otras calles del Bazar a la Imam Square.
Resto del día para compras y para conectarnos por Internet en la Central Library, al final de la Hasht Behesth st, donde hay muchos terminales disponibles en su planta de abajo.
Desde nuestro hotel, poco más de las 16’00 h, tomaremos un taxi hasta el aeropuerto de Esfahan. Hay poco tráfico pero el trayecto dura un poco más de la media hora. Embarcaremos sin novedad en nuestro vuelo de hora y media a Dubai, que pone punto final a este corto pero intenso viaje a Irán, alrededor de su Triángulo Histórico.
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