MIÉRCOLES LAUDES
Dios con nosotros
Dios con nosotros
1. Ofrecimiento del día
Al empezar la jornada,
me siento recibido de tus manos.
Al vivir este tiempo especial
para sentir tu Presencia,
siento la llamada más dulce que nunca
de abandonarme enteramente a ti,
a tu tierna Providencia.
Que ella me conduzca de la mano
y paso a paso.
No te diré: “Me quieres llevar muy lejos
y el camino es muy duro”.
Me vacío de mí mismo
para poder experimentar tu atracción,
que tira de un extremo al otro con fuerza
pero dispone todo con “suavidad”.
(Nos sentimos unidos a toda la Congregación, a la Iglesia, al mundo con la lectura del calendario religioso)
2- Himno
Este lugar, es tierra sagrada
Este lugar, es tierra de Encuentro
Este lugar, es tierra de todos
Este lugar, es tierra de Amor
Este lugar, es tierra de vida
Este lugar, es tierra de gracia
Este lugar, es tierra de amigos
Este lugar, es tierra de luz
Esto lugar es tierra distinta
Este lugar es tierra de hijos
Este lugar es tierra de hermanos
Este lugar es tierra de Dios
ENSÉÑANOS A ORAR
SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR
A HABLAR CON NUESTRO PADRE DIOS.
SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR,
A ABRIR LAS MANOS ANTE TI.
1. Orar con limpio corazón
que sólo cante para Ti,
con la mirada puesta en Ti,
dejando que hables, Señor.
Orar buscando la verdad,
cerrar los ojos para ver,
dejarnos seducir, Señor,
andar por tus huellas de paz.
2. Orar hablándote de Ti,
de tu silencio y de tu voz,
de tu presencia que es calor,
dejarnos descubrir por Ti.
Orar también en sequedad,
las manos en tu hombro, Señor,
mirarte con sinceridad,
aquí nos tienes, oh Señor.
3- Salmodia
Salmo 26 (Segunda parte).
Ant. 1
Quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.
(A dos coros. Con el salmista dejamos resonar la voz de Dios que se nos revela. Sentimos el deseo de dejarnos encontrar por Él)
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón:
"Buscad mi rostro".
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
No me entregues
a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí
testigos falsos, que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Gloria al Padre…
Ant. 1
Quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.
Salmo 26 Actualización
(Actualización, concreción del salmo anterior. Lo hacemos como escucha sapiencial. Cada párrafo es dicho libremente)
Ant. 2.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor. No endurezcáis el corazón.
Oigo en mi corazón:
Mi Dios es fiel.
Mi Dios es un Dios que sabe, un Dios Sabio.
Oigo en mi corazón:
Busca al Amor de tu vida.
Filtrado en tu realidad, lo encontrarás.
Oigo en mi corazón:
Mi Dios cumple siempre su Promesa.
Es un Dios que me cuida, que me guarda,
que me libera, que me sufre,
que me espera, que me quiere como soy y como estoy
Oigo en mi corazón:
Mi Dios está conmigo.
y terminará en mí la obra que un día comenzó.
No me dejará ni me abandonará.
Oigo en mi corazón:
¡Escúchale! Te susurra.
¡Mírale! Él te mira con amor.
¡Gústale! Sabe a ternura.
¡Percibe su olor! Es suave...
¡Tócale! Está muy cerca... Está dentro...
En realidad, lo llevas todo dentro.
Oigo en mi corazón:
Confía, no tengas miedo.
Nada te puede separar de Mí,
porque Yo no me separo de ti.
He decidido VIVIR TU VIDA.
Oigo en mi corazón:
En el caos aparente,
siempre existe la armonía perfecta.
Oigo en mi corazón:
Como dista el oriente del ocaso,
así están mis Planes de tus planes.
¡Todo está bien!
Yo he creado el Día y la Noche,
y ¡todo es bueno!
Oigo en mi corazón:
Descansa en mis brazos,
déjate en ellos, libre y conscientemente.
A mi Amor no se le cae nada de las manos.
Oigo en mi corazón:
Eres hermosa/o a mis ojos,
eres de gran dignidad y belleza, y Yo te amo.
Oigo en mi corazón:
¡Alégrate! Mi Gracia te cubre como un manto
y mi Amor te bendice.
Ant. 2.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor. No endurezcáis el corazón.
Salmo 99
Ant. 3
Ya no te llamarán “Abandonada”, ni dirán a tu tierra “Desolada”, pues te llamarán “Querida mía”, dirán a tu tierra “Desposada”.
(Para ponernos en actitud de acción de gracias profunda con el salmo 99, hacemos silencio y podemos leer y saborear el comentario espléndido de Juan María a este salmo. “Aún somos su pueblo, somos las ovejas que su mano dirige; escuchará nuestros gemidos, porque está lleno de bondad, de dulzura, de compasión para todos los que le invocan; y, según el hermoso pensamiento de S. Juan Crisóstomo, aspira a dar a luz su misericordia con el mismo ardor que una mujer espera el momento del parto”.)
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.
Sabed que el Señor es Dios:
que Él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
"El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades".
Ant. 3
Ya no te llamarán “Abandonada”, ni dirán a tu tierra “Desolada”, pues te llamarán “Querida mía”, dirán a tu tierra “Desposada”.
4- Lectura breve (Col 1, 2b y ss)
Damos constantemente gracias por vosotros a Dios, Padre de nuestro Señor Jesús, el Mesías, desde que nos enteramos de vuestra adhesión al Mesías Jesús y del amor que tenéis a todos los consagrados.
Os anima a esto la esperanza de lo que Dios os tiene reservado, que conocisteis cuando llegó hasta vosotros la buena noticia, el mensaje de la verdad. Así es cómo va dando fruto creciente en el mundo entero, como ha ocurrido entre vosotros desde el día que la escuchasteis y comprendisteis de verdad lo generoso que es Dios.
Por esta razón nosotros, desde el momento que nos enteramos, oramos por vosotros sin cesar; pedimos a Dios que os dé pleno conocimiento de su designio, con todo el saber e inteligencia que procura el Espíritu.
5 – Responsorio
En la mañana Señor
hazme escuchar tu gracia
En la mañana Señor
regálame tu Palabra
En la mañana Señor
muéstrame tu camino
En la mañana Señor
regálame tu cariño
6- Canto del Benedictus
Ant. Mira, voy a seducirla llevándomela al desierto y hablándole al corazón.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel…
Ant. Mira, voy a seducirla llevándomela al desierto y hablándole al corazón.
7- Oración de intercesión
Nuestro Dios es un Dios que se nos revela, nos busca y nos bendice en todo lugar. A él nos dirigimos con confianza y le decimos cantando: ¡Bendito seas, Señor, bendito seas!
1- Bendito seas por este día. Que saquemos parte del tiempo presente para avivar la llegada de tu reino. ¡Bendito seas, Señor, bendito seas!
2- Bendito seas señor por este mundo en crecimiento, Que le anunciemos la justicia y la paz.
¡Bendito seas, Señor, bendito seas!
3- Bendito seas por la iglesia que tu espíritu renueva: da a sus hijos la alegría de la esperanza.
¡Bendito seas, Señor, bendito seas!
4- Bendito seas por la tierra nueva que prometes. Guía nuestros pasos hasta el fin del día.
¡Bendito seas, Señor, bendito seas!
8- Padre nuestro
9- Oración final Venimos de lejos con tu llamada,
es muy largo el camino recorrido
y dilatado el tiempo de la marcha.
Aquí estamos, Señor, abiertos de nuevo,
al ahora de tu Presencia
que quiere regenerar nuestro espíritu
y vivificar el ritmo de nuestra entrega,
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo…