Día 31 de julio 2024 – Eucaristía - Miércoles
SALUDO
1- Canto de entrada
GRITA PROFETA
1. Has recibido un destino
de otra palabra más fuerte.
Es tu misión ser profeta,
palabra del Dios viviente.
Tú irás llevando la luz,
en una entrega perenne,
que tu voz es voz de Dios
y la voz de Dios no duerme.
VE POR EL MUNDO
GRITA A LA GENTE,
QUE EL AMOR DE DIOS NO ACABA,
NI LA VOZ DE DIOS SE PIERDE. (bis)
2. Sigue tu rumbo profeta,
sobre la arena caliente.
Sigue sembrando en el mundo,
que el fruto se hará presente.
No temas si nuestra fe,
ante tu voz se detiene;
porque huímos del dolor
y la voz de Dios nos duele.
3. Sigue cantando profeta,
cantos de vida o de muerte.
Sigue anunciando a los hombres
que el Reino de Dios ya viene.
No callarán esa voz,
y a nadie puedes temerle;
que tu voz viene de Dios
y la voz de Dios no muere.
2- Perdón
SALVACIÓN UNIVERSAL
Tú, Señor, quieres que todos participemos de tu salvación. Sin embargo nuestra sociedad, denominada cristiana, pretende la exclusividad en la salvación. Por ello pedimos perdón:
Porque muchas veces nos consideramos el pueblo elegido, los escogidos para la salvación,
PERDÓN, SEÑOR.
Por la falta de consideración que a veces tenemos con quienes no comparten nuestras creencias,
PERDON, SEÑOR.
Por las veces que nos creamos una salvación a nuestra medida e incluso pretendemos imponérsela a los demás, eso sí, por su bien,
PERDÓN, SEÑOR.
Por las veces que ignoramos a los hermanos y pensamos que la salvación es un mero acto de magia,
PERDÓN, SEÑOR
Porque en muchas ocasiones dudamos de tu promesa de salvación universal,
PERDÓN, SEÑOR
Te pedimos Señor que estas actitudes que poco tienen que ver con las que tú nos enseñaste, se vayan tornando en actitudes personales acordes con tu salvación, de manera que seamos capaces de incluirnos en tus planes de salvación.
3- Lectura del libro del Éxodo (32,15-24.30-34):
En aquellos días, Moisés se volvió y bajó del monte con las dos tablas de la alianza en la mano. Las tablas estaban escritas por ambos lados; eran hechura de Dios, y la escritura era escritura de Dios, grabada en las tablas.
Al oír Josué el griterío del pueblo, dijo a Moisés: «Se oyen gritos de guerra en el campamento.»
Contestó él: «No es grito de victoria, no es grito de derrota, que son cantos lo que oigo.»
Al acercarse al campamento y ver el becerro y las danzas, Moisés, enfurecido, tiró las tablas y las rompió al pie del monte. Después agarró el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta hacerlo polvo, que echó en agua, haciéndoselo beber a los israelitas.
Moisés dijo a Aarón: «¿Qué te ha hecho este pueblo, para que nos acarreases tan enorme pecado?»
Contestó Aarón: «No se irrite mi señor. Sabes que este pueblo es perverso. Me dijeron: "Haznos un Dios que vaya delante de nosotros, pues a ese Moisés que nos sacó de Egipto no sabemos qué le ha pasado." Yo les dije: "Quien tenga oro que se desprenda de él y me lo dé"; yo lo eché al fuego, y salió este becerro.»
Al día siguiente, Moisés dijo al pueblo: «Habéis cometido un pecado gravísimo; pero ahora subiré al Señor a expiar vuestro pecado.»
Volvió, pues, Moisés al Señor y le dijo: «Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo, haciéndose dioses de oro. Pero ahora, o perdonas su pecado o me borras del libro de tu registro.»
El Señor respondió: «Al que haya pecado contra mí lo borraré del libro. Ahora ve y guía a tu pueblo al sitio que te dije; mi ángel irá delante de ti; y cuando llegue el día de la cuenta, les pediré cuentas de su pecado.»
4- Salmo Responsorial
Sal 105,19-20.21-22.23
R/. Dad gracias al Señor porque es bueno
En Horeb se hicieron un becerro,
adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen de un toro
que come hierba. R/.
Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en el país de Cam,
portentos junto al mar Rojo. R/.
Dios hablaba ya de aniquilarlos;
pero Moisés, su elegido,
se puso en la brecha frente a él,
para apartar su cólera del exterminio. R/.
5- Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,31-35):
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.»
Les dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente.»
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.»
6- Oración de los fieles
Señor Jesús estamos frente a ti,
como el hijo que dilapidó la herencia:
tú, el Hijo amado, llévanos al Padre.
R/ Llévanos al Padre.
Estamos frente a ti
como la pecadora sorprendida y acusada;
tú que estás sin pecado, danos el perdón.
R/ Danos el perdón.
Estamos frente a ti,
como Zaqueo el publicano:
tú que eres amigo de los pecadores,
enséñanos a dar.
R/ Enséñanos a dar.
Estamos frente a ti,
como la Samaritana,
Tú, fuente escondida,
danos de beber agua vida.
R/ Danos de beber agua vida.
Estamos frente a ti,
como Juan en el Calvario;
tú, el Hijo de María,
mira a tu Iglesia.
R/ Mira a tu Iglesia.
7- Ofertorio
ENTRE TUS MANOS
ENTRE TUS MANOS ESTÁ MI VIDA, SEÑOR,
ENTRE TUS MANOS PONGO MI EXISTIR.
HAY QUE MORIR PARA VIVIR.
ENTRE TUS MANOS CONFÍO MI SER.
1. Si el grano de trigo no muere
si no muere, solo quedará,
pero si muere, en abundancia dará,
un fruto eterno que no morirá.
2. Si la cepa pierde sus sarmientos,
savia joven correrá otra vez
y nuevo fruto lleno de vida dará,
un vino nuevo lleno de amistad.
3. Si la vela al arder se gasta,
las tinieblas iluminará,
será camino entre las sombras del mal,
será sendero en mi caminar.
8- Comunión
Andando por el camino, te tropezamos Señor
Te hiciste el encontradizo, nos diste conversación,
tenían tus palabras, fuerza de vida y amor,
ponían esperanza y fuego en el corazón.
TE CONOCIMOS, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN
TÚ NOS CONOCES, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN (2)
Llegando a la encrucijada, Tú proseguías Señor,
te dimos nuestra posada: techo, comida y calor;
sentados como amigos a compartir el cenar,
allí te conocimos, al repartirnos el pan.
Andando por los caminos, te tropezamos Señor,
en todos los peregrinos que necesitan amor;
esclavos y oprimidos que buscan la libertad,
hambrientos, desvalidos, a quienes damos el pan.