Viaje al Norte de Etiopia 

Viaje del  5  al  20 de Abril de 2004 

Dia 1: BCN-FRA-Addis Abeba

Dia 2: Addis Abeba

Dia 3: Addis-Debre Libanos-Addis

Dia 4: Addis-Dessie

Dia 5: Dessie-Lalibela

Dia 6: Lalibela

Dia 7: Lalibela-Asheton-Nakuta La’ab-Lalibela

Dia 8: Lalibela-Gondar

Dia 9: Gondar

Dia 10: Gondar-Kosoye-Gondar

Dia 11: Gondar-Bahar Dar-Lake Tana-Bahar Dar

Dia 12: Bahar Dar-Blue Nile Falls-Bahar Dar

Dia 13: Bahar Dar-Addis Abeba

Dia 14: Addis-Debre Zeyit-Addis

Dia 15: Addis…

Dia 16: FRA-BCN  

R E S U M E N   del  V I A J E

 Etiopía puede ser uno de los países más pobres del mundo, pero en pocos: me he sentido tan seguro paseando por sus calles y caminos,  he notado un fervor tan religioso como en Lalibela, he conocido una gente tan amistosa y tan orgullosa de su historia y de no haber sido nunca colonizada, he visto un paisaje con un  verde tan intenso como en su parte Norte, y en ninguno, un país tan virgen turísticamente hablando con sólo salirte unos metros de sus lugares de visita obligada.  Por todo ello, este viaje de dos semanas por el Norte de Etiopía, coincidiendo con la celebración de su Semana Santa en Lalibela, es uno de los más intensos y más especiales de todos los realizados. 

Tras un primer día de conocer los puntos más interesante de su capital, Addis Abeba, tomaremos un bus dirección Fiche para bajarnos en el desvío que conduce al Monasterio de Debre Libanos. Por el camino de unos 4 km. hasta el Monasterio, el paisaje es muy bonito, nos cruzamos con numerosa gente cargando sus bultos, disfrutamos de un Día de Mercado -foto izquierda- de las aldeas de la zona, donde éramos el único blanco y todo el mundo nos miraba con curiosidad y respeto. Seguimos caminando y llegamos finalmente al Monasterio.

Para volver al desvío, esperamos que salga el transporte hasta el cruce. En él conocemos  a un chico que nos dice, que cerca del desvío hay un sitio donde pueden verse numerosos Gelada Baboons, un mono  endémico que vive en algunas partes del Norte de Etiopía. Le creemos y así es, caminamos un poco y vimos y observamos un grupo bastante numeroso. Para volver, en el desvío, paramos el primer bus que fuera en dirección a Addis Abeba.

El siguiente objetivo es la visita de Lalibela, con el añadido de la celebración de Su Semana Santa. Debido a este evento, los aviones van llenos y tocará ir en bus. El primer día, el bus llega hasta Dessie. Por el camino, mucha gente andando en la carretera, con sus animales, sus vestidos. El paisaje increíblemente verde y precisoso. En su segundo día, tras pasar Woldia, la carretera -ya más bien camino- cruza las montañas y el paisaje, mucho más seco, cambia completamente. Paramos en las diferentes aldeas, llegando finalmente a Lalibela. Las Iglesias excavadas en la roca de Lalibela son Patrimonio de la Humanidad y nada tienen que envidiar a ninguna maravilla del mundo. Impresionarse con su Grupo Sudeste, perderse explorando su Grupo Noroeste, o contemplar su Iglesia más famosa, la maravillosa Bet Giorgis, justificarían por sí solo un viaje a Etiopía. Cada día, a partir de las 6 am, en su Grupo Sudeste, puede notarse el fervor religioso de sus gentes, con sus oraciones, leyendo la Biblia... Y en la noche principal de Su Semana Santa, ese sentimiento multiplicado.  Al día siguiente, queremos subir hasta el Monasterio Asheton Maryam, situado en un acantilado a casi 4000 metros. Es muy popular apuntarse a la clásica excursión en mulas, pero no cuesta demasiado subir a pie –Lalibela ya está a unos 2600 metros- y preferimos caminar. Al inicio de la subida, un chico –vamos, un guía- se ofrece a acompañarnos y luego, desde allí, bajar por otro camino hasta el Monasterio de Nakuta La’ab. Durante la  excursión pasaros por diferentes aldeas compuestas por las típicas chozas africanas donde somos el centro de atención. La excursión nos ha gustado tanto que le damos al guía casi el doble de lo pactado, dándonos repetidamente las gracias.   


Tomaremos un avión de 25 minutos -serían  2 días en bus- hasta Gondar. El techo más fotografiado de Etiopía, el de la Iglesia Debre Birhan Selassie -foto derecha-, no puede dejar a nadie indiferente. Explorar a tu aire su Conjunto Real, sobretodo el Castillo de Fasilidas, -foto izquierda- también es muy gratificante. Menos impactante nos pareció el Fasilidas’ Pool  y el, un poco turístico, Felasha village.

No tenemos suficientes días para explorar las Montañas Simien, pero al menos queremos ver un atisbo de ellas. Tomaremos un bus hacia Debark, bajándonos en Kosoye. Desde aquí pueden divisarse estas espectaculares montañas. Un chico de Kosoye se ofrece a acompañarnos para recorrer la zona y buscar más   Gelada Baboons. Vemos un grupo a lo lejos y nos dirigimos hacia ellos, pero no dejan alcanzarse. Es curioso como de vez en cuando se van dejando ver para que los puedas seguir. Están jugando con nosotros y nos hace gracia. Por el camino, niños pastores que nos han visto vienen hacia nosotros para acompañarnos sin dejar de mirarnos asombrados.

Para volver a Gondar, todos los autobuses van llenos y no paran, pero un 4x4 que llevaba unos turistas al ver un blanco se para y nos lleva hasta Gondar.

 

Al día siguiente tomaremos un bus hasta Bahar Dar. Una excursión en barca por el Lago Tana admirando las maravillosas pinturas en algunos de sus monasterios es obligado. También llegaremos con la barca al lugar donde el Nilo Azul empieza su recorrido partiendo del Lago Tana.

Otra visita interesante por la zona es llegar hasta las famosas cataratas del Nilo Azul. Actualmente, desde la construcción de la presa, ya no son tan espectaculares, pero sólo el viaje -hay varias salidas de autobus hasta el poblado cercano de Tis Abbey- y el paisaje alrededor de ellas ya nos valieron la pena. Ya de vuelta a Bahar Dar, alquilamos una bicicleta para llegarnos hasta el Blue Nile Springs Hotel y la Bezawit Hill. Recordamos haber visto hipopótamos en el río.

 

Para volver a Addis, podemos conseguir plaza en un autobús privado. Así llegamos en un día. Por bus local, hasta que no estuviera asfaltada toda la carretera, eran dos días.

Ya de nuevo en Addis Abbeba, tomaremos un bus hasta Debre Zeyit. Aquí pactamos con el conductor de un gari  -un carro tirado por un caballo- que nos lleve a los diferentes Lagos-Cráter -foto izquierda- de la zona. La excursión es muy relajada y muy bonita.En el último día nos centramos en el inmenso Merkato de Addis para las últimas compras. Por la noche, hay que tomar el vuelo de regreso a Barcelona, vía Frankfurt, prometiendo volver a este maravilloso país.   

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