Día 29 de julio 2024 – Eucaristía - Lunes
Saludo inicial
1. Canto entrada
CANTANDO LA ALEGRÍA
CANTANDO LA ALEGRÍA DE VIVIR
LLEGUEMOS A LA CASA DEL SEÑOR
MARCHANDO TODOS JUNTOS
COMO HERMANOS
ANDEMOS LOS CAMINOS HACIA DIOS
1.- Venid, entremos todos dando gracias;
venid, cantemos todos al Señor,
gritemos a la roca que nos salva,
cantemos la alabanza a nuestro Dios.
2.- La paz del Señor sea con vosotros;
la paz que llena sola el corazón,
la paz de estar unidos como hermanos,
la paz que nos promete nuestro Dios.
3.- Entremos por sus puertas dando gracias,
pidamos al Señor también perdón:
perdón por nuestra falta a los hermanos,
perdón por nuestro pobre corazón.
4.- Sabed que Dios nos hizo y somos suyos,
sabed que el Señor es nuestro Dios.
Nosotros somos pueblo y las ovejas,
ovejas del rebaño del Señor.
2. Perdón
RECONOZCO ANTE TI, SEÑOR
Reconozco ante Ti, Señor, que no me gusta nada la pobreza, ni la austeridad, ni el dolor.
Reconozco ante ti, Señor, que no soy amable, no-violento, comprensivo, cordial, servicial... que no me sale de dentro, que prefiero juzgar, imponer justicia, exigir.
Reconozco ante Ti, Señor, que no miro a la gente con tus ojos. Tú miras a alguien y, primero, le quieres. Conozco gente así: primero querer, luego conocer. Son gente que te hacen ser mejor. Son de corazón limpio, no juzgan, acogen. Reconozco que mi corazón no es como tu corazón.
Reconozco ante Ti, Señor, que apenas lucho por la justicia, que prefiero reservarme, que no pienso que son míos los problemas de los demás
Reconozco ante Ti, Señor, que no perdono como Tú me perdonas, que llevo cuentas del mal, que creo tener experiencia de la vida cuanto menos me fío de los demás.
Reconozco ante Ti, Señor, que no estoy deseoso de que venga tu Reino, que me gusta este reino mío, que me gustaría prolongar esta apariencia con sus comodidades y sus compensaciones... Tu Reino me queda lejos y apenas trabajo por él.
Reconozco te Ti, Señor, que no deseo de corazón que se haga Tu Voluntad, aunque lo rezo así muchas veces. Prefiero que Tú me ayudes para que se cumpla mi voluntad. Me creo más listo que Tú y creo que sé lo que me conviene, mejor que Tú.
Reconozco ante Ti, Señor, que necesito convertirme, que me conviertas, que me des la vuelta, que cambies mi corazón, que me des luz. Me reconozco pobre ante Ti, niño pequeño que necesita de Ti, mi Madre.
José Enrique Galarreta
3- Primera Lectura del libro de Jeremías (13,1-11):
Así me dijo el Señor: «Vete y cómprate un cinturón de lino, y rodéate con él la cintura; pero que no toque el agua.»
Me compré el cinturón, según me lo mandó el Señor, y me lo ceñí.
Me volvió a hablar el Señor: «Torna el cinturón que has comprado y llevas ceñido, levántate y ve al río Éufrates, y escóndelo allí, entre las hendiduras de las piedras.»
Fui y lo escondí en el Éufrates, según me había mandado el Señor.
Pasados muchos días, me dijo el Señor: «Levántate, vete al río Éufrates y recoge el cinturón que te mandé esconder allí.»
Fui al Éufrates, cavé, y recogí el cinturón del sitio donde lo había escondido: estaba estropeado, no servía para nada.
Entonces me vino la siguiente palabra del Señor: «Así dice el Señor: De este modo consumiré la soberbia de Judá, la gran soberbia de Jerusalén. Este pueblo malvado que se niega a escuchar mis palabras, que se comporta con corazón obstinado y sigue a dioses extranjeros, para rendirles culto y adoración, será como ese cinturón, que ya no sirve para nada. Como se adhiere el cinturón a la cintura del hombre, así me adherí la casa de Judá y la casa de Israel –oráculo del Señor–, para que ellas fueran mi pueblo, mi fama, mi alabanza, mi ornamento; pero no me escucharon.»
Palabra de Dios
4- Salmo Responsorial. Salmo.Dt 32,18-19.20.21
R/. Despreciaste a la Roca que te engendró
Despreciaste a la Roca que te engendró,
y olvidaste al Dios que te dio a luz.
Lo vio el Señor, e irritado
rechazó a sus hijos e hijas. R/.
Pensando: «Les esconderé mi rostro
y veré en qué acaban,
porque son una generación depravada,
unos hijos desleales.» R/.
«Ellos me han dado celos con un dios ilusorio,
me han irritado con ídolos vacíos;
pues yo les daré celos con un pueblo ilusorio,
los irritaré con una nación fatua.» R/.
5- Evangelio Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,31-35):
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.»
Les dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente.»
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.»
6- Oración de los fieles
Jesús, amigo de los hombres, asaltado por la tentación,
Tú nos enseñas la obediencia en al amor.
R/ Señor nuestro, y nuestro hermano,
nuestra alabanza es para ti.
1 Jesús hijo de Dios, transfigurado y conducido luego al desierto,
Tú nos revelas que la cruz es el camino de tu gloria.
R/ Señor nuestro,…
2- Jesús don de Dios, agua viva,
Tú calmas nuestra sed de vida verdadera.
R/ Señor nuestro…
3- Jesús, luz del mundo,
Das vista a nuestros ojos
y enderezas nuestros caminos extraviados.
R/ Señor nuestro,…
4- Jesús, que sacaste a Lázaro del sepulcro
Y nos llamas a vivir una vida
R/ Señor nuestro,…
(Intenciones libres)
7- Ofertorio
ES MUY POCO SEÑOR
1. Un día de bodas el vino faltó
imposible poderlo comprar.
¡Qué bello milagro hiciste, Señor,
con el agua de aquel manantial!
Colmaste hasta el borde del vino mejor,
las tinajas que pude llenar.
Yo puse mi esfuerzo, yo puse mi afán.
Tú pusiste, Señor, lo demás.
ES MUY POCO, SEÑOR,
LO QUE VENGO A TRAER,
ES MUY POCO LO QUE PUEDO DAR.
MI TRABAJO ES EL AGUA
QUE PUEDO OFRECER
Y MI ESFUERZO UN PEDAZO DE PAN.
ES MUY POCO, SEÑOR,
LO QUE VENGO A TRAER,
ES MUY POCO LO QUE PUEDO DAR.
EN TUS MANOS DIVINAS LO VENGO A PONER.
TÚ YA PONES, SEÑOR LO DEMÁS.
2. La gente con hambre sentada esperó,
en el prado que baja hasta el mar.
Con cuanto tenía a Ti se acercó,
un muchacho que quiso ayudar.
Tu mano en su frente feliz descansó,
en sus ojos tu dulce mirar.
Él puso los peces, él puso su pan;
Tú pusiste, Señor, lo demás.
8- Comunión
DANOS UN CORAZÓN
GRANDE PARA AMAR.
DANOS UN CORAZÓN,
FUERTE PARA LUCHAR.
1. Hombres nuevos, creadores de la historia,
constructores de nueva humanidad.
Hombres nuevos, que viven la existencia,
como riesgo de un largo caminar.
2. Hombres nuevos, luchando en esperanza,
caminantes, sedientos de verdad.
Hombres nuevos, sin frenos ni cadenas,
hombres libres que exigen libertad.
3. Hombres nuevos, amando sin fronteras,
por encima de razas y lugar.
Hombres nuevos, al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan.