Erasmus+ a Bélgica

La semana del 20 al 26 de noviembre, a 10 alumnos de 4° de la ESO y dos profesores del centro se les dio la oportunidad de viajar a Bélgica, concretamente a la ciudad de Lieja. Esta visita se hizo posible gracias a la ayuda de la Unión Europea por financiar el viaje dentro del proyecto Erasmus+, en el que participan España, Finlandia, Turquía y Bélgica. En este caso fue el turno de Bélgica acoger a los demás países y por eso os contaré la experiencia vivida allí.

El primer día fue sencillo, pero emotivo, ya que al finalizar el vuelo de ida a Bélgica nos reencontramos con varios amigos nativos de allí, que habían venido a España y que acogimos como nuestros hermanos y hermanas, aunque en esta ocasión era su turno. Así pues, ese día se dedicó a conocer más a nuestras familias de Bélgica con las que conviviríamos una semana.

A la mañana siguiente todos nosotros nos reencontramos en el instituto Saint-Louis, donde pudimos conocer a muchas más personas de los otros países, y así comenzar a forjar una amistad.

Nuestra primera actividad consistió en visitar lo máximo posible la ciudad de Lieja, y con sinceridad os puedo decir que es preciosa, tal vez un poco gris a causa del tiempo nublado, pero eso no cambia la maravillosa arquitectura que predomina allí, por su aspecto de revolución industrial y sus peculiares ladrillos rojos. En este recorrido turístico pudimos conocer las famosas escaleras de Lieja, todo un reto para aquellos que visitan esta ciudad, ya que estás se componen de 374 escalones, los cuales subimos. Y, aunque el esfuerzo fue intenso, la recompensa fue una vista fascinante de la ciudad. Para concluir el trayecto, entramos al centro comercial que se situaba al lado del instituto, donde compramos por primera vez los exitosos dulces de Bélgica, los gofres, sin duda una bomba de dulzor, aunque todo un manjar.

Por la noche, los alumnos belgas organizaron una cena de bienvenida donde disfrutamos de platos típicos allí.

Al día siguiente no nos reunimos en el instituto, sino en la estación de trenes de Lieja, donde emprenderíamos nuestro viaje a Bruselas, la capital de Bélgica. Así pues, proseguimos nuestro recorrido pasando por delante del Palacio Real de Bruselas (Palais-Royal de Bruxelles), que es la sede oficial de trabajo de la monarquía belga, y está situado enfrente del Parque de Bruselas. Además, en el otro extremo del parque se encuentra el Parlamento Europeo, el cual pudimos visitar junto con un miembro de este, que con mucha amabilidad respondió a todas nuestras dudas. Posteriormente a esta visita, vivimos una experiencia aún mejor y más alucinante, que fue nada más y nada menos que poder conocer la ciudad de Bruselas libremente. Y es obvio que durante este periodo de tiempo libre todos nosotros pudimos observar el esplendor de la Grand Place, un lugar, animado y fotográfico, con decenas de famosos edificios, que constituyen uno de los conjuntos arquitectónicos más bellos de Europa. A la hora acordada, nos volvimos a reunir para concluir nuestro turismo por Bruselas y volver a casa.

El miércoles fue el día menos intenso, pero quizás el más interesante, ya que visitamos el Museo de la Vida Valona (Musée de la Vie wallonne), situado en el corazón de Lieja. La pinacoteca ofrece una mirada original y completa de Valonia desde el siglo XIX hasta nuestros días. En este sitio perpetúa el arte del títere de Lieja y el repertorio tradicional en el marco auténtico de su teatro, ofrece numerosos debates sociales gracias a su programa de conferencias, invita a su público a interrogarse sobre cuestiones sociales a través de los coloquios que organiza, se abre a investigadores a través de su Centro de Documentación y la riqueza de sus colecciones, ... Así pues, es todo un patrimonio gestionado por un equipo dinámico, al servicio y atento a su público. Al concluir la actividad, los alumnos decidimos comer en el centro comercial, para así pasar una agradable tarde juntos.

Pasando al penúltimo día de esta experiencia conocimos El Castillo de Colonster, que se encuentra en Sart-Tilman, en las afueras de la ciudad. El castillo y su parque arbolado son magníficos lugares de descanso y relajación, mantenidos por la Universidad de Lieja. Desde luego un maravilloso paraje donde pasar el día al igual que hicimos nosotros. Tiempo después de volver al instituto, varios de nosotros asistimos a una exposición Japonesa, en la cual nos divertimos viendo y disfrutando la diferente cultura durante la tarde antes de volver a casa.

Ya en nuestro último día, realizamos todas las actividades dentro del centro. Estas consistían en conocer un poco más de cada idioma de una forma dinámica, crear un marcapáginas como recuerdo propio, y obviamente no podía faltar un discurso emotivo de despedida con el cual nos entregaron un diploma a cada uno de nosotros. Al finalizar la jornada educativa, todos nosotros asistimos al mercado de Navidad de Lieja (Village de Nöel). Este mercado no solo es el más grande de Bélgica, sino que también es el más grande del mundo. Y en estas fechas navideñas, el centro de la ciudad se convierte en un lugar mágico y repleto de espíritu navideño. Y por supuesto, sus diversas casetas ofrecen una variedad de delicias culinarias, prendas de ropa abrigadas, y varios tipos de adornos navideños. Sin duda este mercado genera un ambiente cálido y festivo. Para concluir del todo nuestra semana en Bélgica, se organizó una cena con todas las familias para así de esta manera disfrutar todos juntos por última vez. La verdad, una velada maravillosa y llena de emociones gracias a todas las amistades que creamos esa semana, y que sin duda recordaremos con una gran sonrisa.

Nora Bonet Carrión