Reyes capetos que tuvieron éxito desde 987 hasta 1328

La dinastía de los Capetos es la tercera dinastía en Francia, después de los merovingios y los carolingios. Sus orígenes se remontan a los condes de Wormsgau y Oberrheingau. Son los antepasados de Robert le Fort, conde de Tours y Anjou, missus dominicus designado por Carlos II el Calvo (rey de los francos de 840 a 877). Hugues I Capet , el primer rey de los Capetos, provenía de los Robertiens (descendientes de Robert le Fort). La dinastía toma su nombre del apodo que tenía Hugo I, Capeto.

La dinastía de los Capetos, que estableció el carácter hereditario de la monarquía, se esforzó por desarrollar el dominio real, modernizar la administración y las instituciones y dar poder real al reino de Francia. De hecho, a través de una sucesión de matrimonios y conquistas, el dominio real creció: el rey de Francia Philippe II Auguste se apoderó de muchos territorios (Maine, Normandía, Anjou, Artois, 'Auvergne, Berry y Touraine) que pertenecían a Inglaterra, de los cuales John Lackland era el rey. Por el matrimonio de Alfonso de Francia, hermano de Luis IX (San Luis), con Juana de Toulouse, heredera del condado de Toulouse, el condado volvió al dominio real en 1271. Asimismo, en 1284,con Jeanne Ière de Navarre, hija heredera del rey de Navarra (bajo el nombre de Henri Ier) y conde de Champagne (bajo el nombre de Henri III) permitió a Francia obtener Champagne. La modernización del país se basa en un ejército regular así como en el aumento de los ingresos fiscales. Así, el feudalismo (prerrogativas, derechos feudales, vasallaje, etc.) quedó asegurado durante todo el reinado de los Capetos directos. Philippe II Auguste también ordenó pavimentar las principales calles de París.

En 1328, la muerte de Carlos IV el Bel sin sucesor masculino extinguió la línea de los Capetos directos. A partir de entonces, serán los Valois los que reinarán sobre Francia, hasta 1589.