ORACIÓN CEMENTERIO
"RESPONSO EN EL CEMENTERIO”
"RESPONSO EN EL CEMENTERIO”
V/. En el nombre del Padre + y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/. Amén.
Todos unidos, formando un solo cuerpo
un pueblo que en la Pascua nació.
Miembros de Cristo, en sangre redimidos
IGLESIA PEREGRINA DE DIOS.
Vive en nosotros la fuerza del Espíritu
que el Hijo desde el Padre envió.
Él nos empuja, nos guía y alienta
IGLESIA PEREGRINA DE DIOS.
SOMOS EN LA TIERRA,
SEMILLA DE OTROS REINO
SOMOS TESTIMONIO DE AMOR.
PAZ PARA LAS GUERRAS,
Y LUZ ENTRE LAS SOMBRAS
IGLESIA PEREGRINA DE DIOS (2)
Rugen tormentas y a veces nuestra barca,
parece que ha perdido el timón.
Miras con miedo, no tienes confianza
IGLESIA PEREGRINA DE DIOS.
Una esperanza nos llena de alegría;
presencia que el Señor prometió.
Vamos cantando, Él viene con nosotros.
IGLESIA PEREGRINA DE DIOS.
Todos nacidos en un solo bautismo,
unidos en la misma comunión.
todos viviendo en una misma casa
IGLESIA PEREGRINA DE DIOS.
Todos prendidos en una misma suerte,
ligados a una misma salvación.
Somos un cuerpo y Cristo es la cabeza,
IGLESIA PEREGRINA DE DIOS.
MONICIÓN
Queridos hermanos: nos encontramos hoy en este cementerio de Nanclares de la Oca, para recordar a nuestros hermanos que murieron en la paz de Cristo y confiarlos con fe y esperanza, al amor de Dios Padre Misericordioso. Ya que por el bautismo fueron incorporados a la Iglesia, la familia de Cristo y, unidos a nuestra comunidad menesiana participaron asiduamente en la mesa del Señor; pidamos, pues, ahora a Dios que los creó, los alegre también en el banquete de su Reino y puedan así gozar con los santos y elegidos de los premios eternos.
Yo soy la resurrección y la vida –dice el Señor–; quien cree en Mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo el que vive y cree en Mí no morirá para siempre. (cfr. Juan 11, 25-26)
V/. Vengan en su ayuda, Santos de Dios; salgan a su encuentro, Ángeles del Señor.
R/. Reciban sus almas, y preséntenlas al Altísimo.
V/. Cristo que te llamó, te reciba y los Ángeles te conduzcan al regazo de Abraham.
R/. Reciban sus almas, y preséntenlas al Altísimo.
V/. Concédeles, Señor, el descanso eterno y brillen para ellos la luz perpetua.
R/. Reciban sus almas, y preséntenlas al Altísimo.
OREMOS
Autor de la vida, acuérdate de nuestros hermanos que, confiando en ti, han ido a su descanso eterno; y, ya que este primer mundo acabó para ellos, alégralos ahora en tu paraíso, donde ya no hay llanto ni luto ni dolor, sino paz y alegría con tu Hijo Unigénito y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. R/. Amén.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
Lectura del santo Evangelio según San Juan (6,37-40)
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: – «Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día». Palabra del Señor.
Salmo responsorial (Sal 26)
R/. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R/. El Señor…
Una cosa pido al Señor, y eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por todos los días de mi vida;
gozando de la dulzura del Señor, contemplando su Templo. R/. El Señor…
Él me protegerá en su Casa el día del peligro;
y así levantaré mi cabeza sobre el enemigo que me cerca; R/. El Señor…
En su Casa haré sacrificios de alabanza,
y cantaré y tocaré para el Señor. R/. El Señor…
PRECES
Hacia ti, Señor, levantamos nuestros ojos; contempla, Señor nuestra tristeza, fortalece nuestra fe y concede a nuestros hermanos difuntos el descanso eterno.
A cada invocación responderemos: Escúchanos, Señor, y ten piedad.
Tú que resucitaste a los muertos, concede la vida eterna nuestros hermanos. R/. Escúchanos, Señor…
Tú que desde la cruz prometiste el paraíso al buen ladrón, acoge a nuestros hermanos en tu reino. R/. Escúchanos, Señor…
Tú que experimentaste el dolor de la muerte y resucitaste gloriosamente del sepulcro, concede a nuestros hermanos la vida feliz de la resurrección. R/. Escúchanos, Señor…
Tú que lloraste ante la tumba de tu amigo Lázaro, dígnate enjugar las lágrimas de quienes lloramos la muerte de nuestros hermanos. R/. Escúchanos, Señor…
Padre nuestro, Ave María, Gloria al Padre.
V/. Señor ten piedad, R/. Señor ten piedad.
V/. Cristo ten piedad, R/. Cristo ten piedad.
V/. Señor ten piedad, R/. Señor ten piedad.
V/ . Libra, Señor, su alma (sus almas).
R/. De las penas del purgatorio.
V/. Descanse(n) en paz.
R/. Amén.
V/. Señor, escucha nuestra oración.
R/. Y llegue a Ti nuestro clamor.
V/. El Señor esté con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
OREMOS
Escucha, Señor, nuestras súplicas y haz que tus siervos, que han salido de este mundo, perdonados de sus pecados y libres de toda pena, gocen junto a ti la vida inmortal; y, cuando llegue el gran día de la resurrección y del premio, colócalos entre tus santos y elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.
Por todos los fieles difuntos: Oh Dios, Creador y Redentor de todos los fieles, concede a las almas de tus siervos y siervas el perdón de todos los pecados, para que consigan por nuestras piadosas súplicas la indulgencia que siempre desearon. Por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.
V/. Dales, Señor, + el descanso eterno.
R/. Y brille para ellos la luz perpetua.
V/. Descansen en paz.
R/. Así sea.
V/. Sus almas y las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.
R/. Amén.
V/. Pueden ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.