El Adviento celebra las tres etapas de la Historia de la Salvación:
la antigua espera de los patriarcas respecto a la venida del Mesías, que se cierra con la Encarnación, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios;
el presente de la salvación en Cristo, ya realizada en el mundo, pero "todavía no" realizada;
el futuro de la salvación, que se develará en la transformación del mundo al final de los tiempos.
El Adviento celebra la espera gozosa del cumplimiento definitivo de la Redención.
El Adviento se presenta como tiempo de espera del cumplimiento de la salvación. La segunda venida de Cristo, tema recurrente sobre todo en las primeras semanas de Adviento, está en relación estrecha con la primera venida: la seguridad de la venida de Cristo en la carne nos anima en la espera de la última venida gloriosa, cuando las promesas mesiánicas tendrán cumplimiento total y definitivo.
Los días que van del 17 al 24 de diciembre tienen una importancia mayor a las demás ferias del Tiempo del Adviento, llamadas por lo tanto ferias mayores. Estos días están marcadas por las siete antífonas en el Magníficat de Vísperas, que describen la personalidad del Esperado, en quien se cumple la esperanza de Israel y de toda la humanidad: haciendo suyas una vez más las imágenes bíblicas, estas antífonas enumeran los títulos divinos del Verbo Encarnado, y su insistente "Ven" expresa toda la esperanza de la Iglesia.
El Adviento recuerda a María, icono de la espera. Durante este periodo del ciclo anual, con frecuencia se recuerda a la Virgen María.
La solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María está en sintonía con el espíritu del Adviento, "la preparación radical a la venida del Salvador y el feliz exordio de la Iglesia sin mancha ni arruga" (Marianis cultus, n. 3), las lecturas bíblicas de la Misa expresan el misterio de María Inmaculada en la perspectiva global histórico-salvífica propia del Adviento.
En nuestra nación mexicana tenemos la celebración de Santa María de Guadalupe, portadora del Mesías. El prefacio II de Adviento recuerda la espera amorosa de María: "Lo anunciaron Todos los profetas, la Virgen María lo esperó y lo llevó en su seno con inefable amor...". María es el prototipo, el personaje por excelencia de la espera del pueblo de Israel y de la Iglesia.
En nuestra arquidiócesis celebramos el 18 de diciembre con solemnidad en esta misma sintonía a Nuestra Señora del Roble, patrona de esta Iglesia particular.
Cfr. Notas Litúrgico-pastorales, Calendario Litúrgico CEPALI