BENDICIONAL
(libro litúrgico)
CAPÍTULO XXXVII
BENDICIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO
La «Corona de Adviento» o «Corona de las luces de Adviento» es un signo que expresa la alegría del tiempo de preparación a la Navidad. Por medio de la bendición de la corona se subraya su significado religioso.
La luz indica el camino, aleja el miedo y favorece la comunión. La luz es un símbolo de Jesucristo, luz del mundo. El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona muestra la ascensión gradual hacia la plenitud de la luz de Navidad. El color verde de la corona significa la vida y la esperanza.
La corona de Adviento es, pues, un símbolo de la esperanza de que la luz y la vida triunfarán sobre las tinieblas y la muerte. Porque el Hijo de Dios se ha hecho hombre por nosotros, y con su muerte nos ha dado la verdadera vida.
I. RITO DE LA BENDICIÓN EN LA FAMILIA
MAMÁ o PAPÁ: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
TODOS: Que hizo el cielo y la tierra.
MONICIÓN INTRODUCTORIA
MAMÁ o PAPÁ: Al comenzar el nuevo año litúrgico vamos a bendecir esta corona con que inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. Su color verde significa la vida y la esperanza.
El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona debe significar nuestra gradual preparación para recibir la luz de la Navidad.
HIJO(A): ¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria
del Señor amanece sobre ti! (Is 60, 1)
MAMÁ o PAPÁ (con las manos juntas):
Oremos.
La tierra, Señor, se alegra en estos días,
y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida,
tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque
y la ha adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación
para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señor, que, mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines
con el esplendor de aquel que, por ser la luz del mundo,
iluminará todas las oscuridades.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
(SE ENCIENDE LA PRIMER VELA MORADA)
LA CORONA DE ADVIENTO
I DOMINGO DE ADVIENTO
II. RITO SI LA CORONA YA ESTÁ BENDECIDA
MAMÁ: Jesús nos llama a estar atentos siempre. Nos dice: “Estén preparados y vigilando.” Esta corona de Adviento nos ayuda en esta preparación.
NIÑO (A): Hemos aprendido que “Vigilar” significa estar atentos, salir al encuentro del Señor, que quiere entrar en nuestra vida, para darle sentido total y salvarnos.
(SE ENCIENDE LA PRIMER VELA MORADA)
PAPÁ: Encendemos, Señor, esta luz,
como aquel que enciende su lámpara
para salir, en la noche,
al encuentro del amigo que ya viene.
En esta primer semana de Adviento
queremos levantarnos para esperarte preparados,
para recibirte con alegría.
Muchas sombras nos envuelven.
Muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes,
porque tú traes la luz más clara,
la paz más profunda y la alegría más verdadera.
¡Ven, Señor Jesús!
LA CORONA DE ADVIENTO
II DOMINGO DE ADVIENTO
MAMÁ: Nosotros esperamos según la promesa de Dios, cielos nuevos y tierra nueva, un mundo en que reinará la justicia. Por eso, hoy más que nunca, queridos hermanos, durante esta espera, esforcémonos para que Dios nos halle sin culpa ni maldad, viviendo en paz.
NIÑO (A): Nos han enseñado que los seres humanos debemos ser buenos con los demás y ante Dios. Hoy queremos vivir la paz y portarnos bien.
(SE ENCIENDE LA SEGUNDA VELA MORADA)
PAPÁ: Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco de árbol está rebrotando.
Que cada uno de nosotros, Señor,
te abra su vida para que brotes,
para que florezcas,
para que nazcas y mantengas en nuestro corazón
encendida la esperanza.
¡Ven pronto, Señor!
¡Ven, Salvador!
LA CORONA DE ADVIENTO
III DOMINGO DE ADVIENTO
PAPÁ: Hoy el gozo del III domingo de Adviento nos pone en sintonía, en espera. Una Mujer nos enseña a vivir así: María, la Virgen Madre de Dios.
NIÑO (A): En mamá María, nos sentimos amados por Dios. Somos felices y vivimos haciendo el bien a los demás.
(SE ENCIENDE LA TERCER VELA ROSA)
MAMÁ: En María se ha encendido la Luz de Dios para el pueblo mexicano. Ella nos dice: “Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige, no se turbe tu corazón, no temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has de necesitar? No te apene ni te inquiete otra cosa.
En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca!
Señor, cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven Señor a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor!
LA CORONA DE ADVIENTO
IV DOMINGO DE ADVIENTO
MAMÁ: En el mundo en que vivimos como familia, lo que más necesitamos no es lo material, sino saber algo que José y María vivieron, algo verdaderamente importante: “Dios está con nosotros.”
NIÑO (A): Cuando estamos con alguien que nos ama y que amamos no nos sentimos solos. Dios está con nosotros y ¡soy feliz!
(SE ENCIENDE LA CUARTA VELA MORADA)
PAPÁ: Al encender estas cuatro velas, en el último domingo,
pensamos en María, la Virgen,
tu madre y nuestra madre.
nadie te esperó con más ansia,
con más ternura, con más amor.
Nadie te recibió con más alegría.
te sembraste en ella
como el grano de trigo se siembra en el surco.
En sus brazos encontraste la cuna más hermosa.
También nosotros queremos prepararnos así:
en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día.
¡Ven pronto, Señor. Ven a salvarnos!
LA CORONA DE ADVIENTO
NAVIDAD
MAMÁ: Meditemos uno de los relatos bíblicos más importantes:
Según San Lucas (2:6-7) "Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento."
"Palabra de Dios"
Todos: "Te alabamos Señor".
NIÑO (A): Cuando estamos con alguien que nos ama y que amamos no nos sentimos solos. Dios está con nosotros y ¡soy feliz!
(SE ENCIENDE LA VELA BLANCA)
PAPÁ: Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.