REFLEXIONAMOS

Érase una vez un muchacho que le preguntó a una chica si se quería casar con él.

La muchacha dijo 'NO'.

Y la muchacha vivió feliz para siempre

sin lavar,

sin cocinar,

sin planchar para nadie,

saliendo con sus amigas,

yendo al cine, al teatro, a la playa o a donde le diera la gana,

gastando su dinero en si misma

y sin ser obrera por obligación para realizar “trabajos de mujeres”.

FIN.

El problema es que de pequeñas no contaban este cuento, sino el del maldito Príncipe Azul...