Testimonio

Kungur. Abril de 2008.

Siempre recordaré aquel recorrido en el monovolumen de Pasha con Natasha, la traductora, mi marido y yo. Era un viaje largo, eterno.... la emoción, los nervios, el miedo, las miles de preguntas en nuestras cabezas..... solo teníamos una foto y un informe. Y en inos minutos le conoceríamos.

Recuerdo que aquél día había mercado en Kungur. Cerca del Puente vimos puestos de comida y ropa y con curiosidad observé las gentes del lugar.

Es un pueblo humilde y como la nieve se había deshecho esa semana, las calles sin asfaltar estaban enfangadas. Recuerdo que para llegar a la casa cuna debíamos cruzar cada día un puente. A partir de ese día sabía que despues del puente la casa cuna estaba a unos pocos minutos en coche.

Cuando llegamos lo primero que vimos fue un parque que hay delante de la puerta de la casa cuna. Allí juegan y pasean los niños que esperan a sus papas... subimos las escaleras y entramos en un Hall bastante grande. Lo que primero impacta es un olor muy característico. Es una mezcla de legía y comida a la vez. Era un olor penetrante.

Subimos por unas escaleras con las paredes pintadas de azul. De camino al despacho de la Directora, Olga, vimos una habitación con un piano y un caballo de madera. Lo recuerdo bien, pues en los próximos días íbamos a pasar muchas horas allí.....

El despacho de Olga es bien pequeño. Ella enseguida nos recibió con una amplia sonrisa. Qué encantadora es!!! fue una sorpresa gratificante. Entonces, tras las presentaciones empezó a leernos el informe de Àlex..... cuando terminó nos preguntó "tenéis alguna pregunta que hacerme"?. En aquél momento recordé que nos había dicho la traductora, que además de directora, Olga es también médico. Así que le dije a la traductora que le preguntaba que qué pensaba ella como médico del estado del niño, y cómo veía ella al niño. Olga sonrió y nos dijo "Àlex está bien. Esta adopción la veo positiva". Eso nos tranquilozó TANTO.... Entonces nos preguntó si queríamos conocerlo, y ambos dijimos "SI SI , DA , DA !!!".... Mientras la traductora y la Directora estaban enfrascadas en una conversación que parecía muy animada (luego supe que hablaban de las vacaciones), oí como alguien se acercaba al despacho. Sabía que sería una cuidadora que traía a Àlex. Y sin más, por la puerta apareció una cuidadora con un bebé de 10 meses precioso en brazos.... nos pusimos de pié y creo que eso le asustó. Yo quería cogerlo, pero la cuidadora no hacía ningún gesto en entregármelo. Entonces la directora dijo que fuéramos a una de las habitaciones de juegos.

Una vez allí, la cuidadora y la traductora empezaron a decirle cosas a Àlex. Supongo que intentaban tranquilizarle, aunque él no parecía asustado, simplemente se le veía.... expectante. Por fin me dejaron cogerlo en brazos. Recuerdo que era un "saco de patatas". Se notaba que no tenía costumbre de estar mucho en brazos, y eso que aun no caminaba.... no tenía el instinto de agarrarse al cuello, simplemente se dejaba ir..... de hecho, en los tres siguientes días que le visitamos SOLO QUERÍA ESTAR EN BRAZOS. También recuerdo su olor. era ese olor penetrante de la casa cuna. La ropa, el pelo, todo olía así. A legía y comida.Nos dejaron toda la mañana con él. La traductora se fue con Olga y estuvimos los tres solos en una habitación durante un par de horas. Incluso le dimos de comer, y a la hora de la siesta se lo llevaron. Podíamos volver a verle al día siguiente.

Y así fue. Durante tres días fuimos a visitarle. No hubo muchas reacciones de afecto en aquellos tres días de él hacia nosotros. Ni tampoco puedo decir que "desde el momento que le vi sentí que era mi hijo"... porque no fue así. Nos pasamos los tres días mirándole, haciéndole fotos y dándole cariño, pero al mismo tiempo, evaluábamos si tenía algun problema físico o mental.. Queríamos estar seguros.

Despedirnos el último día fue duro. Sabíamos que tardaríamos un mes o dos en volver al Juicio. Y aunque el vínculo verdadadero no se produce hasta que llegas a casa con el día a día, si te vas con una sensación de abandono. De impotencia. Pero sabíamos que estaría bien.

Al cabo de un mes y medio volvimos para el juicio. Otra vez aquel viaje hasta la casa Kuna, otra vez aquel olor al entrar y otra vez esperando verle..... cuando llegó no me podía creer cómo había cambiado!!! había sufrido una bronquitis, por lo que estaba más delgado, más decaído. Cuando nos vió no sonrió, ni se tiró a nuestros brazos, pero si durante el viaje de asignación NO HUBO NI UNA SOLA SONRISA EN SU BOCA, no tardó ni diez minutos en reírse con nuestros juegos. Nos explicó la cuidadora que eso lo solían hacer..... En el viaje del juicio ya nos dejaban salir al patio a jugar con él. Eso fue ideal!!!

Recuerdo que cuando fuimos a recogerlo, yo llevaba ropa limpia y nueva. Y entonces mi alma cayó al suelo cuando le desnudé. Tenía la piel con muchos granitos (según ellos dermatitis atópica, según mi pediatra, sarna), y un pañal con un montón de trapos dentro (imaginé que lo hacían para cambiarles el pañal lo menos posible), y lógicamente el culito irritado. Eso me recordó la gran realidad..... es una casa cuna. Y aunque les traten bien, puedan jugar, correr en el parque y escuchar música en la sala del piano, no disponen de medios para comprar cremas, pañales ni geles de baño. Por eso compramos en Perm toda una maleta de productos y se la llevamos el último día y me sentí idiota por haberles dado una maleta llena de ropa y juguetes que traía en España.... eso es lo que más tienen, ropa y juguetes!.

En fin. Hoy miro fotos de Kungur, y sonrío. De hecho he vuelto allí en mi segunda adopción a visitar con Àlex que ahora tiene cinco años a visitar la casa cuna y ha sido una experiencia muy enriquecedora, para Àlex, y para nosotros. Ese sitio forma parte de su historia, y por lo tanto, también de la nuestra.

Por eso, Kungur y Perm siempre estará en nuestros corazones.