Selección de textos del "Libro de las maravillas"

Prólogo:

En este libro entiendo dar a conocer cosas grandes e maravillosas del mundo, especialmente de las partes de Armenia e Persia e India e Tartaria e de muchas otras provincias, las quales se contarán en esta obra como las vi yo, Marco Polo, noble ciudadano veneciano: e aquello que no vide, úve por relación de hombres sabios y dignos de fe. Pero lo que vide, cuento como de vista, e lo que supe por otros, como de oýda, porque toda la narración sea fiel e verdadera, ca mi intención es no escrevir cosa que no sea muy cierta; hago saber a todos que, después del nacimiento de nuestro Señor Jesuchristo, no fue hombre pagano ni christiano que tantas y tan diversas y maravillosas cosas alcançasse a saber como yo; e quise tomar este trabajo de escrevir las cosas que avia visto e oýdo porque me pareciera villanía no manifestallas. E por mejor información de quien esto leyere o oyere, ha de saber que yo estuve y anduve en las provincias de yuso escritas, viendo las cosas que contaré, veynte y seys años; e las hize escrevir a micer Eustachio de Pisa el año del Señor de mil e dozientos e noventa e ocho años, estando él e yo presos en Génova”

Capítulo Quarenta y Dos: Del comienço del Señorío de los Tártaros e de muchas cosas maravillosas y estrañas.

Después de la muerte d’este Chenchis fue señor de los tártaros uno que llamavan Can, y este fue el primero llamado emperador e Gran Can; e tras este reynó Bath Can; y el quarto se llamó Chenchis Can; y el quinto Cublay Can, el qual reyna agora. Este Cublay Can es el mayor e más poderoso que ante fuesen sus antecessores; y entre christianos e moros no áy príncipe de tan gran poder; y esto veréis claro por lo que adelante se dirá.

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La vida de los tártaros es esta: en el invierno moran en los campos llanos callentes e de buenos pastos para sus animales, y en el verano en los montes e arboledas e lugares frescos; e hazen casas redondas de madera e cúbrenlas con fieltros, y estas casas llevan consigo doquiera que van; e siempre ponen la puerta de la casa que assientan do van en el verano hazia mediodía y en el invierno hazia septentrión. Estos tártaros tienen carretas cubiertas de feltros negros tan fuertes que nunca passa el agua, e sobre estas carretas llevan sus mujeres e hijos e familias; y estas carretas tiran sus camellos. Las mugeres de los tártaros compran e venden todo lo que es menester para su casa, e sus maridos ningún cuidado tienen de su casa, mas entienden en caçar e guerrear. Comen de toda carne e beven leche de todo animal, e de yeguas; ítem los tártaros pueden tomar quantas mugeres quieren, e las mugeres dan la dote a los maridos; e pueden por mujer parienta en cualquier grado, pero honran la primera sobre todas las otras, e guárdanse de usar con las mugeres de los otros. E quando muere el padre, el hijo mayor toma por mujer a su madrastra; e quando el hermano, el hermano que viene tras el toma la cuñada por mujer; e hazen con mucha solenidad grandes fiestas e bodas.

Capítulo Cincuenta e Cinco: De la gran ciudad llamada Cambalu e de todas las Bellas e Maravillosas cosas que se hazen en el Señorio del Gran Can.

Aún os quiero contar de la magnifica e muy noble ciudad llamada Cambalu, la qual está en la provincia del Cathayo. Esta ciudad tiene veynte y quatro millas alrededor; es quadrada y en cada quarto tiene seys millas alrededor de muro fortíssimo del xx pasos en alto, e almenado de almenas de tres passos; los dichos muros son anchos de cinco passos; y encima de cada canto o esquina de aquel muro áy un palacio muy bello e grande, e en todos estos palacios junto al muro está mucha gente deputada a la guardia de la cibdad, y en aquellos palacios áy armas de toda manera e guarnición para guarda y defensa de la cibdad. Las calles d’esta cibdad son derechas a filo, de suerte que del un cabo al otro ven el huego. En esta cibdad áy muy bellas casas e palacios, y en medio d’ella áy un grande e maravilloso e bello palacio en el qual áy una gran torre sobre la qual áy una gran campana e, quando la haze tañer tres vezes, ninguno osa andar por la cibdad sino las guardas deputadas para guardar la cibdad e las amas que crían los niños que nacen e los médicos que van a visitar los enfermos, y estos no osan yr sin lumbre. Sobre cada puerta están de noche mil hombres, no porque tienen enemigos, mas para obviar a los ladrones e furtos que muchas vezes se hacen en la cibdad; y esta gran guarda haze hazer el Gran Can por conservación de sus súbditos, que no querría que persona le hiziesse daño.

Hojea el Libro de las maravillas (Biblioteca Nacional de Francia)

Hoja iluminada del Libro de las maravillas que muestra a Marco Polo y al Gran Khan